miércoles, 4 de julio de 2018

Nuevamente Avelluto desmiente lo que es vox populi y hace quedar bien al gobierno de Macri

Fotos de Martín Rosenzveig
La noticia es del día de ayer. Se publicó en los diarios Clarín (con firma de Verónica Abdala), Perfil (sin firma) y Página 12 (también sin firma). Y también en el sitio de cultura de InfoBAE (con firma de Hinde Pomeraniec). Las cuatro coberturas, en ese orden, pueden leerse a continuación.

Horas después de conocida la información, hubo una conferencia de prensa en la que Alberto Manguel hizo pública su renuncia y aseguró que Pablo Avelutto, por ahora Ministro de Cultura, le prometió que no habría despidos en la Biblioteca Nacional. Su excusa fue que el médico le había recomendado un plan de recuperación por un cáncer que aparentemente habría tenido hace cinco o seis años. Interinamente, lo sucede Elsa Barber, actual vicedirectora de la casa. 

Ahora bien, dada la costumbre de desmentir lo que después se revela como cierto, puede que Avelluto (en la foto, el más gordo de los dos) sea o un mentiroso serial, o  carezca de escrúpulos, o  simplemente sea un inepto. 



I

Alberto Manguel renuncia 

a la Biblioteca Nacional


El rumor que desde hace días recorría los pasillos de la Biblioteca Nacional y puso en alerta al personal por fin se confirmó: Alberto Manguel renunció a la dirección del emblemático organismo, cargo que ocupaba desde 2016.

Si bien Pablo Avelluto, ministro de Cultura de la Nación, le había negado rotundamente el lunes ese rumor a Clarín, Manguel presentó su renuncia el martes por la mañana, aduciendo "motivos personales". En este sentido, fuentes cercanas al director hablaban de una enfermedad.

El anuncio se oficializará por la tarde, con detalles sobre la situación de la Biblioteca y sobre el nuevo director. Este lunes se hablaba de que la candidata sería la actual vicedirectora, la bibliotecaria Elsa Barber. Fuentes cercanas a Biblioteca señalaban que existiría la intención de concursar el cargo a futuro, pero todavía no está la venia del presidente Mauricio Macri.

Según pudo saber este diario, la razón de la salida podría estar relacionada con una supuesta nueva ola de despidos en la Biblioteca que, de concretarse, sumaría malestar a una situación interna ya de por sí delicada. Desde la asunción de Manguel, entre 50 y 60 personas con contratos temporarios, semipermanentes o "de obra" fueron “desafectadas” de sus respectivos puestos de trabajo o renunciaron porque variaron las condiciones de trabajo –el grueso de trabajadores de la Biblioteca no es parte de la planta permanente-. Y de haber una nueva escalada de despidos, en el marco del ajuste que el gobierno asume, explican que Manguel querría “despegarse”. Fuentes oficiales negaron también que vaya a haber despidos.

Solo en 2018 se habrían contabilizado unos quince despidos en la Biblioteca: se trató de personas que no cumplían con los estrictos controles biométricos implementados en distintos organismos y ministerios nacionales: los empleados deben cumplir con una cantidad de horas, que en algunos casos se incrementó, y cuyo registro queda asentado mediante molinetes emplazados en las puertas de estas dependencias, entre ellas la Biblioteca-. De este último grupo de empleados, dos fueron reincorporados por vía judicial.

Para las organizaciones gremiales, el presente de la Biblioteca es preocupante: temen que, en este caso, los trabajadores afectados puedan llegar a medirse en decenas, después de que el 1° de agosto prescriba un acuerdo entre la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y el Gobierno, destinado a frenar los despidos de personal durante junio y julio. Según estimaciones de los delegados, de los alrededor de 900 empleados que trabajan hoy en la Biblioteca, unos 250 estarían en riesgo si se aplicara la lógica de la “Dotación óptima de personal” que Modernización está calculando para distintos ministerios y organismos descentralizados desde finales del 2016. Cuando asumió Mauricio Macri, la dotación de la Biblioteca alcanzaba las 1048 personas.

Lo que no es materia de debate es la manifiesta incomodidad de Manguel en los últimos meses; en parte por las encendidas internas que enfrentan a la gestión con el personal; en parte por el ajuste presupuestario al que él mismo se ve sometido: no es casual que durante la Feria del Libro de Buenos Aires –el 6 de junio pasado- haya dicho públicamente que “en la Biblioteca Nacional no tenemos un mango ni para comprar café”. El comentario fue en respuesta a una pregunta sobre la adquisición de la biblioteca personal de Bioy Casares; él aclaró que no había sido comprada sino aceptada en donación, pues no tenían un peso para hacer compras. También se quejó de las trabas burocráticas que enfrenta con frecuencia.

