sábado, 31 de diciembre de 2011

¿Qué pasaría si a la SADE le sale bien?

Alejandro Vaccaro, presidente de la SADE
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Guido Carelli Lynch publicó ayer en Clarín una nota referida al cobro de derechos de autor colectivos a emisoras radiales, televisivas o digitales que la Sociedad Argentina de Escritores (SADE)  pretende llevar a cabo en el futuro próximo. En la Argentina existen otras instituciones, como Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música), Argentores (Sociedad General de Autores de la Argentina), AADI (Asociación Argentina de Intérpretes), Cadra (Centro de Administración de Derechos Reprográficos) y Sagai (Sociedad Argentina de Gestión de Actores e intérpretes) que recaudan derechos de autor colectivos.

De lograrlo, la SADE se convertiría en una institución con mayor visibilidad de la que tiene luego de décadas de desprestigio y malas administraciones, suscitando la atención de muchos escritores que, por las deficiencias de esas gestiones, emigraron a la Sociedad de Escritores y Escritoras de Argentina (SEA). También sentaría un interesente antecedente en relación con el mundo editorial. Por esas razones, los traductores argentinos –que por ley están adscriptos al rango de “creadores”– esperan atentos ver el desarrollo de los acontecimientos.

¿Una ley para cobrar por el uso de textos?

Se acabó el tiempo de espera. En febrero pasado, el presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) Alejandro Vaccaro anunció en una entrevista con Clarín que la institución que reúne a 6500 escritores planeaba cobrar “derechos colectivos” a las emisoras radiales, televisivas o digitales que reproduzcan fragmentos de obras editadas. Ayer, en declaraciones al diario La Nación, dobló la apuesta. “En febrero saldremos a recaudar derechos de autor; a quien no quiera pagar le iniciaremos una acción judicial y será un juez quien diga si tenemos o no autoridad para hacerlo”, señaló Vaccaro. Con esta medida, la institución cobraría un canon de “entre mil y dos mil pesos” a la emisoras que pretendan reproducir contenidos que estén bajo derechos de autor. Para ello, deberían contar con fiscalizadores propios o acordar con los recaudadores de otras instituciones de artistas.

La legitimidad para cobrar –argumentó Vaccaro– puede ser por derecho (por ley o decreto) o de hecho. “Es nuestro caso, tenemos 76 años de vida, 75 filiales y 6500 afiliados. Este puede ser el primer paso para una ley”, insistió ante la consulta de Clarín. Además, explicó que el dinero recaudado se distribuirá entre los afiliados, se pagarán obras sociales y tratamientos médicos y se cubrirán gastos administrativos de la SADE.

En las redes sociales se criticó con dureza la iniciativa y hasta fue uno de los temas del día en Twitter. Vaccaro defendió la medida. “Un autor tiene derecho a cobrar, sobre todo cuando alguien se enriquece con su trabajo”, señaló, aunque admitió que aquellos programas que tengan una función comunitaria deberían estar exceptuados.

La otra agrupación de escritores, la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina SEA, enfrentada con la SADE, publicará hoy un comunicado con su posición.

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Graciela Aráoz, presidente de la SEA

El comunicado de la SEA efectivamente llegó y puede leerse en la edición de Clarín del día de hoy. En éste se dice: "Pretender cobrar un canon a los medios de comuniación por la difusión de textos literarios, 'con ley o sin ley', como lo proclama el Sr. Vaccaro, es autoritario".

El texto completo, incluido en el sitio de la SEA  puede leerse a continuación.

La Sade quiere salir de la inacción
y la bancarrota lucrando con la obra  de los escritores

El objetivo principal de una asociación de escritores es defender sus derechos. Pretender cobrar un canon a los medios de comunicación por la difusión de textos literarios, “con ley o sin ley”, como lo proclama el presidente de la SADE, Sr. Alejandro Vaccaro,  es autoritario.  Para que un pago sea legítimo, tiene que haber una obligación, y para que haya una obligación tiene que haber una fuente legítima que le dé origen, como  es una ley. Con la seriedad del caso, podrían haber abierto un debate sobre la posibilidad de cobrar los derechos de autor de la reproducción del texto escrito a través de los medios,pero del derecho de autor de los autores. Y vale aclararlo, aunque parezca absurdo, porque se está queriendo inventar un derecho de autor de la SADE fijado en monto fijo y mensual, lucrando con la obra de los autores.
 Por otra parte, el pasado no legitima el presente y ya debería recordar el “estudioso de Borges” lo que dice su maestro: el único tiempo que existe es el presente. Y en este presente los escritores tienen dos asociaciones. ¿La SADE pretende cobrar los derechos de nuestros asociados? ¿Con qué derecho? ¿Quién los autoriza?
En diez años de existencia la SEA ha logrado recopilar la primera lista de escritoras y escritores desaparecidos en la Antología titulada Palabra viva, que reúne 116 escritores y varias ediciones y traducciones de nuestros colegas. También hemos obtenido la  Ley de  Reconocimiento a la Actividad Literaria, (RAL), en la C.A.B.A, que es un subsidio vitalicio para aquellos escritores mayores de 60 años que no poseen un ingreso permanente o lo tienen muy magro. Vale la pena aclarar que la SEA obtuvo estos logros sin otros ingresos que las cuotas sociales y el producto del trabajo colectivo en la difusión de la literatura, después de muchos años de militancia en los que la SADE estuvo ausente. 

Nuestro rechazo contundente a este auténtico disparate.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Rescatate, gato.

Aparecida en un artículo sin firma publicado en Clarín, la noticia podría referirse a prácticamente cualquier lugar del mundo. La pompa “científica” con que se presenta el problema ya fue debidamente ilustrada en el sketch del Ministerio de Educación del cómico argentino Diego Capusotto (foto), como puede verse aquí.

Para hablar, los jóvenes utilizan sólo 240 palabras

Un notero de un programa de entretenimientos entrevista a Leito, líder del grupo Wachiturros
–¿Qué hobbies tenés?
–¿...?
–¿Cuáles son tus hobbies preferidos?
–Ehhh, no sé qué quiere decir.
–¿Qué hacés en tu tiempo libre?
–Ahhhh, tiro facha con la moto...

Siempre se dijo que el idioma español es un organismo vivo: en su uso diario anida su fortaleza y su crecimiento. De acuerdo a un cálculo de la Academia española de la lengua actualizado al 2010, mientras “un ciudadano medio utiliza entre 500 y 1000 palabras” del español para comunicarse cotidianamente, los jóvenes usan un 25%, “algo más de 240”. El castellano cuenta con casi 100 mil vocablos, o sea que, de ese gran abanico de posibilidades, utilizan un 0,03%. Ahora bien, ¿qué determina esto? ¿Los jóvenes empobrecen su lenguaje y, con ello, su pensamiento? Más aún: ¿está asociado esto directamente con la capacidad de reflexionar? ¿O simplemente ese recorte significa una simplificación y no una derrota cultural?

