lunes, 7 de septiembre de 2015

De cómo haciéndose los pelotudos, el Instituto Cervantes y Telefónica pretenden quedarse con el negocio millonario de la lengua

Jan Martínez Ahrens firma el artículo mentiroso y mal informado, publicado en El País, de Madrid, el 2 de julio pasado, donde se anuncia que España se arroga el derecho a que el suyo sea “el único examen de español para todo el planeta”. Se trata apenas de una muestra de cómo los medios españoles magnifican la noticia de la creación del Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española, fruto del ya habitual maridaje entre la acción cultural exterior española, la academia y las fuerzas del Ibex35. Así, promovido por el Instituto Cervantes, la Universidad de Salamanca y, horror de horrores, la UNAM, y desarrollado por los estafadores de Telefónica, empezará a funcionar en enero de 2016. Lo que no se dice es que todas estas instituciones –para llamarlas de algún modo–   obvian la existencia de otros certificados, como el CELU argentino, por supuesto. De nuevo, celebraciones por la última forma de minar el desarrollo de políticas lingüísticas soberanas en las "ex-colonias”. La pregunta es, ¿por qué, entre los blasonados muros del Colegio de San Ildefonso no se van un poquito a la mierda?

Un único examen de español para todo el planeta


El español tiene una asignatura pendiente. Hay 550 millones de hispanohablantes, pero ningún examen internacional que certifique el dominio del idioma. Esta carencia tiene desde ayer los días contados. Bajo los blasonados muros del Antiguo Colegio de San Ildefonso, en la Ciudad de México, los Reyes de España presidieron la presentación del Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (Siele), el examen que permitirá determinar en prácticamente cualquier punto del planeta el grado de conocimiento del castellano. La prueba, similar a las que ya dispone el inglés con los exámenes de la Universidad de Cambridge, nace bajo un concepto panhispánico, aglutinador de las distintas voces del español y con la ambición de convertirse en un patrón globalmente reconocido.

La iniciativa la han desarrollado conjuntamente el Instituto Cervantes (90 centros en 44 países), la Universidad Nacional Autónoma de México (la mayor de habla hispana) y la Universidad de Salamanca (la más antigua). La prueba arrancará a comienzos del próximo curso académico y con el listón muy alto. Las previsiones establecen un mínimo de 300.000 candidatos anuales, que aumentarán a 750.000 en cinco años. Tanto la inscripción como el examen se efectuarán por medios electrónicos y con conexión en línea.

“Faltaba en el universo de la enseñanza del español como segunda lengua o lengua extranjera un certificado ágil y de gran prestigio, que se situara en la línea de los que ofrece la lengua inglesa. Los equipos académicos de las tres Instituciones han trabajado, codo con codo, en un nuevo tipo de examen de carácter panhispánico en la línea abierta por las 22 Academias de la Lengua Española. Ellas han sabido plasmar en su Nueva Gramática la unidad que integra las distintas variantes en que el español se realiza”, afirmó Felipe VI.

El certificado se podrá obtener en cualquiera de los cinco continentes, pero el mayor esfuerzo se concentrará hasta 2018 en tres gigantes: Brasil, que tendrá 120 centros de examen; Estados Unidos, con 100, y China, con 60. Más de 15 millones de personas estudian ahora mismo español en esos tres países.

El Siele constará de cuatro pruebas: Comprensión lectora y Comprensión auditiva, cuya calificación será inmediata, así como Expresión e Interacción escrita y oral, que serán evaluados mediante escalas por expertos acreditados. Los candidatos podrán elegir si se enfrentan a la prueba de una sola vez o por partes. Los resultados se conocerán en tres semanas, y en caso de reclamaciones, un segundo calificador llevará a cabo la revisión de los textos y los audios. Superado el examen se obtendrá un certificado con una validez de dos años.

El examen es la punta de lanza de un proyecto de mayor envergadura. Junto con las pruebas se desarrollará material didáctico y, sobre todo, se avanzará en la enseñanza del español en toda su diversidad. “El Siele no solo es una prueba de evaluación, sino un sistema de promoción del español, pero del español de todos y en pie de igualdad. Pretendemos que en el proyecto participen las 900 universidades iberoamericanas y todos los ministerios de educación del área”, señaló el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha.

“Si queremos que nuestra lengua se afirme como segunda lengua de comunicación internacional debemos superar la visión de corto alcance, centrada en lo de cada uno, y poner en común los recursos de todos para lograr un objetivo que redundará en beneficio común', dijo Felipe VI.

En la firma del protocolo de actuación estuvieron presentes junto a García de la Concha el rector de la UNAM, José Narro, y el de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez. El acto fue presidido por los Reyes como parte de su visita de Estado a México. El viaje, que concluyó ayer con un recorrido cultural por Zacatecas, ha tenido como bandera la defensa del idioma como bien común y motor de crecimiento iberoamericano.


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