lunes, 10 de marzo de 2014

Editores, derechos de autor y errores: o sea, pijoteros, pijoterías y errores

El pasado 16 de febrero, Elena Cabrera publicó la siguiente nota en El Confidencial, de España. Aclaramos, para una mejor comprensión del castellano en que está escrito este artículo que  “chollo” significa “1) m. Cosa apreciable que se obtiene por bajo precio o poco esfuerzo; ganga, y 2) Trabajo o negocio que produce beneficio con muy poco esfuerzo”. Luego “coste” equivale a “costo”.

Dos Passos en falso con el tirón de la Gran Guerra

En el año de conmemoración del centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial, las editoriales Gallo Nero y Errata Naturae han publicado, en una coincidencia no deseada, la primera novela de John Dos Passos (1896-1970), un relato autobiográfico sobre su experiencia en las trincheras del frente franco-alemán. El 30 de enero la editora de Gallo Nero, Donatella Iannuzziabre en su correo el boletín de novedades de la editorial Errata Naturae. Se le viene el mundo encima: lee en ella cómo su competencia anuncia la publicación de La iniciación de un hombre: 1917, el mismo libro que ella ha recibido de imprenta el día anterior.

Llama a los editores de Errata Naturae para advertirles. Pero no se puede hacer nada, ambos títulos ya están en los almacenes de sus distribuidores, camino a las librerías. “No sé lo que va a suponer esta coincidencia pero está claro que las dos editoriales en ocasiones compartimos lectores y visibilidad en librerías, así que lo normal es que la venta se reparta” explica Iannuzzi. “Imaginamos que puede traducirse en un descenso de las ventas”, coincide Irene Antón, de Errata Naturae. “Poco podíamos variar ya”, señala sobre una posible reacción, “simplemente hemos dejado que siga su camino y que los lectores decidan”.

El lector puede decidirse por el diseño que más le guste. O por el precio más barato, (12,50 euros de Errata Naturae frente a los 16 euros de Gallo Nero). O por una traducción inédita y actual —la de Elena Sánchez Zwickel para Errata Naturae— o una ya testada (Gallo Nero rescata la traducción de Camila Batlles que encargó Salvat en 1971). O, lo que puede ser más importante, que habiendo editado John Dos Passos en vida dos versiones del libro, Errata Naturae elija la primera de 1923 y Gallo Nero la segunda, de 1968: “Es la versión auténtica e inexpurgada de la novela —aclara Iannuzzi— en la que se tuvieron en cuenta las pruebas de imprenta sin corregir de la primera edición de 1920. Esta llevaba un prólogo del mismo Dos Passos, del que nosotros reproducimos un extracto y una nota a la edición que también reproducimos en la que se explica la historia de la publicación del libro”. Por su parte, Antón explica que “la edición de 1969 cambia poco en el cuerpo del texto mismo de la novela: apenas dos o tres frases” por eso han optado por traducir la de 1923.

Un chollo peligroso
Al tratarse de una obra publicada en Estados Unidos por primera vez antes de 1923, sus derechos de autor se encuentran en dominio público. No extraña que una editorial no supiera de los planes de la otra. “Los títulos en dominio público tienen este peligro, cualquiera puede editarlos a la vez que tú”, advierte Enrique Redel, de la editorial Impedimenta, que ya se vio en una como esta en el año 2010. Debido, entre otros motivos, al ahorro de costes, las editoriales combinan obras en dominio público con otras con derechos vigentes.

En el arranque de la editorial Impedimenta, una cuarta parte de su catálogo eran clásicos sin derechos. Pero el año pasado sólo dos de los 24 que publicó Redel tenían expirado el copyright: “Creemos que se trata de un tipo de libro que no nos reporta tantas ventajas ‘intelectuales’ como los libros con derechos, que nos dicen más, que hablan más de nosotros. En Impedimenta cada vez publicamos más títulos incluso contemporáneos, va más con nuestro estilo actual y nos gusta más”.

Una evolución similar se ve en Gallo Nero: de los últimos 20 títulos publicados, sólo dos estaban libres de derechos. “No es un planteamiento editorial, hay libros que nos gustan y que queremos en nuestro catálogo”, explica Iannuzzi. Tampoco Irene Antón admite que haya una estrategia editorial que proporcione ventajas en editar novelas en dominio público: “No buscamos una obra porque esté en el dominio público. Publicamos a autores y textos que nos parecen pertinentes, importantes, bellos, necesarios... De hecho, la obra de Dos Passos Ante la silla eléctrica la publicamos cuando aún no estaba en el dominio público. Esto también nos ha pasado con otros autores, empezamos a publicarlos cuando aún no estaban en el dominio público y ahora sí lo están, y seguimos publicándolos”.