Las opiniones están repartidas. No hay duda de que manejar un número mayor de vocablos favorece una mejor expresión. Ya lo dijo Roberto Fontanarrosa en su histórico discurso durante el Congreso de la Lengua en 2004 en Rosario. Luego de defender el uso de “malas” palabras como “pelotudo” y “carajo”, el fallecido dibujante dijo que “cuantos más matices tenga uno, más puede defenderse, para expresarse, para transmitir. Por eso hay palabras de las denominadas malas palabras, que son irreemplazables, por sonoridad y fuerza”.

Acaso en las antípodas de ese pensamiento, hace casi dos meses, en un reportaje en La Nación, Pedro Barcia, presidente de la Academia Argentina de Letras, fue categórico y alarmista: “Cuando no hay capacidad de expresión se achica el pensamiento. Lo vemos todos los días con jóvenes que no leen, que no saben escribir correctamente y terminan con un lenguaje empobrecido. Y ese empobrecimiento intelectual y verbal –arriesgó Barcia– le hace muy mal al sistema democrático”.

Pese a esa admonición, hay especialistas que son mucho más cautos. O incluso optimistas. La Dra. María Laura Pardo, del departamento de Lingüística del CIAFIC-CONICET, asegura que “los jóvenes son creativos en cualquier estratificación social. Que las palabras nuevas que crean no estén en el diccionario no quiere decir que no sean vocablos y que no deban ser contados a la hora de estos estudios. Lo que hoy parece una irreverencia idiomática, mañana estará en la RAE y en otros diccionarios como nuevo léxico”.

En la misma línea, Mara Glozman, docente de Semiología de la UBA, cree que plantear una “pobreza léxica” en ciertos grupos o colectivos supone que existen otros “colectivos o sectores que tienen una mayor amplitud léxica y eso suele asociarse a un mejor conocimiento de la lengua. Digo que ‘suelen asociarse a un mejor conocimiento lingüístico’ porque se trata de ideas que tienen más relación con las representaciones sobre la lengua que con las realidades lingüísticas de los hablantes”.

Alejada por completo de una visión elitista del uso del lenguaje, Pardo reconoce la existencia de estudios que aseguran que “algunos hablantes solo utilizarían entre 280 a 1000 palabras en su vida diaria”, pero agrega que en ese tipo de trabajos “no se pondera el valor de la creación léxica”. Además, por lo general, “no se tiene en cuenta que la lengua es un ente vivo, siempre cambiante, imposible de cuantificar y siempre rico, aun por fuera de lo supuestamente ‘correcto’”.

Según el escritor y ensayista Juan Becerra, “lo que olvidan los defensores de la cantidad es que el poder del lenguaje no radica en las palabras, sean estas pocas o muchas, sino en la inteligencia que las asocia”.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Quépe alpa pepe dopo

La noticia salió en el New York Times, con firma de Amy Chozick, y fue reproducida por Ñ, sin mención de traductor, el 26 de diciembre pasado. En ella se habla del “triunfo” de las lenguas inventadas por Hollywood sobre otros experimentos similares, como el esperanto.

Lenguas adoptadas listas para adoptar

El deseo existente en Hollywood de hacer que las películas, las series de TV y los videojuegos de fantasía y ciencia ficción resulten más creíbles, está impulsando la demanda de lenguas construidas. Estas nuevas lenguas cuentan con reglas gramaticales, un alfabeto escrito (o jeroglíficos), y suficiente vocabulario como para crear diálogos básicos.

En la serie de televisión estadounidense Game of Thrones (Guerra de tronos), los personajes que hablan Dothraki se saludan con un "M’athchomaroon" (Hola) y de tanto en tanto expresan sentimientos como "Vezh fin saja rhaesheseres vo zigereo adoroon shigethi!" (¡El potro que monta al mundo no necesita sillas de hierro!). También hay "athhilezar" (sexo).

La lengua Dothraki fue inventada por David J. Peterson, que estudió lingüística en la Universidad de California, San Diego. Peterson, de 30 años, es un conlanger, una persona que construye idiomas nuevos. "Quedaron atrás los tiempos en que los alienígenas hablaban en un galimatías sin estructura gramatical", dijo Paul R. Frommer, profesor emérito de comunicación de gestión clínica en la Universidad de Southern California, que creó el Na’vi, la lengua hablada por las criaturas azules gigantescas de la película Avatar. Frommer está desarrollando un idioma marciano para una próxima película de ciencia ficción de Disney.

El cambio está transformando lentamente el oscuro hobby de la construcción de lenguajes en una carrera y atrae seguidores de fantasías como El Señor de los Anillos, Game of Thrones y Avatar.

En las fiestas relacionadas con Game of Thrones en San Francisco, los fans volvieron a ver escenas habladas en Dothraki para estudiar el idioma. En octubre pasado, un grupo de personas que hablaban Na’vi procedentes de media docena de países se reunió en Sonoma County, California.

"Hay una base de fans que quiere lenguas construidas", dijo Matt Pearson, lingüista de Reed College en Portland, Oregon.

Pearson fue quien creó el idioma Thhtmaa para una serie televisiva que duró poco tiempo.

Game of Thrones se basa en la exitosa colección de fantasía A Song of Ice and Fire de George R. R. Martin.

Intentos de crear idiomas ha habido muchos. En los años 1870, un médico polaco inventó el Esperanto, un idioma internacional simplificado cuyo objetivo era garantizar la paz mundial. Suzette Haden Elgin creó el Láaden, para expresar el punto de vista de una mujer. (El Láaden tiene una palabra, "bala", que significa "Estoy enojada por un motivo pero no hay nada que se pueda hacer").

Sin embargo, ninguno de los cientos de idiomas creados por razones sociales ha desarrollado seguidores tan fervorosos como los creados para películas, televisión y libros, dice Arika Okrent, autora de In the Land of Invented Languages. "Aprender un idioma, incluso un idioma natural, es más una decisión emocional que práctica. Se refiere a pertenecer a un grupo", dijo.

Richard Littauer, de 23 años, un estudiante de lingüística que está haciendo un posgrado en la Universidad Saarland de Alemania, mantiene Dothraki.org, con un diccionario y pautas gramaticales. "Me crié viendo a Pocahontas hablando un inglés perfecto", dijo.

"La diversidad lingüística es una de las principales formas de sentir que se está en una nueva cultura".

Y existe una guía gramatical oficial del na’vi, dirigida en parte por William Annis en Wisconsin.

El momento decisivo para las lenguas inventadas fue la creación del Klingon por el lingüista Marc Okrand para la película Viaje a las Estrellas III: buscando a Spock. Esto desembocó en un Instituto de Lengua Klingon, un diccionario y una traducción de Hamlet.

Okrand calcula que son menos de 20 las personas que hablan perfectamente bien el klingon.

En 2007, Peterson colaboró en la fundación de la Sociedad de Creación de Lenguas, la primera organización profesional de ese tipo. Además del dothraki, inventó otros 12 idiomas. Sus favoritos: el zhyler, inspirado sin ningún rigor en el turco, y el kamakawi, inspirado en el hawaiano.

El Dothraki fue todo un reto.

