Por estos días, aunque nadie parece haberse enterado
en esta parte del mundo, hay una pelea encarnizada entre el Pen Internacional y
el Pen México. Hay acusaciones cruzadas, ríos de tinta en la prensa y un aire
enrarecido que pone a México en una delicada situación y divide a sus
escritores. Por eso, a continuación se reproducen dos notas publicadas en
distintos medios, uno de España y otro de México, aparecidas con 9 días de
diferencia para que los lectores de este blog tomen debida nota y saquen sus
propias conclusiones.
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Magalí Tercero |
La noticia, firmada por David Marcial Pérez y aparecida el 8 de octubre pasado en el diario
El País, de Madrid, da cuenta de la
actual situación por la que transcurren las relaciones entre el PEN
Internacional y su filial mexicana. Según la bajada: “El centro mexicano de PEN Internacional vincula la suspensión a sus
críticas contra la declaración a favor de los políticos catalanes presos”.
PEN México
denuncia “represalias autoritarias”
tras ser suspendido por la
asociación mundial de escritores
La relación entre PEN Internacional y su centro mexicano es cada vez más tumultuosa. La
directiva de la asociación de escritores, que agrupa a unos 25.000 socios en
todo el mundo y tiene entre sus objetivos la lucha por la libertad de
expresión, decidió el sábado suspender a la filial mexicana por supuestas
irregularidades en la elección de su última presidenta. La respuesta de PEN
México ha sido denunciar “represalias autoritarias”, “acoso”,
“intervencionismo” y “calumnias” a través de un comunicado. El cisma comenzó en
enero tras las críticas del centro mexicano a la polémica declaración,
impulsada por el centro catalán de la asociación, a favor de los políticos catalanes presos, que provocó también la dimisión de Mario Vargas Llosa.
El comunicado, que instaba a las
autoridades españolas a retirar los cargos y liberar a Jordi Cuixart y Jordi
Sànchez, imputados por un delito de sedición, lo firmaban 14 centros –entre
ellos el mexicano– de las 148 filiales de la asociación, además de contar con
el respaldo del PEN Internacional, con sede en Londres. La entonces presidenta mexicana,
Magali Tercero, respondió con otro comunicado afirmando que nunca le mandaron
el texto y que su centro no firmó la declaración sobre los políticos
catalanes.
“Nunca fuimos informados y fuimos utilizados”, señala
la actual presidenta, María Rivera. El centro mexicano denuncia además que no
ha sido la primera vez. En diciembre del año pasado, PEN Internacional emitió
otro comunicado a favor de la liberación del político kurdo Selahattin Demirtas
en el que afirmaba que PEN México le había adoptado como miembro honorario.
“Tampoco nos consultaron lo más mínimo. Nos utilizaron otra vez para sus fines
políticos. PEN Internacional está teniendo una política de intervención en los
países que es una distorsión muy grave del sentido de la organización. Cuando
protestamos por el comunicado de Cataluña no lo tomaron muy bien. Se sentían
dueños de PEN México”, añade Rivera.
En
la notificación de la suspensión al centro mexicano, a la que ha tenido acceso
este diario, se afirma que la sede de la asociación “recibió quejas de las
elecciones en México por irregularidades en su proceso”. La mesa directiva,
compuesta por miembros de Sierra Leone, Myanmar, Suecia, Turquía, Líbano,
Alemania, Estados Unidos y Estonia, revisó el caso y recomendó a la Asamblea de
Delegados, reunida la semana pasada en Manila, que suspendieran al centro
mexicano.
El
comunicado de PEN México sostiene que “ninguno de nuestros miembros, ni si
quiera el candidato perdedor, impugnó los resultados ni denunció irregularidad
alguna”. Añade que la suspensión responde a una “represalia autoritaria ante el
fracaso manifiesto de su directiva, encabezada por la estadounidense-mexicana
Jennifer Clement, de apoderarse de nuestra organización a través de la
imposición antidemocrática de un candidato”.
La
intervención de la sede central de la asociación habría llegado, según la
versión mexicana, a la interceptación y publicación de correos por parte de uno
de los socios del centro afines a Clement durante el proceso electoral, que
duró tres días. “Antes de que acabará, como se dieron cuenta de que iban
perdiendo, nos amenazaron con que no iban a reconocer al ganador y que nos iban
a suspender”, añade Rivera.
