La
poeta Carolina Esses publicó en el diario La
Nación, del 28 de mayo pasado, la siguiente nota que anticipa el desarrollo
de la sexta Feria de Editores, a realizarse en la ciudad de Buenos Aires, los
días 9, 10 y 11 de junio, de 15 a 20 hs en Santos Dumont 4040.
Las editoriales independientes tienen
su feria
En
aquella primera edición de la Feria de Editores llovió sin parar. Las calles se
anegaron y Víctor Malumián y Hernán López Winnie –editores de Godot y
organizadores de la feria– lo tomaron como una mala señal: quizá no tuviese sentido
embarcarse en proyectos de este tipo. Habían convocado a otras veinte
editoriales amigas cuyos editores se miraban a través de un salón vacío, entre
pilas de libros, mientras esperaban que llegara algo de público. Tímidamente
apareció el primer lector, y después el segundo, hasta que el bar de FM La
Tribu se llenó de gente. Con los años y las sucesivas ferias ese público no
dejó de crecer. A tal punto que, el año pasado, en plena crisis del segmento
editorial, 6000 personas se acercaron a conocer la oferta de pequeñas
editoriales argentinas, Chile, México, Uruguay y Colombia.
Si
pensamos en algún antecedente de esta feria, quizá la que los organizadores
reconocen como más afín es La Furia del Libro, en Chile, que se desarrolla
desde 2009. No sólo por cómo está pensada y armada, sino por que varios de sus
integrantes participan de la Feria de Editores y varias editoriales argentinas
lo hacen en La Furia. Este año, de las 300 editoriales independientes que
Malumián y López Winnie tienen mapeadas, serán 140 las participantes (el año
pasado fueron 85). También habrá 24 que vendrán del interior y 25 de América
Latina y España. Y se sumará un día más a los dos habituales.
Esto no es una "contraferia"
"Creo
que uno de los incentivos más interesantes para venir a visitar la feria es
encontrar un montón de editoriales que quizá no tienen el recorrido comercial
más eficaz, ya sea por el tamaño de la tirada, ya sea por problemas logísticos;
y dejarse llevar por la charla con sus editores, conocer autores nuevos,
escuchar recomendaciones", explica Malumián.
Lo
fundamental sigue siendo lo mismo que en 2013: la presencia de los editores.
Quien ofrece el libro es también quien decidió publicarlo, quien lo consideró
tan valioso como para incorporarlo a su pequeño catálogo. Esto es algo que
posiciona la feria no como una "contraferia" en relación con la
tradicional Feria Internacional del Libro, sino como una propuesta diferente,
mucho más acorde a los pequeños sellos que, incluso agrupados, no tienen
demasiada visibilidad en la Feria Internacional.
Una
de las editoriales que lleva varios años participando es Gourmet Musical. Nació
en 2005 y publica exclusivamente libros de música. En su catálogo conviven
títulos que exploran las canciones de Sandro, la Rusia de Mussorgsky y Rimsky
Korsakov o la música en la obra Xul Solar. Leandro Donozo, su editor, participa
de la feria desde su segunda edición. "Yo apunto a un lector al que le
gusta un poco todo. Y ése es el público que encuentro en la feria. He ido a
otras y no pasa lo mismo. Es gente que entiende nuestra propuesta, que se
interesa por un catálogo diverso."
El
público al que se refiere Donozo no es particularmente joven, vanguardista,
académico o erudito. Se trata de lectores curiosos que intuyen que no todo está
concentrado en las grandes editoriales, lectores reincidentes que saben que si
determinada novela –poco cubierta por la prensa, por ejemplo, e inexistente en
las mesas de novedades de las grandes cadenas– les gustó, es probable que el
editor detrás de ese catálogo tenga alguna otra cosa interesante para ofrecer.
La
propuesta es muy amplia. Habrá libros para niños, de cocina, ensayo, poesía,
novela, crónica, diseño, cine. También charlas, una muestra de fotografía de
Daniel Merle –40 años en 24 fotos, curada por Alejandra López–, e
incluso, por primera vez, un pequeño salón de derechos pensado junto a Victoria
Rodriguez Lacrouts, de la Fundación TyPA.
Parece
lógico que, si buena parte de la literatura argentina –y del ensayo extranjero
en traducción local– se está publicando en estos sellos, la feria sea un
espacio de encuentro no sólo entre el lector y el editor, sino también entre
editores. Para los autores, saber que sus libros pueden ser descubiertos por
algún editor del exterior no es poca cosa.
Las
charlas programadas reflejan cierto estado de la cuestión en la literatura
argentina: el auge de los géneros –el policial, la ciencia ficción, el terror–,
la vitalidad del ensayo, la figura del autor gráfico, el tema de la violencia
de género y su relación con el Estado. Dice Malumián: "La propuesta
cultural se arma en conjunto con diversos editores, se charla mucho la temática
y la lista de escritores que podrían ser interesantes para llevarla adelante.
Los escritores que nos gusta escuchar. Después de todo, lo que nos une
fundamentalmente es que somos todos lectores. ¿Qué nos gustaría escuchar? ¿A
quién nos gustaría escuchar?" Algunos de los escritores que participan
este año son Sonia Budassi, Luis Chitarroni, Mariana Dimópulos y el ilustrador
y guionista Max Aguirre. El cierre está a cargo de Luis Gusmán, en una
entrevista abierta.
Por
más éxito que tenga la feria –ésta o las que durante el año se llevan a cabo en
Capital y en las provincias– se sabe que la mejor manera de vender libros es a
través de los libreros. También es conocida la crisis que está viviendo el
sector y que afecta desde la edición hasta la comercialización del libro. Por
eso, quien visite la feria va a poder llevarse un catálogo –que como todo
catálogo será, dice Malumián, necesariamente incompleto, pero se irá mejorando
año a año– con más de doscientas librerías de capital y del interior del país
donde conseguir estos mismos libros.
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