Publicada en el blog Ciudad Letralia
por el poeta, narrador, periodista y pedagogo venezolano Alberto Hernández (Calabozo, 1952), la
siguiente crónica da cuenta de la estadía del poeta venezolano Gregory Zambrano
en Japón y del libro que allí publicó a propósito de la literatura
hispanoamericana en ese país.
El horizonte de las
palabras: La literatura hispanoamericana en perspectiva japonesa (Conversaciones
con académicos y traductores)
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El avión que lleva al poeta y
académico venezolano vira hacia un espacio donde las palabras se reencuentran.
Se ven cara a cara. Se hacen dos idiomas totalmente separados, pero a la vez
hermanados gracias a la poesía, a las voces que cuentan, a las que revisan sus
secretos. Más allá de cualquier raya en la distancia, aparece otro mundo, las
llamadas antípodas, el mundo del otro lado de la tierra. Gregory Zambrano,
viajero impenitente gracias a sus logros universitarios, vuela sobre el globo
terráqueo: lo espera la cultura del Sol Naciente, lo espera la enigmática
Japón, una tierra plena de islas en medio de un mar de ruidos y silencios,
inviernos y veranos que hincan más en el alma que en la piel. Una vez en ese
lugar, gracias al Instituto Cervantes de Tokio y a la Fundación Japón ,
quienes tomaron como becario a nuestro poeta, gracias también a las bondades
del Programa de Estudios Japoneses, Gregory Zambrano se dedicó a estudiar, a
dar clases, pero sobre todo a aprender de aquella gente de ojos rasgados, de piel
clara de sol marcada por los trazos delineadores del talco de la memoria.
De esa experiencia —que duró
un año—, el investigador logró entrevistar a un importante grupo de académicos
y traductores nipones, dedicado a bucear en la literatura y cultura nuestras.
Digamos que Gregory Zambrano fue a revisarse —a pasar por el tamiz de variadas
opiniones que le rozaban el espíritu, los cartílagos de su nacionalidad
americana— las ansias de saberse también mundo, universo, pluralidad. Pues
bien, por esa pasión buscadora Zambrano produjo el libro El
horizonte de las palabras: la literatura hispanoamericana en perspectiva
japonesa (Conversaciones con académicos y traductores), editado
en Tokio en 2009 por el mencionado Instituto de la capital de ese lejano y
bello país asiático.
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La aventura de este libro
comienza con unas palabras del autor en las que destaca la presencia de la Asociación Japonesa
de Hispanistas, creada en 1955, y que “cuenta con unos 400 hispanistas
japoneses y extranjeros residentes en Japón”. Otro dato nos acerca a la Asociación Japonesa
de Estudios Latinoamericanos, entre otras. De modo que estamos hablando de una
importante población académica dedicada a la cultura de nuestro continente, a
nuestra lengua, a nuestra literatura. Cuenta Zambrano que del trabajo de ambas
instituciones han nacido las traducciones de libros de García Márquez, Vargas
Llosa, Borges, Cortázar, Neruda, Onetti, Fuentes, Puig, Arguedas, entre otros
más. Esta labor comenzó en los años sesenta. De modo que se trata de un largo
trecho que ha dado como resultado el acercamiento entre dos mundos que ya se
reconocen. Por eso dice Zambrano en la presentación: “Estas conversaciones
revelan la disposición y el ánimo tendientes a fortalecer el estudio de la
lengua castellana y a impulsar en las jóvenes generaciones de japoneses el rico
legado de la cultura hispánica”.
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No supimos la hora de los
encuentros. Ni el lugar o los lugares, pero Gregory Zambrano logró hablar con Tadashi Tsuzumi, un
viejo profesor de la
Universidad Hosei de Tokio, quien ha traducido de Carpentier Guerra
del tiempo, Concierto barroco, Los pasos perdidos; de García Márquez Cien años de soledad, El otoño del
patriarca, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela
desalmada. También
ha trabajado a Puig, Borges y Onetti. Zambrano estableció una plática fluida y
abierta con este hombre que sabe mucho de nosotros. Fumiaki Noya es
otro de los contactados para esta obra. Es profesor de la Universidad de Tokio
en la Facultad
de Filosofía y Letras en la
Escuela de Postgrado de Humanidades y Sociología. Ha
traducido a García Márquez (Crónica
de una muerte anunciada), a
Cortázar (Queremos tanto a
Glenda), a Vargas Llosa (La tía Julia y el escribidor), a Borges (Siete noches), a Paz (Águila o sol), a Neruda (Alturas de Machu Picchu), a José Donoso, etc.
En estas páginas también están Yoko Imai, quien trabaja en la Universidad de Kyoto
Sangyo en literatura latinoamericana. Es graduada en Lenguas Extranjeras en
Osaka, Departamento de Español. Esta mujer tiene una relación estrecha con
Argentina, con Madrid y con Chile. Ha escrito sobre Cortázar, Donoso, Isabel
Allende y Juan Rulfo. Con el traductor Akira
Sugiyama el discurso
también es fluido y denso. Este japonés nació en Perú. Vive en Tokio. Ha hecho
doctorados en Japón, México y España. Es profesor en la Universidad Seisen.
Y ha trabajado a Vargas Llosa (La
ciudad y los perros), Rulfo (Pedro Páramo, El llano en
llamas), Arguedas (Los ríos profundos, Yawar
fiesta), Rodrigo Rey Rosa (Que
me maten si..., El salvador de buques, La orilla africana)...
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Más adelante conversan con
Gregory Zambrano Noriaki Takabayashi Iwasaki, quien
también ha trabajado temas de autores de nuestro patio, corrientes como el
realismo mágico, para ubicar a Asturias en Guatemala, entre otras
personalidades del mundo de las letras. Ayako
Saitou es profesora de la Universidad de Tokio.
Hizo un Máster en Arte en Estados Unidos. Ha escrito sobre la literatura
latinoamericana y ha elaborado antologías de novelas de autoras como Luisa
Valenzuela, entre otras. Cernuda fue traducido al japonés por esta mujer.
Otros entrevistados fueron Takaatsu Yanagihara, Kenji Matsumoto, Makoto Onishi yRyukichi Terao, quienes
también han estudiado y escrito sobre nuestros escritores, secretos y enigmas
culturales.
Muy bien lo dijo Gregory
Zambrano en la entrada a su libro: “Nuevos escritores han visto sus obras
traducidas y han podido visitar el ‘país del sol naciente’ gracias al apoyo de
diversas instituciones, entre ellas muy especialmente la Fundación Japón.
La labor emprendida por tantos académicos y traductores, con soporte
institucional, ha tenido continuidad en el tiempo y se ha visto reforzada en
los últimos años gracias al Instituto Cervantes, cuya sede en Tokio ha acogido
a un conjunto apreciable de escritores representativos de América Latina y ha
propiciado encuentros para la difusión de las letras...”.
Si bien el autor más traducido
en Japón es García Márquez, también es cierto que el resto de América Latina ha
aportado una gran cantidad de nombres notables, ya celebrados en Occidente,
pero también de autores menos consagrados, quienes en Japón han comenzado a ser
pronunciados.
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