La
comunicación formal de la suspensión por parte de PEN Internacional no
especifica las irregularidades. “Conocemos lo que ellos arguyen porque se
siguieron comunicando con la anterior presidenta. Por un lado, que algunos de
los socios no cuentan con antigüedad suficiente para votar. Por otro, que
publicamos qué votó cada socio, algo que hicimos como una medida de
transparencia por su intervencionismo. En todo caso, los dos casos están
absolutamente avalados por nuestros estatutos”, cierra la actual presidenta
mexicana.
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Sin
embargo, las causas esgrimidas por el PEN México no parecen ser las reales
según se deja ver en la nota de publicada por Guadalupe Alonso Coratella, en el diario mexicano Milenio, el
pasado 17 de octubre. En la bajada se lee: “Jennifer Clement (en la foto a la derecha) y María Rivera (en la foto a la izquierda),
presidentas de PEN Internacional y PEN México, respectivamente, ofrecen su
postura sobre el conflicto que provocó la suspensión del Centro mexicano tras
las denuncias de corrupción en las últimas elecciones”.
La
disputa por el PEN México
El PEN Internacional, asociación de escritores fundada en
Londres en 1921, cuenta con más de 170 centros en 100 países, entre éstos el
Centro México, que abrió sus puertas en 1923 impulsado por Alfonso Reyes. El
PEN Club ha jugado un papel sustantivo en la lucha por la libertad de expresión
y la defensa de los derechos humanos de periodistas y escritores. En este
sentido, y ante las circunstancias sociales, el PEN México tiene en sus manos
una gran responsabilidad.
En mayo, al término de la gestión de Magali Tercero como
presidenta del PEN México, se convocó a sus 45 miembros a participar en una
votación por correo electrónico en la que contendieron dos candidatos: los
poetas María Rivera y Pedro Serrano. El conteo favoreció a la primera, pero
surgieron voces impugnando el proceso, aunque ninguna se expresó en el seno del
Centro México. La nueva presidenta entró en funciones. Entretanto, el caso
llegaba a los más altos niveles del PEN Internacional.
En las denuncias se habló de corrupción, miembros registrados
de último momento y cuotas pagadas con premura. Durante los meses de junio y
julio, según se asienta en un comunicado del PEN México a sus miembros, Magali
Tercero recibió notificaciones del director ejecutivo del PEN Internacional,
Carles Torner, sobre la detección de irregularidades en la jornada electoral.
El Centro mexicano asegura no haber recibido impugnaciones de sus miembros y
explica que “las supuestas irregularidades referidas por Torner consisten en
que Tercero publicó, en el informe final de la jornada, para dar certeza y
transparencia al proceso, el sentido de todos los votos; y que nuevos miembros,
incorporados antes de la jornada electoral, tomaran parte en el proceso.
Ninguna de estas acciones constituye una violación a nuestros estatutos”.
El 8 de agosto, se informa a Magali Tercero sobre la decisión
de proponer a la asamblea de delegados del próximo congreso internacional, en
Manila, Filipinas, la suspensión del PEN México. La respuesta de la parte
mexicana consta en una carta fechada el 25 de septiembre, dirigida a Jennifer
Clement, presidenta del PEN Internacional; Katlin Kaldmaa, secretaria, y Carles
Torner, director ejecutivo. “Rechazamos tajantemente que durante nuestro
proceso electoral se haya incurrido en alguna irregularidad”; y más adelante,
haciendo referencia a la violación de privacidad de los correos electrónicos,
declaran: “Estos acontecimientos constituyen una maniobra de intromisión en la
vida interna de nuestra organización, completamente inaceptable”. En el mismo
escrito, que incluye, al final, los nombres de quienes conforman la asamblea
PEN México, entre otros Homero Aridjis, Víctor Manuel Mendiola, Aurelio Asiain,
Elsa Cross y Gabriel Zaid, lamentan que “en las condiciones de brutal violencia
que atraviesa México, el PEN Internacional intente inhibir los canales de
comunicación entre escritores mexicanos y de otras latitudes, capaces de
incidir, con su solidaridad, en la defensa de la libertad de expresión que es
cotidianamente vulnerada en nuestro país por fuerzas criminales”.
En los párrafos finales, el PEN México presenta una “enérgica
protesta al comité directivo del PEN Internacional por su intromisión en la
vida interna del PEN México y alerta a todos los demás Centros PEN de los
riesgos y peligros para su autonomía y libertad, bajo su indebida política
intervencionista”.
