miércoles, 13 de diciembre de 2017

La traducción en Chile y sus traductores (III)

Tercera entrada del breve cuestionario respondido por varios traductores trasandinos. Hoy es el turno de Verónica Zondek (1953). Poeta, traductora y gestora cultural, se licenció en Historia del Arte en la Universidad Hebrea de Jerusalén.  Forma parte del Comité Editorial de LOM Ediciones y de algunas revistas en Chile y el extranjero. Es Asesora Externa del Dpto. de Coordinación de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile de Valdivia.  Dirige y coordina talleres de lectura en la Corporación Municipal de Valdivia y en Centros Culturales. Ha participado en numerosos encuentros literarios, tanto en el país como en el extranjero y ha sido organizadora o co-organizadora de muchos.  Ha formado parte del jurado de concursos y ha obtenido dos veces la beca que otorga el Fondo del Libro para escribir y el 2007 la beca Fondart. El 2012 recibe el fondo CONARTE de la Municipalidad de Valdivia. Ha sido publicada en innumerables antologías y revistas tanto chilenas como extranjeras. Sus libros publicados a la fecha son: Entrecielo y entrelinea (Santiago de Chile, Ediciones Minga, 1984), La sombra tras el muro (Santiago de Chile, Ediciones Manieristas, 1985), El hueso de la memoria (Buenos Aires, Editorial Ultimo Reino, 1988 y 1995, y Santiago de Chile, Editorial Cuneta, 2011), Vagido (Museo Rayo, Roldadillo, Colombia, Ediciones Embalaje, 1990 y Buenos Aires, Editorial Ultimo Reino, 1991), Peregrina de mí (Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio, 1993), Membranza (Ottawa, Editorial  Cordillera/ Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio, 1995), Entre lagartas (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 1999),  El libro de los valles (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2003), Por gracia de hombre (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2008), La raíz del viento (fotografía de Abel Lagos, Valdivia, Editorial Kultrún, 2008), Memoria sensible de la sinagoga de calle Serrano (fotografía de Pilar Cruz; Santiago, Chile, Ograma Impresores, 2009). La ciudad que habito (Valdivia, Editorial Kultrún, Valdivia, Chile, 2012). También ha realizado la muestra de poesía chilena Cartas al azar (en colaboración con María Teresa Adriasola; Santiago de Chile, Ediciones Ergo Sum, 1989). Sus trabajos ensayísticos e investigaciones  incluyen: El ojo atravesado - correspondencia entre Gabriela Mistral y los escritores uruguayos (epistolario), edición, selección, notas y comentarios de Verónica Zondek y Silvia Guerra (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2005) y El ojo atravesado II - Gabriela Mistral entre los uruguayos,  edición, selección, notas y comentarios Verónica Zondek y Silvia Guerra (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2007).  Ha traducido a Derek Walcott, June Jordan,Gottfired Benn, Paula Meehan, Anne Sexton y Anne Carson, entre otros muchos poetas.

Una batalla continua y difícil

–¿Desde cuándo y por qué traducís?
Traduzco desde hace mucho, aunque cuando comencé no pensé que esto sería una de mis pasiones. Comencé en Jerusalén el año del nacimiento de mi primer hijo (1978), traduciendo lo que cayera en mis manos porque eso me permitía combinar la maternidad con el trabajo y me daba una cierta autonomía. Hoy, cuando traduzco, sólo traduzco poesía o lenguaje poético. Y, además, me doy el lujo de traducir sólo aquello que me gusta, me enreda, me obsesiona de alguna manera. Eso deriva necesariamente en que traduzco poesía que quiero leer con mayor profundidad y detención ya sea porque me intriga o porque las traducciones que encuentro no me satisfacen y pienso que es necesario un puente más para que otros puedan acceder.

¿Cómo elegís a los autores que vas a traducir?
Elijo lo que me embruja de algún modo.  Eso que al echarle una primera leída me atrapa o me sorprende o me provoca.  Y entonces pienso que a esos autores deberían leerlos otros que no tienen acceso como yo a la lengua original.  Y, me embarco, previa búsqueda de un modo de financiarlo. Soy muy demorona y obsesiva por lo que siempre necesito tiempo.

¿Qué relación hay entre lo que traducís y tu propia tarea como poeta?
Mucha. La traducción es una lectura atentísima y por lo mismo hay una relación de compromiso y mutuo traspaso tanto del lenguaje como del sentido entre la obra traducida y la propia escritura. No creo que sea posible traducir obviando lo que uno hace con lo propio.  Eso forma parte de una y por lo mismo, desde ahí se dispara.  En todo caso mi intención siempre es la de traspasar al castellano al menos el sentido y el ritmo (aunque sea otro) del poema original.  Pero cada traducción es una lectura de ese poema y no puede abarcarla todas.  Por eso las traducciones se complementan y no son perfectas.  Bueno, somos humanos y nada de perfectos.

¿Cuál es el panorama actual de la traducción literaria en Chile?
Me parece que en la actualidad hay cada vez más escritores que se abocan a la traducción.  Pienso que esto se debe por un lado a que hay hoy un mayor manejo de lenguas distintas al castellano a la vez que una apertura a literaturas distintas a la nacional más extensa que otrora.  Por otro lado hay también fondos concursables para financiar al traductor, pero eso es algo que sólo lleva un par de años funcionando por lo que no creo que sea la causa del aumento de interés en traducir, pero sí un apoyo.

¿En qué medida la industria editorial chilena se hace cargo de los traductores chilenos?

Poco, es una batalla continua y difícil debido a que la poesía y más aún la poesía en otra lengua, no constituye un producto comercial.  Por lo mismo hay que encontrar una editorial dispuesta a tomar el riesgo o definitivamente una editorial que esté dispuesta a invertir sin esperar rédito.  Esto mejora un poco con la creación del fondo concursable que mencioné.  Es muy pequeño aún pero puede significar una apertura.  Quién sabe.  Estas cosas a veces tienen un inicio interesante y luego se apagan.  Esperemos que no.

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