"Lo primero que se pregunta uno es ¿esta palabra debería existir?" dijo Peterson. Decidió que el dothraki no tendría una palabra para baño, teléfono celular o incluso libro. La lengua dothraki tiene en cambio más de 14 palabras para caballo.

Jugó con combinaciones de letras y sonidos. La palabra que significa hombre en Dothraki es "mahrazh". "Me dije a mí mismo, si me gané el derecho a acuñar la palabra `hombre’, mejor que sea piola", dijo.

Después de acumular un pequeño vocabulario, probó una gramática básica. Las 18 clases de sustantivos en swahili y las formas verbales negativas en estonio influyen en sus creaciones.

Él quiere llevar el Dothraki de 3.250 palabras a unas 10.000.

Entre los que hablan dothraki, na’vi y klingon, se generó una división entre los fans que dominan la lengua como un desafío lingüístico y los que aprenden unas pocas expresiones porque les encanta la mitología. "Están por un lado los tragas de la lengua", dijo Annis, "y por otro los Na’vi que se pintan de azul y van a convenciones"

miércoles, 28 de diciembre de 2011

La vida en el laboratorio es un bodrio

Todo el mundo sabe, o debería saber, que Andrés Ehrenhaus posee un histrionismo polifacético y que, por lo tanto, domina el estro tanto del drama como de la comedia. Sin embargo, cuando modestamente le pedimos que se disfrazara de Papá Noel para salir fotografiado en este blog, no quiso, arguyendo cuestiones contractuales con no sabemos qué organización que se dedica a hacer animaciones de Hanukka y Kwanza. Y agregó: "Sólo hago desnudos cuidados". Como no sabemos a qué se refería, nos limitamos a ofrecer como ilustración de esta entrada una parte de su cuerpo, acaso la que mejor lo caracteriza. Luego, para paliar nuestra decepción, nos propuso a cambio esta colaboración que sigue. Mucho se la agradecemos. Jo, jo, jo.

El grado subcero de la escritura

En el principio fueron sujeto y predicado. Después la gente agregó adjetivos y algún complemento de modo, lugar y, sobre todo, tiempo. Y nacimos a la ficción. La narración es invento y el invento es épica: ocupar lo desconocido con palabras. Durante milenios, la escritura supo inclinar el equilibrio hacia lo vacío, nunca hacia lo lleno; fue más valor de uso que de cambio. Para que ruede, un binomio debe tender al desequilibrio, debe tener radicales libres, debe tender al vértigo venciendo el mareo. El mareo de lo lleno. Ese mareo que aparece cuando el valor de cambio se impone a su par. Cuando haber escrito y, sobre todo, publicado, se torna más importante, más acuciante, más necesario que escribir, que ocupar el vacío, que conquistar la nada con ficciones, que sacarle el brillo más asombroso al metal menos noble.

De un tiempo a esta parte, muchos de los alquimistas se han ido pasando a la química inorgánica. La escritura se ha vuelto para muchos un producto de laboratorio farmacéutico. De la épica de conquista de lo desconocido se ha pasado al dumping de los mercados con sucedáneos testeados in vitro y comerciados mucho más allá de su límite de caducidad. El lector como enfermo crónico de ansiedad, anhelo, gula o aburrimiento. El autor como visitador médico. El mercado como regulador de la ficción. Lo lleno como dualidad: frente a lo lleno bueno (la novedad), lo lleno malo (el basural). Ya no más huecos. Ni un agujero por tapar.

No es sorprendente, por tanto, que algunos autores se reserven el derecho a producir cuando la regulación del mercado no les es favorable. Después de todo, la vida en el laboratorio es un bodrio y lo que sale de los tubos tampoco es el gran wazoo, sobre todo comparado con la calidez y el comfort de los afterahuers, las entrevistas inocuas y el glamur del pescado vendido. Escribir, hoy en día, es un verdadero asco; haber escrito, en cambio, es un alivio, y publicar es como arañar el salón vip del cielo. Es natural que quienes vean peligrar ese privilegio amenacen con discontinuar su producción. Podrían amenazar con reducir su calidad (siempre es posible, si se sabe cómo) pero no, son sabedores de que el lenguaje cuantitativo es mucho más directo. Si antes se aferraban al grado cero de la escritura como tabla rasa de salvación, ahora coquetean con el grado subcero.

El caso es que las multitudes ahítas y confusas pueden vivir sin eso y mucho más. Que les da igual un antibiótico caducado que otro. Que si un autor se calla, detrás saldrán dos docenas de autores iguales, ansiosos por atiborrar lo atiborrado. Que entre no escribir y no callar a veces no hay mayor diferencia. No digamos ya entre la fama y el olvido.

Da la sensación de que, últimamente, solo a los traductores como grupo-ahí nos importa la calidad épica de la escritura, seguramente porque solo a nosotros nos compromete en cuerpo y alma, o soma y sema, como quieran. Nadie como un traductor (bueno, sí, un corrector) para preferir el susurro o el silencio incluso al misticismo estridente de la repetición de lo lleno. Nadie como un traductor para acompañar la conquista y ahondar en esa ficción. Nadie como un traductor para ser fulcro del lenguaje. Nadie como un traductor para asomarse al vacío. Y no temblar.

martes, 27 de diciembre de 2011

Una sarta de obviedades presentadas como consejos

Publicada en la sección Flora & Fauna de la revista Ñ, la siguiente notícula de Patricia Kolesnikov incluye una serie de consejos ofrecidos por el agente literario Guillermo Schavelzon. Habrá a quien le interesen.

Para vender libros en Francia
no describa la Torre Eiffel

Un dato: si usted es, pongamos, un escritor argentino y  quiere que sus libros se traduzcan al francés, no sitúe la trama en París. No lo dice esta cronista, lo dice Willie Schavelzon, probablemente el agente literario argentino más importante. El agente que un día levantó campamento y se fue a Barcelona –donde se corta el bacalao literario– y hoy representa a una larga lista de estrellas entre las que brillan Paul Auster (¡Paul Auster!), Ricardo Piglia, Marcos Aguinis, Héctor Tizón, Elena Poniatowska, Adrián Paenza, Pacho O’Donnell, Pola Oloixarac, Andrés Neuman, Martín Kohan,  Marcelo Kohan, Pablo De Santis, Oliverio Coelho.

Entonces, Dato 1) No sitúe sus novelas en los países a los que quiere venderles derechos. “Muchos escritores dicen: ‘Esta novela voy a hacer que ocurra en París porque así les interesa a los franceses’. Y es impecable el París que cuentan porque fueron, investigaron, pero eso a los franceses no les interesa. Cómo ve París un argentino, es una problemática nuestra, ellos están muy satisfechos con cómo la ven ellos”.

Sin embargo, dice, si se consigue un editor que contenga su ansiedad por hallar realismo mágico en cualquier latinoamericano, Dato 2): es posible vender derechos afuera. De hecho, “es un buen momento para escritores argentinos y latinoamericanos.Nunca hemos conseguido tantos contratos como en los últimos dos o tres años”.

