Rob Rix es
profesor del Instituto Cervantes de Manchester, donde realiza talleres de
traducción literaria. La siguiente columna fue publicada por El Trujamán, el 22
de enero pasado.
«Olvido»… cómo se
traduce al inglés
En los talleres de traducción
literaria que ofrecimos durante 2013 en el Instituto Cervantes de Manchester y
Leeds (Reino Unido) hemos comentado la dificultad de traducir la palabra
«olvido» al inglés. Muchas veces se traduce por oblivion, pero
este término nos ha parecido demasiado absoluto en algunos de los casos
examinados, sobre todo porque aparece frecuentemente en frases idiomáticas como consigned to
oblivion (‘relegado al
olvido’) o snatched
from the jaws of oblivion(‘arrebatado a las fauces del olvido’) que
sugieren destrucción total, quizás por su parecido con el verbo to obliterate.
En el verso de
Neruda «es tan corto el amor y es tan largo el olvido» habría que emplear
alguna forma del verbo to forget para
conservar el sentido, por ejemplo love does not last as long as forgetting o we are not loved for long, but we are forgotten for much longer (ninguna de las cuales es
satisfactoria, sobre todo como poesía). La canción «Memorias del olvido» del
grupo uruguayo No Te Va Gustar emplea una paradoja difícil de reproducir en
inglés, ya que Forgotten
memories significa «memorias
olvidadas», que no es lo mismo, y Memories of forgetting tampoco
comunica la contradicción tan poética del título original.
Otra canción,
«Eres mi religión» del grupo mexicano Maná, contiene el verso «Iba caminando
por las calles empapadas de olvido» que tendría que traducirse como streets soaked (or
drenched) in forgetting, pero el gerundio inglés no tiene ni la sonoridad
ni la concisión del sustantivo español.
Tenemos que
reconocer que la lengua inglesa, por alguna razón que desconocemos, carece de
equivalente de este concepto elemental, que es como el revés de memoria, es
decir, la función mental de recordar o de olvidar y el «lugar» donde se
recuerda o se olvida. Existe la palabra forgetfulness que se aplica a la tendencia
olvidadiza de algunas personas, pero no resulta muy útil a la hora de expresar
la noción de «olvido».
Hemos estudiado
los versos de Gustavo Adolfo Bécquer y de Luis Cernuda que hablan de «donde
habite el olvido» (y un verso de Joaquín Sabina «donde habita el olvido»), sin
hallar una traducción adecuada.
Se ha dicho de
Cernuda que «murió en el olvido» que en inglés se puede expresar con died in anonymity, died forgotten, died unknown o incluso died alone.
Pero cuando Jorge Luis Borges se refiere a «el olvido que seremos» (tomado como
título de un libro de Héctor Abad Faciolince, traducido comoOblivion.
A Memoir por Anne McLean y
Rosalind Harvey) nos quedamos con un enorme dolor de cabeza. Borges tiene
cierta predilección por la palabra, utilizándola en muchas sentencias
memorables. Cito tres ejemplos:
Yo no hablo de
venganzas ni de perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón.
Leí los libros
esenciales y otros compuse que el oscuro olvido no ha de borrar.
Eres nube, eres mar,
eres olvido. Eres también aquello que has perdido.
En cada caso
habría que buscar una solución diferente. La primera cita se refiere al acto de
olvidar (forgetting), la segunda a una fuerza
destructiva impersonal (oblivion), y la última al
destino individual (¿forgotten?).
Y ¿qué hacemos
con el verso de Federico García Lorca, del poema «Sueño»?:
Llénala con tus hilos, araña del olvido (Spider,
weave your web of forgetting).
Todo esto sin olvidar que
«Olvido» también es nombre de mujer en castellano, lo que da lugar al poema de
Arely Huber (en Twitter):
Yo soy ese tipo de recuerdo
que no lograste sacar de ti:
Llámame olvido… si puedes (Call
me Oblivia... if you dare?).
Todo lo que
comentamos sirve no para demostrar las dificultades o la imposibilidad de
traducir, sino para recordar que traducir nos permite apreciar plenamente la
riqueza de una lengua, y las diferencias entre una lengua (y una forma de
pensar) y otra.
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