martes, 27 de junio de 2017

La omisión de los traductores le resta seriedad a la editorial de la Universidad Diego Portales

Una parte del prestigio de la Universidad Diego Portales tiene que ver con su editorial. Pese a las muchas críticas que recibe esa editorial chilena por apostar siempre sobre seguro, por rozar el snobismo en la elección de los títulos contemporáneos, por los precios de los libros, etc., el tiempo va revelando un catálogo muchas veces interesante (cfr. http://ediciones.udp.cl/catalogo.pdf), al que vale la pena consultar. 

Con todo, al hacerlo, uno descubre que el nombre de los traductores brilla por su ausencia. Así, por caso, nos enteramos de la existencia entre las novedades de Biografías selectas, de Thomas de Quincey, o de Vidas de Spinoza, de Jean Colerus, Jean Maximilien Lucas y Pierre Bayle, pero nada sabemos de quiénes tradujeron esos libros que no existen en castellano porque así lo haya decidido ningún espíritu santo, sino porque hubo un traductor que pasó muchas horas de su vida, detrás de un escritorio, traduciéndolos. Omitir su nombre en un catálogo no es un detalle menor: habla de la mentalidad de quien edita y le resta seriedad al emprendimiento.

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