jueves, 30 de junio de 2011

Desgraciadamente, ratas hay en todas partes

El 26 de julio de 2009 –hace casi dos años– el periódico español El Público, con firma de Jesús Rocamora, publicaba el artículo que se reproduce a continuación. No se trata aquí de otra cosa que de la vigencia que tiene la impunidad de los editores, tanto en España como en el resto del mundo, cuando procede con la labor de los traductores, como si no existieran leyes que la regularan. De ahí la pertinencia de esta noticia. De ahí el sentido de retener los nombres de Ediciones Urano y Planeta.

¿Quién se comió el queso del traductor?

"Obviamente, bombazos como El señor de los anillos, Harry Potter o Ken Follett hay muy pocos. Y hay que tener en cuenta que para llegar a cobrar derechos de autor, un libro tiene que superar, más o menos, los 60.000 ejemplares vendidos; lo cual son muchos ejemplares si tenemos en cuenta que la tirada media de un libro está entre los 4.000 o 5.000 ejemplares", reconoce Robert Falcó, del estudio de traductores Anuvela.
Según la Ley de Propiedad Intelectual, los traductores son autores y, como tal, reciben un porcentaje de la explotación de derechos. Sin embargo, "aún hay editoriales que no hacen contratos de traducción o que no especifican el porcentaje de derechos de autor que nos corresponde", avisa Falcó.

Un pelotazo no esperado
¿Quien se ha llevado mi queso?
El caso de Montserrat Gurguí ha sido uno de los más sonados: aunque no se considera traductora de best sellers porque de los 120 libros aproximadamente que ha traducido en 23 años de carrera, sólo el 5% le ha dado derechos. Su mala experiencia viene precisamente de uno de esos superventas por los que nadie parecía apostar: ¿Quién se ha llevado mi queso?, de Spencer Johnson (Ediciones Urano). "Lo hice sin contrato, gracias a una modalidad que contempla la LPI que se llama a tanto alzado y por la que el traductor cobra lo estipulado (por página) y el editor sólo puede sacar una única edición. Si quiere sacar más, debe hacer contrato".

El libro se publicó por primera vez en febrero de 2000. En otoño de este año, Guiguí vio que iba por la octava edición y que empezaba a aparecer en la lista de más vendidos. "En La Vanguardia se decía que se habían vendido 100.000 ejemplares. Me puse en contacto con el editor, le dije que la edición estaba fuera de la ley y le invité a que regularizáramos la situación. Me aseguró que él no creía en los contratos, como si fuera una cuestión de fe".

Después de un tira y afloja, pactaron un 0,50% de royalties y firmaron un contrato en noviembre de 2000. Pero en Navidades del mismo año, había otra edición en la calle con el nombre de otro traductor. "Era prácticamente igual que la mía. Se habían dedicado a cambiar cuento por relato, luego por después, etc. El autor de la nueva traducción era un colaborador de la casa, amigo personal del editor. Se había saltado el contrato en función de una cláusula que llevan todos los contratos y estaba explotando otra traducción. Lo rompió y tuvo que indemnizarme".

Un clásico sin derechos
Tolkien y su versión española
Falcó recuerda también "uno de los casos más sangrantes", el de Matilde Horne, traductora de Las dos torres y El regreso del rey, de la trilogía El señor de los anillos. Horne que murió a mediados del año pasado recibió tan sólo el pago de 6.000 euros en concepto de derechos de autor por sus traducciones cuando el editor Franciso Porrúa vendió Minotauro al gigante editorial Planeta. "Y cuando reclamó a Planeta, le ofrecieron 1.200 euros al año", recuerda Falcó, que propone jugar con los números: "Imaginemos que en 2001 [tras el boom de la primera película] se vendieron 500.000 ejemplares y que cada uno podía costar unos 20 euros. Eso equivale a 10.000.000 de facturación". Si le hubieran pagado "un simple 0,5%, el total asciende a 50.000 euros en concepto de derechos de autor. Y eso sólo teniendo en cuenta lo que debería haber cobrado en el año 2001".

Posteriormente, y gracias a la intervención de las asociaciones de traductores, Planeta acabó liquidándole los derechos que le correspondían desde la compra de Minotauro.

Inglés en las alpujarras
Chris Stewart, el escritor que fue batería de Genesis
Gurguí subraya un caso reciente y "muy flagrante de impagos y malos tratos": el de Chris Stewart, batería del grupo Genesis, británico enamorado del paisaje de Las Alpujarras al más puro estilo de Gerald Brenan. Stewart publicó en 1999 Driving among lemons. An optimistic in Andalucía, un best seller en Reino Unido y EEUU que en España ha sido editado por Almuzara bajo el título Entre limones.

Según denunciaba el propio autor a El diario de Córdoba en febrero, no ha cobrado "nada" por el libro, que en España ha vendido 250.000 ejemplares. Es la cabeza visible de una situación con el grupo Almuzara que, según ACEtt asociación fundada en 1983 para defender los intereses y derechos de los traductores de libros afecta a nueve de sus afiliados.

miércoles, 29 de junio de 2011

Gallimard y la Argentina: ¿vínculos que hoy no atraviesan por su mejor etapa o simple pereza intelectual?

Gallimard –que está festejando su centenario– fue una de las tantas editoriales francesas, y no la principal, que publicó argentinos en Francia a lo largo del siglo XX.  Probablemente, por los autores reunidos, fue, sí, la más prestigiosa, al menos en el imaginario local. En estos días, en la Argentina, los festejos de esa editorial se realizan a través de una muestra, publicitada como una celebración de la relación que se estableció entre Gallimard y la cultura local. “Un vínculo que no pasa por su mejor momento”, según Alban Cerisier (foto), secretario general de la empresa francesa, en la entrevista publicada en el diario Página 12, de lunes 27 de junio pasado por Silvina Friera.

Un sello especial para francófilos

La historia comienza en París. Gaston Gallimard, empresario amante de los libros, las mujeres y los baños de mar, ejecuta una cabriola comercial memorable, aunque entonces no sospechaba las consecuencias que tendría en el panorama cultural francés. Se asocia a ediciones de la Nouvelle Revue Française (NRF), fundada en 1911 como una prolongación de la famosa revista literaria creada por André Gide y sus amigos dos años antes. Nacía la estrella más brillante del firmamento francófono, una editorial independiente y familiar con una política duradera de autores y colecciones. Algunos apellidos alcanzan para que la musculatura facial amplifique el gesto de asombro: Proust, Breton, Malraux, Saint-Exupéry, Queneau, Faulkner, Hemingway, Steinbeck, Sartre, Ionesco, Camus, Duras, Yourcenar, Kundera, Kerouac, Borges y Cortázar. Un siglo después, Gallimard continúa siendo el mayor sello independiente, con un catálogo integrado por más de 40.000 títulos. La historia mítica de esta casa editorial francesa también se escribió, en parte, en esta ciudad. Alban Cerisier, secretario general de Gallimard, se pliega a la coqueta escenografía del Sofitel, el hotel que emula el savoir faire francés en plena calle Arroyo. Apenas se traspasa el umbral de entrada, todo huele a flores dulzonas, un tanto empalagosas. Antes de que uno de los responsables de la megamuestra “Gallimard, 1911-2011. Un siglo de edición... y de amistades franco-argentinas”, que se puede ver hasta el 11 de julio en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes (Rufino de Elizalde 2831), repase los momentos de unos vínculos que hoy no atraviesan por su mejor etapa, Cerisier, agitado y sudado, en remera, buzo y zapatillas, regresa al hotel cansado pero satisfecho, después de cumplir con su rutina deportiva y correr unas vueltas alrededor de la Plaza San Martín.

Ahora, con su trajecito sin corbata, “el principito de Gallimard” recuerda que todo arrancó cuando Valéry Larbaud, poeta y crítico, un políglota francés muy abierto a la literatura extranjera, conoció a Ricardo Güiraldes. “Tenían una amistad muy fuerte, de respeto mutuo, marcada por la vida cosmopolita parisina que permitió construir una relación sostenida con el mundo editorial argentino”, cuenta Cerisier. “Un vínculo determinante fue el de Roger Caillois y Victoria Ocampo, que comenzó también en París –aclara el editor francés a Página/12–. Borges, en uno de sus últimos discursos, se refería a la generosidad de la cultura francesa para con la cultura argentina. Y a la inversa, también hubo una generosidad argentina hacia los franceses. Esta es una particularidad de las relaciones franco-argentinas porque esa reciprocidad no se dio entre Francia y otras culturas desde el punto de vista literario. Hubo un intercambio muy importante a nivel de la búsqueda formal, que se percibe en la influencia del surrealismo en los escritores argentinos o en la búsqueda de Cortázar en ciertos escritores franceses.”