Se dijo también que la subdirectora de la Biblioteca, Elsa Barber, que ya ejerció la dirección de la misma, podría ocupar el cargo durante la transición, de querer irse Manguel. Aunque hay versiones que en cambio sostienen que, de ocurrir eso, ella también se iría.

Discreto y con un perfil muy bajo, el autor de Una historia natural de la curiosidad llegó hace exactos dos años a la Biblioteca dispuesto a modernizarla, digitalizar los archivos y mantener una relación más fluída con los referentes editoriales y literarios a nivel internacional. Que durante su gestión el premio Formentor se haya entregado por primera vez en Buenos Aires o que la Biblioteca haya recibido a figuras de renombre internacional, como la escritora -su amiga personal- Margaret Atwood o Elisabeth Roudinesco prueba esa intención. Y podría pensarse que, difícilmente, en lo que le queda de gestión pueda superar esos logros, si el presupuesto no aumenta o se reduce aún más la planta de personal. Habrá que ver qué decide hacer y qué razones pesan más a la hora de definir su continuidad.


II
Renunció Alberto Manguel,
director de la Biblioteca Nacional

El director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, renunció a su cargo por motivos de salud, luego de dos años de gestión al frente de la entidad pública. El editor y escritor de varios libros había sido designado en ese puesto por el presidente Mauricio Macri en junio del 2016 en reemplazo de Elsa Barber. Manguel había presentado su dimisión el pasado lunes ante las autoridades del Ministerio de Cultura, que dirige Pablo Avelluto, y trascendió habría decidido dar un paso al costado "por motivos de salud", según consignó la agencia Noticias Argentinas.  El ahora exdirector de la Biblioteca Nacional tiene 70 años y nació en Buenos Aires, aunque pasó su infancia en Israel, ya que su padre era embajador argentino en ese país.


III
Mangel se  va de la Biblioteca Nacional

El director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, renunció a su cargo luego de dos años de gestión al frente de la entidad pública. El anuncio sería oficializado durante la tarde, cuando además se darían a conocer detalles sobre la situación del organismo y quién lo reemplazará en el cargo.

El editor y escritor había sido designado en ese puesto por el presidente Mauricio Macri en junio del 2016 en reemplazo de Elsa Barber.

La decisión de dejar la dirección de la Biblioteca Nacional habría estado motivada por diferencias entre el escritor y el ministro de Cultura Pablo Avelluto en torno al presupuesto. De hecho, Manguel había declarado de manera pública que no estaba de acuerdo con el ajuste que se lleva adelante en la entidad. "No tenemos ni un mango para comprar un grano de café", había dicho hace pocos meses. Otras versiones adjudican su salida a cuestiones relacionadas con su salud.

Manguel había presentado su dimisión ayer ante las autoridades del Ministerio de Cultura.


IV
Por primera vez en su historia,
una mujer dirigirá la Biblioteca Nacional

Elsa Barber y los otros dos
Luego de horas de rumores de diferentes intensidades, se confirmó la salida del actual director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel. Será a partir de agosto y las razones esgrimidas oficialmente tienen que ver con su salud. El anuncio se hizo durante una conferencia de prensa convocada de manera sorpresiva en la que tomaron la palabra el propio Manguel, el ministro de Cultura Pablo Avelluto y también Elsa Barber, quien hasta ahora es la vicedirectora de la Biblioteca y que, cuando se concrete la salida de Manguel pasará a ser su directora de manera definitiva, con lo que se convertirá en la primera mujer titular del organismo en toda su historia.

El encuentro se llevó a cabo en el despacho de Barber, quien trabaja en la Biblioteca desde el año 2007. Comenzó hablando Avelluto, quien contó que durante el verano Manguel le hizo conocer datos sobre su estado de salud: "El cuerpo le pedía que parara", dijo Avelluto ante los periodistas. Manguel tomó la palabra y explicó que tuvo un cáncer unos 5 o 6 años atrás y que su médico, que vive en Estados Unidos, le dijo que debía trabajar menos y, sobre todo, cargar con menos estrés. En ese momento, aseguraron, Avelluto le pidió que continuara y eso ocurrió; sin embargo, en estos días, el escritor decidió que había llegado la hora de dejar el edificio de la calle Agüero. Fue entonces que señaló con mucho aprecio que nada de lo que hizo hasta ahora en la Biblioteca podría haberlo hecho sin Barber, quien es además bibliotecóloga, por lo que será la primera mujer y la primera bibliotecóloga a cargo de la dirección.

