lunes, 9 de septiembre de 2019

Por qué no hay que usar el Diccionario de la Real Academia, prejuicioso, racista y mal redactado (15)


La palabra folklore fue creada por el escritor inglés especializado en mitos, leyendas y tradiciones  William John Thoms, el 22 de Agosto de 1846. Etimológicamente deriva de “folk” (pueblo, gente, raza) y de “lore” (saber, ciencia) y se designa con ella el “saber popular”. Durante muchísimos años así se la conoció en el mundo hasta que los españoles de la RAE acaso por una educación deficiente en idiomas, necesitaron transformarla en folclor, creando un verdadero engendro que carece de lógica y, por lo tanto, de explicación, pero, joder, hombre, que es así.

Muchas otras palabras de origen inglés sufrieron destinos similares o, directamente, fueron reemplazadas por otras que los españoles tradujeron e hicieron propias, sin que ello implique que hayan prosperado en el resto de la lengua. Por caso, muchas de ellas se refieren a los deportes. El basketball así pasó a ser basquetbol, donde la palabra “basket” (canasta) y la palabra “ball” (pelota) desaparecieron olímpicamente para entregarnos un nuevo engendro basado en la pronunciación que, por razones del todo oscuras, cambia la “k” por la “q”, escala previa a su transformación radical en balonmano, monstruo que invita directamente al vómito.

En el caso del football, la lógica de la pronunciación dio claramente futbol, escala previa a balompié, que, afortunadamente no se usa fuera de España. Quizás por ello, el DRAE se vio obligado a contemplar ambas variantes. Pero entonces nos topamos con el problema de la definición. Según el mentado diccionario el fútbol es esto:

Del ingl. football.

1.m. Juego entre dos equipos de once jugadores cada uno, cuyo objetivo es hacer entrar en la portería contraria un balón que no puede ser tocado con las manos ni con los brazos, salvo por el portero en su área de meta.

Si tradujéramos esto al argentino y a otras variantes del castellano de América,  habría que reemplazar varios términos, a saber: “portería” por “arco”, “portero” por “arquero” (existen también otras denominaciones, como “guardameta”, “guardavalla” o “golero”). Pero supongamos que las diferencias léxicas fueran apenas una variante regional. Lo que no es de ningún modo correcto es negar que el “balón” (o sea, la “pelota”) es tocada con las manos por los jugadores. Esto ocurre en la ejecución de los saques laterales, con lo cual la definición del DRAE, por incompleta, no es correcta. Y esto lo saben hasta los periodistas deportivos, principales aliados del DRAE a la hora de buscar sinónimos con que embellecer sus muchas veces irreales relatos de lo que ocurre en las canchas (sin hablar del segundo nombre de los jugadores, que existe sólo para condenarnos y para ser utilizado en las transmisiones de televisión y radio: Cfr. Diego Armando Maradona, etc.).

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