Gallimard fue prácticamente el único editor de autores argentinos en el siglo XX en Francia, gracias a los estrechos contactos que se establecieron entre escritores, editores, lectores o consejeros como Larbaud, Caillois, Jules Supervielle, Jean Prévost, Marcelle Auclair, Ugné Karvelis, Juan Goytosolo y Héctor Bianciotti. Si el prólogo se escribió a partir del hallazgo de la obra de Güiraldes, durante la Segunda Guerra Mundial, Victoria Ocampo cumplió al pie de la letra el papel de difusora ejemplar de la cultura francesa a través de la revista Sur. Jean Paulhan, director de la Nouvelle Revue Française, quería rejuvenecer su equipo crítico. “Había identificado a dos críticos de la Escuela Normal Superior, uno de ellos era Caillois, catalogado como un verdadero genio, un joven entonces asociado al Colegio de Sociología que no era un representante de la literatura pura”, recapitula Cerisier algunos retazos de esta historia. “Victoria Ocampo lo trajo a la Argentina cuando Caillois comenzaba a convertirse en una verdadera autoridad intelectual. Vino acá pero no pudo regresar a París; del ’39 al ’45 se tuvo que quedar en Buenos Aires porque había tomado posiciones muy fuertes contra el nazismo, para gran satisfacción de Victoria Ocampo, con quien tenía una relación íntima –ironiza el actual secretario general de Gallimard–. Las relaciones entre Caillois y Borges fueron complejas; hubo una polémica importante en Sur en torno de la novela policial, pero cuando Caillois volvió a Francia, enseguida propuso crear una colección de literatura cuyo primero escritor a publicar no podía ser otro más que Borges.”

–¿Se puede afirmar que hoy se sostiene la intensidad de esa reciprocidad?
–No puedo hablar por todo el mundo editorial francés, pero para Gallimard no estamos en el mejor momento de la relación. Roger Caillois o Héctor Bianciotti fueron intermediarios eficaces entre ambas literaturas. Ahora el intercambio es más débil desde lo literario.

–¿Cómo explicaría esta debilidad?
–No me parece que la literatura argentina contemporánea tenga menos para ofrecer que la literatura argentina de hace cuarenta años, lo que no tenemos ahora son estos intermediarios que hicieron el nexo, los editores-lectores, como se llaman en Francia. Juan Goytisolo cumplió ese papel de intermediario; fue un gran lector del español para Gallimard. Héctor Bianciotti también cumplió un rol relevante en la difusión de los escritores argentinos en Francia. Lo que nos enseña la historia es la importancia de las relaciones de proximidad, de amistad, de publicación. No es Gallimard la única editorial francesa; hay otras. Gallimard no puede publicar y asumir toda la literatura. En este momento no tenemos una colección dedicada a la literatura hispanoamericana, aunque sí hay una colección para literaturas extranjeras que se llama “Del mundo entero”.

Cerisier revela que en los últimos diez años se han publicado entre unos 20 a 30 títulos de autores argentinos en “Del mundo entero”, “nada comparable con el boom de los años ’60”, aclara “el principito de Gallimard”, editorial que nunca definió sus elecciones por “motivos políticos”, según advierte el secretario general de la editorial. “Aunque sea la editorial de Sartre”, dice. Y sonríe, preparado para la réplica.

–¿Sartre se publicó por razones estrictamente literarias o políticas?
–A Sartre, que es un hijo de Kafka, se lo publicó por razones puramente literarias, por la interrogación sobre el carácter de la existencia, por la cuestión de la libertad. Esto fue determinante para decidir publicar La náusea, su primera novela, antes de la guerra. En esa época Sartre no estaba para nada politizado. La noción de literatura comprometida, tal como Sartre la definió, se construyó después de la Segunda Guerra en el ambiente del existencialismo con la creación de Les temps modernes (Los tiempos modernos), la revista de la literatura comprometida, que no significó jamás literatura al servicio de la política. Para Sartre el compromiso no era eso; el pensamiento del compromiso seguía siendo una defensa de la literatura.

–¿Qué influencia tuvo Borges en los escritores franceses, a partir de que comenzó a ser publicado por Gallimard?
–Ficciones se publicó en Francia en el ’51; ese libro marcó el descubrimiento de Borges, pero su influencia no fue inmediata. Yo la veo como una influencia difusa, no diría que hay escritores franceses claramente influidos por Borges. No es tan clara la influencia de Borges, sobre todo porque fue una obra que ingresó en su totalidad en La Pléiade, el único escritor argentino publicado en esta colección. Cuando a Borges le confirmaron que lo iban a publicar en La Pléiade, dijo que era mejor que recibir el Premio Nobel (risas). Creo que es la publicación más consagratoria de Gallimard. Esa suerte de Premio Nobel editorial –La Pléiade– fue creada en 1931 para suministrar a los lectores ediciones cuidadas que reunieran las obras completas de los grandes escritores de la literatura universal. Los primeros en ingresar a este Olimpo consagratorio fueron Baudelaire, Poe, Voltaire, Stendhal, Cervantes, Montaigne y Kafka, entre otros. Los libros de la colección están impresos con tipografía garamond, en papel biblia y cubierta dorada. A cada época le corresponde un color: habano para el siglo XX, esmeralda para el XIX, azul para el XVIII, rojo para el XVII, violeta para la Edad Media, verde para la Antigüedad.

–¿Qué requisitos tiene que reunir un escritor para poder estar en esa colección?
–No es una decisión que se tome a la ligera. No calificamos “composición”, “estilo”, “tramas” y entonces decidimos, sino que se evalúa cuándo un autor tiene el suficiente reconocimiento de los lectores franceses para ser publicado en La Pléiade. Algunas elecciones fueron muy cuestionadas, por ejemplo la publicación de Georges Simenon, considerado un escritor “medio” de policiales, que publicaba demasiado, doce títulos por año. Y sin embargo, André Gide decía que era el mejor novelista de todos. Antoine Gallimard, el actual presidente, decidió que fuera publicado en La Pléiade, pero generó mucha polémica entre los críticos. Algo parecido sucedió con el dramaturgo francés Jean Anouilh.

–¿Cuál fue la estrategia de Gallimard para evitar ser comprada por un gran grupo y seguir siendo independiente?
–Hubo momentos de zozobra relacionados con la sucesión de la familia Gallimard. Ahora estamos en la tercera generación familiar, pero en cada traspaso hubo riesgos. En el último, en los años ’90, los hermanos de Antoine cedieron un pequeño porcentaje de su capital, entre el 10 y el 20 por ciento, a un grupo internacional que luego se convirtió en Vivendi. La pericia editorial fue que en los últimos 15 años se publicaron libros y autores con mucho éxito, por ejemplo Harry Potter, Philippe Delerm y Daniel Pennac, pero gracias a esos libros Antoine pudo volver a comprar ese capital vendido. Hoy sigue siendo ciento por ciento Gallimard; una evolución totalmente opuesta a lo que sucede en las editoriales europeas. Pero la independencia no es todo, ser independiente no significa ser un buen editor.

–¿Qué significa ser “un buen editor”?
–Gaston Gallimard siempre dijo que él nunca había sido editor por vocación, pero que al publicar lo que él consideraba válido, lo cual no deshonraría su biblioteca personal, con la pertinencia de sus elecciones, beneficiaba al pequeño público, al público medio, al gran público. Tenía buenos asesores que estaban cerca de los focos de creación y que podían señalarle obras interesantes. Gaston Gallimard tenía que asegurarse de que esas obras pudieran convivir en el catálogo. Como conclusión decía que un buen editor es un diplomático, porque la literatura es diversa y contradictoria por esencia.

martes, 28 de junio de 2011

La función evangelizadora de la traducción

"La traducción y la guerra" fue el curioso título que Matías Serra Bradford (foto: Agustín Spinetto) dio a su charla en el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, la muy fría tarde del 27 de junio pasado. Se trató de una espléndida velada en la hubo lugar tanto para la reflexión sobre lo que significa traducir como para las particularidades de la práctica. Hubo asimismo espacio para hablar de la antología de poesía inglesa que Serra Bradford antologó y tradujo para el sello Lumen, de España.

Quien desee enterarse puede ver la grabación en http://www.ustream.tv/recorded/15664820


Matías Serra Bradford nació en Buenos Aires en 1969. Escritor y traductor. Colabora en distintos medios de Argentina, en Crítica de México y en la revista inglesa PN Review. Fue el editor y traductor de Si mi biblioteca ardiera esta noche, un volumen de ensayos de Aldous Huxley, y de La isla tuerta, una antología en la que seleccionó a poetas británicos de los últimos sesenta años (que incluye, entre otros, a Tom Raworth, J.H. Prynne y R.F. Langley). Tradujo también a John Berger, Iain Sinclair y Patricia Highsmith. Actualmente está preparando un libro de poemas de Michael Hamburger. Es el autor de las novelas Manos verdes y La biblioteca ideal.

lunes, 27 de junio de 2011

Che, lo húnico ke pedimos es...