"No hubiera podido hacer nada sin Elsa", dijo Manguel. "Ella sostuvo la parte técnica porque yo no sé nada de técnica ni de tecnología ni de bibliotecología. Sin ella y sin el magnífico equipo de trabajadores, por lo que me siento un poco menos culpable sabiendo que esta gente se queda aquí. Mi única función fue administrar el trabajo de los trabajadores de la Biblioteca. Muchos en el mundo nos envidian este personal". Manguel buscó todo el tiempo desestimar los "rumores más secretos" que trascendieron en la prensa, según los cuales su estado de salud sería solo una de las razones de su partida ya que habría habido desinteligencias entre el director de la biblioteca y el ministro Avelluto y, sobre todo, algunas versiones señalaban que Manguel no quería estar al frente de la BN si llega –como se teme– una ola de despidos el área. "Mi decisión ha sido exclusivamente médica", aseguró en varios momentos.

"Tanto en el ministerio como en el Gobierno estamos muy contentos con Alberto Manguel y su equipo. Además de los logros de estos dos años, nos hemos hecho grandes amigos", dijo Avelluto, quien para hacer frente a las versiones que señalan que el ajuste ya llegó a su área aseguró que el presupuesto de la Biblioteca, que es de 650 millones de pesos, fue ejecutado a la fecha en un 44 o 50%, algo normal para esta época". Manguel asentía a su lado, aunque no pudo evitar un reproche: "Nuestro presupuesto es 1/3 del presupuesto de la Biblioteca del Congreso", le dijo. Avelluto dijo que Manguel seguirá vinculado "a este proyecto como asesor ad honorem".

"La experiencia en la Biblioteca Nacional fue la más extraordinaria de mi vida. Me pasé la vida escribiendo recetas y por primera vez entré a la cocina", dijo en forma de metáfora el autor de tantos libros sobre historia de la lectura. Durante la reunión de menos de una hora con la prensa, Manguel mencionó al menos tres veces que el ministro Avelluto ("a quien le creo") le dio su palabra de que no habrá cambios abruptos. "Hay un clima de incertidumbre e inquietud, porque fuimos un país incierto desde la fundación. Pero mi amigo Pablo me prometió que no se va a despedir gente ni se van a desmontar estructuras. Los 3 mil eventos del año pasado se van a multiplicar", dijo. "Para mí ha sido un regalo trabajar estos dos años con Manguel, y también con Avelluto", dijo por su parte muy emocionada Barber, una persona de reconocida solvencia técnica, quien estuvo a cargo de la Biblioteca en el inicio del gobierno de Mauricio Macri, durante los meses de 2016 en los que se estuvo esperando la llegada de Manguel y durante los cuales se produjeron unos 240 despidos.

"Todo esto –se refiere a la salida de Manguel– me produjo un shock", siguió Barber, "y ese mismo shock tiene el personal de la biblioteca". La funcionaria señaló que durante el tiempo de trabajo conjunto consiguieron trabajar en equipo en un clima muy cordial, como no lo había podido hacer durante la gestión anterior: "Estamos en una etapa muy linda acá en la Biblioteca". Ahí intentó insertar lo que se vive en la Biblioteca con el clima general de Argentina. "Y conociendo este lugar desde hace once años y teniendo en cuenta la situación general que se vive en el país, no quisiera volver a esa situación de permanente…". Barber no pudo concluir su idea ya que Manguel volvió a tomar la palabra y aseguró una vez más que su decisión era pura y exclusivamente motivada por su salud y porque su familia le reclamaba que dejara la Biblioteca.

Luego de las reiterardas menciones de Manguel sobre el tema, Infobae le preguntó directamente al ministro Avelluto por la eventualidad de los despidos. "No hay ninguna intención por parte del gobierno de producir cesantías masivas en la Biblioteca Nacional", reafirmó el ministro. Dentro del mismo clima amistoso y con bromas varias ("Tengo 70 años, podría ser tu papá" "Podrías ser mi papá y mi mamá", repondió Avelluto) Manguel comentó que a su llegada hubo una redistribución de tareas en varios casos, sobre todo en personal que había sido contratado durante el final del gobierno kirchnerista si tarea asignada y que, recientemente, luego de la implementación del sistema de tarjetas, hubo varios casos de trabajadores que no concurrían a su lugar de trabajo por lo que se produjeron algunos casos de despidos justificados, además de retiros y jubilaciones. 


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