Con la firma de Giselle Tatiana Rojas Pérez, la
siguiente nota, que da cuenta de la actividad editorial independiente en
Medellín, se publicó en El Mundo.com, de Colombia, el pasado 7 de septiembre.
El desafío de ser
pequeña editorial en Medellín
Mientras haya
lectores para libros habrá editoriales para publicarlos, eso cree Iván
Hernández, director de Frailejón Editores. Pero si se camina en el rumbo de ser una editorial
independiente en Medellín, el trayecto puede hacerse cada vez más angosto,
y ahí se debe defender “la bandera” la “tipología y naturaleza” que cada una de
estas casas de libros tenga, añadió.
Las publicaciones de las editoriales
independientes son libros en los que se privilegian sobre todo las palabras,
“se busca que estén bien hechos, que el lector sienta un gran placer al
leerlos”, añadió Hernández.
Hilo de Plata, La Carreta, Sílaba, Tragaluz y el mismo Frailejón son
editoriales que han sobrevivido en el mercado de libros local por
la sola convicción de hacer que el libro nunca muera. Ellas han contribuido a
que nuevos autores, autores ya reconocidos y otros más olvidados puedan
difundir su obra.
El
carácter de estas editoriales
Son casas para
publicaciones que se la “luchan”
en un mercado aislado de las grandes cadenas internacionales, y eso es
para Janeth Posada, directora de Hilo de Plata Editores la “chispa”
diferenciadora en el universo dedicado a los libros, su “mirada opuesta al
mercado”.
Aseguró Lucía Donadío,
directora de Sílaba Editores, que este
tipo de editoriales existe porque todavía se venden libros, aún hay muchos
lectores, muchos escritores. “Nosotros sobrevivimos básicamente de la
venta de libros, también prestamos algunos servicios editoriales, pero es con
la venta de publicaciones que se financia nuestra existencia”, precisó.
Aunque el mundo de
la tecnología también ha golpeado a las casas editoriales, como en otros
ámbitos de la cultura, incluyendo el mercado de la música, las firmas dedicadas al libro “poseen un
flujo constante de venta, el libro parece ser un elemento de la cultura
que se ha resistido a su desaparición, será porque aún hay muchas historias por
contar como libros por leer de nuestro territorio”, relató Posada.
Para estas
editoriales está claro que el
mundo digital es una carta con la que tienen que jugarse una parte de su
existencia, ya muchas han sacado algunos de sus productos en digital, “y
puede crecer, y seguramente seguirá creciendo muchísimo, pero creo que siempre
habrá unos nichos de lectores, un mercado para las editoriales”, consideró Iván
Hernández.
Esa es una
tranquilidad, es el ánimo por no desistir que “consuela” a este gremio, es un
secreto a voces, manifestó además la directora de Hilo de Plata Editores, “no sólo hay editoriales que aún hacen libros
sino que todavía hay lectores que compran libros impresos”, reafirmó
ella.
Las publicaciones
de estas editoriales tienen unas características diferenciadoras. Por ejemplo,
los libros de Tragaluz son “muy diseñados”, dijo Pilar Gutiérrez, directora de
esa firma, en sus publicaciones cada una de las páginas contiene una serie de
detalles en los que sobresale el diseño.
Algo similar es lo
que hace Frailejón Editores, en
cuyas publicaciones se resalta el hecho de que son ecológicas, “creemos
en el libro bonito, hecho con cuidado, con buen gusto, con materiales naturales
como un regalo a la vida de la humanidad; es decir, queremos hacer ediciones
muy especiales para que quien acceda a ellas se sienta muy privilegiado”,
detalló el director.
Las opciones del gremio
Algunas editoriales independientes tienen la ventaja de que como son
empresas pequeñas, pueden hacer tirajes de impresión pequeños, esto ha constituido su forma
“misional”, pues “en la medida en que los libros se van vendiendo, se permite
que haya flujo para hacer otros títulos”, declaró Janeth Posada.
La impresión bajo demanda, como
también se le conoce a este recurso de las editoriales independientes, tiene la ventaja de que la
suma a invertir es mínima y no se arriesgan grandes cantidades de dinero.
En la baraja de opciones para
mantenerse en pie de las editoriales pequeñas de Medellín también está el
recurso de participar en las convocatorias del Estado. Algunas de ellas son las
promovidas por Fundalectura, cuya entidad ha procesado físicamente 6 millones
de títulos independientes para la dotación de más de 1.600 bibliotecas públicas
del país. También están las del Ministerio de Cultura, las de la Alcaldía de
Medellín (Beca de creación literaria) o la de la Gobernación de Antioquia.
Lucía Donadío especificó que esta es una opción para muy pocos títulos, pues no
existe la suficiente cantidad de convocatorias que solventen el total de libros
que cada editorial saca el año, que en promedio está en doce
títulos, uno por cada mes.
“Hemos participado en convocatorias
del Estado, algunas nos las hemos ganado, otras no. También hemos hecho muchos
libros en co-edición con la Alcaldía de Medellín, por ejemplo de la colección
Letras vivas. Hay cierto apoyo del Estado, no tanto como quisiéramos, pero sí
lo hay”, fueron las palabras de la directora de Sílaba Editores.
Otra de las opciones de este gremio son las ferias de libros y ahí Fiesta
del libro, el evento del libro internacional de Medellín, ocupa un “lugar
privilegiado”.
Para Iván Hernández en la cultura y en la
memoria colectiva, el libro juega un papel muy importante, y es por eso que las
ferias del libro que se hacen en las ciudades del país tienen doble beneficio
para las editoriales, pues cumplen su carácter de promover la
lectura de libros en el territorio y abren la oportunidad a las pequeñas
editoriales de competir igual a igual con las más grandes del mercado y, a su
vez, promover a sus autores.
“Son espacios muy buenos para dar a
conocer los libros, para vender”, justificó Lucía Donadío.
Tanto el director de Frailejón
Editores como la de Sílaba Editores coincidieron en afirmar que la Fiesta del libro de Medellín es más
que una celebración de la cultura y del libro, “en esta feria normalmente nos
va muy bien. Fiesta del libro para nosotros es la mejor
feria que hay, es la venta esperada del año”, adujo Donadío.
Otro apartado de la baraja de opciones son los diferentes servicios editoriales que prestan estos
fondos. Se trata de publicaciones que no necesariamente llevan
el sello de la editorial, pero que llevan todo el proceso que en la editorial
se maneje; además de apoyos en diseño, diagramación, corrección de textos,
orientación estilística, ilustración, en fin, todo lo relacionado con la
asesoría editorial.
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