Aparecida el domingo 26 de junio pasado en Clarín, con firma de Leyla Mesyngier, la siguiente noticia señala que el lenguaje de chats y las diferencias socio-económicas afectan el aprendizaje. Estas conclusiones se vinculan con un estudio sobre escritura –relizado por la UNESCO para estudiantes de América latina y el Caribe–, que abarcó normas ortográficas y caligráficas. Allí, la Argentina quedó ubicada detrás de Cuba, Uruguay y Chile. De cada 10 alumnos argentinos, entre 7 y 9 presentaron "escritos que dificultaban su desciframiento", según los datos que provienen del informe presentado hace dos semanas.   

Debaten por qué a los chicos les cueta tanto
esciribir sin faltas

La dificultad para aplicar las reglas aprendidas a los textos, la colocación de tildes en las palabras, el uso de celulares y chats y las diferencias socioeconómicas son algunos de los problemas que enfrentan los alumnos de escuela primaria en el proceso de aprendizaje de la escritura.

En una evaluación sobre caligrafía y ortografía realizada por la Unesco, la Argentina obtuvo una de las peores notas en relación a los desempeños de alumnos de tercer y sexto grado de América Latina: los estudiantes cometieron un error cada 10 palabras y presentaron dificultades a la hora de mostrar su caligrafía manual en un texto.

“En los últimos tiempos nos hemos vuelto muy pragmáticos, utilizando diversas estrategias. Sabemos que los chicos aprenden de distinta manera: mientras algunos al leer registran y se acuerdan por haber leído, otros necesitan escribir la palabra para retener su ortografía”, explica Cristina Carriego, doctora en Educación de la Universidad de San Andrés y vicedirectora del colegio Pestalozzi.

Otra de las cuestiones clave es “trabajar la conciencia de la posibilidad de error. Lo importante es que los chicos al llegar a escribir un sonido parecido –como la c, la s o la z–, se pregunten y tengan conciencia de que hay más de un camino a seguir y no todos son correctos”, argumenta Cecilia Cancio, licenciada en Ciencias Pedagógicas.

Si se piensa la alfabetización como construcción, los alumnos pasan por diversas etapas en las que la manera de escribir va transformándose de lo auditivo a la aplicación de las reglas. Los estudiantes de primer grado, por ejemplo, escriben “moscito” en lugar de mosquito. “En segundo grado ya no se ve” el mismo error, apunta Carriego.

El uso del lenguaje de los mensajes de texto y del chat también influye en las dificultades de aprendizaje. A los alumnos de quinto o sexto grado muchas veces “les cuesta diferenciar que en un texto académico, en una carta o un cuento no pueden poner la q con apóstrofe para reemplazar la palabra que”, explica la docente Cristina Ashardjian. Lo mismo ocurre con el uso del procesador de texto. “Influye mucho la utilización de la tecnología porque los chicos argumentan que lo que escriben se entiende igual”, agrega la docente.

Los mismos que pueden escribir muy bien en un espacio formal, se descuidan en espacios más informales: no usan tildes ni mayúsculas y abrevian palabras. “Entienden las diferencias pero no las aplican”, sostiene Cancio.

Por último, las especialistas reconocen que las diferencias de recursos socioeconómicos también se presentan como dificultades a la hora de aprender a escribir. “Inicialmente el aprendizaje de la escritura ortográfica tiene una fuerte relación con el nivel socioeconómico y el capital cultural de las familias”, asegura Carriego, quien como tesis doctoral analizó cuatro escuelas primarias de la Ciudad de Buenos Aires a través de una evaluación escrita a los alumnos de segundo grado.

Sin embargo, instituciones con un estatus similar “pueden generar mayor o menor valor agregado en el aprendizaje”, especialmente considerando que el conocimiento de la ortografía “requiere de procesos de enseñanza explícitos”, continuó Carriego. “Esto marca la importancia de la escuela, de lo que pasa en el aula y de las condiciones institucionales que deben compensar las diferencias de capital social y cultural”.

“En las escuelas públicas con poblaciones de menos recursos hay mucho para trabajar, mucho por hacer y se pueden lograr grandes cosas. Los chicos tienen capacidad de aprendizaje, a algunos les costará más pero se puede”, concluye Ashardjian.

domingo, 26 de junio de 2011

Escritora brasileña en Buenos Aires


Jueves 30 de junio, 19hs

Maria Alzira Brum

Diálogos y conexiones
entre el portugués brasileño y el español:  
una aproximación creativa a través da la literatura.

Auditorio de la Funceb

Esmeralda 969
Ciudad Autónoma de Buenos Aires4313.5222 / 6448 
Entrada gratuita

Maria Alzira Brum es Doctora en Comunicación y Semiótica por la Pontifícia Universidad Catolica de São Paulo. Es escritora y traductora. Autora, entre otros, de O Doutor e o Jagunço (ensayo, São Paulo (Arte&Ciência, 2000), La Orden Secreta de los Ornitorrincos (novela, Lima, Borrador, 2009), Novela suvenir (México DF, Fonca-Santa Muerte Cartonera 2009, Lima, Punto de Narrativa, 2010). Co-organizadora, con Nelson de Oliveira, de la antología 90-00 Cuentos brasileños contemporáneos. Vive entre Brasil y otros países de America Latina donde realiza experimentos en arte y literatura, en los cuales mezcla escritura, performance, investigación. Escribe en portugués y español. En su charla abordará temas relativos a la creación literária y a la exploración creativa del bilinguismo.

sábado, 25 de junio de 2011

¡Alegría! ¡Alegría! ¡Los primeros bosquejos de la constitución polaca al alcance de todos!

Según la noticia difundida por la agencia TELAM, de la Argentina, Google y la Biblioteca Británica de Londres (http://www.bl.uk/), poseedora de unos 14 millones de volúmenes, establecieron un acuerdo para la digitalización de parte del patrimonio de esta última. O al menos es lo que se lee en Clarín del 21 de junio pasado.

Google acordó digitalizar el archivo
de la Biblioteca Británica

La Biblioteca Británica de Londres y la empresa del buscador más usado de Internet, Google, firmaron un acuerdo histórico para digitalizar libros con copyright que posee esa institución inglesa del período 1700-1870, incluidas obras nunca antes expuestas al gran público.

Entre los libros que se digitalizarán están un tratado del siglo XVIII del príncipe de Orange, panfletos feministas de María Antonieta y los primeros bosquejos de la constitución polaca, indicó la agencia italiana de noticias ANSA.

El proyecto aspira a digitalizar y subir a Internet, por primera vez en la historia, al menos 250 mil libros de la British Library, informaron sus organizadores.

Lynne Brindley, director ejecutivo de la biblioteca, dijo que el “significativo” acuerdo forma parte “de una orgullosa tradición en pos de ampliar la lectura”.

Google ya digitalizó unos 13 millones de libros a partir de los acuerdos que realizó con más de 40 bibliotecas de todo el globo. La Británica, una de las mayores del mundo, cuenta con una colección de 150 millones de artículos, incluidos libros, mapas, periódicos, partituras, patentes, manuscritos y sellos.

viernes, 24 de junio de 2011

Muy malas noticias para los amantes del cine y las series en versión original subtitulada. ¿Habrá que ir pensando en abandonar el cable?

El domingo 11 de junio pasado, Marcelo Stiletano firmó el siguiente artículo en el diario La Nación, Argentina, país que, a diferencia de España, desde siempre está acostumbrado a ver películas en idioma original y series por cable, hasta hace poco, sin la mediación del doblaje. Sin embargo, las compañías que suministran las distintas señales ven las cosas de otro modo y deciden que toda Latinoamérica tiene una misma cabeza, por lo que, sin respetar tradiciones, nos somete a todos a la misma regla. ¿Habrá que ir pensando en abandonar el cable?   

Hollywood en castellano

El cambio está a la vista, pero sobre todo al oído . Los idiomas originales y los subtítulos están cediendo cada vez más terreno frente al avance creciente de un doblaje al español neutro e impersonal. Ocurre en el cine más allá de la natural adaptación del lenguaje en las películas dirigidas a los más chicos, ya que buena parte de la oferta de los tanques de Hollywood pensados para un público más amplio –el caso más reciente es Piratas del Caribe– se exhibe ahora mayoritariamente sin las voces originales.

Y ocurre cada vez más en la televisión. La reciente renuncia de Cinecanal al subtitulado corrobora un cambio de tendencias y hábitos de consumo en un mundo como el de la TV paga, cada vez al alcance de mayores audiencias en América latina. Cinecanal, desde su nacimiento, se había posicionado como una señal de ribetes premium en el básico: su oferta (aportada por grandes estudios de Hollywood) incluía impecables versiones de títulos de ese origen en versión original y subtituladas. Ahora, el mismo material fílmico se ofrece durante las 24 horas exclusivamente en español.

El mismo proceso marcó la llegada al básico de un nuevo Cinemax, ahora en el básico, con 100 % de su menú en español y sin la riqueza de ingredientes aportados por el cine del mundo que se quedó en el premium y con otro nombre. El viejo Cinemax ahora se llama simplemente Max y está al alcance de un público más selecto.

Siempre en el básico, The Film Zone ya completó su metamorfosis (ahora también tiene el 100% de su material doblado), en la línea de un canal pionero en la materia como Space. En señales como TNT prevalece el doblaje y en otras se aplican modelos mixtos.

