domingo, 11 de abril de 2010

Recuerdo de un traductor (X)

Enrique Pezzoni (Buenos Aires, 1926-1989) fue uno de los críticos literarios más reconocidos del medio cultural argentino. Profesor de Castellano y Director del Departamento de Castellano del Colegio Nacional Buenos Aires, profesor de Teoría y Práctica de la Traducción Literaria del Inglés del Instituto Nacional del Profesorado en Lenguas Vivas "Joaquín V. González" y profesor de Teoría y Análisis Literario de la la carrera de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A., fue director del Departamento de Letras de esta última universidad y enseñó en diversas universidades de los Estados Unidos y de Inglaterra. Fue asimismo secretario de redacción de la revista Sur (1969-1973) y asesor literario de la Editorial Sudamericana (1974-1989). El texto y sus voces (Buenos Aires, Sudamericana,1986 y Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2009) fue el único libro propio que publicó en vida. No obstante, antologó y editó Adversos milagros (Caracas, Monte Ávuila, 1969), una antología y estudio preliminar de la obra de Adolfo Bioy Casares, la Antología temática (Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1970) de la obra poética de Alberto Girri y diversos artículos sobre José Bianco, Adolfo Bioy Casares, Victoria Ocampo, Silvina Ocampo y Alberto Girri en la Enciclopedia de la Literatura Argentina (Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1970). Póstumamente, Annick Louis compiló sus clases sobre Borges, que salieron publicadas como Enrique Pezzoni lector de Borges (Lecciones de literatura 1984-1988) (Buenos Aires, Sudamericana, 1999).

Más allá de lo dicho, es posible que el mérito mayor de Pezzoni y su legado al futuro pase por su infatigable labor como traductor. Bastaría tal vez con mencionar Moby Dick o la ballena blanca (Buenos Aires, Sudamericana, 1970, y, con prólogo de Jaime Rest, Buenos Aires, Debolsillo, 2007) de Herman Melville, o Lolita (con el seudónimo de Enrique Tejedor, Buenos Aires, Sur, 1959 y Barcelona, Anagrama, 1999), de Vladimir Nabokov, sus dos trabajos más famosos. Pero hay mucho más. Por ejemplo, numerosas obras de Graham Green, como Un caso acabado (Buenos Aires, Sur, 1961), Los comediantes (Buenos Aires, Sur, 1966), Viajes con mi tía (Buenos Aires, Sur, 1971), El cónsul honorario (Buenos Aires, Sur, 1973), Vías de escape (Barcelona, Argos Vergara, 1983) y ¿Puede prestarnos a su marido? (Buenos Aires, Sudamericana, 1984). Pezzoni también tradujo Cristo se detuvo en Eboli (Buenos Aires, Losada, 1951), de Carlo Levi; La gaceta negra (Buenos Aires, Ed. Imán, 1952), de Guido Piovene; La edad breve (Buenos Aires, Sudamericana, 1952), de Corrado Alvaro; Una pasión conyugal (Buenos Aires, Sur, 1954), de Riccardo Baccheli; Medianoche (Buenos Aires, Sur, 1954), de Julien Green; Vinoba o la nueva peregrinación (Buenos Aires, Sur, 1955), de Lanza del Vasto; Comentarios del Evangelio (Buenos Aires, Sur, 1955), de Lanza del Vasto; Los hijos extraños (Buenos Aires, Sur, 1955), de Caroline Gordon; La imaginación liberal : ensayos sobre la literatura y la sociedad (Buenos Aires, Sudamericana, 1956, y Barcelona, Edhasa, 1971), de Lionel Trilling;Khrushchev y el espectro de Stalin : texto, pormenores y significado del informe secreto de Khrushchev ante el vigésimo congreso, en la noche del 24-25 de febrero de 1956 (Buenos Aires, Sudamericana, 1957), de Bertram David Wolfe; La incertidumbre que nos dejan los sueños (Buenos Aires, Sur, 1957), de Roger Caillois; Gandhi y Marx (Buenos Aires, Sur, 1958), de Krishorial Mashruwala; Una muerte en la familia (Buenos Aires, Ed Agora, 1959), de James Agee; La verdadera vida de Sebastian Knight (Buenos Aires, Sur, 1959), de Vladimir Nabokov; El pobre de Asís (Buenos Aires, Sur, 1959), de Nikos Kazantzakis;  Tierra sin justicia (Buenos Aires, Sudamericana, 1959), de Milovan Djilas;  La niña verde (Buenos Aires, Ed. Imán, 1961 y Buenos Aires, Minotauro, 1979), de Herbert Read; Poética de St John Perse (con María Luisa Bastos; Buenos Aires, Sur, 1964), de Roger Caillois; La mujer del Zorrito (Buenos Aires, Sudamericana, 1967), de Violette Leduc, La hoguera de las encinas (Buenos Aires, Sudamericana, 1972), de André Malraux; Teorema (Buenos Aires, Sudamericana, 1972 y Barcelona, Edhasa, 1987), de Pier Paolo Pasolini; Expreso Nova (Buenos Aires, Minotauro, 1972), de William Burroughs; Seis meses con una mujer de cierta edad (Buenos Aires, Sudamericana, 1973), de David A. Kaufelt; Una noche entre los caballos (Caracas, Monte Ávila, 1973), de Djuna Barnes; Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje (Buenos Aires, Siglo XXI, 1974), de Oswald Ducrot y Tzvetan Todorov; Mira los arlequines (Buenos Aires, Sudamericana, 1974), de Vladimir Nabokov; Cuentos de hadas en Nueva York (Buenos Aires, Sudamericana, 1975), de J. P. Donleavy; Asesinato en la feria del libro (Buenos Aires, Sudamericana, 1977), de Humbert Monteilhet; Antimemorias (Buenos Aires, Sudamericana, 1976), de André Malraux; Jesús de Nazareth (Buenos Aires, Sudamericana, 1978), de Anthony Burguess; Kalki (Buenos Aires, Minotauro, 1979), de Gore Vidal; Teorías del símbolo (Caracas, Monte Ávila, 1981), de Tzvetan Todorov; Retrato de una dama y otros poemas (con Alberto Girri, Buenos Aires, Corregidor, 1983), de T.S. Eliot; Blues de la calle Beale (Barcelona, Versal, 1987), de James Baldwin, además de la traducción de cientos de artículos y textos que publicó en Sur y otras revistas.

2 comentarios:

  1. Pensé que mi biblioteca atesoraba la mayoría de las traducciones hechas por Pezzoni y descubro, leyendo esta lista, que fue mucha y variada su labor. "El texto y sus voces" es mucho más que un conjunto de notas sobre temas literarios; también es una bitácora de un lector privilegiado. Leerlo es agradecerle.

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  2. Estimado Martín:
    Mi lista no es exhaustiva. Tengo entendido, por una conversación sostenida con Patricia Willson, que tradujo incluso muchos más títulos. Según ella me contó, cuando la biblioteca de Pezzoni llegó como donación al Instituto de Filología Hispánica de la Universidad de Buenos Aires había más libros traducidos por Pezzoni de los que usualmente suelen constar en las bibliografías. Por otra parte, yo ni siquiera me metí con la gran variedad de textos y artículos incluídos en Sur y en otras publicaciones, trabajo que queda por hacerse. De todos modos, hay que admitir que su labor como traductor ha sido sorprendente y que valdría la pena que se conociera más de lo que suele conocerse. En este blog hemos dado un primer paso en esa dirección.

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