Como era previsible, Marcelo Zabaloy responde a la crítica que le hiciera Matías Serra Bradford en Clarín, que puede ser leída en la entrada del día de ayer.
Derecho a réplica
Para responder a
la nota de Matías Serra Bradford aparecida el martes 5 de julio en la página 35 de Clarín quisiera formular
algunas observaciones en mi descargo:
Los datos que
ofrece el periodista como prueba de mis bromas privadas de tino no tienen como
origen una lectura ni siquiera diagonal
de mi traducción que por otra parte nunca podría haberlo hecho llegar por
casualidad a dar con los nombres que SB afirma que incluyo, sin un correo que
me hizo llegar unos días antes, el 1 de julio y que expresaba cordialmente:
Estimado Marcelo
Zabaloy:
Le
escribo desde la revista Ñ/Clarín a propósito de la entrevista que le efectuara
Román Azcárate. Tengo una duda: he estado hojeando la traducción y no encuentro
las referencias nacionales y actuales a las que aludió (Wanda Nara, Horangel,
Macri, etc) en su conversación con el Sr Azcárate. ¿Sería tan amable de
señalarme las páginas en las que aparecen? Desde ya, muchas gracias.
Cordialmente,
Matías
Serra Bradford
Como
efectivamente días antes yo había mantenido una larga entrevista para Ñ/Clarín
con el señor Román García Azcárate en la que le había comentado que había
nombres de personas que parecían remitir a gentes de estos pagos supuse que la
nota la elaborarían en conjunto ya que se trataba del mismo diario.
A este mail
respondí:
Hola
Matías,
Menem
(95) Macri (96) Massa (79) Wanda (sin Nara) 147, Magnetto (8); también están,
pero ya no recuerdo el número de hoja, y los word de los capítulos donde podría
buscarlos están separados y me llevaría un rato largo:
Saer,
Mujica, Insaurralde (como adjetivo: ¡Oh, qué insaurralde!) Berni, NIsmann,
Suris, Horangle, Fariña, Donda, Alak, Rial. Aira, MacAlister, Elaskar,
Discepoleano, Fontanarrosa, Griesa et alter.
Un
abrazo.
Desde luego que
pensé que iría a verificarlos, pero no lo hizo. A Elaskar y a Fariña los saqué
a último momento y no me acordaba; pero valga como explicación de mi inclusión
de SURIS (un notable bahiense transformado en personaje de una saga nacional
teleabusiva) en este fragmento de la página 207:
“...a
Su Afluencia, Ciliegia Grande[1] y Kirschie Real[2], las dos chirsinas, con respecas de su missus, sipi
y suris[3], y una petición si podría ella pasar de él por un
muñequín.”
Se trata de tres
líneas del capítulo 8, el más comentado y traducido, completo o en fragmentos,
a todas las lenguas imaginables desde su aparición en transition en noviembre de 1927. En este capítulo Joyce incluyó más
de seiscientos ríos de todo el mundo; los nombres de estos ríos funcionan, a
veces ligeramente distorsionados, como sustantivos. La nota iii muestra que los dos
fonemas irreconocibles (seepy + sewery en el original) pueden leerse,
precedidos de su respectivo missus,
como decían los gloriosos Les Luthiers,
“Mrs. Sipi”, como queriendo decir, “Mrs. SURIS y Mrs. SIPI”. Y claro, que Rial no está y era una humorada, tonta e
infantil de mi parte, lo reconozco y me disculpo ante el periodista, sino que dos
líneas más arriba hayalgo parecido, pero es Real,
que es un río Brasil y probablemente haya cientos de ríos Real en todo el mundo.
Sólo para dar
una idea de qué se trata y cómo funciona este mecanismo cito aquí los ríos
nombrados o aludidos en la página 207:
Richmond, río de Australia.
Rhur,
río de Alemania.
Rhine, río de Francia, Austria, Liechtenstein, Nederlands,
Alemania y Suiza.
Eye, río de Inglaterra.
Lippe, río de Alemania.
Birrie, río de Australia.
Loire, río de Francia.
Grande, ríos de México, USA y Brasil.
Real, río de Brasil.
Mississippi y Missouri, ríos de EEUU.
Zambosy, río de Africa.
Slang, río de Irlanda.
Bassein, río de Myanmar.
Spiti, río de la India.
Moselle, río de Francia.
Ogooué, río de Gabón.
