Como, por la lógica del blog, la entrada quedó muy atrás y, por lo tanto, esas respuestas no tienen hoy la visibilidad que merecen, se reproduce a continuación, parte de ese diálogo, al final del cual se agregan nuevas preguntas.
Algunas puntualizaciones y nuevas preguntas
María Laura Ramos14 de mayo de 2012 08:30
Hola a todos. Como vicepresidenta de AATI, me siento en la necesidad de aclarar que la AATI acepta como miembros a traductores e intérpretes que tengan título habilitante, y también a quienes puedan acreditar experiencia en la profesión. Saludos
Estimada María Laura, ya que nos hacés una aclaración, te voy a pedir tres más:
1) ¿qué pasa con los traductores e intérpretes que tienen título habilitante pero que nunca tradujeron ni interpretaron nada?
2) Luego, ¿cuál es el mecanismo por el que ustedes juzgan acreditados a los traductores no titulados?
3) Finalmente, si para integrarla AATI no estando titulado hay que acreditar experiencia, ¿qué pasa con los titulados que no pueden acreditarla? ¿Por qué deberían integrar la institución?
Supongo que los lectores del blog se sentirán agradecidos de recibir tus respuestas.
Cordialmente
1) ¿qué pasa con los traductores e intérpretes que tienen título habilitante pero que nunca tradujeron ni interpretaron nada?
2) Luego, ¿cuál es el mecanismo por el que ustedes juzgan acreditados a los traductores no titulados?
3) Finalmente, si para integrar
Supongo que los lectores del blog se sentirán agradecidos de recibir tus respuestas.
Cordialmente
María Laura Ramos15 de mayo de 2012 08:29
Hola a todos nuevamente. Voy a intentar aclarar las inquietudes de Jorge y doy por finalizada mi intervención en este medio.De todas maneras, la Comisión Directiva de la AATI estaría más que dispuesta a participar de cualquier encuentro, charla o mesa redonda que el Club organice sobre el tema. Es un debate que, creo, todos nos debemos. Además, quiero agradecer a Gabriela Adamo por haber levantado tan saludable polvareda.
Aquí van las aclaraciones:
1.La AATI , de acuerdo con su Estatuto, acepta como socios activos a los traductores e intérpretes que poseen título habilitante y como socios adherentes a los traductores públicos y a los colegas que puedan acreditar su experiencia. La actual CD de la AATI es consciente de las fallas del Estatuto original; esa es una de las tantas reformas que tenemos en mente. Pero reformarlo implica tiempo y dinero, mucho tiempo y mucho dinero. De todas maneras, creo pertinente aclarar que, si queremos que nuestra actividad esté a la par de otras profesiones, debemos actuar de manera acorde. Una asociación profesional debe regirse por ciertos parámetros internos; es decir, tener y respetar un Estatuto y un Reglamento Orgánico o Interno.
A continuación, las dos aclaraciones que faltan.
Aquí van las aclaraciones:
1.
A continuación, las dos aclaraciones que faltan.
María Laura Ramos15 de mayo de 2012 08:36
2. La AATI pide a aquellos que no poseen título habilitante que demuestren su experiencia de manera fehaciente. En el caso de los traductores que trabajan para editoriales, se les pide, por ejemplo, que nos escaneen las páginas donde aparece su nombre como traductor. Pero hay muchas otras posibilidades más. La AATI no juzga el desempeño profesional de sus asociados; no tomamos un examen para saber si son buenos o malos traductores e intérpretes. Por eso, debemos regirnos por otras normas.
3. Es muy poco probable que alguien que no ejerce la profesión quiera ser parte de una asociación profesional. ¿Cuál sería el objetivo? Y en el caso de los egresados recientes, ¿por qué discriminarlos?
Quizá estas respuestas les resulten insuficientes a los lectores del blog. Por eso, dejo abierto el canal de diálogo. Pueden escribirnos a cualquiera de nuestras direcciones institucionales o participar de las charlas pagas o gratuitas que organizamos.
Reitero, además, el ofrecimiento de participar en cualquier debate que se organice sobre el tema.
Saludos a todos.