Independientes y precarios
Un editor de un sello literario pequeño o mediano no es muy diferente de muchos de sus lectores. Tiene algunas nociones de emprendeduría, es probable que sea otro oficio el que le mantiene, quizá haya contratado a una persona, ha pedido un préstamo que le cuesta devolver y, como ventaja respecto a su público, sabe leer en otros idiomas. No obstante, el editor se diferencia del lector por ser capaz de responder a la pregunta de lo que es pertinente editar. De ahí surgen diferentes proyectos editoriales que construyen su catálogo, bien como apuesta o bien como oportunidad.

En el presupuesto de creación de un libro como producto editorial, según explica la directora de Errata Naturae, el pago de los derechos no es “la variable más importante”. “No es lo mismo traducir una obra del ruso que del francés, o que publicar un original en castellano. También hay una gran diferencia dependiendo de la tirada que se haga del libro”. Gallo Nero, que centra su catálogo en la primera mitad del siglo XX, paga adelantos no muy caros y siempre le sale más costosa la traducción que los derechos.

De hecho, a veces el libro en dominio público genera derechos algo mayores para el traductor. Sin embargo, el rédito final es mayor en el caso de las obras sin derechos, pues no hay que detraer el 10 % para el autor. Por otro lado, explica el editor de Impedimenta, “los libros en dominio público suelen funcionar peor que los libros con derechos". "Hace cinco, seis años, no era así. Pero ahora esa especie de ‘moda’ del clásico va de capa caída”, añade.

Otro mal paso
Desde que Impedimenta y la desaparecida editorial cordobesa El Olivo Azul coincidieron llevando a las librerías el mismo libro de Octave Mirbeau, El jardín de los suplicios, Redel ha aprendido dos lecciones: editar menos dominio público y comentar sus planes con distribuidores y libreros de confianza para contrastar planes ajenos. Impedimenta ha vendido en estos casi cuatro años 597 ejemplares de la decadente obra de Mirbeau, muy por debajo de la media de ventas de esta editorial. “Sabemos que El Olivo Azul —recuerda Enrique Redel— al conocer que nosotros publicábamos el libro, adelantaron el suyo, y éste salió a la vez que el nuestro, la misma semana. Eso supuso una duplicación a la hora de entrar en librerías, es decir, menos ventas, porque hay menos exposición. Sabemos que nuestra edición, finalmente, vendió más que la de ellos. Es un libro que sin la otra edición habría vendido mucho más”.

Impedimenta, Gallo Nero y Errata Naturae son empresas que conviven en un mercado de alta competencia entre las editoriales que, aunque en apariencia amigas, abarrotan a codazos los escaparates, en busca de la atención de un lector de clase media maltratado por la crisis. Cuando el editor vive en ese contexto, tan precario e inestable, cometer un traspiés es peligroso. Los libreros lo hacen notar y los lectores podrían preguntar si una efeméride puede sostener, como motivo pertinente, la publicación de una obra. ¿Y de una misma dos veces?

Muchas otras editoriales aprovecharán el tirón del centenario de la Gran Guerra para colocar en las librerías y en las páginas de las revistas productos llamativos. Por supuesto, la no-ficción sacará toda su artillería, que se suma a la avanzadilla desplegada en 2013. El género que tiene las de ganar es el de novela histórica, donde Plaza & Janés pondrá sobre la mesa Cartas a palacio de Jorge Díaz Cortés con Alfonso XIII como protagonista. Anagrama juega sobre seguro con 14 del francés Jean Echenoz, con personajes atravesados por la guerra.

También crónicas y ensayos, con la grandísima historiadora Margaret MacMillan a la cabeza, y su 1914 (Turner). David Stevenson con La Primera Guerra Mundial 1914-1918 (Debate). Galaxia Gutenberg reedita con ilustraciones el satírico Las aventuras del buen soldado Svejk del checo Jaroslav Hasek, un libro de 1922. Random House publica esa impresionante ilustración de más de siete metros creada por el cronista y dibujante Joe Sacco titulada La Gran Guerra sobre la Batalla de Somme. Se desmarca de lo previsible Lengua de Trapo con la colección de relatos Piedras negrasambientados en la Primera Guerra Mundial de un escritor español, Jesús Zomeño (nacido en 1964), en ellos, se perfilan hombres y mujeres abollados por las trincheras y la retaguardia.

La pregunta que el editor debería saber contestar con sus propuestas es qué nos une a la guerra del 14, además de separarnos 100 años.


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