Leste, río de Brasil.
Julia (Gelgia), río de Suiza.
Ishikari, río de Japón.
Washimeska, río de Canadá. Caratirimani,
río de Brasil.
Bonaventure, río de Canadá.
Malagrasi, río de Burundi y Tanzania.
Liddel, río de Inglaterra.
Oudon, río de Francia.
Test, río de Inglaterra
Hooghly, río de la India.
Iglau (Jihlava) río de la república Checa.
Ems, río de Alemania.
Embarrass, río de EEUU.
Aue, río de Alemania.
Awe, río de Escocia.
Queen, ríos de Australia y EEUU.
Pero además, y
siguiendo con mi supuesta inclusión de RIAL, lo que sí hay en la página 287 es
algo que hubiera sido difícil de hallar, este rial (por royol en el original): “Entonces,
esconoce el camino rial a Puddlin, toma tu mate como primer comienzo, gran a
gogo, back a bach.” Y mate por mut. Donde se puede reconocer el royal road to Dublin, the
rocky road to Dublin, el nombre de una canción que se repite cientos de
veces como todo en Finnegans Wake.
Así que incluí el mate con el mismo derecho que el autor incluye un mut, porque en el contexto cualquier
cosa que suene como mut o tuf son
mutt y tuff, Shaun o Shem y todo par de hermanos o
compañeros amigo/enemigos de la historia universal; ¿y el mate?; el team mate, me
pregunto, en este entorno de ambigüedades inexplicables, ¿en qué difiere con toma mate? O con el mate que
nos tomamos, con amigos o hermanos o enemigos.
Si MSB dice que
he “sembrado el texto con nombres
vernáculos y coyunturales” y cita por ejemplo a WANDA NARA no dice la
verdad, porque lo que figura en el siguiente pasaje de la página 147 es: “Ahí
están Ada, Bett, Celia, Delia, Ena, Fretta, Gilda, Hilda, Ita, Jess, Katty,
Lou, (me hacen toser tan seguro como que las leo) Mina, Nippa, Opsy, Poll,
Queeniee, Ruth, Saucy, Trix, Una, Vela, Wanda, Xenia, Yva, Zulma, Phoebe,
Thelma. ¡Y Mee!”.
En cuanto al
apellido MENEM sucede otro tanto; MSB tomó al pie de la letra mi indicación y
mi indicación era, otra vez lo reconozco, una tonta humorada que lo hizo
precipitarse en el ridículo. Yo creí en su buena fe y su sentido del humor y le
señalé lugares donde se podrían reconocer algunos personajes locales o
regionales; me malinterpretó. Y como prueba cito aquí un fragmento de la página
95: “¡Seguro, qué bien puedo teleoler a
ese H2 C E3 que le quitaría el aliento a toda una ciudadanía! ¡Pordiós, y lo
olfateo tanto como al mene mismo,
pata arriba por Kay Wall a las 32 para las 11 con sus alforjas limosas llenas
de sesasemillas, el Kaffir de Whiteside, y su effluvium de saimarino y su voz
escenimposta, exhalando su atronador repollazo marrón!”. Por cierto, en el
pasaje subrayado el texto original dice “I
nose him too well as I do meself”
Con lo cual queda demostrado que MSB no leyó aquello que se aventuró a
criticar. Mala cosa.
MACRI; otra
supuesta mención. Veamos, en la página
96: en Milton’s Park bajo el
adorable Padre Whisperer y haciendo la amor ir de risa con sus estufetufos en
el languidaje de las flores y tanteándola para saber si estaba mushimushi, y no
era eso el mismísimo dúo, las saucicissters, a drahereen o macri!, y (¡espía!)
uniendo aguas muy impropias (¡espís!) ronda baile del jardín, gota gota gota
tris, ¿mami puedo ya salir, a flirtear un poco plis? Si la nota en FWEET le
aclarara a MSB lo que aclara acá abajo
Irish a
dearbhráthairín óg mo chroidhe: o young little brother of my heart (Pronunciation 'a
drawhireen oge machree')
|
MSB vería que machree es un término cariñoso, ¿qué
daño o que pecado hubiera cometido este ignoto intraductor en cambiar macri (y no Macri) por machree?
