jueves, 2 de julio de 2020

Librerías en otras lenguas en Buenos Aires


El pasado 28 de junio, el periodista Sergio Kiernan publicó en Radar, el suplemento de cultura del diario Página 12, una nota sobre las librerías de lenguas extranjeras de Buenos Aires y su función durante la pandemia.

Fantasmas de lo quieto

En las ficciones de cuarentena nadie se da cuenta, tan ocupados en pelear con los zombies o morirse por la super peste. Pero en esta cuarentena en prosa, lo que más se percibe es la quietud, el deber de inmovilizarse, lo pequeño que es el mundo. No dan visa para ir a Mar del Plata, hay trincheras hasta para entrar a General Pinto y el Uruguay resulta un sueño. Y para peor, el correo está desbordado y deja para después lo que llega del exterior. Con lo que es un consuelo que tengamos librerías en lenguas extranjeras, mensajes del mundo que arreglan delivery o envíos.

Joyce, Proust & Co, pese al nombre, es básicamente una librería en italiano y portugués, con algo de inglés que fue quedando de altri tempi. Como proyecto de cuarentena, se puede entrar o volver a la gran Clarice Lispector, de la que hay un buen estante, o al enorme Rubem Fonseca (están las indispensables Agosto y A Grande Arte, entre otras). Si se quiere algo más liviano, se puede arrancar con As Esganadas, de Jo Soares, un presentador de televisión que resultó un novelista excelente, o con varias obras del muy original Luis Fernando Verissimo. Y también hay varias de Chico Buarque, buena parte de la de Jorge Amado –incluyendo el poco reconocido y delicioso A Descoberta de America Pelos Turcos– varios clásicos de Machado de Assis y, gustos son gustos, unos cuantos Paulo Coelho. Entre los italianos, vale la pena descubrir al enorme Stefano Benni, una notable cantidad de tomos de la Selerio, la editorial que nos dio al Comisario Montalbano, y lo que amenazaba ser las obras completas de Calvino. Un tesoro son los siete tomos de Claudio Magris y para crear proyectos de cuarentena, la librería es fuerte en diccionarios y manuales para aprender en soledad varias lenguas. El catálogo está disponible en joyceproust.com.ar.

En San Telmo está un recurso admirable de esta ciudad, The Walrus, una atiborrada librería que nació en el living de Jeff, un norteamericano que se fue quedando por acá y encontró su lugar en el mundo en Salta. Abundante en usados, el lugar tiene una sección de poesía en inglés incomparable, unos buenos estantes de ciencias, un lindo rincón para chicos –Dr. Seuss y siempre alguno de Maurice Sendak– y cantidades de historia. Pero el fuerte es la ficción literaria, que es donde este Walrus se gana el cielo. El tesoro toma un muro entero y un par de mesas grandes, lo suficiente para animarse a quebrar la regla de que aquí uno lee lo que hay y tratar de terminar de leer a un autor, o ir a buscar uno nuevo. Para fans, siempre hay varios Vonnegut poco conocidos, los Nabokov centrales y una cantidad sorprendente de rusos bien traducidos. Las compras se pueden retirar de barbijo en Estados Unidos y Perú, o combinar envíos al elegir en walrusbookshop.com. Un detalle a recordar es que en desvanes y depósitos hay mucho más que en el catálogo, con lo que vale preguntar por lo que no aparezca.

Y si The Walrus es el producto de Jeff, el norteamericano aquerenciado, The Book Cellar es el de Daniel, un inglés echando raíces que le encontró el Kafka a esta Buenos Aires. La librería también empezó en un living, por Belgrano, pero ahora tiene una dirección en la calle Reconquista que algunos memoriosos van a recordar. Es que The Book Cellar se fundió con la ya mítica Henschel, la librería alemana y yiddish. La mezcla resultante es simplemente admirable.

Librería accidental, los interminables estantes se componen de bibliotecas privadas que entran a su segunda vida, la de dispersarse y reformarse en otras colecciones. Por ejemplo, recientemente los estantes reventaban en doble fila con una colección de historia militar amasada de por vida por un perfecto civil con esa manía. La manera ideal de recorrer esta librería sería, fuera de cuarentena, de izquierda a derecha. La cosa empieza con el Cellar, más que nada en inglés, y entrando aparece la Henschel, un laberinto de hermosas encuadernaciones, grafismos extraños, alfabetos de letra gótica y algo que ya no se ve, las ediciones de obra completa de los consagrados y los clásicos. En esos lomos todavía relumbra el oro… Por los límites actuales, hay que ir primero a bookcellarbsas.com, recorrer las estanterías virtuales y escribir un mail preguntando precios y combinando entregas.

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