¿Qué pasa? “La crisis europea es tan fuerte que la gente culta, en Europa, mira para otros lados”. A China, obvio. Y a América Latina. Salvo en Inglaterra, que tiene las malas costumbres del mundo angloparlante. Porque, Dato 3) “Hay países que son exportadores de cultura pero que no están dispuestos a recibir nada. Estados Unidos publica unos 120  mil títulos al año, de los cuales apenas 300 son traducciones”. ¿Para tanto? “Los norteamericanos, dice Schavelzon, son absolutamente autorreferenciales y los británicos son norteamericanos de segunda. Antes era al revés, ahora son bastante menos cultos. Desde que se rompió la ley de precio fijo, sólo publican best-séllers... ”

Esto es problemático. El inglés es un puente: editores de lenguas con pocos hablantes descubren los libros cuando están en ese idioma. El negocio se muerde la cola: “Los norteamericanos nos dicen en la agencia: ‘No me ofrezcan ningún libro que no haya sido vendido ya para otros cinco idiomas’”.

Otro viento que sopla en las velas de una literatura son sus escritores de éxito. Dato 4) “Interesan los best-séllers latinoamericanos cuando tienen un aporte cultural local”. Un ejemplo: “En el siglo XX, el que más hizo por la literatura chilena fue Roberto Bolaño”. ¿Cómo? “Tuvo éxito”. Entre nosotros, “una escritora como Claudia Piñeiro tiene un éxito tan grande en Alemania que ha abierto caminos a otra gente”.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Miguel Ángel Petrecca, un poeta argentino que traduce poesía china contemporánea

Petrecca imaginen dónde
La siguiente nota de Mercedes Halfon apareció publicada en el diario Página 12, de Buenos Aires, del 24 de diciembre pasado. En ella se presenta y entrevista a Miguel Ángel Petrecca, autor de una reciente antología de la poesía china contemporánea.

Operación dragón

Un pionero es alguien que se inicia en la exploración de un territorio virgen. Si ese mapa inexplorado es mental, la aventura que implica va a tener otras características, no menos aventureras. Una tarea así fue la emprendida por el joven poeta y editor Miguel Angel Petrecca: aprender y consustanciarse con un idioma tan complejo como lo es el chino. El resultado de esa expedición fue Un país mental, 100 poemas chinos contemporáneos, antología que salió recientemente por la editorial porteña Gog y Magog. En las primeras líneas del prólogo, Petrecca narra un excéntrico intento de traducir poesía china ocurrido algunos años antes de que él ingresara en el idioma, llevado a cabo junto a Darío Rojo, Daniel Durand y Jorge Salvetti, provistos únicamente de un par de diccionarios. “Visto en perspectiva –reflexiona– cuesta imaginar una empresa que estuviera tan predestinada al fracaso desde su misma concepción.” Aun así, fue el puntapié inicial del libro que tenemos entre manos. De ese intento fallido surgió el interés de Petrecca por el idioma, lo que lo llevó a estudiarlo intensamente en Buenos Aires, hasta que finalmente, una beca le posibilitó perfeccionar sus estudios en China.

Su idea siempre fue conocer el idioma escrito para llegar a la traducción –algo que ya realiza profesionalmente– centrándose en poesía. Este género tiene una encumbrada tradición en esa lengua, pero por su dificultad y su medular diferencia respecto de los idiomas de Occidente, no ha sido muy traducido y menos aún al español. Ni siquiera los poetas canónicos de la dinastía Tang, como Li Po o Tu Fu, cuentan con una traducción directa a nuestra lengua. De ahí la importancia de Un país mental: es una aproximación inmediata al modo de sentir y plasmar en palabras del chino contemporáneo. Es, además, la primera.

China siempre estuvo cerca
Al acercarse al volumen, una de las primeras ideas que se ponen en juego es la que tenemos acerca de “lo chino”. Usualmente, la visión occidental de Oriente lo ancla en tópicos como la espiritualidad, lo milenario, lo exótico, la comida y cosas por el estilo. Algo a lo que Miguel Angel Petrecca se opone tajantemente: “Yo no estaba muy interesado en todo lo que venía de China. De hecho exageraba la posición contraria. No quería caer en nada de budismo, taoísmo, etcétera. Era un abordaje limitado y muy de estudiante de letras, el mío. Después por suerte me fui abriendo. Pero quise evitar los lugares comunes del interés por lo oriental. Cuando volví me pasó que mucha gente se decepcionaba con mis relatos, porque querían que les dijera que la cultura china era totalmente diferente. Y uno tiene que decir que no es tan así, que son un país moderno y globalizado como nosotros”. Estas ideas participan también en el recorte que llevó a cabo en la antología. Miguel explica: “Hay una cristalización de la visión de lo chino en lo clásico. Por eso me interesó contrariarla, ir a lo más contemporáneo. Todos los poetas que están incluidos nacieron a partir de la década del 50. Algunos empezaron a escribir a fines de los setenta, pero la mayoría son de los 80 y 90 y construyen un panorama de diferentes movidas y estilos del último período”.

Pero, ¿qué pasó antes, cómo llegamos de la época del oro de la dinastía Tang con Tu Fu y Li Po a estos poetas? La poesía contemporánea china se inscribe precisamente en la ruptura con esta tradición. Hereda, en principio, el gesto de un movimiento de intelectuales reformistas ocurrido a principios del siglo XX, que proclamó, entre otros cambios radicales, el abandono de la lengua clásica que constituía el lenguaje literario por excelencia desde hacía siglos, por el habla cotidiana. Así nace la poesía moderna china, también al calor de la lectura de otros movimientos occidentales que empezaban a traducirse en Oriente como el Romanticismo o el Simbolismo.

Esta iniciativa rupturista se vio truncada por las décadas de intensa politización y la consiguiente pérdida de autonomía del terreno literario. Pero retorna con el segundo gran movimiento poético chino, en los 70, en medio de la Revolución Cultural. A fines de esa década comienza una tímida apertura, cuyos protagonistas en el terreno de la poesía fueron los llamados Poetas Oscuros. Escritores herméticos, simbólicos, fueron opositores declarados a la panfletización que provenía del comunismo. Entre ellos se destacan Bei Dao y Duo Duo: el primero es el poeta chino más traducido en el exterior; el segundo, menos conocido pero no menos importante, forma parte de esta antología.

Toda esta efervescencia de producción y circulación veloz de textos llega a su apogeo en 1986 con La gran Exhibición poética, un evento multitudinario que incluyó colectivos de todo el país. Participaron más de cien grupos, algunos constituidos por un solo integrante. Algunos de sus curiosos nombres son: “La literatura de la gente real” (un integrante), “Poesía de las ocho en punto” (cuatro integrantes), “Caja cuadrada” (un integrante), “El grupo de la nueva sensación” (un integrante), “Soldado del cubismo” (un integrante), “Gatos triangulares” (tres integrantes). Pero este gran momento de la poesía china tuvo un final abrupto en 1989 con la masacre de Tiananmen. Para Xiao Kaiyu, otro de los poetas de la antología, se extinguió un modo de vivir y, por eso mismo, un modo de escribir. La poesía china, siempre caja de resonancia de los cambios y rigores políticos del gigante oriental, no pudo hacer oídos sordos.

