Fotos de Martín Rosenzveig |
La noticia es del día de ayer. Se publicó en los diarios Clarín (con firma de Verónica Abdala), Perfil (sin firma) y Página 12 (también sin firma). Y también en el sitio de cultura de InfoBAE (con firma de Hinde Pomeraniec). Las cuatro coberturas, en ese orden, pueden leerse a continuación.
Horas después de conocida la información, hubo una conferencia de prensa en la que Alberto Manguel hizo pública su renuncia y aseguró que Pablo Avelutto, por ahora Ministro de Cultura, le prometió que no habría despidos en la Biblioteca Nacional. Su excusa fue que el médico le había recomendado un plan de recuperación por un cáncer que aparentemente habría tenido hace cinco o seis años. Interinamente, lo sucede Elsa Barber, actual vicedirectora de la casa.
Ahora bien, dada la costumbre de desmentir lo que después se revela como cierto, puede que Avelluto (en la foto, el más gordo de los dos) sea o un mentiroso serial, o carezca de escrúpulos, o simplemente sea un inepto.
I
Alberto Manguel renuncia
a la Biblioteca Nacional
El rumor que desde hace días recorría los pasillos de
la Biblioteca Nacional y puso en alerta al personal por fin se confirmó: Alberto Manguel renunció a la dirección del
emblemático organismo, cargo que ocupaba desde 2016.
Si bien Pablo Avelluto, ministro de Cultura de la
Nación, le había negado rotundamente el
lunes ese rumor a Clarín,
Manguel presentó su renuncia el martes por la mañana, aduciendo "motivos
personales". En este sentido, fuentes cercanas al director hablaban de
una enfermedad.
El anuncio se oficializará por la tarde, con detalles
sobre la situación de la Biblioteca y sobre el nuevo director. Este lunes
se hablaba de que la candidata sería la actual vicedirectora, la bibliotecaria
Elsa Barber. Fuentes cercanas a Biblioteca señalaban que existiría la
intención de concursar el cargo a futuro, pero todavía no está la venia del
presidente Mauricio Macri.
Según pudo saber este diario, la razón de la salida
podría estar relacionada con una supuesta nueva ola de
despidos en la Biblioteca que, de concretarse, sumaría
malestar a una situación interna ya de por sí delicada. Desde la asunción de
Manguel, entre 50 y 60 personas con contratos temporarios, semipermanentes o
"de obra" fueron “desafectadas” de sus respectivos puestos de trabajo
o renunciaron porque variaron las condiciones de trabajo –el grueso de
trabajadores de la Biblioteca no es parte de la planta permanente-. Y de haber
una nueva escalada de despidos, en el marco del ajuste que el gobierno asume,
explican que Manguel querría “despegarse”. Fuentes oficiales negaron
también que vaya a haber despidos.
Solo en 2018 se habrían
contabilizado unos quince despidos en la Biblioteca:
se trató de personas que no cumplían con los estrictos controles
biométricos implementados en distintos organismos y ministerios
nacionales: los empleados deben cumplir con una cantidad de horas, que en
algunos casos se incrementó, y cuyo registro queda asentado mediante molinetes
emplazados en las puertas de estas dependencias, entre ellas la Biblioteca-. De
este último grupo de empleados, dos fueron reincorporados por vía judicial.
Para las organizaciones gremiales, el presente de la
Biblioteca es preocupante: temen que, en este caso, los trabajadores afectados
puedan llegar a medirse en decenas, después de que el 1° de agosto prescriba
un acuerdo entre la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y el
Gobierno, destinado a frenar los despidos de personal durante junio y
julio. Según estimaciones de los delegados, de los alrededor de 900 empleados
que trabajan hoy en la Biblioteca, unos 250 estarían en riesgo si se aplicara
la lógica de la “Dotación óptima de personal” que Modernización está calculando
para distintos ministerios y organismos descentralizados desde finales del 2016.
Cuando asumió Mauricio Macri, la dotación de la Biblioteca alcanzaba las 1048
personas.
Lo que no es materia de debate es
la manifiesta incomodidad de Manguel en los últimos meses;
en parte por las encendidas internas que enfrentan a la gestión con el personal;
en parte por el ajuste presupuestario al que él mismo se ve sometido: no
es casual que durante la Feria del Libro de Buenos Aires –el 6 de junio pasado-
haya dicho públicamente que “en la Biblioteca Nacional
no tenemos un mango ni para comprar café”. El comentario fue en
respuesta a una pregunta sobre la adquisición de la biblioteca personal de Bioy
Casares; él aclaró que no había sido comprada sino aceptada en donación, pues
no tenían un peso para hacer compras. También se quejó de las trabas burocráticas
que enfrenta con frecuencia.
