Octavo día de la encuesta para editores. Las preguntas son éstas:
1. ¿Cómo elige a sus traductores? ¿Cuáles son los criterios de selección?
2. ¿En base a qué cálculo se les paga? ¿Le parece que la remuneración que estos reciben es justa?
3. ¿En qué medida la edición posterior considera a los lectores de uno y otro lado del océano?
Ediciones Ekaré
Pablo Larraguibel
Cargo: Director en España desde hace 7 años.
1) Ante todo hay que aclarar que Ediciones Ekaré publica, básicamente, libros álbum donde los textos no suelen pasar de 3000 o 4000 caracteres.
El criterio básico es que nos guste su trabajo y, desde que tenemos oficinas en España, que entienda que nuestros libros se distribuyen a un lado y otros del Atlántico, por lo tanto, que esté abierto a aceptar sugerencias para que el texto final no quede muy "americano" para los españoles ni muy "gallego" para los latinoamericanos.
2) Ekaré, por el hecho de que son textos, en general, muy cortos, no se puede guiar por las tarifas habituales de traducción y se acuerda, en cada ocasión, un pago en relación con la dificultad del texto. Los honorarios de traducción no suelen ser un problema a la hora de escoger un traductor.
3) Es fundamental tenerlo en cuenta. Nos interesa el mercado español, pero para Ekaré es más importante el mercado latinoamericano, donde tenemos distribución desde hace más de 25 años. Por lo tanto los textos deben tener el punto adecuado pero que éste no lo convierta en un texto neutro, desabrido. Además, intentamos tener en consideración los diferentes variantes americanas del español. Lo que no podemos incorporar es el voseo.
Libros del Asteroide
Luis Solano
Cargo: director desde enero de 2005
1) La elección de los traductores depende de cada caso: cuando traducimos de idiomas raros hay muy pocas opciones para elegir, en otros casos hay más. Para cada libro intentamos buscar el traductor que nos parezca más adecuado para ese texto, por su experiencia, formación, trabajo previo, etc.. ¿Cuáles son los criterios de selección? Obras traducidas anteriormente por el traductor en cuestión, referencias de otros traductores o editores, traducciones de ese traductor que hayamos leído, etc. Algunos traductores han trabajado antes con nosotros como correctores.
2) Yo diría que la de traductor no es una profesión muy bien pagada, y también que en algunos casos los traductores reciben compensaciones claramente injustas. ¿En base a qué cálculo se les paga? Depende del idioma y dificultad del texto. Pero intentamos pagar mejor que la media del mercado y en línea con lo que pagan las editoriales literarias más prestigiosas.
3) En nuestro caso creo que poco, que más bien hacemos las ediciones teniendo en cuenta al lector de aquí. Pero es que la gran mayoría de nuestros mercado están a este lado del océano, aunque supongo que a medida que vayamos creciendo en América las cosas irán cambiando.
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la marca editora / Interzona
Guido Indij
Cargo: propietario, editor
Experiencia: 18 años
1) Somos fieles a nuestros traductores. Pero tenemos más de uno por lengua, debido a que a veces se nos acumulan varias obras que deben traducirse de manera simultanea. Así, tenemos dos traductores nativos para nuestras extraducciones al inglés. Dependiendo del titulo elegimos que este sea norteamericano o británico. Y para las traducciones del inglés, francés, italiano, portugués apelamos a traductores profesionales.
Publicamos ensayo y por lo general estan capacitados para estos discursos. Pero eventualmente, para temas específicos (filosofía, técnica fotográfica o cinematográfica) debemos buscar a especialistas.
2) Algunos de nuestros traductores lo son también de otras editoras. Habitualmente es el mismo traductor quien nos orienta sobre cuánto esta cobrando en FCE, Siglo XXI, Katz, etc. Otros traductores que no trabajan con otras empresas sino que traducen eventualmente para nosotros, se adaptan a las tarifas de los primeros. Lo mismo para otros rubros que tercerizamos: corrección, armado...
3) En tanto nuestra producción no es “literaria“, la cuestión de las variables idiomáticas no resulta fundamental a nuestras obras. Prestamos atención a evitar los argentinismos. Pero cuando por ejemplo traducimos un libro sobre cine, del francés, citamos la película con su titulo original (francés, inglés, por ej.) y luego anotamos al pie, o construímos un índice específico con los titulos con los que fue estrenada en Argentina (nuestro mercado natural) y España (nuestro mercado aspiracional). No cuidamos especialmente los otros espacios latinoamericanos.
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