La proximidad del Congreso de la Lengua en Córdoba hace
que los medios, generalmente desinformados, repitan como loros las gacetillas
que les llegan de los interesados en promocionar esa verbena, cuyo programa, si
se lee en detalle, es un derroche de estupidez (Ej. Ese tipo Sabina y la “puetisa”
Sastre, en la mesa de poesía: hay que tener estómago). Así, el poeta y
traductor Jorge Aulicino –que, no
olvidemos, fue periodista durante más cuarenta años–, un tanto harto, opina
sobre lo que significa ese congreso y devela sus móviles en la siguiente
columna, publicada el 16 de marzo pasado en su Facebook.
No existe más el imperio donde
"no se pone el
sol", ¿te enteras?
Vamos a ver: soy argentino y hablo en argentino. Es un
matiz, por ahora, del antiguo dialecto de Castilla que se convirtió en idioma
oficial de la España monárquica unificada. ¿Es tan difícil ver que la política
actual de España frente al idioma es precisamente política? Tiene razones
económicas también, desde luego. Mínimas y legítimas, si se quiere. Pero
básicamente es una política de Estado, de sobrevivencia. Se habla
ahora de la necesidad –en la revista Ñ
sin ir más lejos– de superar las "históricas disyuntivas" entre
América latina y España y avanzar hacia una lengua franca. Una nueva lengua de
los negocios. ¿Puede estar más claro? Frente a esta política, el lugar de
sumisión de las academias americanas respecto de la RAE resulta para mí
intolerable. Una Academia, la española que, por lo demás, lleva en su hombre la
pertenencia a la monarquía. Estas naciones, Madrid, nacieron como repúblicas,
¿te enteras? Las fundaron masones, muchos de ellos católicos, pero casi todos
anti-monárquicos. Hablan el español de otro modo, hacen reclamo de su soberanía
hasta hoy. Y sin embargo sus instituciones lingüísticas aceptan someterse al
papel de satélites o sucursales de la RAE Les organizan incluso congresos de la
lengua (¿de cuál lengua?) a la RAE y al rey. ¿Es necesario en el mundo global
sostener una lengua franca alternativa, que no sea el chino, como cada vez más
parece?. Bien, eso se dará o no se dará en la medida en que el uso de las
variantes del castellano de España crezca en número de hablantes y haya cada
vez más mexicanos o argentinos o venezolanos o chilenos en el mundo de los
negocios, de la industria del espectáculo, de la ciencia y de la tecnología. El
español chapuceado que se hablará en esos ámbitos como alternativa al inglés,
se convertirá en "lengua franca" 2 si Dios quiere, y ojalá Dios lo
quiera. Esos procesos ocurren. Y no se diga que ocurren porque un hada madrina
desciende de un país que fue central para unificar la lengua. Tengo entendido
que el Renacimiento sucedió cuando el latín había hecho big bang. Y en el mundo
económico y tecnológico hacía rato que no se hablaba un solo idioma cuando se
produjo la Revolución Industrial. De modo que fue necesaria una "lengua
franca" nueva y distinta. Un inglés estandarizado. No el mismo que se
habla en Texas, distinto al de Nueva York, al de Londres, al de Canberra o al
de Toronto, por no mencionar Jamaica. Si el castellano de España tiene ese
destino nada puede hacer la RAE para acelerar el proceso. En cambio, puede
intentar que lleve lo que se llama hoy "marca España"
Bravo!!
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