Se dijo también que la subdirectora de la Biblioteca,
Elsa Barber, que ya ejerció la dirección de la misma, podría ocupar el cargo
durante la transición, de querer irse Manguel. Aunque hay versiones que en
cambio sostienen que, de ocurrir eso, ella también se iría.
Discreto y con un perfil muy bajo, el autor
de Una historia natural de la
curiosidad llegó hace exactos dos años a la Biblioteca dispuesto a
modernizarla, digitalizar los archivos y mantener una relación más fluída con
los referentes editoriales y literarios a nivel internacional. Que durante
su gestión el premio Formentor se haya entregado por primera vez en Buenos
Aires o que la Biblioteca haya recibido a figuras de renombre
internacional, como la escritora -su amiga personal- Margaret Atwood o Elisabeth
Roudinesco prueba esa intención. Y podría pensarse que, difícilmente, en lo que
le queda de gestión pueda superar esos logros, si el presupuesto no aumenta o
se reduce aún más la planta de personal. Habrá que ver qué decide hacer y qué razones pesan más a la hora de definir su continuidad.
II
Renunció Alberto Manguel,
Renunció Alberto Manguel,
director de la
Biblioteca Nacional
El
director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, renunció a su cargo por
motivos de salud, luego de dos años de gestión al frente de la entidad pública.
El editor y escritor de varios libros había sido designado en ese puesto por el
presidente Mauricio Macri en junio del 2016 en reemplazo de Elsa Barber.
Manguel había presentado su dimisión el pasado lunes ante las autoridades del
Ministerio de Cultura, que dirige Pablo Avelluto, y trascendió habría decidido
dar un paso al costado "por motivos de salud", según consignó la
agencia Noticias Argentinas. El ahora exdirector de la Biblioteca
Nacional tiene 70 años y nació en Buenos Aires, aunque pasó su infancia en
Israel, ya que su padre era embajador argentino en ese país.
III
Mangel se va de la Biblioteca Nacional
Mangel se va de la Biblioteca Nacional
El editor y escritor había sido
designado en ese puesto por el presidente Mauricio Macri en junio del 2016 en
reemplazo de Elsa Barber.
La decisión de dejar la
dirección de la Biblioteca Nacional habría estado motivada por diferencias
entre el escritor y el ministro de Cultura Pablo Avelluto en torno al presupuesto. De
hecho, Manguel había declarado de manera pública que no estaba de acuerdo
con el ajuste que se lleva adelante en la entidad. "No tenemos ni un mango
para comprar un grano de café", había dicho hace pocos meses. Otras
versiones adjudican su salida a cuestiones relacionadas con su salud.
Manguel había presentado su
dimisión ayer ante las autoridades del Ministerio de Cultura.
Luego
de las reiterardas menciones de Manguel sobre el tema, Infobae le preguntó directamente al ministro Avelluto por la
eventualidad de los despidos. "No
hay ninguna intención por parte del gobierno de producir cesantías masivas en
la Biblioteca Nacional", reafirmó el ministro. Dentro del mismo clima amistoso y con
bromas varias ("Tengo 70 años, podría ser tu papá" "Podrías ser
mi papá y mi mamá", repondió Avelluto) Manguel comentó que a su llegada
hubo una redistribución de tareas en varios casos, sobre todo en personal que
había sido contratado durante el final del gobierno kirchnerista si tarea
asignada y que, recientemente, luego de la implementación del sistema de
tarjetas, hubo varios casos de trabajadores que no concurrían a su lugar de
trabajo por lo que se produjeron algunos casos de despidos justificados, además
de retiros y jubilaciones.
IV
Por primera vez en su historia,
una mujer dirigirá la Biblioteca Nacional
Elsa Barber y los otros dos |
Luego de horas de
rumores de diferentes intensidades, se confirmó la salida del actual director
de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel. Será a partir de agosto y las razones esgrimidas oficialmente tienen
que ver con su salud. El anuncio se hizo durante una
conferencia de prensa convocada de manera sorpresiva en la que tomaron la
palabra el propio Manguel, el ministro de Cultura Pablo Avelluto y también Elsa
Barber, quien hasta ahora es la vicedirectora de la Biblioteca y que, cuando se
concrete la salida de Manguel pasará a ser su directora de manera definitiva,
con lo que se convertirá en la primera mujer titular del
organismo en toda su historia.