Jorge Fondebrider
Aceptado el ofrecimiento de María Laura para debatir públicamente sobre los temas que se plantearon en esta entrada, ahora las preguntas:
a) Si la actual comisión directiva de la AATI "es consciente de las fallas del Estatuto original" por qué, para reformarlo, necesita "tiempo y dinero, mucho tiempo y mucho dinero".
b) Mientras se hace el tiempo y consigue el dinero, ¿tiene entonces socios de primera y socios de segunda? La pregunta viene a cuento porque sería de mucho valor saber qué significa ser "socio activo" y qué "socio adherente".
c) Una cosa es "no ejercer la profesión" y otra muy distinta es convertirse, con muy poca experiencia profesional –más allá de las labores estrictamente pedagógicas– en un burócrata; vale decir, en un administrador de voluntades ajenas. Convengamos en que en toda asociación profesional hay gente que, para ejercer alguna cuota de poder, por mínima que ésta sea, integra comisiones que deciden cosas que terminan afectando a todos los miembros de la asociación en cuestión. Muchas veces, quienes a eso se dedican son quienes más tiempo disponible tienen. Entiendo, por supuesto, que existe gente abnegada que le roba tiempo al sueño y a su familia etc, por lo que no es a esa gente a quien me refiero, sino a quienes cuentan con ese tiempo ocioso, fruto de no trabajar en lo específico de la profesión.
d) Por lo dicho hasta ahora, el hecho de que la AATI necesite tiempo y dinero para modficiar sus estatutos, ¿no implica que con sus categorizaciones actuales sigue incurriendo en algún tipo de discriminación respecto de los no diplomados? Y si así fuera, ¿cuál sería su verdadera representatividad? ¿No debería incorporar una "D" final a su sigla para que resultara claro que representa únicamente a los "diplomados"?
e) Por último, dado que el término "traductores" se refiere a muchas especies diferentes, ¿es posible saber el número de traductores estrictamente literarios que son miembros de la AATI?
3. Es muy poco probable que alguien que no ejerce la profesión quiera ser parte de una asociación profesional. ¿Cuál sería el objetivo? Y en el caso de los egresados recientes, ¿por qué discriminarlos?
Quizá estas respuestas les resulten insuficientes a los lectores del blog. Por eso, dejo abierto el canal de diálogo. Pueden escribirnos a cualquiera de nuestras direcciones institucionales o participar de las charlas pagas o gratuitas que organizamos.
Reitero, además, el ofrecimiento de participar en cualquier debate que se organice sobre el tema.
Saludos a todos.
Jorge Fondebrider
Aceptado el ofrecimiento de María Laura para debatir públicamente sobre los temas que se plantearon en esta entrada, ahora las preguntas:
a) Si la actual comisión directiva de la AATI "es consciente de las fallas del Estatuto original" por qué, para reformarlo, necesita "tiempo y dinero, mucho tiempo y mucho dinero".
b) Mientras se hace el tiempo y consigue el dinero, ¿tiene entonces socios de primera y socios de segunda? La pregunta viene a cuento porque sería de mucho valor saber qué significa ser "socio activo" y qué "socio adherente".
c) Una cosa es "no ejercer la profesión" y otra muy distinta es convertirse, con muy poca experiencia profesional –más allá de las labores estrictamente pedagógicas– en un burócrata; vale decir, en un administrador de voluntades ajenas. Convengamos en que en toda asociación profesional hay gente que, para ejercer alguna cuota de poder, por mínima que ésta sea, integra comisiones que deciden cosas que terminan afectando a todos los miembros de la asociación en cuestión. Muchas veces, quienes a eso se dedican son quienes más tiempo disponible tienen. Entiendo, por supuesto, que existe gente abnegada que le roba tiempo al sueño y a su familia etc, por lo que no es a esa gente a quien me refiero, sino a quienes cuentan con ese tiempo ocioso, fruto de no trabajar en lo específico de la profesión.
d) Por lo dicho hasta ahora, el hecho de que la AATI necesite tiempo y dinero para modficiar sus estatutos, ¿no implica que con sus categorizaciones actuales sigue incurriendo en algún tipo de discriminación respecto de los no diplomados? Y si así fuera, ¿cuál sería su verdadera representatividad? ¿No debería incorporar una "D" final a su sigla para que resultara claro que representa únicamente a los "diplomados"?
e) Por último, dado que el término "traductores" se refiere a muchas especies diferentes, ¿es posible saber el número de traductores estrictamente literarios que son miembros de la AATI?
Hay algo que no se entiende muy bien. Si "Es muy poco probable que alguien que no ejerce la profesión quiera ser parte de una asociación profesional", ¿qué necesidad hay de investigar los antecedentes de los no titulados que quieran asociarse? ¿Para qué querrían asociarse a la AATI si no fueran traductores o intérpretes?
ResponderEliminarPor otra parte, sería interesante que la AATI explicara también claramente su política de expulsión. No lo digo por mí, ya que no podría haber sido (ni ser) expulsado de una asociación a la que tengo el honor de no pertenecer.
