lunes, 18 de marzo de 2019

Políticas de la lengua y negocios españoles


La proximidad del Congreso de la Lengua en Córdoba hace que los medios, generalmente desinformados, repitan como loros las gacetillas que les llegan de los interesados en promocionar esa verbena, cuyo programa, si se lee en detalle, es un derroche de estupidez (Ej. Ese tipo Sabina y la “puetisa” Sastre, en la mesa de poesía: hay que tener estómago). Así, el poeta y traductor Jorge Aulicino –que, no olvidemos, fue periodista durante más cuarenta años–, un tanto harto, opina sobre lo que significa ese congreso y devela sus móviles en la siguiente columna, publicada el 16 de marzo pasado en su Facebook.

No existe más el imperio donde 
"no se pone el sol", ¿te enteras?

Vamos a ver: soy argentino y hablo en argentino. Es un matiz, por ahora, del antiguo dialecto de Castilla que se convirtió en idioma oficial de la España monárquica unificada. ¿Es tan difícil ver que la política actual de España frente al idioma es precisamente política? Tiene razones económicas también, desde luego. Mínimas y legítimas, si se quiere. Pero básicamente es una política de Estado, de sobrevivencia. Se habla ahora de la necesidad –en la revista Ñ sin ir más lejos– de superar las "históricas disyuntivas" entre América latina y España y avanzar hacia una lengua franca. Una nueva lengua de los negocios. ¿Puede estar más claro? Frente a esta política, el lugar de sumisión de las academias americanas respecto de la RAE resulta para mí intolerable. Una Academia, la española que, por lo demás, lleva en su hombre la pertenencia a la monarquía. Estas naciones, Madrid, nacieron como repúblicas, ¿te enteras? Las fundaron masones, muchos de ellos católicos, pero casi todos anti-monárquicos. Hablan el español de otro modo, hacen reclamo de su soberanía hasta hoy. Y sin embargo sus instituciones lingüísticas aceptan someterse al papel de satélites o sucursales de la RAE Les organizan incluso congresos de la lengua (¿de cuál lengua?) a la RAE y al rey. ¿Es necesario en el mundo global sostener una lengua franca alternativa, que no sea el chino, como cada vez más parece?. Bien, eso se dará o no se dará en la medida en que el uso de las variantes del castellano de España crezca en número de hablantes y haya cada vez más mexicanos o argentinos o venezolanos o chilenos en el mundo de los negocios, de la industria del espectáculo, de la ciencia y de la tecnología. El español chapuceado que se hablará en esos ámbitos como alternativa al inglés, se convertirá en "lengua franca" 2 si Dios quiere, y ojalá Dios lo quiera. Esos procesos ocurren. Y no se diga que ocurren porque un hada madrina desciende de un país que fue central para unificar la lengua. Tengo entendido que el Renacimiento sucedió cuando el latín había hecho big bang. Y en el mundo económico y tecnológico hacía rato que no se hablaba un solo idioma cuando se produjo la Revolución Industrial. De modo que fue necesaria una "lengua franca" nueva y distinta. Un inglés estandarizado. No el mismo que se habla en Texas, distinto al de Nueva York, al de Londres, al de Canberra o al de Toronto, por no mencionar Jamaica. Si el castellano de España tiene ese destino nada puede hacer la RAE para acelerar el proceso. En cambio, puede intentar que lleve lo que se llama hoy "marca España"

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