En México, la palabra "buey", y sus varientes más frecuentes "güey" y "wey", se usan con mucha frecuencia en la lengua familiar. El siguiente artículo, publicado el pasado 10 de octubre, por Lucía P. Castillo, de la Academia Mexicana de la Lengua, en UnoTV, da cuenta de esa circunstancia.
"Güey" o "Wey": ¿cómo se escribe y cuál es su verdadero significado?
“Güey” o “wey” es una de las expresiones mexicanas más usadas en todo el territorio nacional. Pero, ¿qué cómo se escribe correctamente y cuál es su significado?
“Güey” o “wey” ¿cómo se escribe correctamente?
La forma correcta de escribir esta expresión mexicana es “güey”, según la Academia Mexicana de la Lengua. Esto, debido a que se cree que su origen deriva de la modificación verbal de la palabra “buey”.
Dicha modificación, académicamente llamada “velarización del sonido bilabial oclusivo sonoro en la letra ‘b’ a la que se le da sonido de ‘g’”, no es exclusiva de la expresión “güey”, si no que, también ocurre con palabras como “abuelo” que deriva en “agüelo” o “bueno” en “gueno”.
De acuerdo con Georgina Barraza, lingüista de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, “este fenómeno es frecuente cuando tienes una ‘b’ seguida del diptongo ‘ue’, y suele estar adscrito a un nivel sociocultural con una escolaridad baja”.
Sin embargo, la Academia señala que escribir “wey” con la grafía “w” se utiliza porque fonéticamente está cerca del sonido ‘güe’ y es más fácil de escribir, sobre todo en soportes digitales.
¿Qué significa la palabra “güey”?
“Güey”o “wey” viene de “buey”, es decir de a alusión a un toro manso y castrado. “Del animal de carga que con paso lento araba el campo y torpemente vivía su mansedumbre en el lado opuesto del toro bravo”, dice la Academia Mexicana.
No obstante, señala que “de tanto llamar ‘buey’ a alguien para criticarlo por su torpeza y su falta de inteligencia, la palabra empezó a sufrir modificaciones hasta terminar en ‘güey’”.
Si bien, “güey” comenzó siendo una palabra despectiva y de bajo nivel cultural. Fue durante el siglo XX que se transformó en un concepto mucho más amplio hasta alcanzar un sentido neutro o positivo. De ahí que ahora pueda ser utilizado como nombre común para referirse a un amigo, a una persona de manera genérica o para hablar de la pareja sentimental. A este proceso se le conoce como “resemantización”.
De hecho, la primera vez que el vocativo “güey” apareció escrito fue en 1958 cuando Carlos Fuentes utilizó este coloquialismo en su novela La región más transparente, para plasmar el léxico de diferentes estratos sociales de la Ciudad de México.
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