En
el día de ayer, un comentario firmado por el Administrador de este blog, motivó
la reacción de Pilar Álvarez Sierra (foto), la editora de la colección Noema, de la
editorial española Turner. Ante la crítica que se le hacía a Víctor Vicente
Úbeda Fernández por una de sus traducciones para el sello, en la que sobreabundan
los giros castizos, lo defendió con el siguiente argumento: “En el caso de Yeah! Yeah!..., por no hablar en
general, yo defiendo que tener a un traductor como Víctor Úbeda, que no sólo
sabe de música casi tanto como los autores a los que ha traducido para
nosotros, sino que escribe con extraordinario fluidez y expresividad, compensa
las posibles desviaciones ‘personalistas’ de su prosa”.
La
primera pregunta se cae de madura: si Víctor Úbeda sabe tanto como los autores que
traduce, ¿por qué no escribe él mismo los libros que publica Turner? Estarían
así directamente escritos en su castellano y no tendría que darle cuenta a
nadie por sus elecciones prosódicas o léxicas.
Pero
si Pilar Álvarez Sierra se contenta con tenerlo como traductor, habría que
preguntarles a ambos unas cuantas cosas sobre las razones por las que eligen
una expresión exclusiva de un ámbito mínimo de la lengua y no otra más
abarcativa, en los casos en que esto es posible.
Entre
los ejemplos de traducción excesivamente localizada planteados en el día de
ayer, figuraba éste: “Beber Jack Daniel’s a morro”.
Cuando
se busca el significado de la expresión española –no hispanoamericana– “beber a
morro” los resultados pueden ser desconcertantes. Según varios diccionarios –incluido
el engendro de la RAE– podría definirse como “beber
sin vaso, aplicando los labios directamente al chorro de líquido o al
recipiente que lo contiene”. Muchos traductores optan entonces por usar
ese giro como si fuera común a toda la lengua, cosa que de ninguna manera se
corrobora en la práctica. De hecho, en el foro del Word Reference.com, uno de los
tantos foros activos para consultas de índole lingüística, se puede leer una
larga discusión al respecto.
¿A morro o de la botella? |
Así, ante la pregunta por el significado de la expresión,
realizada desde España por un tal Belano75, Lady Jeckill, de Madrid, dice que
cuando se encuentra por el campo con alguna fuente, literalmente “bebe del
chorro”, advirtiendo la necesidad de que se les diga a los niños que no deben
beber del grifo directamente, sino del chorro.
Alexacohen, de Santiago de
Compostela, comenta que “diría beber a morro siempre que no se sirva
la bebida en un vaso, no importa si es del caño, de la bota o del botijo”.
Y para aclarar, agrega: “La cosa está en aplicar los morros al chorro de
líquido, con o sin contacto físico con el surtidor”.
Pilucona, de Andalucía,
dice, algo desconcertada: “Aquí se entiende que beber a morro es llevar la
botella a la boca y beber a chorro es llevar la boca al chorro (¿se entiende? o
me he liado)”.
Pejeman, mexicano de los Estados Unidos, se suma y aclara: “En
México usamos más ‘tomar’ que ‘beber’. Hacerlo directamente de la botella es ‘a
pico’”.
Belano75 se resigna entonces y escribe: “Veo que no hay un consenso
claro”, y lo interesante es que, si se exceptúa al participante
mexicano, todos los que discutieron hasta aquí son españoles de distintas
regiones de España, algo que advierte Chics, de Francia, cuando escribe: “Fíjate
que depende de la zona en la que viven unas y otras”.
Y hete ahí que
aparece un tal Yukia, que pregunta: “¿Alguien
sabe si existe una expresión más elegante para decir ‘beber a morro’? Tampoco
hace falta que sea algo refinado, pero sí algo que no chirríe si aparece en una
narración escrita en un registro culto. A lo mejor no existe ninguna otra
opción…”.
Y Namarne, de Barcelona, dice con
criterio: “No se me ocurre ninguna expresión, como no sea ‘beber de la botella’
o ‘beber directamente de la botella’ (o de la lata, etc.)”.
Pero el debate
sigue y ManPaisa, de Colombia –que, por lo de “paisa”, debe ser de Medellín–
agrega: “Por aquí se dice ‘tomar a pico de
botella’ (el término ‘beber’ se reserva casi exclusivamente para
las bebidas alcohólicas)”.
Por supuesto que el intercambio continuó, pero hay
elementos que resultaron comunes a todos los participantes: uno esla palabra “beber” (con
la variante “tomar”) y otro la expresión “de la botella”, quedando rezagado “a morro” para
apenas algunas regiones de España, no todas.
Acá sí: el cerdo bebe a morro |
Hay más: “morro”, para toda la lengua,
significa "hocico de los animales". Su empleo se registra
fundamentalmente… en expresiones españolas, no americanas. Corominas, de hecho,
registra que en 1734 ya se usaba para definir en la Península la “saliente que
forman los labios abultados”.
Consultados el Diccionario de habla de los argentinos, de la Academia Argentina de Letras, así como el Diccionario etimológico del Lunfardo, de Oscar Conde, no hay entrada para la palabra y mucho menos para la expresión. Lo mismo sucede con otros diccionarios regionales en los que buscó el Administrador.
Consultados el Diccionario de habla de los argentinos, de la Academia Argentina de Letras, así como el Diccionario etimológico del Lunfardo, de Oscar Conde, no hay entrada para la palabra y mucho menos para la expresión. Lo mismo sucede con otros diccionarios regionales en los que buscó el Administrador.
La pregunta entonces pasa por la decisión que
ante todas esas opciones va a tomar el traductor; vale decir, por saber si va a utilizar
una variante regional o si va a dejar de lado usos y costumbres arraigados en
su terruño en pos de un significado más abarcativo y, por lo tanto, más acorde
con las particularidades de una lengua hablada por casi quinientos millones de
personas. Dicho de otro modo, dado que ni en la misma España hay un consenso
sobre el caso, ¿resulta tan complicado imaginar “beber de la botella” en lugar
de “beber a morro”?
Para la editora de este libro en cuestión, finalmente responsable de las decisiones editoriales, parece que sí, que las expresiones castizas del traductor son la mar de expresivas y que poseen un gracejo que ni Raphael.
Todo indica que
habría que despachar las botellas de las diferentes bebidas producidas en
Hispanoamérica del correspondiente folleto explicativo para que los lectores
españoles comprendan qué significa "beber de la botella".
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