La selección contemporánea
El recorte de Un país mental incluye diecinueve escritores que pertenecen a las generaciones que vivieron precisamente esos dos momentos claves de la historia de su país. La Revolución Cultural cuando eran muy pequeños y la masacre de Tiananmen, ya mayores, de la cual muchos fueron partícipes como manifestantes, terminando en la cárcel algunos, teniendo que exiliarse otros. Por eso mantienen, aunque en otro sentido que sus predecesores, una tensión con la esfera política y estatal: “La relación de estos poetas con el Estado es conflictiva, pero son opositores silenciosos. Por otra parte hay una tradición de ‘el funcionario poeta’, funcionarios que escriben poesía y la promocionan aprovechando su lugar para difundir sus textos, incluso en el exterior. Por eso es marcada la diferencia entre el espacio oficial representado por esa clase de poetas y el independiente. La cultura, las editoriales, el circuito de consagración están muy determinados por el Estado. Lo independiente, por decirlo de alguna manera, el término que usan en China es algo así como un espacio civil, fue surgiendo lentamente a partir de los setenta. En la época del apogeo de Mao no existía tal cosa. Por eso la poesía surge en esa zona de oposición, de otra circulación de textos. Igual tampoco es tan tajante la diferencia; algunos de los poetas del libro participan de circuitos oficiales como las universidades. Es más bien como una tensión sutil y permanente”.

¿Cuál es la relación que estos escritores tienen con su tradición? Petrecca explica que para ellos el corte con sus antepasados es menos el resultado de una decisión que de su situación histórica. Cerradas las universidades, sus lecturas de juventud quedaron signadas por el azar de lo que circulaba de mano en mano o hallaban en una mesa de saldos.

Los poetas de esta antología escriben en contra de los Poetas Oscuros y su simbolismo encriptado. Su lenguaje es llano y abandona la tensión política que sostenían los otros. Algunos de los incluidos: el mencionado Xiao Kaiyu, Han Dong, Song Lin, Xi Chuan, Lan Lan. Petrecca los fue conociendo personalmente, llevado por recomendaciones mutuas. De ese modo recorrió el país. Y luego tradujo estos bellísimos cien poemas donde se puede encontrar humor tenue, formas coloquiales, espontaneísmo, budismo, narratividad, instantes de magia pura, lluvia, delirio, vida urbana, misterio.

Traducción rioplatense
Un detalle llamativo de la traducción es que ha optado por utilizar el vos rioplatense. Petrecca tiene una teoría al respecto: “Pienso que el tema es análogo a lo que sucede en poesía. Así como entre nuestros contemporáneos no queda ya casi nadie que opte por el tú, para mí resulta anacrónico optar por el tú en la traducción, particularmente si se trata de la traducción de un contemporáneo. La lengua de la traducción tiene que evolucionar, en ese sentido, a la par de la lengua de poesía, que a su vez, dentro de la tradición moderna en la que estamos insertos, tiende a acercarse a la lengua cotidiana. La crítica más habitual es que, supuestamente, utilizar el vos implica limitar el ámbito de lectores, o que es un gesto autista análogo al de las traducciones españolas llenas de jerga, que ignoran la existencia de lectores no españoles. Sin embargo, pienso que esa crítica no es justa. En primer lugar, aunque tal vez sea el argumento más endeble, uno edita en principio acá, o sea que el lector en el que piensa es alguien más o menos como uno. En segundo lugar, a mí no me molesta leer una traducción española o latinoamericana por el uso del tú; me molesta, o me puede molestar, porque es una mala traducción, o una traducción llena de jerga. En tercer lugar, porque me parece que de lo que se trata es de insistir con el vos hasta crear una tradición de traducción de poesía en rioplatense. Si hay lectores latinoamericanos o españoles a los que actualmente les molesta, yo creo que con el tiempo y la insistencia de una línea o tradición esa molestia va a tender a desaparecer”.

Como todo cartógrafo que se precie, Miguel Angel Petrecca escribió de su travesía un diario de viaje. Lo llamó “Ciudades de paso”. Es un anexo bello, caprichoso e impresionista, que entronca de un modo armonioso con los poemas chinos. “El pensamiento en ósmosis con el paisaje”, dice en un momento y eso es lo que se percibe al leerlo. Las caminatas por ciudades y pueblos, los encuentros con fragmentos de muralla, casas, leyendas antiguas; los malentendidos, las lecturas de Víctor Segalen, las charlas con estudiantes de distintas nacionalidades, las noticias que llegaban desde Buenos Aires, completan con una faz cercana y verdadera a la intensa experiencia del libro.

domingo, 25 de diciembre de 2011

"Cada lector tiene su propio canon"

De paso por Buenos Aires para presentar Atalanta, su nueva editorial, Jacobo Siruela dio una serie de entrevistas. Entre éstas, la que se reproduce a continuación, realizada con Horacio Bilbao, de Ñ digital, que se publicó el 23 de diciembre pasado.

La tarea del editor del siglo XXI
es recuperar la felicidad de editar

Conde, diseñador, dueño de nombres y títulos para ocasiones varias, Jacobo Siruela ya era toda una figura en el mundo editorial hispanohablante cuando hace 6 años decidió despegarse definitivamente de su gran éxito para iniciar otra historia. Si los datos importan, tendremos que decir que Siruela vendió primero la firma que llevaba su nombre y que hizo famosa por azar o por insistencia con libros como El mundo de Sofía o las Seis propuestas para el próximo milenio (que no es otro que éste) de su amigo Italo Calvino. Luego dirigió siete colecciones de la empresa que ya había vendido, hasta que en 2005 dijo basta.

Entonces se mudó al campo y empezó una nueva rutina editorial bajo el nombre de Atalanta. Su flamante empresa tiene sede en la campiña española y desde allí, vía Internet, disfruta de la publicación y producción de sólo 10 títulos por año. Un lujo para pocos, con el que el conde, tercer hijo de la duquesa de Alba, y su esposa Inka Martí van construyendo un catálogo artesanal y laberíntico, anclado en la memoria literaria. “Vivimos en una época de olvido en la que la actualidad parece absorberlo todo”, dice Siruela, que cada vez que puede se declara un ferviente seguidor del universalismo de Jorge Luis Borges.

Lo mismo ha dicho en su visita a Buenos Aires esta semana, revindicando a uno de sus autores favoritos, el de El Aleph, con quien tuvo algunos encuentros. “La idea de lo universal me la dio Borges, él llevaba la literatura a cuestas”, dijo en el auditorio del Malba. Pero Siruela tiene más ganas de hablar de Atalanta que de su pasado. Y lo hace en tono mitológico. “Somos dos, Hipómenes y Atalanta”, resumirá para emparentar al mito griego y al timón de su nueva editorial, cargo que comparte con su esposa. En esta nueva etapa, desde la campiña catalana, cerquita de Francia, Jacobo Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, que no es otro que el conde Siruela, dice hacer “ecología libresca”. En seis años han publicado 62 títulos, una cifra que el mercado editorial, en crisis y todo, demora segundos en devorar. Por si hiciera falta, el hombre aclara que va contra la corriente, contra las leyes del mercado.

