La noticia no constituye una novedad para nadie y,
de hecho, viene repitiéndose sistemáticamente: la baja del consumo, el aumento
de los insumos y las políticas del actual gobierno para con el libro y la
cultura en general revisten una gravedad inédita para la vida democrática. Así
lo demuestra el siguiente artículo publicado por Daniel Gigena, en el
diario La Nación, de Buenos Aires, el
pasado 8 de octubre.
Por
tercer año seguido, cae la producción de libros
Un nuevo informe de la Cámara Argentina del Libro
(CAL) confirma que durante el primer semestre de 2018 se registró otra caída en
la producción de ejemplares y en la publicación de novedades. Así, por tercer
año consecutivo, las cifras arrojan un saldo negativo. La cantidad de nuevos
títulos publicados en el primer semestre de 2017 había sido de 14.100; este
año, el número es de 13.957. Y si se compara la cantidad de ejemplares publicados,
la diferencia es más notable: 25 millones versus poco más de 22 millones. Esos
tres millones de menos hacen retroceder al país en el índice de libros per
cápita de los países de América Latina.
La CAL obtiene los datos del registro de novedades
editoriales que las empresas realizan en la Agencia Argentina de Registro de
ISBN. Si bien esas empresas son en su mayoría editoriales comerciales, cabe
recordar que instituciones públicas y privadas (museos, ministerios, empresas),
entidades sin fines de lucro y organismos públicos editan obras sin
intervención de terceros. Hasta junio, el sector editorial comercial (SEC)
produjo siete millones de libros.
Incluso los autores, bajo la creciente forma de la
autoedición, publican sus libros. Según el tipo de editor, el 31% de los
ejemplares publicados este año corresponden a esa categoría. El 62% pertenecen
al SEC. De los casi catorce mil nuevos títulos, la autoedición se queda con un
14% y el sector comercial, con un 31%. Las tiradas de los libros autoeditados
pocas veces superan los 500 ejemplares; de hecho, la tirada habitual es de
cien. Esto explica en parte que la cantidad de ejemplares haya caído tanto en
2018, aunque las nuevas publicaciones arrojen un número similar al del primer
semestre de 2017. Desde 2016, las tiradas de las editoriales del sector
comercial disminuyen. De cinco mil a tres mil, de tres mil a dos mil, e
incluso, en 2018, hubo casos de mil ejemplares de un nuevo título. Las apuestas
editoriales se contraen.
Hasta junio, el peor mes de 2018 había sido abril,
paradójicamente cuando se abre la Feria Internacional del Libro de Buenos
Aires. Entonces se anunciaron aumentos en el precio del papel del 5 al 8%. Los
aumentos del precio del dólar en el curso del año profundizaron la crisis
editorial.
“En relación con las novedades hay una leve caída
respecto de 2017, pero no podemos decir que será así todo el año. En julio y
agosto, vimos que repuntó –dice Diana Segovia, gerenta institucional de la
CAL–. La primera tirada de los nuevos títulos sigue cayendo. Como no tenemos
encuestas de ventas, no podemos brindar cifras, pero sabemos por los libreros
que la ventas se mantienen bastante bajas”.
Respecto de las temáticas, la literatura, las
ciencias sociales y la literatura infantil y juvenil encabezan la lista de
preferencias de los editores argentinos. En cuanto a los soportes elegidos, el
83% del total de los libros registrados son en papel y el 17%, digitales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario