“A una semana del regreso del gran encuentro anual, los editores medianos y chicos protestan por los aumentos en el costo del principal insumo para imprimir; peligran proyectos editoriales independientes por la falta de rentabilidad.” Esto dice la bajada de la nota que Daniel Gigena publicó en el diario La Nación, de Buenos, el pasado 21 de abril.
Hacia la Feria del Libro con
escasez de papel, alta inflación y aumentos en el precio de los ejemplares
Sin embargo, en un breve mensaje, el director de Celulosa
Argentina, José Urtubey, informó ayer a La
Nación que la producción de papel se había regularizado. “Estamos
fabricando, estamos bien”, dijo. En febrero,
había manifestado que el abastecimiento se normalizaría en un mes y negó que el
precio del papel estuviera “inflado”; también atribuyó la escasez del principal insumo
para producir libros al coronavirus: “Impactó en la producción y en la logística porque hace unas semanas tuvimos un 20 % del
personal afectado por coronavirus, ya sea por contagio o contacto estrecho”.
Urtubey no se manifestó sobre el aumento del precio del papel.
No obstante, distintos editores consultados por este diario sostuvieron que es casi imposible hallar algunos tipos de papel en el mercado local, como por ejemplo el papel ilustración de 300 gramos que se utiliza para las tapas. Al ser importado, el costo aumentó en dólares. Consultado por La Nación, el dueño de una imprenta porteña indicó que el cupo para la importación era igual en pesos al del año pasado. En consecuencia, dos aumentos bajan el volumen del cupo: por un lado, el costo del papel y por otro, el valor del dólar. Las distorsiones de una economía como la argentina se hacen sentir en todas las áreas. Es probable que las tapas de los libros por venir sean más flexibles, al ser hechas con papel de menor gramaje.
En el último año, el precio del papel duplicó la inflación estimada por el Indec para 2021, que fue de 50, 9 %. Por su parte, el precio de los libros acompañó este índice (de por sí alarmante) o se mantuvo apenas por debajo. Varios sellos informaron que ajustarán entre abril y mayo los precios de sus libros, en un promedio que ronda del 15 al 30 por ciento.
“Venden al contado y escasea”
El gerente de Eudeba, Luis Quevedo, afirma que es muy difícil conseguir papel. “Solo te venden al contado y escasea –cuenta a La Nación–. Falta bookcel de 120 gramos, que es el más usado para los interiores. En abril, el costo del papel aumentó otro 10%”. La inflación del mes pasado fue del 6,7%. Algunos libros de Eudeba tuvieron un aumento del 15%. “Las novedades de este año no, porque son precios determinados recientemente”, agrega Quevedo.
“Aún no se normalizó el abastecimiento de papel y la industria se ve muy golpeada por esta situación –confía la directora editorial de El Ateneo, Marcela Luza–. El precio aumenta mes a mes, más allá de que hay un desabastecimiento que castiga a las editoriales medianas y chicas que no pueden hacer acopio de papel. Durante la pandemia aumentó notablemente la fabricación de cajas de cartón corrugado y eso hace que las papeleras tengan menos materia prima para fabricar papel. Es difícil creer que esto vaya a cambiar porque, aunque los niveles de venta bajaron respecto de 2020, el comercio electrónico llegó para quedarse”.
Desde El Ateneo informan que no aumentarán los precios de los libros durante los meses en que se desarrolla la Feria del Libro, es decir, abril y mayo. “Lo que queremos es vender y todos tenemos conciencia de lo ajustados que están los bolsillos de los lectores con una inflación de más del 50% anual y salarios que no siguen el mismo ritmo –destaca Luza–. Esta es una feria muy especial después de dos años de pandemia. Todos los editores tenemos mucha expectativa e incertidumbre sobre la cantidad de gente que asistirá y, más que en aumentar precios, estamos pensando en generar actividades para convocar a públicos diversos”. En el stand de El Ateneo habrá más de cincuenta firmas de autores. “Presentamos a Alberto Santos, autor de Amantes de Buenos Aires y La profecía de Estambul, gracias a la ayuda de la embajada de Portugal y varios libros de autores nacionales. Queremos que sea una fiesta para celebrar el reencuentro después de esta pausa en la que autores, editores y lectores no pudimos compartir el amor por los libros”.
