martes, 24 de septiembre de 2013

No todo lo que se escribe es correcto, y punto.

Marcelo Bellucci publicó la siguiente nota en el diario Clarín del 22 de septiembre pasado. Aquí se habla de los problemas que plantean los signos de puntuación a los usuarios de nuestra lengua. En la bajada puede leerse: “Se los usa cada vez más en celulares y redes sociales. Explican cómo emplearlos bien”.

Puntos suspensivos, los reyes de la nueva comunicación

La era digital está en la avanzada del lenguaje. Es un mundo dominado por los celulares que no reconoce ni respeta las reglas tradicionales de ortografía. El emblema de este caos gramatical son los puntos suspensivos, que se utilizan indiscriminadamente para evitar detalles y reemplazar los signos de puntuación.

Los puntos suspensivos se representan por tres puntos alineados horizontalmente. Según los expertos, uno de los errores frecuentes en las conversaciones informales es tipear un número indeterminado de puntos, con la clara intención de reemplazar sonidos y gestos que supondrían una pausa en una conversación. Sobre el abuso de este recurso, Nicolás Elebi, profesor de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UADE, explica que “el error más frecuente es creer que los puntos suspensivos se pueden multiplicar al infinito. Uno de los usos correctos es generar suspenso. Aunque su propagación ilimitada no extiende esta sensación”.

Para los expertos en lingüística, el inconveniente principal es que a los adolescentes, y también a muchos adultos, les cuesta emplear los signos de puntuación. Para ocultar esta carencia, intercalan los puntos suspensivos en la oración. Y esto les permite a la vez, cerrar una idea de manera resolutiva.

“El punto cierra la frase y clausura la palabra. Los dos puntos, gráficamente, se constituyen en un enchufe sintáctico con lo que le sigue. Los suspensivos –solo tres y no más que tres–, se alzan como pilotes de un puente que se insinúa más allá del texto, ofreciéndose a la colaboración del lector con su potencia sugestiva de lo no dicho: ‘Y desde entonces, ya no leímos más…’ dice la historia de Lanzatote y la reina Ginebra, y se calla el amante. ‘Agua, amo…’, dice el mono al final de Yzur, de Lugones y se abre la posibilidad de que el mono sea un hombre degenerado” indica Pedro Barcia, Presidente de la Academia Nacional de Educación y ex presidente de la Academia Argentina de Letras.

En las charlas por WhatsApp se establece un código de entendimiento entre partes. “El problema es cuando perdemos el control. Si se lo utiliza únicamente en estas circunstancias no habría inconvenientes, ya que como el chat es inmediato, si no se entiende se puede volver a preguntar. El problema es cuando alguien lo traslada a otros ámbitos, como el profesional y no existe la chance de corrección”, indica Elebi.
Los puntos suspensivos son una suerte de comodín. “Pueden ser iniciales, indicando que hay un historia previa. Pueden ser intermedios, y suponen una suspensión en mitad de la perplejidad o el temor; o bien, si van entre corchetes o paréntesis, indica que se ha suprimido texto; o si se dan en un diálogo, sustituyen al silencio de uno de los interlocutores. Si son finales pueden sugerir una dirección abierta de asociaciones infinitas; o hacer las veces del etcétera” revela Barcia.

Para muchos estudiosos del lenguaje, la publicidad puede difundir errores. En los afiches o avisos que aparecen en la vía pública se duplican signos y se acumulan puntos para enfatizar una idea. “El problema es que muchas personas no entienden que se trata de una licencia de diseño y al verlo así escrito, piensan que es lo correcto”, asegura Elebi.

1 comentario:

  1. PRÓLOGO
    Prefiero las poesías breves y concentradas, casi una breve evocación cerrada por versos sonoros y plenos. Creo en la omnipotencia del ritmo y-principalmente- en el adjetivo sugestivo.
    Paul Valery

    TEORIA POÉTICA

    El poeta no debe buscar la inspiración: su función no consiste en experimentar el estado poético; su función consiste en crearlo en los demás. Deberá darle primordialmente satisfacción al sonido. El criterio de la poesía es QUE EL TEXTO CANTE, QUE CANTE SOLO: no existe otra certidumbre en la poesía. Irrita pensar que las bellezas puedan ser simples accidentes en vez de una obra íntegra. Deberá sacrificar el fondo en aras de la forma, si es un auténtico poeta, ya que es finalmente su fin. El pensamiento no podrá fundirse en un poema, si exige -para expresarse- que se utilicen palabras o giros extraños al tono poético. El poema es música por sí mismo; es imposible admitir que se le ponga música a los buenos versos. Existe entre la forma y el fondo, entre el poema y su sentido y el verso elegido una simetría de valor y poder, que se opone a la prosa.


    PROLOGO II (Cristina Bosch)

    Poesía significa creación. Fue Aristóteles quien influyó con su POETICA durante siglos en la retórica literaria. Quintiliano, a su vez, intentó establecer las reglas de orientación y de valores estéticos, aunque no quedó clara la línea divisoria con suficiente nitidez. El concepto de Croce devuelve a la poesía su imperio legítimo; es la emoción y declara que su solo objeto es la belleza: su fin es ser bella. Nace del misterio del alma y es la más profunda interpretación de la vida. Trabaja con la palabra o sea con el don supremo del ser humano y su única fuerza defina. Según Croce, debe ser la expresión del sentimiento y requiere el verso a fin de hallar la vestidura más digna y natural; busca el poder de la música y encuentra la armonía de las palabras como un modo de elevarse a una realidad superior. La poesía digna es una verdad misteriosa, que vive de la música, requiere de la versificación, el ritmo y el don supremo de ser bello.
    Cristina Bosch.

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