Las razones del cambio
Las señales justifican el cambio a partir de estudios de mercado según los cuales las nuevas capas medias de América latina, sectores emergentes que antes tenían vedado el acceso al cable y ahora lo tienen como primera opción de entretenimiento, prefieren ver cine en su propio idioma. Lo mismo ocurriría con los mayores de 49 años, sobre todo en países como Chile y Perú. Todo lo cual deja al descubierto una flagrante paradoja: de un lado se verifica cierto ascenso social que permite la llegada de la TV paga a sectores que antes veían lejana esa posibilidad. Pero por otro lado, queda en evidencia que el subtitulado -para muchos un claro incentivo a mejorar el conocimiento accediendo a la lectura y al conocimiento de otras lenguas- empieza a quedar reducido a los grupos que tienen acceso a sistemas premium o de pago diferenciado.

"La tendencia es firme, está avalada por múltiples estudios y hoy casi todos los canales de cine del básico están doblados. Con The Film Zone, que aumentó su rating promedio un 30 por ciento en la región, nos dimos cuenta que la decisión que tomamos es buena. Creemos que así Cinecanal recuperará su liderazgo", explica a La Nacion desde Atlanta Edgar Spielmann, CEO de Moviecity, conglomerado de señales de la que forma parte Cinecanal.

"Cuando lanzamos Cinecanal, hace 15 años, la TV paga tenía otro perfil. Hoy, en la Argentina, tiene una penetración del 80 por ciento, casi semejante a la TV abierta. El segmento más bajo creció un 65 por ciento. La audiencia es otra y está pidiendo otra cosa", precisa el ejecutivo.

Karin Salvucci, gerenta de marketing y afiliados para el Cono Sur de HBO, dice que los estudios que esa empresa encargó en los principales países de América latina arroja resultados muy diversos. "En la Argentina, los estratos económicos más altos siguen prefiriendo el subtitulado y los más bajos, el doblaje", enfatiza. Esa empresa maneja un estudio según el cual en nuestro país, en el estrato ABC1, un 52 % de los encuestados prefiere ver cine con subtítulos. En el nivel C2 esa cifra baja al 43 y en el C3 es sólo del 33. "En cambio, vemos algo inversamente proporcional en el caso del doblaje. Es por eso que comenzamos a satisfacer esta necesidad de nuestra audiencia a través de la incorporación del doblaje a Cinemax", ilustra.

Tradiciones cuestionadas
Cuando se le indica a Spielmann que la Argentina tiene una larguísima tradición en favor del subtitulado y que en las redes sociales se conocieron muchas críticas al cambio de perfil de Cinecanal, admitió ese matiz entre nuestro país y otras regiones del continente, pero dijo que más que las preferencias, lo importante "son los hechos y ellos nos dicen que Cinecanal debe adaptarse a una nueva realidad para volver a ser los primeros. Por otro lado, Cinecanal HD sigue con el cine subtitulado". Precisó que la programación de la señal se adapta ahora al consumidor argentino "pero en el sentido de que podremos entregar más contenido familiar en el horario apto para todo público, en línea con las nuevas regulaciones de la ley de medios".

Gonzalo Fiure, vicepresidente de Estrategia de Contenidos de Fox Latin America, reconoció el "crecimiento marcado de clases emergentes que se suman al cable" tanto en nuestro país como en el resto de América latina. "Las conductas de consumo de ese nuevo público -agrega el ejecutivo- indican que prefieren los contenidos en su idioma y es natural que el mercado se adapte a una demanda que va en ascenso." Precisó que en su grupo de señales "conviven contenidos doblados y subtitulados, con una respuesta óptima del público en ambos casos".

Lo que observa Fiure es un contexto dinámico que se expone a constantes modificaciones y abre nuevas perspectivas. Salvucci, por ejemplo, adelantó que el canal HBO 2, totalmente doblado en México, pronto estará disponible en la Argentina para el sistema premium. "Nosotros hemos brindado desde hace años la alternativa de que puedan seleccionar y elegir entre dos opciones de idioma y subtitulado en el paquete premium desde el control remoto", agregó.

¿Esto quiere decir que de aquí en más quien quiera ver cine subtitulado en TV se verá obligado a la fuerza a emigrar al premium, con el costo extra que implica ese tránsito? "De ninguna manera queremos que se interprete que alentamos ese desplazamiento –responde Spielmann–, pero en verdad el premium de hoy es lo que era el cable hace 15 años, con el agregado de la tecnología, la alta definición, los canales temáticos. Y también, hay que decirlo, de las películas subtituladas." El cambio está a la vista.

jueves, 23 de junio de 2011

Vacilaciones

La declaración, claro, es de Jorge Luis Borges. Publicada en alguno de los muchos libros de entrevistas de los que fue objeto, ha sido nuevamente reproducida el 14 de junio pasado, en el número especial que Clarín le dedicó, con motivo del 25 aniversario de su muerte.  

Traducciones

Otra pregunta repetida es si todo lo que escribo lo hago primero en inglés y luego lo traduzco al español. Yo les digo que sí, que, por ejemplo, los versos: "Siempre el coraje es mejor, / nunca la esperanza es vana, / vaya pues esta milonga, / para Jacinto Chiclana" se ve en seguida que han sido pensados en inglés; se notan, inclusive, las vacilaciones del traductor.

miércoles, 22 de junio de 2011

Borges se ha filtrado en la literatura escrita en inglés sin que nadie lo haya advertido

Richard Gwyn (foto) es un poeta y narrador galés, que además se ha especializado en la traducción de textos del castellano al inglés. Recientemente fue requerido por el diario Clarín para participar en un número especial dedicado a los 25 años de la muerte de Jorge Luis Borges. Lo hizo, reflexionando sobre la impronta dejada por Borges en la literatura de habla inglesa, en el artículo que se reproduce a continuación, publicado el martes 14 de junio pasado. 

De Pynchon a Amis, toda una generación borgeana

Cuando leí Ficciones por primera vez, tenía 18 años y vivía en una cabaña de pastores a medio camino hacia la cima de una montaña en la isla de Creta. Había encontrado el lugar, como por casualidad, mientras exploraba una franja de playa deshabitada, y me mudé para el verano. Acababa de leer Los hermanos Karamazov y La montaña mágica rápidamente, uno tras otro, y la concisión e intensidad de la escritura de Borges se me aparecieron como una revelación.

El mismo Borges tenía algo que decir sobre las novelas: "Es una locura laboriosa y empobrecedora ­la locura de escribir libros muy extensos­ desarrollando durante quinientas páginas una idea que puede ser contada perfectamente en cinco minutos de narración oral. La mejor forma de ocuparse de ellos es hacer como que esos libros ya existen y ofrecer un sumario, un comentario".

Como a cualquier persona de 18 años, me sedujo la idea de que cada instante contiene el potencial para infinitas posibilidades ­algo recurrente en el trabajo de Borges­ o que nuestro universo es solo uno entre muchos universos posibles, o que más que ser los propietarios de nuestra propia conciencia, somos el sueño de alguna otra entidad. No son ideas con las que se pueda vivir cómodo, pero yo siempre estaba empujando los límites de la comprensión e insatisfecho con los conocimientos obtenidos.

No todo el mundo reconocía a Borges con tal asombro en ese momento, incluido el amigo con el que compartí mi idilio en el Mar del Líbano. Durante los años siguientes, anoté con curiosidad cualquier mención que se hiciera de Borges en relación con otros escritores.

Desde el principio, teniendo en mente una de mis historias preferidas, "El Sur", siempre consideré que Borges era un escritor profundamente argentino, y que muchas de sus historias eran parábolas de la vida argentina. Pero aprendí que también había un Borges "inglés", porque debido a la influencia de su abuela inglesa, creció siendo bilingüe y nos recuerda en sus cadencias a los escritores que influyeron en él: su adorado Rudyard Kipling y Chesterton. Fue quizás esta "inglesitud" lo que atrajo a muchos de sus fans (aunque no a todos) en el Reino Unido.

De cualquier manera, Borges tiene una considerable influencia en novelistas de lengua inglesa en los años 80, en particular, en ambos lados del Atlántico, y el vigésimo quinto aniversario de su muerte es una buena ocasión para revisar esa influencia.

En su novela La información, (en la que los protagonistas, Richard y Gwin, forman mi nombre de forma alarmante), Martin Amis utiliza el concepto de "El Aleph" ­"una esfera cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia no está en ningún lugar... uno de los puntos en el espacio que contiene a todos los demás"­ como un tropo central para infundir en el libro detalles astronómicos, particularmente con respecto al ciclo de vida de las estrellas y del Sol.

La influencia de Borges en el libro va más allá, "Las ruinas circulares" son una alegoría de cómo todos los trabajos literarios se derivan de otros trabajos, confirmando de ese modo la propia deuda de Amis con Borges.

