martes, 13 de julio de 2010

Un traductor con biografía


En El Trujamán de ayer se publicó una espléndida columna de Marietta Gargatagli a propósito de Joseph-Charles Mardrus (foto), autocatalogado como «musulmán de nacimiento y parisino por accidente», aunque era egipcio y católico. Según señala la Wikipedia, "Mardrus fue un gran viajero, recorriendo los mares en busca de las leyendas de su Oriente natal. Como médico, trabajó para el gobierno francés, siendo enviado a Marruecos y al Lejano Oriente". Todo esto y el estilo de Marietta resultan irresistibles para el Administrador de este blog, por lo que el texto se puede leer a continuación.

La boda de Mardrus

Joseph-Charles Mardrus nació en El Cairo (1868), estudió en el Líbano, vivió en París. Como médico viajó por diversos países árabes, como poeta parisino inhaló la atmósfera de una ciudad donde las luchas obreras, el decadentismo, el gusto por lo oriental convivían sin molestarse. Se dice que Mallarmé le sugirió que hiciese una nueva versión de Las mil y una noches y esa obra, publicada en 1903, lo hizo tremendamente popular. La versión del doctor Mardrus estaba destinada a dinamitar la «adaptación» (en palabras de Mardrus) de Antoine Galland, el primer traductor europeo de los relatos árabes. El menoscabo del predecesor tuvo gran éxito porque Le livre des mille nuits et une nuit estaba mejor escrito y contenía un erotismo abultado desde el prólogo: «La adaptación de Galland es un ejemplo curioso de la deformación que puede sufrir un texto al atravesar el cerebro de un hombre de letras del siglo de Luis XIV. Escrita para la Corte, fue sistemáticamente despojada de todo ardor y se tamizó cualquier pasión original».

Aunque críticos posteriores han puesto en entredicho la pretendida literalidad amatoria de los cuentos árabes e incluso la calidad de la versión de Mardrus, la equívoca reputación de esta traducción se ha mantenido inalterable. Debe haber contribuido a esta fama el propio Mardrus, dotado de una excentricidad más perdurable y, en cierto modo, más encantadora que sus creaciones. Y una de sus transgresiones más famosas fue la boda con la poeta Lucie Delarue. El 5 de junio de 1900, diez días después de haberse conocido, se casaron en la iglesia de Saint-Roch. La novia iba vestida de ciclista, con una camisa a cuadros y canotier; él condujo a los testigos y a la familia en los únicos cuatro fiacres automóviles que había entonces en París. Aunque el matrimonio no duró mucho (Mardrus encontró una mujer más «reposada» con la que compartir la existencia), la escena garantizó una popularidad sin límites. Resulta extraño y halagador que un traductor tenga una biografía apasionante (que tenga biografía ya es un mérito) cuando están destinados a la eliminación y al anonimato. Joseph-Charles Mardrus murió en París, en 1949.

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