Sin embargo, lo que hace en Atalanta, se parece mucho a sus inicios en Siruela. El cambio parece ser más un retorno a otra escala, a una en la que la cantidad de libros publicados le permitan estar en todas las etapas de producción y gozar largamente de ellas. Se da lujos también, como cuando publicó las memorias de Casanova, un ejemplar de 4 mil páginas que evidencia uno de los caminos de su editorial. “Nos movemos en un mínimo de 25 siglos”, dirá Siruela al enfocar sus influencias y pretensiones literarias, asumiendo que la clave está en variar las perspectivas. ¿De qué manera? Brevedad, memoria e imaginación son sus armas. Pero tiene otras más, de las que algo dice en esta entrevista.     

–Usted destaca que hoy el libro necesita de lo viejos buenos libreros y también de Internet, lo que editorialmente podría traducirse en cuidadas ediciones de papel y buenos sistemas de búsqueda para los textos masivos. Sin embargo, vemos una avalancha de publicaciones de bolsillo que apenas viven minutos en las tiendas. ¿Cómo se explica esa contradicción?–Hoy los cambios son vertiginosos y los esquemas tradicionales sobre el libro no se rompen a la misma velocidad, pero si uno se detiene a pensar este asunto es fácil deducir que el destino final de las ediciones de bolsillo será el ebook y que la supervivencia del libro será el de un objeto cada vez más cuidado que ofrezca precisamente aquello que el libro electrónico no tiene. Por ello pienso que la línea de Atalanta está perfectamente encuadrada en lo que serán los modos del este nuevo siglo.

–Como diseñador, apuesta a una sofistificación del libro para sobrevivir frente a la amenaza digital, ¿cuáles serían esas características teniendo en cuenta que la mayoría de las "sorpresas literarias" actuales vienen de la mano del marketing?–Yo no veo lo digital como una amenaza. La radio no acabó con los periódicos ni la televisión con la radio. Creo que el presente y el futuro próximo es y será un panorama pluralista. Por otro lado, no pienso que todo salga del marketing. Afortunadamente aún sigue habiendo sorpresas.

–Y qué nos puede decir del canon. Hay quienes sostienen que ya no existe, o que es cada vez más difícil identificarlo, enfrentando a críticos como Harold Bloom que arma una lista breve con Shakespeare, Cervantes... ¿Habrá nuevos mecanismos para la instauración del canon?–Creo que cada lector tiene su propio canon. El mío lo proyecto en nuestra colección de cuentos "Ars brevis". Apuleyo, Vivant Denon, Joseph Conrad, Iván Turgueniev, Heinrich von Kleist, Yasutaka Tsutsui, o los aforismos de Oscar Wilde o Nicolás Gómez Dávila...

–Dice que vivimos una época de olvido, que el imperio de lo actual, el exceso de publicaciones hacen necesaria una reflexión que en su editorial traduce en tres términos: Brevedad, memoria e imaginación. ¿Cómo se amalgaman esas directrices?–La brevedad no precisa de ninguna aclaración. La memoria me parece fundamental en una época que parece absorber en la actualidad todas las categorías de la cultura. Atalanta se ha volcado en rescatar del olvido a Casanova, cuyo libro magistral es una verdadera autobiografía del siglo XVIII, o publicar por primera vez la primera novela del mundo de la dama Murasaki Shikibu, o la primera novela moderna China, altamente erótica por cierto, como es el Jin Ping Mei obra de un autor anónimo que tuvo el acierto de llamarse El Maestro de las Carcajadas. Por último, publicamos una una colección que se ocupa de mitos, novelas simbólicas y tradiciones espirituales, que es la que mejor nos funciona en España, que es una mirada a lo espiritual a través de la imaginación. Nosotros distinguimos lo que es la fantasía escapista de una imaginación más profunda que es la crea los mitos. Los mitos vistos desde una perspectiva externa son fábulas, pero contemplados desde un punto de vista simbólico interior siempre hablan de verdades universales

–La crisis europea, ¿puede modificar el mercado editorial en español? Hace 50 años estaba –dominado por la Argentina, hoy superada por largamente por España y México...–Comparados con los argentinos, los españoles me parecen unos inmaduros frente a la crisis. Ustedes tienen mucho que enseñarnos. Creo que la crisis es horrible en cuanto que muchas personas lo van a pasar mal, pero también operará como un correctivo a los excesos que hemos vividos durante estos locos años de despilfarro y corrupción. Creo que no ha hecho más que empezar y que tendremos que cambiar o estaremos obligados a ello. No olvidemos que el origen griego de la palabra significa que es el momento de tomar una decisión y que si no lo haces te hundes en la ansiedad.

–Su visión de Internet o de los medios audiovisuales no es apocalíptica, ¿pero cómo hará la palabra escrita para recuperar el peso social que alguna vez tuvo, hoy ínfimo en la opinión pública, que transita por la TV, Internet, etc.?–Incluso Bertrand Russell, uno de los hombres más inteligentes del siglo pasado, creía a principios de siglo que a finales del siglo XX una gran cantidad de personas serían cultas. Ahora sabemos que no. La cultura, la verdadera cultura, es lo que siempre ha sido siempre un asunto de minorías y volverá a serlo en un futuro en donde tendremos ya una cultura de masas regida por los medios de comunicación y las corporaciones y una cultura más sutil que flota en el aire como un aroma.

–Atalanta está en contra de las leyes de mercado, ¿de qué manera se puede hacer frente a esta leyes sin que sea sólo un enunciado?–Atalanta se desarrolla a partir de tres líneas de investigación: la brevedad, la memoria y la imaginación. Si no partes de unas ideas muy claras de lo quieres, tu editorial será un cajón de sastre, finalmente el mercado marcará sus pautas. Mi planteamiento puede resultar roca molesto, pero me salva de la ansiedad que inunda el mundo editorial, y como dice Julio Einaudi al final de una larga entrevista, la tarea del editor del siglo XXI es recuperar la felicidad de editar. Si uno medita en esta frase, tiene más miga de lo que parece.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Abre el NH Butifarra y los botones reparten gramáticas

La noticia no es chiste, aunque lo parezca. Fue publicada en la página web del Instituto Cervantes el 14 de diciembre pasado, aunque bien podría haber aparecido en cualquier revista satírica. Lo cierto es que es para hacerse una panzada: uno se imagina, por ejemplo, los cuartos de hotel llenos de diccionarios y gramáticas, y decorados, por un lado, con fotos de corridas de toros, la cara del rey y algún colmado. En fin, es como para ir reservando en el Holiday Inn... sobre después de esta otra noticia, en la que se habla de una caída de las acciones de la cadena de un 18%, luego de su ruptura con un socio chino.

NH Hoteles y el Instituto Cervantes suscriben un acuerdo a escala global que tendrá impacto en todos los países donde tienen presencia ambas organizaciones

La directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, y el presidente de NH Hoteles, Mariano Pérez Claver, suscribieron este miércoles el acuerdo de adhesión de la cadena hotelera al Círculo de Amigos del Instituto Cervantes, en el recientemente inaugurado NH Palacio de Tepa (Madrid).