En un debate con Ian McEwan, que se llevó a cabo en Londres para celebrar el centenario del nacimiento de Borges, Amis dijo "El genio de Borges me deja sin palabras, su trabajo no se puede considerar minimalista, sino extravagante. Su forma de encarar el horror ante lo eterno y ante lo transitorio es extraordinaria". McEwan, de forma similar, elogió la "colosal inteligencia" de Borges, y añadió: "Hay algo de liberador en la escritura de Borges; es el puro placer del juego de la abstracción literaria".

Salman Rusdhie también confesó la influencia de Borges, y en un ensayo dice que siempre lleva consigo varios "pasaportes", uno de los cuales es Ficciones. Más aún, en los agradecimientos que aparecen en su libro Los versos satánicos, Rushdie incluye "El libro de los seres imaginarios" de Borges utilizado para la descripción del Mantícora.

No obstante, en una reseña de 1999 sobre las Ficciones completas, en su publicación en inglés, Mavis Gallant observa que: "es prácticamente imposible encontrar a alguien que haya leído a Borges recientemente (que no sean lectores de habla hispana, traductores, especialistas en Literatura Americana y estudiantes que preparan disertaciones)".

Las cosas no han cambiado mucho desde entonces. Sospecho que muchas de las presunciones y tropos que se consideran "borgeanos", se han filtrado en la ficción inglesa y americana, generalmente sin que los escritores sepan de dónde vienen. Culturas fantásticas, jerarquías absurdas, ardides lúdicos y una recurrente autorreferencialidad podrían llevarnos a algunos a su origen, pero para muchos otros es sólo la forma como son las cosas: han sido normalizadas bajo el rubro de ficción posmoderna.

Entre los escritores ingleses más jóvenes, Borges parece estar más lejos, como influencia, de lo que estaba en el momento de su muerte, aunque aquella es discernible en las obras de excelentes autores como Geoff Dyer, David Mitchell y Zadie Smith. Yo enseño en una universidad inglesa y, alarmantemente, pocos de mis alumnos lo han leído, aunque la mayoría han oído hablar de él. Cada año, me esfuerzo por rectificar su ignorancia, y su reacción es de incomprensión o de asombro y gratitud: "¡por qué nadie me habló de esto antes!" Entre mis amigos escritores, su nombre sigue siendo prácticamente sacrosanto, aunque estoy empezando a preguntarme cuántos de los que aún no tienen cuarenta lo han leído realmente.

Casi todo el mundo está de acuerdo en que las historias entre 1939 y 1949 son realmente grandiosas: el trabajo posterior es, según J. M. Coetzeé, por ejemplo, "fatigoso" y "no aporta nada". Por desgracia, los poemas son poco apreciados y excesivamente comparados con los de sus contemporáneos, Neruda y Lorca.

Pero las grandes historias de los años 40 son percibidas como dueñas de una fuerza imperecedera, y como sugerí antes, su influencia ha sido absorbida y se refleja en una manera de ver el mundo ­tal como Foucault diera a entender hace unos cuarenta años.

Mi tributo favorito a Borges está en El arco iris de la gravedad de Thomas Pynchon, en el que un grupo de exiliados argentinos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, liderados por el aventurero Squalidozzi, secuestran un submarino alemán. Como algo muy poco probable, están acompañados por la glamorosa Graciela Imago Portales, una "amiga especial" de los literatos de Buenos Aires, a quien "se dice que Borges le dedicó un poema".

Se citan dos líneas: "El laberinto de tu incertidumbre/Me trama con la inquietante luna..." Por supues- to, la cita ha desconcertado a los estudiosos, al concordar perfectamente con los ritmos y los temas de los primeros trabajos de Borges.

No hay duda de que a Borges lo habría deleitado, sobre todo desde que Pynchon lo compuso.

martes, 21 de junio de 2011

"La RAE nunca podrá aceptar realmente el hecho de que el español es una lengua pluricéntrica y multipolar"

Un texto de Carlos Subirats Rüggeberg –investigador y profesor de Lingüística española en la Universidad Autónoma de Barcelona, además de investigador senior del International Computer Science Institute, de Berkeley, California–, publicado en Infoling (http://infoling.org/espanol.php), revista virtual de información global sobre lingüística hispánica

Español, ¿qué español?1

1. ¿Una nueva política lingüística panhispánica?

La imposibilidad de mantener un modelo lingüístico monocéntrico en la era de la globalización ha obligado a la RAE a modificar sus planteamientos ideológicos sobre la norma hispánica para poder legitimar su política hegemónica de dominación sobre los países americanos de habla hispana. La nueva política lingüística de la RAE, tal como se expone en su última descripción gramatical publicada en 20092, no se basa ya en un modelo monocéntrico, en el que se identifica la lengua española con una variedad del español europeo, concretamente, con el español hablado en la capital de España, sino que se fundamenta en un modelo panhispánico –supuestamente más abierto e inclusivo–, en el que se quiere dar cabida a las distintas variedades del español tanto americano como europeo. Este giro ideológico, que implica –al menos aparentemente– una actitud más progresista en relación con el modelo monocéntrico anterior, se ha consumado –bajo la égida de la RAE– con la legitimación de las Academias de los países hispanohablantes de América –las denominadas "Academias hermanas"–, que se han sometido a la RAE y han renunciado a desarrollar un proyecto lingüístico independiente, a pesar de que el futuro de la lengua española y, posiblemente, el presente, estén ya en manos de América.

Ante la deslegitimación del modelo monocéntrico, la RAE se ha visto obligada a cambiar su discurso y a recurrir a un proyecto aparentemente integrador como única posibilidad para seguir manteniendo su hegemonía con respecto a la América hispanohablante. Curiosamente, a pesar de la inestimable ayuda prestada por las Academias “hermanas” para mantener la hegemonía española, la RAE ha seguido sometiéndolas a un trato neocolonial, impidiéndoles el acceso a los instrumentos lingüísticos básicos para poder desarrollar su independencia, privándoles, p. ej., del acceso a un recurso lingüístico tan fundamental como los textos en soporte electrónico que integran el Corpus de Referencia del Español Actual3.

La nueva política panhispánica de la RAE y sus Academias satélites se ha propuesto basar la descripción gramatical del español a partir de los "aspectos compartidos" por la mayor parte de las comunidades hispanohablantes, presentando separadamente las variantes de América y de España. En el marco de este proyecto, cuyo objetivo fundamental es mantener la posición de superioridad española dentro del mundo hispánico, la propuesta de la RAE de describir "las características lingüísticas compartidas por toda la comunidad hispanohablante" resulta ser un nuevo intento –posiblemente, el último– de articular un espacio lingüístico mal definido, que sea, a la vez, una construcción ideológica de la comunidad lingüística hispanohablante, que le permita a la RAE seguir ejerciendo su política de dominación lingüística y, asimismo, que se pueda seguir utilizando –dada su inespecificidad– como un espacio ilusorio que tenga la misma función ideológica que la que ejerció en su momento la concepción del español como una lengua monocéntrica.

El “español común” de la RAE no surge únicamente como una respuesta al desprestigio global provocado por la imposición de la norma académica basada en el anacrónico modelo monocéntrico español, sino también por la presión ejercida por el “español internacional”, una norma pluricéntrica, que integra características lingüísticas de distinta procedencia y que da prioridad a una norma de aceptación internacional, independientemente del dictado de la norma académica (Bravo 2009). El español internacional tiene una función fundamentalmente instrumental y ha surgido como una necesidad de los medios de comunicación global y, por ello, se rige por la necesidad empresarial de crear un estándar con un buen rendimiento comercial, que permita llegar a un sector de público cada vez más amplio. Poco o nada puede decir la política lingüística académica sobre el español internacional, fundamentalmente, por dos cuestiones. En primer lugar, porque el español internacional está centrado en las normas americanas, sin dar protagonismo a ningún país específico (Bravo 2009). Y, en segundo lugar, porque otra de las características fundamentales del español internacional es el hecho de que promueve la integración de estándares y no la imposición institucional de una variedad concreta. En consecuencia, el español internacional es una “lengua de consenso”, organizada en función del nivel de aceptación del público al que va destinado y, por tanto, no es una lengua de imposición, a diferencia de las normas académicas. En contraposición a las normas de la Academia, la norma del español internacional se ha establecido con criterios lingüísticos, pero se ha ido consolidando en función del grado de aceptación que ha recibido por parte de una audiencia global. ¿Qué podría decir una institución fundamentalmente política como la RAE ante la realidad del español internacional, que ha surgido como una necesidad creada por la globalización de las comunicaciones en español, en la que el concepto de imposición tiene tan poco sentido, como el concepto de consenso en instituciones como la RAE, que han surgido con la única función de dictar normas lingüísticas con fines políticos y económicos?

