“Informe 2015 de la Cámara del Libro: El año pasado se vendieron
libros argentinos al exterior por 27,12 millones de dólares, el número más bajo
desde 2003. La caída empieza con las medidas ‘proteccionistas’” Eso es lo que
dice la bajada de la primera de las dos notas de Patricia
Kolesnicov publicadas por el diario Clarín
sobre la situación del libro argentino en el exterior. Ésta se publicó el martes 29 de marzo pasado.
Efecto Cepo: menos libros entraron y salieron del país
En
2011 la balanza del comercio exterior de libros tocó su pico más bajo: se
exportó menos que lo que se importó y el saldo negativo llegó a los 75,77
millones de dólares. En octubre de ese año, quien era secretario de Comercio
Interior, Guillermo Moreno, paró en la Aduana cerca de un millón de libros y
"sugirió" a las editoriales trazar una política de compensaciones, de
modo tal que exportasen ALGO –su ejemplo fue calzoncillos– por cada dólar que
importaran en libros. Esa fue la primera de una serie de medidas para
"proteger la industria nacional". El año pasado, la balanza seguía
negativa pero en un número significativamente menor: 13,142 millones de
dólares. ¿Es buena noticia? Depende de cómo se mire: las importaciones bajaron
de un pico de 117 millones a 40,2 y las exportaciones, que ese año habían sido
de 41,5 millones se fueron a 27,12, el número más bajo desde 2003. Pasándolo en
limpio: se compraron menos libros (tenemos menos acceso a la información), se
vendieron menos libros (nuestros autores pasan menos las fronteras). ¿Es buena
noticia?
Estos datos son parte del valioso Informe
Anual de Producción del Libro en la Argentina que la Cámara Argentina
del Libro presentará hoy. Entre otras cosas hablarán –contaron fuentes de la Cámara a Clarín– de su preocupación por esta caída de
exportaciones.
El informe consigna que en 2015 se editaron
28.966 títulos nuevos, el número más alto de la medición, que empieza en 1997.
Y aunque en líneas generales viene en ascenso, la cantidad de ejemplares
publicados bajó de casi 129 millones en 2014 a 82,69 el año pasado.
Es tentador pensar que esta baja en la
cantidad de ejemplares tiene algo que ver con el crecimiento de los libros
digitales: en 2015 fue un 17% de lo publicado. Sin embargo, en 2014 hubo más
edición digital: el 18 por ciento. Los temas que más se editan en digital son
los de Ciencias Sociales (el 22% de lo que sale, sale como libro
electrónico). Y lo que sigue preferentemente en papel son los libros
infantiles: el 95% de ellos tiene este soporte.
Lo que más se publicó en 2015 fue
Literatura (26%) y libros infantiles y juveniles (23%). Contra cualquier
prejuicio, Astrología, Autoayuda y Esoterismo son apenas el 4%
No sorprenderá saber que la enorme mayoría de
los libros que se editan salen de Capital Federal y la provincia de Buenos
Aires. Sin embargo, la tendencia es levemente alentadora en términos de
descentralización: en 2015 se produjo aquí el 72% de los libros mientras que un
año antes había sido el 75% y en 2012, el 83. Córdoba tiene el 5%, Santa Fe el
3 y San Juan pasó del 0,5 en 2012 al 3 por ciento el año pasado.
Otro dato llamativo es que de la totalidad de
lo que se publica, un 11 por ciento es edición de autor y otro 47 lo producen
"microeditoriales" (las que sacan menos de tres novedades al año),
universidades, entidades públicas, etc. Es decir: las editoriales comerciales
producen un 42% de lo que se lee. De estas editoriales, el 87 por ciento está
en Capital y Gran Buenos Aires: el negocio de los libros sigue en lo que
Ezequiel Martínez Estrada llamaba "la cabeza de Goliat".
No hay comentarios:
Publicar un comentario