NH Hoteles colaborará con el Instituto Cervantes con el objetivo de promover la marca España en el mundo. El acuerdo facilitará un impulso a la visibilidad internacional de ambas partes y permitirá una mayor difusión de su apuesta cultural.

Según afirmó Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes, «el Círculo de Amigos es una iniciativa joven, pero se están incorporando a él las empresas de referencia en cada sector y que contribuyen con su prestigio al éxito de la marca España y de la solvencia de nuestra economía en momentos de dificultades. NH Hoteles está entre ellas».

En palabras de Mariano Pérez Claver, presidente de NH Hoteles, «existen verdaderas similitudes entre nuestra compañía y el Instituto Cervantes, tanto en la presencia internacional de ambas organizaciones como en el compromiso cultural a la hora de promocionar el arte, las letras y la gastronomía, entre otras. Para NH Hoteles, este acuerdo supone sin lugar a dudas una excelente oportunidad para aunar esfuerzos e impulsar mundialmente la visibilidad del Grupo, de la mano de una institución de tanto prestigio como es el Instituto Cervantes».

NH Hoteles desarrolla diferentes iniciativas orientadas a la promoción cultural. Entre ellas, destaca el «Premio Mario Vargas Llosa NH de Relatos», que en 2012 celebrará su XIV edición y que cuenta con el respaldo del último premio Nobel de Literatura de habla hispana.

El Instituto Cervantes es una institución pública creada para la promoción y la enseñanza de la lengua española y para la difusión mundial de la cultura española e hispanoamericana. Esta organización cuenta con una extensa red de 77 centros repartidos en 44 países y ha alcanzado un excepcional prestigio dentro y fuera de nuestro país, gracias a la calidad de su acción educativa y cultural.

NH Hoteles (www.nh-hotels.com) ocupa el tercer lugar del ranking europeo de hoteles de negocios. La compañía opera 400 hoteles con casi 60.000 habitaciones en veinticinco países de Europa, América y África. NH Hoteles tiene en la actualidad veintiún proyectos de nuevos hoteles en construcción, que supondrán alrededor de 3.000 nuevas habitaciones. Como empresa responsable del sector turístico, NH Hoteles ofrece servicios que se anticipan a las necesidades de sus grupos de interés (clientes, empleados, proveedores, sociedad y medio ambiente), con máximo cuidado al detalle y con soluciones eficientes y sostenibles.

viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Cuánto texto se puede traducir por día?

El 14 de mayo de 2010, la experimentada traductora española Eva Almazán publicó en El Trujamán la siguiente columna, donde se habla en términos eminentemente prácticos de la profesión.

Sobredosis

El ritmo al que traducimos —la cantidad de palabras que producimos en una unidad de tiempo determinada— es uno de los aspectos de la profesión en los que se registran más variaciones. Son muchos los factores que influyen en la cifra final: la experiencia y la competencia del traductor, la combinación de idiomas, la naturaleza del texto, la familiaridad del profesional con el tema, su dominio de la herramienta informática utilizada, la disponibilidad de materiales de referencia, el estado físico y psíquico del traductor en ese momento, el formato en el que se presenta el texto original, el entorno de trabajo, las instrucciones especiales del encargo, la disponibilidad de tiempo, la calidad buscada, la perspectiva (o su ausencia) de una revisión a cargo de otro profesional... Con este panorama, no es extraño que sea imposible generalizar y que, sorprendentemente para los profanos, un ritmo de traducción de 500 palabras al día sea tan realista como otro de 5.000.

Cuando se enfrenta a un encargo, el traductor es capaz (o al menos debería serlo) de basarse en la experiencia y en la intuición para hacerse una idea aproximada de cuánto texto puede traducir en una jornada. Esto es especialmente importante a la hora de hacer presupuestos, que suelen incluir una previsión de fecha de entrega, y de organizar el tiempo de trabajo para evitar tanto las horas muertas (perdemos dinero) como las horas extra (perdemos calidad de vida). En la vida real, sin embargo, las cosas no son tan fáciles como nos gustaría. Hay traductores que tienden a sobrevalorar por sistema su capacidad de producción, hay imponderables que dan al traste con las previsiones más prudentes y hay textos que, una vez que se despojan de la piel de cordero, resultan ser bestias corrupias. Así, cuando nuestra previsión resulta ser optimista y el plazo se presenta tan inamovible como es habitual, surge una vieja amiga del traductor: la sobredosis. El atracón traductoril.

La sobredosis suele aunar un aumento vertiginoso de la velocidad a la que se traduce con una prolongación a veces inconcebible de la jornada laboral. Se teclea más rápido, se lee el original con menos detención, se consultan menos obras de referencia, se soslayan de mala manera los retos que plantea el texto, se pasan más horas delante del teclado, se engulle un bocadillo sin levantarse de la mesa de trabajo. La ventaja de la sobredosis es obvia: el cumplimiento del plazo, que a veces puede significar la conservación de un cliente indispensable. Los inconvenientes también son obvios: sufre el traductor (dolor de muñecas, vista cansada, estrés por las prisas), sufre su entorno (la familia se queja, los amigos se sienten abandonados) y, por lo general, sufre la calidad del producto (3.000 palabras buenas frente a 6.000 regulares).

No siempre es así. Hay traductores que trabajan mejor y más cómodos cuando se sienten apremiados y otros que son verdaderos estajanovistas de la traducción y producen cantidades ingentes de texto de buena calidad. Además, la sobredosis es una vieja compañera de (casi) todo el mundo: que levante la mano quien no haya preparado los quince temas del trimestre la noche antes del examen.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Una noticia patética que enluta nuestras fiestas

La noticia, publicada ayer por Ñ, nos llena de melancolía. Confesamos no haber leído jamás a Lucía Etxebarría, por lo que no sabemos si la historia de la literatura debe o no estar de luto, pero no deja de sorprender que alguien que escribe ponga por delante de la propia pasión el negocio que, al confesar que tiene agente, debió haber hecho. Tal vez, la escritora hubiera tenido que decir que iba a seguir escribiendo, aunque ya no publicara. Pero no, dice que va a dejar de escribir. Trataremos de soportar su ausencia lo mejor posible. Chau, Lucía. Como se dice aquí, que te garúe finito.

Una escritora dejará de escribir
por las descargas ilegales de sus libros 

La escritora española Lucía Etxebarría se hartó. De las descargas ilegales de sus libros, que ahora la obligan a buscar un trabajo que le permita mantener su casa y a su hija. Así que el lunes plantó bandera y anunció en su cuenta de Facebook que dejará de escribir novelas “por unos años”. Y agregó que decidió “no volver a publicar por una temporada larga”. Según Etxebarría, las descargas no autorizadas hicieron que las ventas de sus libros bajaran estrepitosamente. “Comprobé que se han descargado más copias ilegales de mi novela El contenido del silencio que las que se compraron”.

La decisión de Etxebarría generó una enorme polémica y miles de mensajes, tanto en Twitter como en Facebook, que van desde respuestas comprensivas hasta el insulto. A favor de la descarga ilegal de libros por Internet. En contra del protagonismo que consiguió la escritora con su anuncio.