M.
A tres días de subidas mis propias preguntas, todavía no hay respuestas. ¿Pasará lo mismo con las preguntas que ahora suma Miguel Wald? ¿Y a qué se refiere lo de la política de expulsión? ¿Acaso la AATI expulsó gente? Y si fue así, ¿por qué razón?
ResponderEliminarHola, Jorge:
EliminarReleí lo que escribió Miguel Wald y me quedé pensando en la parte que dice..."que la AATI explicara claramente su política de expulsión." Tal vez eso me ayude a entender por qué el 29 de diciembre de 2009" me enviaron una carta invitándome a no renovar mi membresía en esa asociación."
Según esa carta el motivo fue que no contribuí con ideas o hechos concretos a su crecimiento y que haya preferido crear otra asociación cuyos objetivos, a su leal entender obviamente, ya que no creo que sea así, estaban cubiertos o "bien podían ser cubiertos en el futuro por la AATI." Tampoco comprendo esta última parte.
Me llenó de estupor esa carta, ya que viviendo en democracia no se me puede ocurrir que ser co-fundadora de una asociación internacional, sea claro motivo para que no se me permita seguir siendo miembro de otra. La discriminación, a mi modo de ver, es a todas luces evidente.
Lamento profundamente que la Señora Ramos dé por finalizada su intervención en este medio, porque, tal vez, lograría echar luz sobre un tema muy oscuro.
Gracias, Jorge, por preguntar si la AATI había expulsado gente.
Me encanta tu blog. No tiene desperdicio.
Inés
Inés García Botana
Traductora Científico Literaria de Inglés
por la Universidad del Salvador
Profesora Universitaria
A mí me expulsaron de la AATI, pero nunca entendí el motivo. Es inusual que una asociación profesional decida expulsar a un miembro en una actitud que, si carece de fundamentos (como fue en mi caso) es —como mínimo— gravemente discriminatoria.
ResponderEliminarSegún me aclararon, mi expulsión se debió al hecho de haber creado junto a otros colegas una asociación internacional de traductores e intérpretes. Me parece oportuno comentar que desde el nacimiento de dicha asociación la AATI se ha negado sistemáticamente a responder a nuestras invitaciones a establecer lazos profesionales.
Por varias razones, por el momento, no he tomado ninguna acción con respecto a mi expulsión.
Gracias por este espacio tan valioso, Jorge. Es increíble lo jugoso que es tu blog.
no se pelien, chicos. es increíble lo mucho que da de sí tan poco pastel. los traductores somos tan absurdamente débiles y estamos tan ridículamente divididos que no se nos ocurre nada más divertido que debilitarnos y dividirnos aún más si cabe. y no hablo de argentina -o sólo de argentina-: en españa, que es el medio que más conozco, pasa exactamente lo mismo. una tajada pasable de pastel se acaba convirtiendo en un revoltijo de migajas que apenas se distinguen entre sí salvo por la animadversión y desconfianza mutuas. de verdad que no sabría qué nos pasa si lenin no lo hubiera advertido hace casi un siglo ya.
ResponderEliminary no es que no me parezcan bien las diferencias. cada cual tiene derecho a patalear por lo que le parezca y a considerarse más esto que aquello, o a no querer subirse a la misma balsa con según quiénes a pesar de que los verdaderos tiburones sigan estando en el agua; pero creo que para las cosas serias, para todo lo que no sean mendrugos y mezquindades superfluas, deberíamos ser capaces de dejar de lado las pequeñas inquinas de pueblo chico y arrimar el hombro antes que nos coman los albatros, que se meriendan todo lo que dejaron a medias los tiburones.
mientras no haya acuerdos amplios sobre puntos básicos y no nos de la gana aceptar a fulano porque le falta un dedo y a mengano porque le creció una uña encarnada, todos los esfuerzos sinceros y honrados, llevados a cabo con enorme gasto personal y grandes dosis de altruismo, caerán en saco roto o en las fauces de los depredadores antes nombrados. mientras en algunos círculos se aboga por una alianza con sectores afines de la industria del libro, como son correctores e incluso editores de mesa, en otros, a veces incluso tangentes o secantes, se recela del colega como si portase la lepra, que ya bien entrado el s XXI todos sabemos que no se contagia.
