lunes, 26 de marzo de 2012

Lengua y sexismo: Eduardo Villar demuestra que existe una tercera posición

Eduardo Villar (foto), responsable de las páginas de arte de la revista Ñ, acaba de sumar un punto de vista que debe leerse considrando las entradas publicadas en este blog los días 19 y 25 de marzo. Lo interesante del caso es que el autor de la nota que se transcribe a continuación --originalmente publicada el 9 de marzo pasado-- detesta a la RAE, pero apoya el punto de vista de Ignacio Bosque, con lo cual las posiciones no deben considerarse más en términos de blanco y negro, a riesgo de resultar explícitamente maniqueístas.

Palabras para todos y todas

 No me gusta la Real Academia Española. Muchas de sus –¿cómo llamarlas: disposiciones, órdenes, fallos, regulaciones?– sobre el castellano, sobre lo que nosotros hablamos y cómo lo hablamos, me parecen tirando a ridículas. Me parece ridículo, incluso, que exista la RAE. No aclararía esto si corrieran otros tiempos. Pero corren éstos. Y estos son tiempos de cuidarse de que, si uno circunstancialmente coincide, por ejemplo, con la RAE, lo acusen de académico, de español y hasta de real. Aclarado este punto –que habría preferido no tener que aclarar–, digo que no sólo coincido sino que hasta me dan ganas de ir y darle un abrazo a Ignacio Bosque,  miembro de la RAE que hace días publicó el texto Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer en el que analiza “guías de lenguaje no sexista” editadas por universidades, sindicatos y otras instituciones. Esas guías, en busca de que la mujer sea “visible” en la sociedad y en el lenguaje, proponen no usar más el masculino genérico. Es decir: no usar, por ejemplo, “mis amigos” si hay mujeres entre ellos (con perdón de la o) sino “mis amigos y amigas” o “mis amistades”; no decir “los profesores”, sino “el profesorado”; no decir “los alumnos”, sino “el alumnado”; no decir “ciudadanos”, sino “ciudadanos y ciudadanas” o “la ciudadanía”. No bautizar un programa  de tevé “Fútbol para todos” sino “Fútbol para todos y todas”. Si alguien cree que estoy siendo reiterativo, debería leer, por ejemplo, un párrafo de la Constitución de Venezuela que dice: «Sólo los venezolanos y venezolanas  (...) podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta de la República, Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, magistrados o magistradas...” y así, ad náuseam y sin pudor, durante 20 o 30 cargos más.
Además de que no es lo mismo “los estudiantes” que “el estudiantado”, las recomendaciones de las guías son impracticables: ¿quién es capaz de hablar según sus recomendaciones sin que lo enmudezcan a cada rato la duda y el temor de que sus propias palabras revelen que es un sexista incorregible?

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