¿Se justifica el mordiscón descomedido? Y más considerando el entorno
historifónico de los flirteos y los chismes y los espías, y en esto MSB tiene
razón, que sólo reconoceremos algunos de por acá. Como si de los casi cuatro
mil o más nombres que circulan sin motivo aparente por todo Finnegans Wake hubiera alguien en el
Dublín de entonces o en el de hoy que los reconociera.
Pero hay otra
ocurrencia, que no le indiqué a MSB; una en página 273; donde el original dice
“curragh machree, me bosthom fiend”, este
torductorescribió “Curras macri, mi
desalamado del bosthoon.” ¿Se enojaría el autor de esta supuesta
chiquilinada? ¿Lo tomaría mal el supuesto aludido? Y por fin otra en página
535, donde el original dice “...immitiate
my chry!” he escrito “...inmitia a
macri! Otra vez aquí me reconozco influido por el entorno político o
historifónico. Pero me absuelvo sin culpa. Y en cuanto a la recriminación de
MSB que pontifica que “...el ánimo
bromista del traductor se adjudica atribuciones que sólo le corresponden a un
autor...”, quiero responder que adhiero a algoleído en alguna parte que
postula que en la traducción el autor es el traductor porque escribe un libro
que no existe.
Otro reproche
del crítico MSB se refiere mi inclusión del nombre INSAURRALDE, que como tal no
existe. Sí existe un neologismo acuñado para la siguiente expresión del
original: Pu! How unwhisperably so!
En principio se me ocurrió el adjetivo INSUSURRABLE, tras lo cual me vino el
deseo de convertirlo por similutud politicofónica con una cosa que fuera insaurralde de mencionar. Tomarse en
serio Finnegans Wake es la primera
manera de no entender nada y de frustrarse y perder el control.
MAGNETTO figura
precisamente en la página 8 como un sustantivo, en el siguiente contexto: “Este es el gran Sraugther Willingdone, 44
grande y magéntico con sus espuelas de orichapa y su dux herrado y sus
zapatos de madera de quatre bras y sus jarreteras de magnetto y lo mejor
de su bangkok y sus galochas de goliardo y sus guerratrusas peloponesias.”
Pero no es un apellido sino un sustantivo mal escrito que confunde un MAGNATE con un MAGNETTO. Esta confusión,
esta ambigüedad, este disparate aparente con la apariencia de un lapsus linguae o furcio es una constante en Finnegans
Wake. MSB podría haber descubierto él mismo, de haber leído antes de
escribir, que el mismo sustantivo reaparece en las páginas 246 y 616 “El campus los llama. ¡Ninan ninan, la gan
de la gatillonga! Los pibes serán unos salvajes. Tadicho. Y vamp, vamp, vamp,
van las niñas mercando. El magnetto
del circo hípico (the horseshow magnete en el original) se traza el
campo ¿y no es cierto que vuelan las potrancas?” “Habiendo
sido los magnetto de nuestro medio sobreendilgados por una plethoracia
de parachutes. El especio ha permitido el mal ejemplo de fijar ante la milicia
lo mejor de nuestra creencia en el más temprano deseo de que el uno en mente
fuera la mitigación de los males del rey.” Y que lo que él cree que es
NISMAN, cosa que jamás se me hubiera ocurrido, es “Ninan, ninan”.
De la sugerencia
apresurada de MSB en cuanto a que el título debería haber sido traducido por mí,
de no haber cometido un error infantil que me impidió animarme a cometer un
desatino inevitable, como El velatorio de
Finnegan, sólo diré que en el título original, Finnegans Wake, no hay un apóstrofe y que no iba a ponérselo
yo. ¿Se enoja acaso MSB de que Madame Bovary siga siendo todavíaMadame Bovaryy no La Señora de Bovary? Y lo de la balada de Tim Finnegan me enteré
hace varios años, cuando empecé a leer el libro. De todas maneras agradezco que
MSB quiera iluminarme en tal sentido. Una buena cantidad de eruditos ha ganado
dinero y prestigio escribiendo tratados sobre el título y las primeras dos
páginas de Finnegans Wake. Tal como están las cosas si de un artículo de
cuatro columnas y media por cinco centímetros de alto aparecido en un diario de
Buenos Aires va a resultar una réplica de más de cinco carillas en cierto
sentido se abre ahora una nueva posibilidad de trabajo para los reseñadores y
críticos hispanohablantes y esto parece ser más positivo que pernicioso.
