tag:blogger.com,1999:blog-6177441355897498422.post7603630701738328988..comments2024-03-28T08:25:27.890-03:00Comments on Club de Traductores Literarios de Buenos Aires: La verdad de la milanesaJorge Fondebriderhttp://www.blogger.com/profile/02636754088627127155noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-6177441355897498422.post-85465754644297015122010-03-11T09:45:42.556-02:002010-03-11T09:45:42.556-02:00Estos romanos están todos majaretas, estimado Auli...Estos romanos están todos majaretas, estimado Aulicino.Jorge Fondebriderhttps://www.blogger.com/profile/02636754088627127155noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-6177441355897498422.post-48386987369766892412010-03-11T04:15:08.392-02:002010-03-11T04:15:08.392-02:00Estimado Fondebrider
Le copio aquí la versión de ...Estimado Fondebrider<br /><br />Le copio aquí la versión de un escrito en latín que ha llegado a mis manos. El cómo llegó me reservo de explicarlo, sólo daré por indicio que el escrito lo encontré en mi bolsillo luego de haber leído La Máquina del Tiempo de H.Wells. Sometido a traducción en el cercano habitáculo de un experto en lenguas antiguas de cerca de casa, esto es sorprendentemente lo que dice:<br /><br />Entre que le asestaba un golpe de furca a un nativo de la Hispania, y arrojaba un venablo a otro, me dio por pensar que esa tierra pronto ruzumaría sangre, de seguir la campaña del César. Tal vez no fueran menester más represiones si, en menos que lo que Catón pronuncia una sentencia memorable, toda la Hispania estuviese cubierta no de sangre sino de nuestro verbo, acunado y acuñado en el Lazio. Ah, pero mientras rechazaba un tiro de honda con mi scutum y atravesaba con la espada el torso de un aborigen, a los gritos de nuestro decurión que, siempre soez, reclamaba "a mover las nalgas, manga de mariquitas", me sobrevino Minerva, y en un rapto -y en un rato, un ratito- me dio a ver el futuro: en efecto, toda la Hispania hablaría oficialmente el latín, pero en lo porvenir acechaba nuestra ruina, y, con ella, la de nuestro idioma natal, el de Virgilio. Y nuestra recién fundada y nuevecita Caesar Augusta se llamaría Zaragoza, y el bello Baetis, Guadalquivir. Y así otros nombres geográficos serían pasados a guadaña por aquestos salvajes. El latín moriría en todo el mundo, junto con nuestro imperio. Y os lo digo con el llanto en los ojos: ni en las tierras del Lazio se hablaría el latín. Esta revelación aflojó mis piernas y nubló mis sentidos, pero una oportuna patada en el traste me hizo sentir la aspereza de la caliga de nuestro decurión, a la par que su grito me confortó en mi desmayo: "Cuidado, boludo, si te dormís estos gallegos te van a comer a la pomarola". A lo que dije: "Decurión, decurión, mi querido decurión: lo que habláis no es correcto latín, más bien parece la jerga de alguna ignota colonia". "¿Qué querés?", me dijo,"¿que te hable en latín del collis Palatium, pedazo de salame? Vos sí que te tragaste el marketing de Roma: nuestra patria es nuestro idioma. Andá, forro, andá a cantarle a Catulo". Antes de que la maza de un hispano me hiciese ver los pajaritos, alcancé a proferir: "Decurión, decurión, qué grandes sos. Sos el primer trabajador". Y entre las brumas de mi desmayo, vi imágenes de miles de individuos cantando estos metros al ritmo de pífanos y tamboriles.<br />Cayo Rufus TranquiloJorge Aulicinohttps://www.blogger.com/profile/10831889036773548089noreply@blogger.com