miércoles, 25 de octubre de 2017

Esperemos que a nadie le dé un subidón de presión después de leer esto

Continuando con la saga, otra de esas palabras españolas objetadas en el comentario publicado en este blog el lunes pasado, a propósito de Yeah! Yeah! Yeah! La historia del pop moderno, de Bob Stanley, que, en traducción de Víctor Vicente Úbeda Fernández, la editorial Turner distribuyó en Latinoamérica. La insistencia en continuar con el tema se relaciona directamente con la defensa que Pilar Álvarez Sierra, editora del volumen, realizara en uno de los comentarios que se leen en esa primera entrada. La serie de objeciones debidamente justificadas podría seguir indefinidamente. Tal vez tanto la entrada de ayer como la de hoy basten para dejar en claro hasta qué punto la editorial Turner no tiene un verdadero interés en considerar a sus lectores de allende los mares.  


Otras maneras de decir lo mismo, pero que se entienda

La frase que emplea Bob Stanley en el original es ésta:

There are a few intros in the pop canon that give you an adrenaline shot within a second —literally— of them starting up. . . 

Víctor Vicente Úbeda Fernández  la traduce así:

“Pocas introducciones hay en el canon del pop capaces de provocar un subidón de adrenalina al escaso segundo (literalmente) de empezar a sonar…”

No se trata acá de discutir el gusto de cada traductor por tales o cuales formas, sino de tratar de entender por qué la elección de la palabra subidón es del todo improcedente más allá de las fronteras de España.

El engendro de la RAE define “subidón” a partir de su 23ª. Edición, señalando que se trata de una “elevación rápida y fuerte que experimenta algo. Ej.: Tuvo un subidón de fiebre”.

En el caso del diccionario de María Moliner, se lee a propósito de “subidón”: “m. inf. Aum. frec. de subida, referido especialmente al estado de ánimo”.

Otros diccionarios españoles aclaran que se trata de una forma coloquial para nombrar una “sensación intensa producida por el consumo de una droga”.

En el foro de Word Reference.com también se debate si la palabra es lícita o no, y lo interesante es que nuevamente, con la única excepción de un participante de Costa Rica –que declara que en su país se usa–, quienes la defienden son exclusivamente españoles. Los participantes de Argentina y de Chile dicen poder entender a qué se refiere, pero no usarla.

Ahora bien, si buscamos entre los posibles sentidos de shot en inglés –la palabra que Bob Stanley emplea en el original–, encontramos que, según el Merriam Webster, significa todo esto: https://www.merriam-webster.com/dictionary/shot

Por su parte, el Cambridge da esos sentidos y algunos otros, entre los que se encuentra: “the amount of a drug that is put into the body by a single injection” o sea, “la cantidad de droga que se pone en el cuerpo por medio de una sola inyección”. Esta última significación podría acercarse a la que ha decidido el traductor, siempre y cuando se considere que la frase tiene un claro sentido coloquial, algo que no es evidente aquí.

De hecho, cuando uno busca cómo se traduce la expresión estrictamente española "subidón de adrenalina", lo que encuentra es adrenaline rush o adrenaline kick, pero, de ninguna manera adrenaline shot, que, cuando aparece, se traduce por "inyección de adrenalina". 

Al buscar qué es la adrenalina, uno encuentra que se trata de una hormona y de un neurotransmisor, que incrementa la frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos y dilata los conductos de aire. Por lo tanto, en forma de droga (epinefrina) sirve para tratar los paros cardiorespiratorios, la anaflaxia y el sangrado superficial. Según la U.S. National Library of Medicine,  hay una única manera de administrar la epinafrina en forma de inyección: “La epinefrina se debe inyectar sólo en el medio del lado externo del muslo, y se puede inyectar a través de la ropa, si es necesario, en caso de emergencia. No se inyecta la epinefrina en las nalgas ni en ninguna otra parte de su cuerpo”. Esto la diferencia de otras drogas que utilizadas en las inyecciones intracardíacas, se administran directamente en los músculos o ventrículos del corazón y se usan sólo en emergencias para evitar reacciones alérgicas graves.

Toda esta larga explicación tal vez sirva para pensar que “subidón”, además de ser palabra que está fuera del léxico de Hispanoamérica, no es lo que está diciendo el original. Por otra parte, es una elección demasiado personal del traductor, tal vez un tanto alejada de lo que realmente dice el texto.

Así, entre otras posibilidades, sin que perdiera el sentido y con un léxico que supera las breves fronteras de España, podría traducirse así:

“Hay unas pocas introducciones en el canon del pop que le den a uno una carga / descarga / inyección de adrenalina a un segundo —literalmente—, de comenzadas...”

Como se lee, siempre hay otras posibilidades que ni achatan, ni cambian el sentido del original. No se trata de un "castellano neutro", sino de uno que sí se entienda en todas partes y que no esté teñido de color local, Wyoming y el Reverendo, Madrid me mata, Siniestro Total y lindezas por el estilo.

Esta traducción "tan extraordinaria" (en palabras de la editora) podría ser más hospitalaria y no excluir a la mayoría de los lectores de la lengua. Claro, primero habría que pensar que existen, pero no sólo a la hora de venderles espejitos de colores.


1 comentario:

  1. Se podría traducir shot como shot en la Argentina, donde fue popular la frase "te meto un shot en el orto"

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