Jan Martínez Ahrens firma el artículo
mentiroso y mal informado, publicado en El
País, de Madrid, el 2 de julio pasado, donde se anuncia que España se
arroga el derecho a que el suyo sea “el único examen de español para todo el
planeta”. Se trata apenas de una muestra de cómo los medios españoles
magnifican la noticia de la creación del Servicio Internacional de Evaluación
de la Lengua Española ,
fruto del ya habitual maridaje entre la acción cultural exterior española, la
academia y las fuerzas del Ibex35. Así, promovido por el Instituto Cervantes, la Universidad de
Salamanca y, horror de horrores, la
UNAM , y desarrollado por los estafadores de Telefónica,
empezará a funcionar en enero de 2016. Lo que no se dice es que todas estas
instituciones –para llamarlas de algún modo– obvian la existencia
de otros certificados, como el CELU argentino, por supuesto. De nuevo, celebraciones
por la última forma de minar el desarrollo de políticas lingüísticas soberanas
en las "ex-colonias”. La pregunta es, ¿por qué, entre los blasonados muros
del Colegio de San Ildefonso no se van un poquito a la mierda?
Un único examen de
español para todo el planeta
El
español tiene una asignatura pendiente. Hay 550 millones de hispanohablantes,
pero ningún examen internacional que certifique el dominio del idioma. Esta
carencia tiene desde ayer los días contados. Bajo los blasonados muros del
Antiguo Colegio de San Ildefonso, en la Ciudad de México, los Reyes de España presidieron la presentación del
Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española
(Siele), el examen que permitirá determinar en prácticamente cualquier punto
del planeta el grado de conocimiento del castellano. La prueba, similar a las
que ya dispone el inglés con los exámenes de la Universidad de
Cambridge, nace bajo un concepto panhispánico, aglutinador de las distintas
voces del español y con la ambición de convertirse en un patrón globalmente
reconocido.
La
iniciativa la han desarrollado conjuntamente el Instituto
Cervantes (90 centros en 44 países), la Universidad Nacional
Autónoma de México (la mayor de habla hispana) y la Universidad de
Salamanca (la más antigua). La prueba arrancará a comienzos del próximo curso
académico y con el listón muy alto. Las previsiones establecen un mínimo de
300.000 candidatos anuales, que aumentarán a 750.000 en cinco años. Tanto la
inscripción como el examen se efectuarán por medios electrónicos y con conexión
en línea.
“Faltaba
en el universo de la enseñanza del español como segunda lengua o lengua
extranjera un certificado ágil y de gran prestigio, que se situara en la línea
de los que ofrece la lengua inglesa. Los equipos académicos de las tres
Instituciones han trabajado, codo con codo, en un nuevo tipo de examen de
carácter panhispánico en la línea abierta por las 22 Academias de la Lengua Española.
Ellas han sabido plasmar en su Nueva Gramática la unidad que integra las
distintas variantes en que el español se realiza”, afirmó Felipe VI.
El
certificado se podrá obtener en cualquiera de los cinco continentes, pero el
mayor esfuerzo se concentrará hasta 2018 en tres gigantes: Brasil, que tendrá
120 centros de examen; Estados Unidos, con 100, y China, con 60. Más de 15
millones de personas estudian ahora mismo español en esos tres países.
El
Siele constará de cuatro pruebas: Comprensión lectora y Comprensión auditiva,
cuya calificación será inmediata, así como Expresión e Interacción escrita y
oral, que serán evaluados mediante escalas por expertos acreditados. Los
candidatos podrán elegir si se enfrentan a la prueba de una sola vez o por
partes. Los resultados se conocerán en tres semanas, y en caso de
reclamaciones, un segundo calificador llevará a cabo la revisión de los textos
y los audios. Superado el examen se obtendrá un certificado con una validez de
dos años.
El
examen es la punta de lanza de un proyecto de mayor envergadura. Junto con las
pruebas se desarrollará material didáctico y, sobre todo, se avanzará en la
enseñanza del español en toda su diversidad. “El Siele no solo es una prueba de
evaluación, sino un sistema de promoción del español, pero del español de todos
y en pie de igualdad. Pretendemos que en el proyecto participen las 900
universidades iberoamericanas y todos los ministerios de educación del área”,
señaló el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha.
“Si
queremos que nuestra lengua se afirme como segunda lengua de comunicación
internacional debemos superar la visión de corto alcance, centrada en lo de
cada uno, y poner en común los recursos de todos para lograr un objetivo que
redundará en beneficio común', dijo Felipe VI.
En
la firma del protocolo de actuación estuvieron presentes junto a García de la Concha el rector de la UNAM , José Narro, y el de la Universidad de
Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez. El acto fue presidido por los Reyes como
parte de su visita de Estado a México. El viaje, que concluyó ayer con un
recorrido cultural por Zacatecas, ha tenido como bandera la defensa del idioma
como bien común y motor de crecimiento iberoamericano.
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