Fechada el 5 de octubre, desde Manila, Filipinas, el PEN
Internacional envía a Magali Tercero un comunicado en el que informa que “la
Asamblea de Delegados votó la suspensión de PEN México”, y aclara que la presidenta
internacional se abstuvo del proceso y la votación.
Ante el aviso oficial de suspensión firmado por Katlin
Kaldmaa, que se hace público el 8 de octubre, el Centro mexicano da a conocer
su postura. Informa que el PEN Internacional se niega a dar respuesta a las
denuncias de intervención, violación de su autonomía y censura, “hechos que
dieron origen a una represalia autoritaria, concretada en la suspensión del
Centro”. Enseguida se refiere a la utilización ilegal del PEN México, “usando
su nombre en comunicados internacionales, sin autorización”, como es el caso
del conflicto de Cataluña que llevó a la renuncia de Mario Vargas Llosa al PEN
Internacional, o la liberación del político kurdo Selahattin Demirtas,
afirmando que el PEN México lo había adoptado como miembro honorario. “Nuestra
organización”, concluye, “continuará trabajando conforme a su autonomía
jurídica, con independencia intelectual de cualquier clase de intromisión”.
En una conversación telefónica, el escritor y activista
ambiental Homero Aridjis, presidente emérito del PEN Internacional, lamentó la
suspensión del PEN México, del que también fue presidente, y consideró que fue
“una decisión grave y arbitraria”. Él mismo, dijo, emitió su voto en las
pasadas elecciones a las que calificó de “limpias y transparentes”. Consideró,
además, que el caso tendría que haberse sometido a debate en el congreso antes
de tomar una decisión unilateral sin la presencia de delegados del PEN México.
Finalmente, concluyó, el PEN México, más que nunca, es necesario como un
bastión de la libertad de expresión y defensa de los derechos humanos.
Jennifer Clement, presidenta del PEN Internacional, y María
Rivera, presidenta del PEN México, accedieron a entrevistas exclusivas para Laberinto.
Declara Jennifer Clement: “Se han violado normas universales
de una elección democrática. Son hechos comprobables que hay miembros
registrados de último momento y cuotas pagadas con premura, así como que a
miembros de antaño no les fue cobrada su membresía a tiempo. De esto se
conforman las denuncias y sí, tenemos pruebas. La elección se impugnó de forma
abierta, es decir, con la membresía, y se habló abiertamente a los miembros de
las irregularidades un día antes de que cerrara el proceso. Lo único que encontraron
los miembros que alzaron la voz fue un rotundo rechazo, y por eso fueron con
las autoridades de PEN Internacional. Entiendo que Pedro Serrano esperó a que
la investigación tuviera lugar, porque estaba enterado de las denuncias de
otros miembros y se mantuvo al margen. Al saber que los resultados confirmaban
las irregularidades, ha manifestado abiertamente su rechazo y ha aclarado su
postura”.
Por otra parte, María Rivera asegura que “ningún miembro se
suscribió al PEN México el mismo día de las elecciones”, y añade: “La confusión
proviene de la mentira asentada en el comunicado del PEN Internacional, en el
que dicen que cierto número de personas votaron en las elecciones al mismo
tiempo que entraban a formar parte del Centro PEN México. Esto es completamente
falso. Los nuevos miembros de PEN México se incorporaron antes de las
elecciones que se llevaron a cabo del 29 de mayo al 1 de junio. El PEN
Internacional hizo un uso indebido y mentiroso de la información de las
elecciones al hacer público el sentido de los votos con la intención de
desprestigiarnos y cuestionar la legalidad de nuestro proceso. Nuestra elección
no fue impugnada en nuestra asamblea por absolutamente ningún miembro”. Y sobre
el caso de Serrano, dijo: “Pedro Serrano se postuló como candidato a las
elecciones y perdió. Teniendo el derecho para hacerlo, tras las elecciones, no
impugnó el proceso electoral
Al preguntarle sobre la posible violación de los estatutos
que rigen al PEN México, Jennifer Clement responde: “Hay normas de gobernanza
que se dan por descontado en los estatutos de cualquier organización en pro de
los derechos humanos en el mundo para llevar a cabo una elección democrática.
No violar el secreto de voto y no inscribir nuevos miembros cuando el voto ya
empezó son normas de gobernanza básicas de un proceso electoral. Esas son las
razones por las que la secretaria internacional presentó a la asamblea la
propuesta de suspender a PEN México”.