Esta traducción
está hecha de forma tal que a cada página del original de Faber and Faber, 1939, le corresponde una misma página en la del
Cuenco de Plata. De este hecho bastante singular en la historia de las
traducciones de textos raros o mínimamente complicados el crítico no parece
haber tomado nota. Aunque haya sido hecho con la sola intención de dar la falsa
ilusión de que la imposible traducción literal, con la misma cantidad de
páginas que el original, de un libro ilegible e imposible de traducir, había
sido finalmente hecha al castellano. Un sencillo trampantojo sin muchas
pretensiones, pero nada fácil de realizar. Bien, este hecho minúsculo y
evidente hubiera sido fácil y simpático de destacar, no digo ya ni siquiera
elogiar.
La falta de un
prólogo no es un olvido ni obedece a mi pereza intelectual. Se debe a dos razones:
la primera a una decisión que tomamos con Pablo Hernández, el editor del Cuenco
de Plata, basados en que en este tipo de casos tan particulares lo mejor era
aplicar la regla del cuanto menos, más. La segunda razón era
más evidente: pensamos no habría ninguna persona que pudiera tomarse el tiempo
necesario para leer a fondo la obra y estudiarla y compararla con otras
traducciones de lo que estuviera traducido en otras lenguas latinas por ejemplo
al castellano (Juan Díaz Victoria, Eduardo Lago, Víctor Pozanco, Ricardo Silva
Santisteban, García Tortosa, y otros), al francés, al portugués, al italiano.
Lo que daría como resultado que por contar con un prólogo terminásemos
aceptando un montón de palabras huecas decoradas por una firma prestigiosa. Con
Edgardo Russo íbamos a proponerle a Eduardo Lago que escribiese un prólogo, y
no que me asesorase en la traducción como ha dicho recientemente; pero Edgardo
murió el mismo día que Lago llegó a Buenos Aires y después de cenar conmigo al
día siguiente y charlar bastante Eduardo Lago rehusó comprensiblemente el
convite.
Las notas
estuvieron hechas, todas hasta el capítulo 8; pero dos días antes de que el
libro fuera a la imprenta las quitamos porque nos pareció imprudente poner
notas a medias. O anotas, o no anotas. Ganó el no, así de simple. Juan Díaz
Victoria se encarga desde hace años de elaborar una traducción anotada; Juan
Díaz Victoria es joven, yo no.
Resulta
sorprendente que alguien que no ha leído el libro que critica se despache
diciendo que “Finnegans Wake es el
reverso nocturno de la épica diurna montada por Joyce en Ulises. Es un
maniático conjuro contra la esquizofrenia de su adorada hija Lucia”
Habiendo traducido ambas obras no me había percatado del asunto.
La
meticulosidad que roza la insania, que según MSB, le faltó al traductor argentino está tomada de la frase que sigue:
“...tan elocuente como agua del alero
hacia aquellos presentes (quienes mientras tanto, con creciente falta de
interés en su semántica, concedían que variadas adulonrisas subconscientes se
bobearan cruzando lentamente por sus pescaras), explicando inconscientemente,
por escremplo, con una meticulosidad limitando con lo insano, los varios
significados de todas las diferentes partes extranjeras del discurso que
malversaba y calamareando cada mentira incontraíble sobre todas las otras
personas en la historia, dejando afuera, por supuesto, preconscientemente, la
simple falabra y la plaga y la ponzoña con que lo habían arrinconado hasta que
no quedara entre ellos ningún siestero que no estuviera completamente
indecepcionado hasta el taco del carretel por el recital de ese galimatías.”
La mención de la
palabra meticulosidad por parte de
este crítico profesional que no lee aquello que simula reseñar debería
enseñarle a no escupir nunca para arriba ni mentar la
soga en casa del ahorcado.
Para finalizar
digo que de las 600 palabras de la página 200,
73 no existen en el diccionario castellano o inglés; cada una de esas
palabras apunta, remite o da la idea de, en promedio, cuatro palabras
existentes en alguno de los dos diccionarios y otros incontables diccionarios
más. Es decir que he tenido que tomar unas 70 x 4 x 628 = 175480 decisiones
adicionales a las de la lengua regular durante los aproximadamente ocho años de
trabajo que me llevó esta traducción considerada poco meticulosa por MSB. Y pude haber cometido la misma cantidad de
errores más algún que otro acierto. Por los errores me disculpo. Los elogios
los acepto con rubor. Lo que no parece justo es que se descalifique mi
traducción juzgándola a la ligera.
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