En este entorno, el "español común" de la RAE se erige como el nuevo fundamento ideológico del nuevo neocolonialismo lingüístico con respecto a la América hispanohablante, el cual se escuda ahora en la retórica del panhispanismo. El discurso panhispánico constituye una concesión ideológica imprescindible, debido a la deslegitimación y al desprestigio del modelo monocéntrico, que es, a su vez, una consecuencia de las investigaciones sociolingüísticas, glotopolíticas, lexicográficas y gramaticales del hispanismo progresista, investigaciones que en su mayoría se han desarrollado fuera de España. Morgenthaler (2008) constituye una importante excepción –afortunadamente, no es la única–, ya que propone la utilización del concepto de lengua pluricéntrica aplicado al español para atajar la interminable discusión sobre la “unidad y la diversidad” del español y aplica un planteamiento pluricéntrico para estudiar las variedades del español dentro del Estado español. Como ya es habitual, la filología oficial ha ninguneado sistemáticamente las investigaciones innovadoras sobre la política lingüística española, así como las reflexiones historiográficas críticas sobre cualquier otro aspecto de la lingüística hispánica. Y se ha puesto un gran esmero en impedir la difusión de cualquier idea innovadora4, con la inestimable ayuda del brazo armado de la filología oficial y su maquinaria represiva en las Universidades españolas, los instrumentos que habitualmente se utilizan para reprimir todo proceso de reflexión independiente. Es importante recordar que dichos mecanismos policiales convierten la libertad de cátedra en España en una mera categoría jurídica, cuya aplicación se deja al albur de los clanes departamentales de turno, que son los que ejercen el poder en las universidades españolas (cf. C. Subirats 2007, 2002). A pesar de esta política represiva, la filología oficial no ha sido capaz de impedir la penetración en España de los avances lingüísticos que ha aportado la hispanística progresista, toda vez que hay que reconocerles el mérito de haber conseguido –como en tantas otras ocasiones– el retraso de su difusión en España, retraso que les ha permitido seguir desarrollando impunemente su ideario autoritario y lingüísticamente obsoleto.

Aunque la retórica panhispanista está mejor adaptada a los planteamientos lingüísticos del hispanismo progresista que el anacrónico discurso basado en el monocentrismo, la RAE no ha alterado su programa político autoritario, ni tampoco su actitud retrógrada y destructiva hacia los avances científicos de la nueva lingüística hispánica. Por ello, a pesar de su aparente giro ideológico, la praxis de la filología oficial española sigue arrastrando (1) la lacra histórica de la expansión y el colonialismo (Zimmermann 2008), (2) el prejuicio de la superioridad moral y lingüística de España sobre Iberoamérica, una rémora del período imperial, que, en la historia contemporánea española, constituye el ideario de Ramiro de Meztu, el fundador intelectual del movimiento fascista y nacionalcatólico, cuya ideología no se puso en cuestión ni siquiera durante la "transición" política española después de la dictadura de Franco (E. Subirats 2009), (3) la ideología lingüística del purismo lingüístico y el desprecio por la diversidad lingüística, y, finalmente, (4) la tradición represiva e inquisitorial (Ramírez 2007) y la incapacidad que ha generado tanto para el diálogo como para aprovechar la diversidad en aras del desarrollo intelectual y científico.

Las actuaciones de las instituciones oficiales que configuran la política lingüística en España, concretamente, la RAE y, en menor medida, el Instituto Cervantes, han promovido la reificación de la comunidad hispanohablante, con objeto de consolidarla como un mercado, en el que la intervención del capital español en América esté legitimada y se asuma como algo natural (del Valle 2007b, Arnoux 2008). Dada esta instrumentalización política de la lengua española, resulta imprescindible redefinir qué es la lengua española y clarificar qué entendemos nosotros en Infoling por lengua española. El español es una lengua pluricéntrica, que está formada por un conjunto dinámico de variedades hispanoamericanas y españolas; es una lengua multipolar, ya que algunas de sus variedades tanto americanas como europeas son focos de irradiación de características lingüísticas y normas de corrección y es una lengua en constante regeneración, por lo que su unidad como medio de comunicación no se puede organizar a partir de uno de sus polos (Lara 2007) . En consecuencia, el español no es una lengua concéntrica, es decir, no gira alrededor de una supuesta norma estándar madrileña, rodeada de variedades dialectales españolas e hispanoamericanas (Lara 2007). Las diferencias y las variedades del español son elementos constitutivos básicos de los procesos comunicativos en los que interviene la lengua española (Woolard 2007) y, por tanto, no representan ningún "peligro de fragmentación" o de ruptura de una supuesta "unidad" lingüística.

2. Instrumentalización de la lengua y atraso tecnológico

Debido a la importancia estratégica del desarrollo de sistemas electrónicos de intercambio y almacenamiento de información, la explotación económica de la lengua española debe conceder un lugar prioritario al desarrollo de sistemas computacionales de tratamiento automático de la información textual, en especial, de sistemas de tratamiento automático de los contenidos semánticos. En la era de las comunicaciones electrónicas globales, la explotación comercial de la lengua española no puede estar basada únicamente en el desarrollo de la industria lingüística del español como lengua extranjera y en el consumo de productos culturales.

La RAE nunca podrá aceptar realmente el hecho de que le español es una lengua pluricéntrica y multipolar, porque asumir esta nueva concepción de la lengua española, que está basada en planteamientos lingüísticos fundamentados en la realidad comunicativa, pone en cuestión la existencia e incluso la necesidad misma de una Academia para la lengua española (Zimmermann 2008). En consecuencia, para poder sobrevivir, la RAE, sólo podrá mantener –hasta su desaparición– posiciones reaccionarias desde el punto de vista ideológico, junto con actitudes defensivas o directamente destructivas para impedir el desarrollo en España de planteamientos lingüísticos modernos, innovadores e independientes. La filología oficial, por tanto, tendrá una función fundamentalmente negativa para el desarrollo de la lingüística hispánica, no sólo porque antepone su proyecto político e ideológico a cualquier proyecto científico, sino porque los cambios aparentemente innovadores en su discurso, como p. ej., la nueva política panhispánica, no son más que coartadas para encubrir su verdadero propósito, que es siempre es el mismo: buscar nuevas justificaciones ideológicas, como p. ej., el recurso al "español común", etc., para mantener su hegemonía dentro de la comunidad lingüística hispánica. En otras palabras, la RAE adapta su discurso a las necesidades del momento para poder seguir manteniendo su política autoritaria y hegemónica con respecto a la América hispanohablante, lo cual constituye fundamentalmente un objetivo político con implicaciones económicas, como hemos señalado anteriormente. Así, lo que la RAE presenta como un nuevo panhispanismo no es más que una nueva forma de legitimar el intervencionismo lingüístico español. La instrumentalización política y/o económica de la lengua española, es decir, centrar la actividad lingüística institucional en la realización de tareas fundamentalmente políticas retrotrae la política de investigación lingüística a la era pretecnológica, lo cual inhibe la posibilidad de desarrollar actuaciones competitivas, que impliquen la aplicación de las nuevas tecnologías al tratamiento automático de la información textual en español con los más diversos fines, ya sea para la investigación o para el desarrollo de nuevas aplicaciones tecnológicas.

Es precisamente por esta actitud que acabamos de señalar por lo que la RAE puede, p. ej., impedir tranquilamente, tanto a la comunidad investigadora como empresarial, el acceso a las herramientas básicas para el desarrollo de la lingüística hispánica, como p. ej., los documentos en soporte electrónico que integran el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), que ha sido desarrollados enteramente con dinero público. En efecto, la RAE veta tanto la libre distribución como la comercialización del CREA y, por si fuera poco, bloquea además el acceso público a la versión etiquetada del CREA, que la RAE utiliza internamente. Actuaciones de este tipo, en las que se impide el acceso a instrumentos básicos para el desarrollo de la lingüística del español, ponen claramente de manifiesto que el objetivo fundamental de la RAE no es en absoluto potenciar el desarrollo de la lingüística hispánica en sus más diversos aspectos –académico, empresarial, etc.– , sino controlar e instrumentalizar políticamente la lengua española para (1) mantener la hegemonía lingüística de España sobre la América hispanohablante y (2) legitimar así la intervención del capital español en América.

