Un reciente caso de estafa
a una traductora española por parte de la editorial La Huerta Grande. Itziar Hernández Rodilla, presente
numerosas veces en este blog, ha realizado una traducción para esa casa
editorial, propiedad de Phil Camino,
quien arguyendo que el texto no se adecuaba “al nivel de calidad literario
exigido”, rompió el contrato y, acto seguido, publicó exactamente la misma
traducción entregada, pero atribuyéndola a otra persona para ahorrarse dos pagos. Aquí, a continuación,
la explicación de la perjudicada.
Un fraude de la editorial
La Huerta Grande
En el primer
cuatrimestre de 2017, la editorial La Huerta Grande me contrató para
traducir Ovunqueiosia de Romana Petri. Tras pagarme un
adelanto por la traducción (eran 690 páginas y prefirieron dividir el importe
en cuatro pagos), me puse a trabajar en ella y la entregué el día 2 de
septiembre (según contrato) a la editorial. Unos días después me hicieron
el segundo pago.
A continuación, comencé
a tener problemas con la editora y dueña de La Huerta Grande, Phil Camino, que
acabó rechazando mi traducción por no adecuarse “al nivel de calidad
literario exigido por esta editorial, no podemos presentárselo ni a la agencia,
ni a la autora, ni a los lectores”, y con ello rompiendo el contrato el día 16
de octubre de 2017. Para entonces, el asunto estaba ya en manos de Mario
Sepúlveda, abogado de ACE Traductores. No tuve que devolver el dinero que me
habían pagado, pero, por supuesto, no terminaron de pagarme la
traducción.
Cuatro meses después la
editorial anunció la salida del libro, que puso a la venta a comienzos de marzo
de 2018, con traducción de Pilar Eusamio, librera de la librería Los Editores,
que pertenece al grupo editorial de La Huerta Grande. Dada la longitud del
texto, sospeché y compré la traducción. Para resumir, La Huerta Grande había
publicado mi traducción firmada por Pilar Eusamio.
Ni la editorial ni la
supuesta traductora tuvieron empacho en hacer la publicidad correspondiente del
libro, con halagos para la traducción, y Pilar Eusamio llegó incluso a publicar
fotos con la autora, Romana Petri, en las que se la presentaba como traductora
del texto. Todo esto sucedía mientras el abogado de la asociación informaba de
mi intención de denunciar el plagio, se hacían las consiguientes periciales y
se intentaba negociar la retirada del libro.
Nada de esto ha sido
posible y, tras la interrupción de las negociaciones, yo por fin puedo contar
lo que ha pasado. El título de la traducción es: Donde quiera que yo esté.
Itziar Hernández Rodilla
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