jueves, 10 de junio de 2010

"Ese arte descuidado"

El traductor español David Paradela López administra –y muy bien– el recomendable blog Malapartiana, el cual, entre muchas otras cosas, se ocupa de cuestiones de traducción. Allí, por ejemplo, hay toda una serie dedicada a "la traducción según...", donde puede leerse lo que Cervantes, Leopoldo Alas (Clarín), Javier Marías o Paul Auster escribieron sobre el tema. También lo que dijo el filólogo escocés Gilbert Highet (foto; 1906-1978), texto que se reproduce a continuación.

Gilbert Highet y la traducción

El erudito Gilbert Highet dedicó una treintena de páginas de La tradición clásica a la traducción. Valgan de soplamocos a todos aquellos intelectuales a la violeta que denuestan o simplemente niegan el segundo oficio más viejo del mundo:

"La traducción, ese arte descuidado, es en la literatura un elemento muchísimo más importante de lo que la mayoría de nosotros cree. Cierto que no suele producir grandes obras; pero a menudo contribuye a la creación de las grandes obras.

[…] Desde entonces [siglo III a. C.] se ha observado esta norma invariable: que los niveles intelectuales de cada nación europea han correspondido muy de cerca a la importancia alcanzada en su educación por el conocimiento y la traducción de alguna lengua cultural extranjera. La literatura y el pensamiento romanos alcanzaron su máximo esplendor en el tiempo en que todos los romanos cultos hablaban y escribían el griego lo mismo que el latín.

[…] Desde entonces, la cultura de todas las naciones civilizadas de Europa se ha fundado en gran medida en la enseñanza de alguna otra lengua en sus escuelas, y en un constante flujo de traducciones, imitaciones y emulaciones en su literatura. Esa otra lengua no necesita forzosamente ser el latín o el griego. Los rusos ganaron mucho con el aprendizaje del alemán. Los alemanes ganaron mucho con el aprendizaje del francés. Los españoles sacaron gran provecho de su familiaridad con el italiano.

[…] La importancia intelectual de la traducción salta de tal modo a la vista, que se la suele pasar por alto. Ninguna lengua, ninguna nación es suficiente dentro de sí misma. Su espíritu necesita ser ensanchado por los pensamientos de otras naciones, pues de lo contrario se torcerá y se secará.

[…] Si a los grandes pensamientos se les da la posibilidad de comunicarse –a través de cualesquiera dificultades y distancias–, producirán siempre grandes pensamientos. Esto justifica todas las traducciones, aun las malas."

Por si alguien sentía flaquear su confianza en el oficio.

(Fuente: Gilbert Highet, La tradición clásica. Influencias griegas y romanas en la literatura occidental. México: FCE, 1996 [1949], trad. Antonio Alatorre, vol. I, págs. 168-182.

Quien desee leer más puede hacerlo en (http://malapartiana.wordpress.com/category/la-traduccion-segun/)

2 comentarios:

  1. Gracias por la cita y el enlace, Jorge. Un gran tipo, don Highet, me hace especial ilusión que hayáis elegido el post sobre él para el blog. Un abrazo desde Barcelona.

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  2. Un gusto, David. Y felicitaciones por el muy buen trabajo que hacés en tu blog. Un abrazo desde Buenos Aires.

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