Referencias
·    Arnoux, Elvira Narvaja de. 2008. "La lengua es la patria", "nuestra lengua es mestiza" y "el español es americano". Desplazamientos significativos en el III Congreso de la Lengua Española (2004). En Sabine Hofmann, ed. Más allá de la nación. Medios, espacios comunicativos y nuevas comunidades imaginadas. Berlín: Edition Tranvía / Verlag Walter Frei, pp. 17-39.
·    Bravo García, Eva. 2008. El español internacional. Madrid: Arco Libros.
·    Cramer, Kathryn. 2004. Reseña del Diccionario de la Real Academia Española: a propósito de la lexicografía en la era posmoderna. Estudios de Lingüística del Español 31.
·    Lara, Luis Fernando. 2007. Por una reconstrucción de la idea de la lengua española. En José del Valle, ed. La lengua, ¿patria común? Ideas e ideologías del español. Frankfurt / Madrid: Vervuert / Iberoamericana, pp. 163-181.
·    Morgebthaler García, Laura. 2008. Identidad y pluricentrismo lingüístico. Hablantes canarios frente a la estandarización. Madrid / Frankfurt: Iberoamericana / Vervuert.
·    Ramírez González, Clara I. 2007. La crisis de la razón dialéctica en la Universidad de Salamanca durante la segunda mitad del siglo XVI. Universidades Hispánicas. Modelos territoriales en la Edad Moderna (I). Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca.
·    Subirats Rüggeberg, Carlos. 2002. Intransiciones lingüísticas. En Eduardo Subirats, ed. Intransiciones. Crítica de la cultura española. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, pp.157-173. Reproducido en Estudios de Lingüística del Español 31.
·    Subirats Rüggeberg, Carlos. 2007. La lingüística en España. En Luis Martín-Estudillo, Francisco Ocampo y Nicholas Spadaccini, eds. Hispanic Issues On Line 2.1. Estudios Hispánicos: Perspectivas Internacionales, pp. 169-178.
·    Subirats Rüggeberg, Carlos. (en prensa). Gramáticas del desastre. En Christopher Britt y Eduardo Subirats, eds. Esclarecimiento en una edad de destrucción.
·    Subirats, Eduardo. 2009. Las poéticas colonizadas de América Latina. Guanajuato: Universidad de Guanajuato.
·    Valle, José del, ed. 2007a. La lengua, ¿patria común? Ideas e ideologías del español. Frankfurt / Madrid: Vervuert / Iberoamericana.
·    Valle, José del, ed. 2007b. La RAE y el español total. ¿Esfera pública o comunidad discursiva?. En José del Valle, ed. La lengua, ¿patria común? Ideas e ideologías del español. Frankfurt / Madrid: Vervuert / Iberoamericana, pp. 81-96.
·    Woolard, Kathryn A. 2007. La autoridad lingüística del español y las ideologías de la autenticidad y el anonimato. En José del Valle, ed. La lengua, ¿patria común? Ideas e ideologías del español. Frankfurt / Madrid: Vervuert / Iberoamericana, pp. 129-142.
·    Zimmermann, Klaus. 2008. La invención de la norma estándar para limitar la variación lingüística y su cuestionamiento actual en términos de pluricentrismo (mundo hispánico). En Jürgen Erfurt y Gabriele Budach, eds. Standardisation et déstandardisation / Estandarización y desestandarización. Le français et l'espagnol au XXe siècle / El francés y el español en el siglo XX. Frankfurt a. M.: Peter Lang, pp. 187-207.

Notas
1 Este texto se va a publicar en forma de artículo con el título de "Gramáticas del desastre" en Christopher Britt y Eduardo Subirats, eds. Esclarecimiento en una edad de destrucción.
2 Nos referimos a la Nueva gramática de la lengua española, la cual, en sus más de 4.000 páginas, no contiene ni una sola referencia bibliográfica y tampoco incluye una bibliografía general de las obras utilizadas. Consideramos, por tanto, que se trata fundamentalmente de un documento político y no de una investigación lingüística sobre la lengua española. El desprecio por las normas más elementales de la ética científica por parte de la RAE ha generado una gran indignación en el mundo de la hispanística y, a raíz de ello, ha surgido en la red una “Campaña por la defensa de la ética científica en la lingüística hispánica” (http://www.causes.com/causes/599973-queremos-que-la-rae-incluya-la-bibliograf-a-de-las-fuentes-de-sus-obras), que exige a la RAE que respete la propiedad intelectual y cite las fuentes bibliográficas que ha utilizado para realizar su gramática.
4 Cf. Ramírez (2007) para un análisis histórico de la crisis que marcó el fin del pensamiento libre y creativo en las Universidades españolas.


lunes, 20 de junio de 2011

Marieta Gargatagli y una excusa para decir lo que quiere en dos partes: hoy, la segunda

Segunda parte del artículo de Marietta Gargatagli sobre Josefa Amar y Borbón. Éste, también publicado en El Trujamán, apareció el 7 de junio pasado.

La dama aragonesa:
Josefa Amar y Borbón (II)

Decía en el anterior trujamán sobre Josefa Amar que en la biografía de María Victoria López-Cordón1 se repite un tópico que deberíamos aceptar y luego rechazar.

Se trata de una pregunta que hemos leído y quizá formulado muchas veces: ¿Por qué Josefa Amar, antes de dar a conocer sus propias obras, practicó la traducción, una actividad «que podríamos considerar secundaria»? Debemos aceptar que trasladar textos (como si el traductor fuera un mero copista) es una tarea que muchos consideran inferior a otros desafíos intelectuales. Por eso no es ninguna extravagancia llegar a la conclusión de que la traducción coloca incluso a los hombres que la practican en un lugar femenino, porque lo subalterno fue siempre el lugar de las mujeres. Que en aquel escenario de la ilustración sólo muy pocas, y pertenecientes a la nobleza culta, pudieran atravesar la barrera del anonimato y dar a conocer versiones que fueran aceptadas por los editores y públicos masculinos, puede considerarse un paso más en ese lentísimo despertar de lo femenino. Josefa Amar fue incluso más lejos. Escribió textos propios, entre ellos, el Discurso en defensa del talento de las mujeres y de su aptitud para el gobierno y otros cargos en que se emplean los hombres (1786), al que siguió después Discurso sobre la educación física y moral de las mujeres (1790), que podemos leer con asombro.

La pregunta sobre la inferioridad de las traducciones ronda por estos trabajos y puede expandirse, si se me permite la hipérbole, hasta el infinito. Sin embargo, ¿cuánto de original hay en la originalidad? Esta palabra que apareció en los diccionarios europeos, —entre ellos los de España— cuando la ruptura verbal del Romanticismo modificó la noción misma de autor y proyectó hacia el futuro (cuando Josefa Amar todavía vivía) la asociación entre los atributos divinos y humanos hizo olvidar, quizá para siempre, cuánto de traducción había en Shakespeare, Dante o Cervantes. Y quizá también en Josefa Amar y Borbón.
La originalidad de los originales es un mito de la escritura, empezando por las Sagradas Escrituras, que prefiere halagar al espíritu santo e ignorar el proceso de producción de un texto, la poiesis, que lleva a transformar una cosa en otra, una idea en otra, una lengua en otra. No hay diferencia substancial, desde la perspectiva del trabajo intelectual, entre la escritura original y la escritura de la traducción.

El concepto de plagio —también una palabra nueva que no se incorpora a los diccionarios de la Academia hasta 1803— puede rondar equívocamente en estas definiciones. Que la escritura sea un perpetuo fluir (y en el caso de las mujeres con saltos de siglos) de ideas y de discursos (entre ellos los de otras lenguas) describe la circulación imparable de las palabras, no las rapiñas individuales que buscan beneficiar una obra con lo ajeno. Cuando Josefa Amar traduce la elocutio retórica masculina y la hace hablar en femenino o cuando traslada todo el aparato de citas (que definió el sistema de autorizaciones de la escritura masculina desde la más remota antigüedad) a su propio discurso, y lo llama además Discurso, no está ocupando el lugar del que «hurta los conceptos, sentencias, ó versos de otros, y los vende por suyos», se limita a transformar una cosa en otra, una idea en otra, una lengua en otra. Ese perpetuo fluir se llama escritura; también se llama traducción.

domingo, 19 de junio de 2011

Marietta Gargatagli y una excusa para decir lo que quiere en dos partes: hoy, la primera


Primera parte de dos artículos de Marietta Gargatagli, publicados en El Trujamán, a propósito de Josefa Amar y Borbón, misteriosa traductora citada por Marcelino Menéndez Pelayo. Hoy, el correspondiente al 5 de mayo pasado.


La dama aragonesa:
Josefa Amar y Borbón (I)

Marcelino Menéndez Pelayo, en una nota al pie de página del tercer capítulo dedicado al siglo xviii de Historia de las ideas estéticas en España, decía lo siguiente: «Las obras de Lampillas1 fueron traducidas al castellano por una dama aragonesa, D.ª Josefa Amar y Borbón». La referencia era enigmática y aunque pude averiguar quién era la —para mí— desconocida traductora, conservó parte de misterio hasta que di con una biografía —cuya lectura fue un placer— de María Victoria López-Cordón, llamada Condición femenina y razón ilustrada. Josefa Amar y Borbón.2

Hay en este libro dos argumentos sobre la traducción que me gustaría retomar. El primero de ellos recuerda una habilidad perdida en esa turbamulta que es el mundo y, a veces, la enseñanza de las lenguas. El segundo (en un próximo trujamán) repite un tópico que deberíamos aceptar y luego rechazar.

Expone la autora de la biografía que Josefa Amar recibió una educación humanista extraordinaria para una mujer de su tiempo: aprendió en su juventud las lenguas modernas: inglés, francés e italiano, y también las lenguas clásicas a las que López-Cordón llama sabias (y no muertas)  porque «permitían acceder a las verdaderas fuentes de la cultura y diferenciar mejor los verdaderos valores de la moderna». Al verter al castellano a Jenofonte, Plutarco, Ovidio, Cicerón, Terencio, Vives, Fray Luis de León, Nebrija o Arias Montano alcanzó un dominio del griego y del latín que después le permitió comprender sin mediación de otras lenguas las complejidades de Bacon o de Leibniz. En ese recorrido lingüístico, «la precisión en la traducción» le sirvió para organizar su mente de modo científico y eficaz.

