Si bien la sección de comentarios de un blog plantea una dinámica distinta que, por ejemplo, la sección de cartas de los lectores en un diario o en una revista, eso no exime que quienes quieran comentar, opinar o discutir las entradas lo hagan identificándose como corresponde a la urbanidad.
Sucede que, más allá de las publicidades más o menos encubiertas o los improperios, los comentarios anónimos a veces no sólo son pertinentes, sino que podrían dar pie a una discusión. Pero la ley con las que se rige este blog ya fue fijada y es la misma para todo el mundo, y no contempla comentarios sin firma, por inteligentes que estos sean.
Se ruega entonces a quienes vayan a manifestarse por escrito que lo hagan con un nombre y un apellido, respetando lo que aquí se publica con nombre y apellido, tanto en el caso de quienes firman las noticias que se cuelgan como en el del Administrador. Es un trámite indoloro, no vinculante y por demás civilizado, además de justo. Caso contrario, los comentarios no serán contemplados.
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