El encuentro se llevó a cabo en el despacho de Barber, quien
trabaja en la Biblioteca desde el año 2007. Comenzó hablando Avelluto, quien
contó que durante el verano Manguel le hizo conocer datos sobre su estado de
salud: "El cuerpo le pedía que parara", dijo Avelluto ante los
periodistas. Manguel tomó la palabra y explicó que tuvo un cáncer unos 5 o 6
años atrás y que su médico, que vive en Estados Unidos, le dijo que debía
trabajar menos y, sobre todo, cargar con menos estrés. En ese momento,
aseguraron, Avelluto le pidió que continuara y eso ocurrió; sin embargo, en
estos días, el escritor decidió que había llegado la hora de dejar el edificio
de la calle Agüero. Fue entonces que señaló con mucho aprecio que nada de lo
que hizo hasta ahora en la Biblioteca podría haberlo hecho sin Barber, quien es
además bibliotecóloga, por lo que será la primera mujer y la primera
bibliotecóloga a cargo de la dirección.
"No hubiera podido hacer nada sin
Elsa", dijo Manguel. "Ella sostuvo la parte técnica porque yo no sé
nada de técnica ni de tecnología ni de bibliotecología. Sin ella y sin el
magnífico equipo de trabajadores, por lo que me siento un poco menos
culpable sabiendo que esta gente se queda aquí. Mi única función fue administrar el
trabajo de los trabajadores de la Biblioteca. Muchos en el mundo nos envidian
este personal". Manguel buscó todo el tiempo desestimar los "rumores
más secretos" que trascendieron en la prensa, según los cuales su estado
de salud sería solo una de las razones de su partida ya que habría habido
desinteligencias entre el director de la biblioteca y el ministro
Avelluto y, sobre todo, algunas versiones señalaban que Manguel no quería
estar al frente de la BN si llega –como se teme– una ola de despidos el área.
"Mi decisión ha sido exclusivamente médica", aseguró en varios
momentos.
"Tanto en el ministerio como en el Gobierno estamos muy
contentos con Alberto Manguel y su equipo. Además de los logros de estos dos
años, nos hemos hecho grandes amigos", dijo Avelluto, quien para hacer
frente a las versiones que señalan que el ajuste ya llegó a su área aseguró que el presupuesto de la Biblioteca, que es de 650 millones de
pesos, fue ejecutado a la fecha en un 44 o 50%, algo normal para esta época". Manguel asentía a su lado,
aunque no pudo evitar un reproche: "Nuestro presupuesto es 1/3 del
presupuesto de la Biblioteca del Congreso", le dijo. Avelluto dijo que
Manguel seguirá vinculado "a este proyecto como asesor ad honorem".
"La
experiencia en la Biblioteca Nacional fue la más extraordinaria de mi vida. Me
pasé la vida escribiendo recetas y por primera vez entré a la cocina",
dijo en forma de metáfora el autor de tantos libros sobre historia de la
lectura. Durante la reunión de menos de una hora con la prensa, Manguel mencionó al menos tres veces que el ministro Avelluto ("a
quien le creo") le dio su palabra de que no habrá cambios abruptos. "Hay un clima de incertidumbre e
inquietud, porque fuimos un país incierto desde la fundación. Pero mi amigo
Pablo me prometió que no se va a despedir gente
ni se van a desmontar estructuras. Los 3 mil eventos del
año pasado se van a multiplicar", dijo. "Para mí ha sido un regalo
trabajar estos dos años con Manguel, y también con Avelluto", dijo por su
parte muy emocionada Barber, una persona de reconocida solvencia técnica, quien
estuvo a cargo de la Biblioteca en el inicio del gobierno de Mauricio Macri,
durante los meses de 2016 en los que se estuvo esperando la llegada de Manguel
y durante los cuales se produjeron unos 240 despidos.
"Todo esto –se refiere a la salida de Manguel– me produjo un
shock", siguió Barber, "y ese mismo shock tiene el personal de la
biblioteca". La funcionaria señaló que durante el tiempo de trabajo
conjunto consiguieron trabajar en equipo en un clima muy cordial, como no lo
había podido hacer durante la gestión anterior: "Estamos en una etapa muy
linda acá en la Biblioteca". Ahí intentó insertar lo que se vive en la
Biblioteca con el clima general de Argentina. "Y conociendo este lugar
desde hace once años y teniendo en cuenta la situación general que se vive en
el país, no quisiera volver a esa situación de permanente…". Barber no
pudo concluir su idea ya que Manguel volvió a tomar la palabra y aseguró una
vez más que su decisión era pura y exclusivamente motivada por su salud y
porque su familia le reclamaba que dejara la Biblioteca.
Qué bueno saber que la Biblioteca es un "emblemático organismo".
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