tampoco hablo de olvidar afrentas. hay cosas que se tienen que lavar como corresponde porque en su momento levantaron roncha. pero una cosa no excluye la otra, del mismo modo que una institución no debería excluir a otra por el mero hecho de ser Otra, es decir, distinta de sí. no jodamos, muchachos. o hablamos honestamente de la necesidad de dignificar la profesión y nos juntamos a pesar de los pruritos y las urticarias, o la cortamos con el discurso reivindicativo, porque lo que en realidad queremos es reivindicar nuestro mendrugo y envenenar el ajeno, y eso no es de buenos compañeros de camino.
va siendo hora de que reconozcamos el esfuerzo que hacen los que no están en nuestro bote, que es la única manera de sumar. lo otro son sustracciones de cuarta, un triste reflejo de ese esperpento al que hoy llamamos política. si entre nosotros nos tiramos con huevos podridos, qué podemos esperar que nos tiren los demás?
conste que no es éste un mensaje ingenuo (los que me conocen saben que soy todo menos eso) ni populista; tampoco es producto de la inexperiencia o el desconocimiento. llevo muchos años metido en la mandanga y me dejé en el camino muchas horas de sueño, ilusiones y prejuicios. este mensaje es fruto del hartazgo: cómo puede ser que todavía sigamos mirándole el pie de atleta al colega cuando si no gana para morfar le van a cortar las piernas? ganar para morfar es todo lo que necesitamos y queremos. sin eso, no hay dignidad que valga.
menos mal que hoy es viernes.
Hola, Jorge.
ResponderEliminarMuchas gracias por permitirnos este espacio para el debate.
Ya que la vicepresidenta de la AATI, asociación a la cual pertenecí hasta el 2009, deja abierto el canal de diálogo y debate, me gustaría poder obtener respuestas acerca de los siguientes comentarios por ella vertidos.
«La AATI, de acuerdo con su Estatuto, acepta como socios activos a los traductores e intérpretes que poseen título habilitante y como socios adherentes a los traductores públicos y a los colegas que puedan acreditar su experiencia.»
Pues me gustaría aclarar que, evidentemente, el Estatuto sí ha sido modificado (a pesar del mucho tiempo y del mucho dinero que ello implica, según los decires de la colega María Laura Ramos), ya que cuando quise asociarme (agosto de 2005), no me permitieron hacerlo hasta no tener el título en mano, a pesar de que la presidenta de aquel entonces sabía perfectamente que yo ya era traductora "con título habilitante". La propuesta de ser socia adherente no existía o, en todo caso, no me informaron al respecto.
«La AATI no juzga el desempeño profesional de sus asociados; no tomamos un examen para saber si son buenos o malos traductores e intérpretes. Por eso, debemos regirnos por otras normas.»
En primer lugar, me gustaría saber qué entiende la AATI por “desempeño profesional”. ¿Solo traducir o interpretar? ¿Editar y corregir? ¿Desempeñarse dentro del ámbito profesional tratando de ayudar a otros colegas?
Por otro lado, y en referencia a lo dicho por la Sra. María Laura Ramos, me pregunto, entonces, por qué se me juzgó por querer desempeñarme profesionalmente como parte integrante de la fundación de otra asociación (tan profesional como la AATI). ¿Acaso eso no es desempeño profesional? Dicho juzgamiento resultó en mi expulsión, que sigo sin entender, ya que creo no están explicitados los motivos en el Estatuto de la AATI (ni en el de antes ni en el de ahora). Y si lo están, pues no me los hicieron saber antes de tomar la decisión de expulsarme. Por lo tanto, creo pertinente que dicho Estatuto debería incluir la advertencia de que todo aquel profesional (con o sin título habilitante) que decidiera ser miembro fundador de otra asociación similar a la AATI será cuestionado y expulsado sin más ni más.
«doy por finalizada mi intervención en este medio.»
Ante esta frase, supongo que, una vez más, no obtendré respuesta alguna por parte de la AATI. Una lástima, porque habría podido ser un interesante debate.
Cordiales saludos para todos los que participan de este intercambio.
Gabriela Mejías
Traductora Técnico-Científica y Literaria
Profesora de Inglés
Miembro fundador de la AIPTI (Asociación Internacional de Profesionales de la Traducción y la Interpretación)
Fonde, no veo la necesidad de pedir aclaraciones, porque si a la AATI se le ocurriese que sus asociados deben pasar descalzos sobre brasas o cualquiera otra prueba iniciática, estaría en su derecho. No sé exactamente si la AATI cumple funciones gremiales, pero en caso de que así sea, cuando un sindicato no satisface se funda otro. En referencia a los dichos de la presidenta de la AATI: escanear es pasar por un escaner. ¿Por qué les piden a su asociados pasar sus trabajos por un escaner? Eso lo haría siempre que me aclarasen a que tipo de escaner se refiere.
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