Este es el primer argumento que me interesa porque recuerda algo inherente a la traducción que casi se ha perdido. Antaño, en el aprendizaje de las lenguas modernas, la traducción era un instrumento tan formativo como en las lenguas clásicas. Enseñaba exactamente lo que dice María Victoria López-Cordón: rigor verbal, porque el aprendiz no quedaba librado a las locuras o las esterilidades de su creatividad: debía producir un texto que coincidiera con otro, que poseía complejidades sintácticas y retóricas que suponían desafíos implacables para el intelecto. De ese modo, se aprendía a escribir mejor en el idioma materno; también se profundizaba hasta el infinito en los misterios de la lengua extranjera que la descripción gramatical, el mero uso oral o la lectura amena están muy lejos de desentrañar. De esas destrezas adquiridas son testimonio elocuente las obras que escribió y las traducciones de Josefa Amar y Borbón. Su prosa clásica fue elogiadísima en su tiempo y que Menéndez Pelayo no se preocupara de subrayarlo se debe sólo a que damas, señoras y señoritas quedaban, en general, fuera de su obra.
  • (1) Copio la referencia de Menéndez Pelayo: Ensayo histórico-apologético de la Literatura española contra las opiniones preocupadas de algunos escritores modernos italianos. Traducido del italiano por doña Josefa Amar y Borbón. Segunda edición, corregida, enmendada e ilustrada con notas por la misma traductora. (El volumen VII contiene Respuesta a los cargos recopilados por el Abate Tiraboschi, etc., etc. Va añadido un índice alfabético de autores y materias, formado por la traductora). Madrid, P. Marín, 1789. Siete tomos 8.º, como los del original. volver
  • (2) María Victoria López-Cordón Cortezo: Condición femenina y razón ilustrada. Josefa Amar y Borbón, Colección Sagardiana, Estudios Feministas, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2005. Todos los entrecomillados del texto citan esta obra. volver

sábado, 18 de junio de 2011

Y, si lo dice Halldor Gudmundsson...

Según la noticia distribuida por la agencia EFE , "una nueva traducción al alemán de las sagas medievales de Islandia, que deberá abarcar cinco tomos, es el centro de la ofensiva editorial de cara a la próxima Feria del Libro de Frankfurt, que se realizará entre el 12 y el 16 de octubre". Así lo dijo Halldor Gudmundsson (foto), director de "Islandia Legendaria", en una rueda de prensa el pasado 6 de junio. 

Traducción de las sagas,
centro de la ofensiva del Frankfurt islandés

Islandia acudirá a la muestra, la mayor del sector en el mundo, como invitado de honor y, según informaron hoy los organizadores en rueda de prensa, estará representada por cerca de 30 autores.

En el camino hacia la Feria se publicarán en alemán cerca de 180 títulos islandeses, entre ellos 20 antologías.
Islandia es el país invitado más pequeño de la historia de la Feria de Fráncfort con apenas 320.000 habitantes pero en él la literatura y la lectura desempeñan un papel preponderante.

Según estadísticas suministradas por los organizadores, un 64 por ciento de los islandeses compra por lo menos un libro al año y, en promedio, cada islandés compra 8 libros anuales.

"La literatura es una de las cosas más significativas para nosotros" aseguró hoy durante la presentación del programa islandés la expresidenta Vigdís Finnbogadóttir.

La expresidenta aseguró que el idioma es clave para la identidad de los islandeses. Como la lengua no ha cambiado mucho a través de los siglos, los islandeses actuales están en condiciones de leer sus clásicos, como las sagas medievales, en el original.

El escritor islandés más conocido es probablemente Halldór Laxness (1902-1998) que en 1955 recibió el Premio Nobel de Literatura.

Entre los escritores actuales se destacan Sjon, Gyoir Eliasson, que ganó este año el Premio Nórdico de Literatura, y autores de novela policial como Arnaldur Indrioasson e Yrsa Siguoardottir.
El director de la Feria de Fráncfort, Jürgen Boos, calificó a Islandia, durante la presentación de hoy, de "país maravilloso con historias maravillosas".

El pabellón de honor de Islandia durante la Feria incluirá, entre otras cosas, una exposición en la que se mostraran cientos de fotografías y vídeos de islandeses en sus bibliotecas privadas.
En la preparación de esa exposición participaron cerca de 2.000 ciudadanos islandeses.

viernes, 17 de junio de 2011

Una invitación para reflexionar sobre la traducción por escrito

La Fundación TyPA envía la siguiente convocatoria, abierta para todos aquéllos que deseen dar cuenta de la situación de la traducción en sus respectivos países. Como suele decirse en estos casos, se ruega que quienes se enteren hagan circular la información.

Convocatoria a ensayos
La traducción literaria en América Latina

La Fundación TyPA convoca a la presentación de ensayos para integrar su nuevo proyecto editorial: La Traducción literaria en América Latina.

La traducción es una de las formas más creativas de fomentar el intercambio cultural entre naciones y de enriquecer la producción de textos, ideas y pensamientos de un país. ¿Qué lugar ocupa esta actividad, hoy en día, en los países de América Latina? ¿Qué necesidades ha ido cubriendo, qué coyunturas la han estimulado, qué problemas la jaquean, quiénes la benefician o se benefician de ella? ¿Qué papel juegan los programas de estímulo de los países centrales, qué lugar ocupa entre los intelectuales de cada sociedad, en qué se parece y cómo se diferencia de la práctica en otros lugares del mundo?

Fundación TyPA convoca a especialistas latinoamericanos (traductores, investigadores, críticos y editores, periodistas, entre otros) que puedan reflexionar  sobre la práctica concreta de la traducción en sus respectivos países y delinear respuestas a estas preguntas. El conjunto de los ensayos seleccionados conformará un inédito “estado de la cuestión” de esta práctica en América Latina al día de hoy, una herramienta única para entender mejor el contacto entre culturas de la región y prever algunos posibles caminos futuros.

Los artículos serán seleccionados y editados por la Fundación TyPA para asegurar su pertinencia y calidad, bajo la coordinación de Gabriela Adamo. 

Gabriela Adamo:
Es la directora ejecutiva de la Fundación El Libro (Argentina), a cargo de la organización de la Feria Internacional del libro de Buenos Aires. Entre 2004 y 2010 dirigió el Área de Letras de la Fundación TyPA, donde implementó exitosos programas destinados a promover la promoción de la literatura y la traducción de relevantes obras de ficción y ensayos. Licenciada en Periodismo, cursó estudios de postgrado en Literatura Comparada y Edición. Trabaja desde hace más de quince años en el área editorial, y realiza traducciones del alemán e inglés.

Antecedentes:
Los libros que publica la Fundación TyPA tienen por objetivo promover la creación artística y el debate intelectual en la región. La traducción literaria en América Latina viene a completar el panorama ya planteado por las anteriores publicaciones en las áreas de Patrimonio y Museos, y Cine: El museo en escena. Política y Cultura en América Latina (2010); Hacer cine. Producción audiovisual en América Latina (2008).


PROCESO DE SELECCIÓN:

1/ PRESENTACIÓN DE ABSTRACT y ANTECEDENTES: hasta el 1 de agosto de 2011 (inclusive).
Un resumen breve del texto, que refiera al panorama de la traducción en un país en particular. El mismo deberá contener los lineamientos generales del ensayo y las conclusiones del mismo, y no podrá superar las 500 palabras.

Se enviarán a letras@typa.org.ar los siguientes documentos:

Antecedentes / CV (que no supere las 300 palabras)
Nombre del archivo: apellido del autor_CV

Resumen / abstract (que no supere las 500 palabras)
Nombre del archivo: apellido del autor_abstract

A partir de este material se realizará una selección de autores y artículos que será informada por los organizadores a partir del 22 de agosto.

2/ ARTÍCULOS COMPLETOS: hasta el 31 de Octubre , 2011.
Aquellos autores que resulten seleccionados serán notificados y tendrán hasta la mencionada fecha para remitir el ensayo completo. El mismo constará de hasta 35.000 caracteres (incluyendo espacios y notas) en formato A4, interlineado 1,5, letra Times New Roman 12.

Es requisito para la evaluación y eventual publicación de los trabajos que los mismos no excedan la cantidad de caracteres propuesta.

3/ PUBLICACION: Primer semestre 2012
La edición final de los artículos y su publicación estará a cargo de la Fundación TyPA. La Fundación se reserva el derecho de corregir, adaptar y/o acortar los textos según crea conveniente, en acuerdo con los autores; también se reserva la potestad de no incluirlos en la publicación final.

Cada autor autorizará a la Fundación a publicar el texto mediante la firma de un contrato de publicación.