El Club de Traductores Literarios de Buenos Aires se dio el gusto de invitar al narrador y traductor Marcelo Cohen (1951), quien en apretadísima síntesis, planteó algo así como un día en la vida de un traductor, haciendo recaer en esa única jornada todas las circunstancias y avatares que a los traductores les toca vivir a lo largo de una vida. El resultado no pudo ser mejor y la velada transcurrió maravillosamente, lo que puede corroborarse viéndola en http://www.ustream.tv/recorded/6654821
Marcelo Cohen vivió en Barcelona entre 1975 y 1996. Allí fue redactor-jefe de la revista cultural El viejo topo. En la actualidad, junto con Graciela Speranza, dirige la revista Otra parte. Su obra narrativa incluye El instrumento más caro de la tierra (1982), El país de la dama eléctrica (1984), El buitre en invierno (1984), Insomnio (1985), El sitio de Kelany (1987), El oído absoluto (1989), El fin de lo mismo (1992), El testamento de O'Jaral (1995), Inolvidables veladas (1996), Hombres amables (1998), Los acuáticos ( 2001), La solución parcial (2003), Donde yo no estaba (2006) y En casa de Ottro (2009). Como ensayista, ¡Realmente fantástico! y otros ensayos ( 2003). Prolífico traductor, ha vertido al castellano obras de Christopher Marlowe, William Shakespeare, Ben Johnson, Jane Austen, Ray Bradbury, William Burroughs, Gene Wolfe, Martin Amis, T.S. Eliot, Philip Larkin, Raymond Roussell, Clarice Lispector, Machado de Assis, Fernando Pessoa, Italo Svevo y Giaccomo Leopardo, entre muchísimos otros autores.
fotos: Guido BonFiglio
qué placer siempre renovado para el espíritu y, en mí caso, para el corazón es oir a marcelo cuando habla en público de cuestiones que lo ocupan y le preocupan, y en las que ha pensado con esa flexibilidad y profundidad responsables que lo caracterizan. marcelo nunca despacha un tema, por pequeño o espinoso que sea, sin decir algo iluminador al respecto. no es porque sea mi amigo, pero así se lucha contra el pegajoso desdén de la ignorancia, boît de fac!
ResponderEliminarincluso cuando dice cosas con las que no acuerdo -a nivel teórico- en absoluto, como eso de que según en qué casos el traductor debe intervenir en el texto que traduce (para mí, el original es un pdf de sólo lectura), su argumentación resulta atendible y desatascadora, para usar su propio término. en cierto modo, una parte importante de la culpa de que yo siga tratando de traducir cada día desde hace veinticinco años la tiene él y ya es hora de que se lo agradezca públicamente.
en cuanto a la traducción de dido, reina de cartago, ronda por ahí una edición barcelonina de janés, de 1953, en traducción de juan g. de luaces, que quizá incluya esa tragedia.
y una cosa más: la ley de propiedad intelectual española es muy precisa respecto de la diferencia entre cobrar un tanto alzado (una cantidad fija y única) o un anticipo a cuenta de derechos sobre el precio de venta al público (es decir, una cantidad similar que, una vez amortizada mediante las ventas, da paso a la liquidación proporcional regulada por el porcentaje, el royalty, pactado) por la edición de una obra -y toda traducción lo es, como recalcaron jorge y marcelo en la charla: el tanto alzado sólo puede ofrecerse como contraprestación de la cesión -finita- del derecho de explotación de la obra en caso de una primera y única edición de la misma; en caso de que se prevea más de una edición -y así debe constar en el contrato-, es obligado fijar un porcentaje de royalties. la idea que subyace aquí es el principio de remuneración equitativa y proporcional, a fin de evitar que sólo una de las partes gane cuando las ventas superan los márgenes habituales. imagino que la legislación argentina no debe andarle muy lejos.
Solo confirmar que el lunes pasado Marcelo Cohen superó todas mis expectativas. Gran encuentro!
ResponderEliminarExcelente la charla de Marcelo Cohen.
ResponderEliminarFue un verdadero privilegio el haber asistido.