Hacía rato que extrañábamos la pluma de Marietta Gargatagli. Pero, como se leerá a continuación, hemos sido recompensados con el siguiente artículo que trata de la inteligencia artificial, el texto de la "nueva" novela de García Márquez y vaya uno a saber qué otras cosas más.
La máquina que traducirá En agosto nos vemos de García Márquez
1
Octavio Paz (que contó la preciosa historia anterior) fue uno de los que pensaba que la traducción se parece a la creación poética sólo que se despliega en sentido inverso. Un pensamiento que siempre me pareció como si pasara un hada. Leído ahora que terriblemente abolido queda todo eso. No me refiero a que una máquina de verdad traduzca, me refiero al sentido final de que una máquina sea capaz de hacerlo para quienes recordamos todavía la manija del mimeógrafo en la noche cerrada del pasado. Parece que los abolidos somos nosotros. Los que tenemos recuerdos.
2
En estos días raros, los diarios de España comunicaron la aparición de una “nueva” novela de Gabriel García Márquez. El capítulo reproducido se lee pensando que se trata de uno de los experimentos sobre Inteligencia Artificial de ahora y que en un instante va a aparecer alguien gritando ¡Sorpresa! y nos revelará la verdad.
Pasaron los días y nada
pasó. Por el contrario, continúan los artículos que anuncian la llegada de En
agosto nos vemos, el “inédito” de García Márquez.
Diré mi opinión. El anticipo de la novela que se conoció no tiene la cadencia de la prosa de García Márquez, se repiten palabras (en el segundo párrafo hay un libro “intenso”, en el tercero unos labios “intensos”), aparece un uso de los pronombres personales que no corresponde al castellano de América Latina (Drácula “le” había fascinado desde el principio” [a ella]), hay comas mal puestas, y sobre todo, siempre hay un sobretodo que lo envuelve todo: la historia repite un cuento de un escritor argentino de hace más de sesenta años. Dalmiro Sáenz.
Según leí después García Márquez lo publicó como cuento que, formalmente, es lo que parece. Y también leí que el final de lo que parece un cuento y es el final del cuento de Dalmiro Sáenzes también el final de todos los capítulos de la novela que, a lo mejor, naciódel cuento que sigue pareciendo un cuento.
3
El libro de Dalmiro Sáenz, Setenta veces siete, apareció en 1956 y quedó registrado en mi cabeza como una auténtica rareza porque fue la única vez que en mi casa no me dejaron leer un libro. Mis padres lo leyeron, lo comentaron, lo escondieron y, como nunca escondían nada, lo encontré enseguida. El cuento de la muchacha (ahora en GGM) que después de una noche que ella cree romántica encuentra unos sucios billetes sobre la mesita de luz porque el hombre que la acompaña cree otra cosa, no era el más escabroso. Había otro donde una mujer tiraba al marido y al amante a un pozo en la Patagonia después de sufrir mil vejaciones que impresionaba mucho más y Leopoldo Torre Nilson llevó al cine con Isabel Sarli como protagonista.
4
Según la prensa mexicana, la novela “póstuma” fue
descubierta por el escritor colombiano Gustavo Arango
en el Archivo Gabriel García Márquez del Harry Ransom Center de la Universidad
de Texas, enun conjunto de cartas, manuscritos, documentos y fotografías
comprados en 2014 a la familia de García Márquez. El manuscrito de la novela
inédita incluía al final (o al principio) un informe de lectura muy
desfavorable de la agencia de Carmen Balcells que describía la obra como un
“cuento repetitivo y alargado” (lo que según el capítulo que leí estaría
resultando muy cierto).
El hallazgo del informe de lectura parece “un
pormenor de larga duración” como lo llamó Borges (algo pasó “en una tarde
lluviosa”, ¿quién va a dudar de lo que pasa en las tardes lluviosas?) y resulta
una prueba inapelable (aunque hay muchos que quieren apelar) que la novela existía
antes de la Inteligencia Artificial.
Random House tiene los derechos de la novela para
todo el mundo y se publicará de manera simultánea en todo el mundo, salvo en
México donde (creo) lo hará Diana. Superado el estremecimiento de que alguien
tenga los derechos de algo para todo el mundo, viene imaginar a las heladeras
Siam batallando con la legibilidad de la novela en todos los idiomas del mundo.
5
“En la cumbre de la colina estaba el cementerio
triste de los pobres. Empujó sin esfuerzo el portón oxidado, y entró con el
ramo de flores en el sendero de túmulos tragados por la maleza, con escombros
de ataúdes y saldos de huesos calcinados por el sol. Las tumbas parecían
iguales en el cementerio desamparado con una ceiba de grandes ramas en el
centro. Las piedras afiladas hacían daño aun a través de las suelas de caucho
recalentado, y el sol duro se filtraba por el raso de la sombrilla. Una iguana
surgió de los matorrales, se detuvo en seco frente a ella, la miró un instante
y escapó en estampida.” (GGM[1])
“In cima alla collina
c'era il triste cimitero dei poveri. Spinse senzas forzó il cancello arrugginito,
e dentrò con il mazzo di fiori nel sentiero di tumuli inghiottitidalsottobosco,
con macerie di bare e resti di ossa calcinate dal sole. Le tombe sembravano le
stesse nel cimitero abbandonato con un albero di ceiba dai grandi rami al
centro. Le pietre aguzze facevano
male anche attraverso le suole di gomma surriscaldate e il sole cocente filtrava
attraverso il raso dell'ombrello. Un'iguana è emersa dai cespugli,
si è fermata davanti a lei, l'haguardata per un momento e si è allontanata.” (Google)
“Au sommet de la colline se trouvait le triste cimetière des pauvres. Sans effort, elle poussa le portail rouillé, et s'engagea avec le bouquet de fleurs dans l'allée de monticules engloutis par les broussailles, avec des décombres de cercueils et des restes d'ossements calcinés par le soleil. Les tombes se ressemblaient dans le cimetière abandonné avec un arbre ceiba à grosses branches au centre. Les pierres pointues faisaient mal même à travers les semelles en caoutchouc surchauffées, et le soleil dur filtrait à travers le satin du parapluie. Un iguane sortit des buissons, s'arrêta net devant elle, la regarda un instant et s'enfuit.” (Google)
“At the top of the hill was the sad cemetery of the poor. Effortlessly she pushed open the rusty gate, and entered with the bouquet of flowers into the path of mounds swallowed by the undergrowth, with rubble from coffins and balances of sun-baked bones. The tombs looked the same in the abandoned cemetery with a large-branched ceiba tree in the center. The sharp stones hurt even through the overheated rubber soles, and the harsh sun filtered through the satin of the umbrella. An iguana emerged from the bushes, stopped short in front of her, looked at her for a moment, and stampeded away.” (Google)
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