Para María Rivera, “la suspensión es una represalia
autoritaria ante las denuncias que PEN México formuló sobre una serie de actos
indebidos cometidos por PEN Internacional en perjuicio de PEN México, y ante el
fracaso manifiesto de su directiva, encabezada por la estadunidense-mexicana
Jennifer Clement, su máxima autoridad, y ex presidenta de PEN México, de
apoderarse de nuestra organización para convertirla en dócil instrumento ante
las asociaciones indebidas que han hecho con gobiernos y causas políticas en
todo el mundo. Específicamente, con el gobierno de México, buscaban desaparecer
la independencia intelectual y política de PEN México”.
El PEN México refiere también la versión de una actitud
revanchista derivada de su postura frente al caso de la causa independentista
catalana y la renuncia de Mario Vargas Llosa.
Para María Rivera, “el deslinde de PEN México del comunicado
en el que usaron nuestro nombre sin autorización (para apoyar a los catalanes)
evidenció que PEN Internacional estaba mintiendo en sus comunicados como lo
denunció la ex presidenta Magali Tercero y también Mario Vargas Llosa en su
carta de renuncia. Mintieron de igual modo cuando informaron que PEN México
había elegido como miembro honorario al político kurdo Selahattin Demirtas,
cosa totalmente falsa. La presidenta de PEN Internacional utilizaba a PEN
México como si fuera de su propiedad y les molestó que lo hayamos hecho público
en enero de este año”.
Jennifer Clement asegura: “No sé qué relación puede tener una
cosa con la otra. Mi informe a la asamblea detalló la correspondencia con
Vargas Llosa en enero a raíz de mi visita a la cárcel a dos escritores
catalanes y el comunicado de prensa presentado a continuación. Pero no levantó
el más mínimo debate en la asamblea, puesto que se trata de un caso básico de
vulneración de la libertad de expresión que así también es vista por
International Trial Watch, Amnesty International y el Grupo de Trabajo sobre la
Detención Arbitraria de las Naciones Unidas, entre otros. Los centros de PEN y
especialmente el comité de escritores encarcelados siguen muy de cerca la
situación de los dos presos”.
Si bien los Centros PEN son autónomos e independientes, la
presidenta del PEN Internacional reitera que “esa autonomía es esencial. Cada
Centro desarrolla sus formas de organizarse, su participación en los comités y
campañas de PEN Internacional y su programa de actividades, pero la autonomía
no exime a ningún Centro de seguir las normas de gobernanza de PEN ni de
entablar un diálogo con nuestras estructuras internacionales cuando surge un
conflicto”.
¿Puede funcionar el PEN México sin el aval del PEN
Internacional? María Rivera responde: “PEN México es una institución autónoma e
independiente de escritores mexicanos, con personalidad jurídica propia, regida
por sus estatutos y, como tal, su funcionamiento no depende de PEN
Internacional”. Para Jennifer Clement “no parece que tenga sentido seguir sus
labores al margen de PEN Internacional”.
Para finalizar, le pregunto a Jennifer Clement ¿qué significa
la suspensión del Centro México? “Dejarán de formar parte de nuestras
actividades internacionales. La secretaria internacional ha manifestado la
voluntad de entablar un diálogo con la esperanza de que algún día la suspensión
pueda ser levantada por otro voto de la misma asamblea”.
¿No habrá marcha atrás en la decisión de suspender al PEN
México? “La Asamblea de Delegados siempre puede levantar la suspensión con un
nuevo voto, puesto que la asamblea es soberana. Para que eso ocurra, imagino
que convendría que un diálogo fructífero se entablase y desapareciesen las
razones que llevaron a la suspensión de PEN México en el congreso de Manila”.
María Rivera respondió en los siguientes términos: “Nuestra
organización continuará trabajando conforme a su autonomía jurídica, con
independencia intelectual de cualquier clase de intromisión y, como desde 1923,
defendiendo los principios de la libertad de expresión y la libre circulación
de las ideas, oponiéndose a cualquier forma de censura, defendiendo una prensa
libre, y ejerciendo la crítica de gobiernos, administraciones e instituciones”.
¿Estarías dispuesta a renunciar a la Presidencia del PEN
México y llamar a nuevas elecciones en caso de que se requiriera como una forma
de legitimar a la institución?, le pregunto. “PEN México es una institución
totalmente legítima, con personalidad jurídica propia y tiene enorme importancia
histórica. Por supuesto, no me prestaría a ser cómplice de la inaceptable
intervención ni de la flagrante violación de nuestra autonomía, ni a negociar
su independencia intelectual, cediendo ante la arbitrariedad y la injusticia”.