El director editorial de Manantial, Carlos De Santos, confirma que la oferta de papel para interiores es escasa. “Hay que trabajar con las medidas que se encuentren, aunque resulten no eficientes –señala–. Y en papel y cartulina para tapas lo mismo; se compra lo que haya en formato y gramaje. Sobre precios ya perdí la secuencia de aumentos. Además con la falta que hay, nadie mira el precio a días de la Feria. Es muy complicado trabajar así”. Los libros de Manantial llegarán a La Rural con un aumento aproximado del 20% (el anterior aumento tuvo lugar en diciembre de 2021). Una de las novedades de este sello es El sexo de los Modernos. Pensamiento de lo Neutro y teoría del género, del ensayista francés Éric Marty (que fue editor de Roland Barthes), donde confronta con autores como la estadounidense Judith Butler y teóricos franceses, de Jacques Derrida a Gilles Deleuze.
El director editorial de Edhasa, Fernando Fagnani, coincide con sus colegas. “La provisión de papel no está totalmente normalizada, pero sí mejor que en los últimos meses –dice–. Es irregular, aunque continua. Antes simplemente no había durante semanas. En cuanto a los precios de los libros, no es que aumenten para la Feria; se van aumentando y actualizando al ritmo de la inflación”. Y su par de Libros del Zorzal, Leopoldo Kulesz, anticipó que deberán aumentar los precios de los libros en mayo. “El aumento del costo del papel de los últimos meses fue delirante”, sintetiza.
La encargada de prensa de Ediciones Urano, Georgina Dritsos, recuerda que desde finales del año pasado en el mundo se produjo una merma en el suministro de papel. “Existen diversas causas que han provocado esta situación –remarca–. Todas las estimaciones hablan de que habrá una regularización progresiva del suministro hacia el segundo semestre del año, en el que se supone que la dificultad estará superada. El proceso ya está iniciado, y el abastecimiento de papel se está normalizando paulatinamente”. Atribuye el aumento del precio de los libros a los “fuertes incrementos” en los costos de producción e insumos. “Se producen por un proceso inflacionario que, al igual que a otros rubros, afecta también a las actividades gráficas y editoriales”, concluye. Algunas de las apuestas de Urano en la Feria son Empesares. Que el amor nos oriente, de Jess Brown; Érase una vez un corazón roto, de Stephanie Garber (que se presentará el 7 de mayo en La Rural junto con otra best seller de literatura juvenil, Shelby Mahurin) y Gallant, el nuevo libro de Victoria Schwab.
El editor Cristóbal Thayer, de La Cebra, alerta que los aumentos en el precio del papel atentan contra los proyectos editoriales autogestivos. “Hicimos un aumento de precios en enero y otro nuevo en abril, entre un 15 y un 35 %, ambos impulsados por los aumentos irreales en los costos de producción, impulsados a su vez por los aumentos desmedidos del costo del papel por parte del oligopolio que lo controla, y que si bien hace años son sistemáticos en la Argentina, en los últimos seis meses esta suba ha sido insoportable –protesta–. La incidencia del costo del papel es cada vez mayor en los costos totales de la producción de un libro y nos enfrentamos a un grado cero del margen para los libros que entregamos a distribución, que son la mitad de los que imprimimos. Los aumentos de nuestros precios llegan siempre tarde. Hay que considerar que nosotros cobramos de un libro que se vende en librerías el 40% del precio comercial cinco meses después. Si ese fuera nuestro único ingreso, nuestro proyecto estaría económicamente destruido hace rato”.
La rentabilidad de los sellos chicos y medianos peligra. Thayer agrega que los ejemplares que se venden en librerías del país casi no les reportan ganancias. “Dejan un margen igual a cero o menos que cero –resume–. Nuestro proyecto sobrevive simbólicamente; económicamente, lo hace en otro lado: la venta en Chile, Uruguay y España; la venta en nuestro sitio web y en ferias; la venta de los libros electrónicos en nuestra página web; la gestión de subsidios para las traducciones; los convenios con instituciones que apoyan la publicación de algunos libros”. Su colega Vanesa Hernández, directora editorial de La Crujía, es bien gráfica: “Nos están matando las imprentas con el precio y seguramente tengamos que vender los libros a un precio mucho más económico, con lo cual no sabemos cuánto vamos a recuperar”. El próximo episodio de este enigma de la industria editorial se desarrollará entre el jueves 28 y el 16 de mayo, en La Rural.
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