La traductora
española María Jose Furió tiene un
blog (https://liumistraducciones.wordpress.com/) que merece ser visitado. Allí, el pasado 29 de septiembre, publicó una
columna sobre la mala traducción de una palabra del subtitulado al castellano de
la serie Big Little Lies, que resulta
crucial para entender el episodio y el carácter de los personajes en cuestión.
Reproducimos ese texto con la autorización de la autora.
Errores significativos en doblajes:
la traducción de “gifted” en Big Little Lies
Estuve viendo en
dvd la primera temporada de la serie Big
Little Lies, que había visto antes en una plataforma por Internet.
Configuré la versión original en inglés con subtítulos en español. No sé si la
versión en dvd es la misma que se emitió en España o se hizo a propósito para
este tipo de comercialización. Como es habitual, los subtítulos no traducen
todo lo que dicen los personajes, aunque en esta serie sí se traducen las
letras de las canciones, que suelen sintetizar el sentimiento de los
protagonistas; por eso, me llamó la atención cómo tradujeron un término
concreto y las implicaciones de esta traducción, no sólo para la comprensión
del episodio y de la intriga, sino también del perfil psicológico de los
personajes.
Se trata del
episodio en que la volcánica Renata —Laura Dern— discute con su
marido sobre los ataques que está sufriendo su hija, que soporta arañazos y
mordiscos de un compañero de su clase, dentro de un colegio con fama de ser
fantástico, que sigue una pedagogía avanzada, y donde se espera que no se
produzcan comportamientos sórdidos. El padre trata de resituar el problema mientras
la madre ve criminalidad por doquier. En cierto momento, dice sobre su hija: “She’s gifted!”, y el subtítulo reza: “Tiene
un don”. Las frases que salen a continuación de boca de la madre refieren una
serie de rasgos de la personalidad de la niña, destacando que es reservada y se
guarda para sí sus pensamientos. La traducción de “gifted” sería, si quisiéramos ir rápido, “superdotada”, y si
quisiéramos afinar un poco “fue detectada como una niña de altas capacidades”,
o según el coeficiente, efectivamente superdotada; los rasgos que la madre
enumera son precisamente los que habitualmente identifican la personalidad de
este tipo de perfiles. Si se traduce por “tiene un don”, sencillamente se
rellena el tiempo de pantalla, pero no dice nada dramáticamente eficaz. En
cambio, al afirmar que la niña es “gifted
”, por un lado se justifica que guarde silencio –pues, siendo una niña “de
altas capacidades” tendrá reacciones más elaboradas que las de una niña normal,
que correría a llorar en brazos de su madre para contárselo todo con pelos y
señales, con mucha lágrima y mucho puchero… y, claro, así no hay serie que
valga, [a menos que los padres se armaran con un par de pistolas, se cargasen a
este y aquel y al otro… y tendríamos una serie televisiva de otro género [más o
menos] artístico].
De otro lado,
los niños superdotados o de altas capacidades –que se diferencian de los
“talentos” por rasgos concretos–, a veces suscitan animadversión entre sus
compañeros, por lo que, una vez más, el carácter gifted de la niña
va en favor de la lógica de la intriga: es la candidata ideal a ser atacada.
Por último, corresponde bien al carácter que encarna Laura Dern, la yuppie adicta
al éxito, que lo exhibe en todas las facetas: desde el vestuario y la
gestualidad hasta el lenguaje. Una mujer así, una pareja así, sólo puede tener
una niña superdotada –y en la medida que la superdotación y las altas
capacidades son, según los expertos, hereditarias, ¿vamos a preguntarnos a
quién puede haber salido la criatura?
Lo significativo de que los traductores
y correctores de los subtítulos no conozcan el significado del término tiene
implicaciones diferentes y, por supuesto, explica el vacío no solo sobre el
conocimiento del concepto sino sobre su importancia en la dinámica de nuestra
sociedad.
Hay páginas especializadas que también
traducen “raro” el término inglés : gifted, como si el inglés fuese la exclusiva vara de
medir. También ellos hablan de “don” y
hasta de “niños-regalo”, buscando un equivalente
literal, dado que en la raíz de la palabra está “gift” = regalo. Sin embargo, capacidad y dotación parecen términos más adecuados dentro del
campo semántico de la inteligencia, por descriptivos. Y a ellos se les añade la
cuantificación: altas, super-, lo cual también parece lógico si son
características que se identifican en relación a unas cifras de “normalidad”.
En Francia, donde el tema levanta pasiones, hasta el extremo de cierta
trivialización, se habla de haut potentiel, que se distingue de surdoué; en este último vocablo parece obvio que
no se han confundido entre dotación y don.
Evidentemente, el error se debe a que
no es habitual en España abordar el tema de la inteligencia superior de manera
rigurosa –no digo en su vertiente coloquial ni en departamentos especializados
de psicología–: apenas se menciona un par de veces al año, pese a ser un asunto
que determina el destino de las personas en función no solo de si están
“identificadas” sino, sobre todo, si una vez identificadas sus altas
capacidades, y las problemáticas que muchas veces implican –de los que la niña
de la serie refleja una parte–, se ofrece una enseñanza adaptada y un
seguimiento regular con objeto de evitar uno de los desenlaces más llamativos,
y escandalosos, –aunque suele destacarse la naturaleza resiliente de este
perfil–, como es el fracaso vital, llegando en algunos casos al completo
aislamiento.
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