Etxebarría (1966), autora también de Beatriz y los cuerpos celestes, escribió en Facebook: “Así que si queréis comprar El contenido del silencio en papel, me haréis un favor enorme. Recibiré alrededor de un euro y medio por copia vendida (deberían ser dos euros pero hay que descontar comisiones de agente, gestor, hacienda y demás). Si la queréis descargar y encima dejar mensajes en mi muro jactándoos de haberlo hecho, me haréis la putada del siglo”.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Espejitos de colores

El valor agregado es la estrategia que hasta el momento están adoptando las empresas discográficas para combatir las bajadas de música digital, tanto legar como pirata. Bonus tracks, remasterizaciones, libros ad hoc y todo recurso que uno pueda imaginarse termina confluyendo en ediciones “de luxe” que, al cabo de un tiempo, comienzan a valer casi lo mismo que las antiguas, todavía disponibles en el mercado.

Aparentemente, el valor agregado es también la estrategia que eligen las empresas editoriales para competir con los e-books. Sin embargo, dada la noticia que se reproduce a continuación, originariamente publicada por Julie Bosman en el New York Times y ahora reproducida en castellano por Ñ, por el momento a los diseñadores del hemisferio norte parece faltarles imaginación… salvo que los que lectores a quienes están destinados esos libros sean unos tarados que sólo se interesen en el dorado de las sobrecubiertas.

En una era de e­books,
vuelve el gusto por las tapas doradas reales

A pesar de que cada vez son más los lectores que optan por la comodidad de los libros electrónicos, las editoriales instrumentan una reorganización de los tradicionales libros impresos.

Muchas nuevas ediciones tienen elementos de diseño que antes estaban reservados para ocasiones especiales: bordes rústicos, guardas a color, papel de alta calidad y exquisitas sobrecubiertas que renuevan el aspecto creativo de la producción de libros.

Si los libros electrónicos pasan por la comodidad y la rapidez, razonan las editoriales, los libros impresos deben relacionarse con la belleza y el placer de su posesión, no sólo de su lectura.

"Cuando la gente hace libros bellos, éstos se destacan", dijo Robert S. Miller, editor de Workman Publishing. "Es como mandar una nota de agradecimiento escrita en un buen papel cuando estamos en una era de correspondencia por email".

La esperada novela de 925 páginas de Haruki Murakami, 1Q84, llegó a las librerías en octubre envuelta en una cubierta translúcida a través de la cual se ve la fascinante mirada de una joven.

Una nueva novela de Stephen King sobre el asesinato de Kennedy, 11/22/63, tiene una cubierta y, algo que no es habitual en la ficción, fotografías.

La tapa de las memorias de JayZ, Decoded, presenta un Rorschach dorado.

En marzo, la tapa de The Song of Achilles, de Madeline Miller, tendrá un casco en relieve con perforaciones, grietas y textura, lo que le dará un efecto 3D.

Algunas ediciones pueden tener precios más altos, como los 35 dólares de una nueva traducción de La Ilíada (al inglés) de Stephen Mitchell, que tiene un señalador de seda roja y papel extragrueso. La edición más barata de Decoded cuesta 25 dólares.

En los últimos años, las editoriales han tenido una actitud austera, pero está cambiando, dijo Julie Grau, vicepresidenta y editora de Spiegel & Grau, que forma parte de Random House.

"Estamos repensando el valor de efectos especiales y pautas de producción más sofisticadas en algunos casos", señaló Grau. "En ciertos casos, ahora crear un objeto más bello es una garantía de éxito".

La estrategia es aumentar el valor de los libros impresos y crear un mercado saludable y diverso que comprenda librerías tradicionales y no esté dominado por Amazon y los libros electrónicos.

En la librería Changing Hands de Tempe, Arizona, una vidriera de ediciones especiales de clásicos de Penguin comprende un cartel que reza: "Esta Navidad, regale belleza clásica".

Hay indicios de que una tapa de diseño exquisito puede mantener altas las ventas de libros impresos y competir con ventaja con los libros electrónicos. En el caso de 1Q84, se vendieron 95.000 ejemplares impresos y 28.000 electrónicos, lo que constituye una inversión del típico patrón de ventas de nueva ficción en Knopf.

En octubre, el novelista británico Julian Barnes instó a las editoriales a no descuidar la estética cuando aceptó el premio Man Booker por The Sense of an Ending.

"Quienes hayan visto mi libro, independientemente de lo que piensen del contenido, probablemente coincidirán en que es un objeto bello", dijo Barnes al público.

"Para que el libro impreso resista el desafío del libro electrónico, debe tener un aspecto que incite a comprarlo y a conservarlo".

martes, 20 de diciembre de 2011

Dos noticias separadas por ochenta y tres años

Dos mails llegan a este blog con sendas noticias que, por alguna razón, se conectan con el posteo del día de ayer.

El primero, incluye una ordenanza del gobierno español de 1938 que, para mayores datos, corresponde al Servicio de Propaganda del Ministerio del Interior, cuyo primer jefe fue el poeta Dionisio Ridruejo, quien más tarde abjuraría de la Falange, pero que por aquellos años dependía directamente del temible Rafael Serrano Suñer (en la foto con Mussolini y Franco, en orden de importancia), Ministro del Interior y cuñado del dictador español.
Para un mejor entendimiento, recuérdese que en  1938, tanto en Alemania, Italia como en Portugal gobernaban regímenes fascistas.

El segundo, es un cable de la agencia Europapress, fechado el 19 de diciembre de este año, donde se señalan algunas disposiciones del gobierno de Rajoy (ver aquí ). Quizás sea oportuno presentarlas en una misma entrada..

Orden

El artículo cuarto de la Orden de este Ministerio de 29 de abril, declaró prohibida la circulación y venta de libros, folletos y demás impresos producidos en el extranjero, cualquiera que sea el idioma en que estén escritos, sin la previa autorización del Servicio Nacional de Propaganda. La aplicación de esta Orden ha suscitado cuestiones que, aun cuando hayan sido resueltas por circulares enviadas a los Servicios de Aduanas y Fronteras conviene que queden sistematizadas, publicándose las normas oportunas en el “Boletín Oficial”, a los efectos de su general conocimiento.

A este fin este Ministerio ha tenido a bien disponer:

Artículo primero.- Los concesionarios o importadores de libros o folletos de publicación no periódica, o de aquellos que aún siendo periódicos tengan un carácter predominantemente doctrinal, solicitarán del Servicio Nacional de Propaganda autorización para la importación, circulación y venta en el territorio nacional de los impresos de cualquier clase que pretendan introducir. Cuando se trata de publicaciones de tipo técnico o de carácter litúrgico, bastará el envío duplicado de catálogos o listas, que serán aprobadas y devueltas, a fin de que no haya obstáculo para la introducción.

Las novelas y las publicaciones de tipo histórico o doctrinal, así como los impresos de carácter social o político, habrán de acompañar por duplicado a las instancias en que se solicite su importación.

Artículo segundo.- En los envíos de un pequeño número de libros o folletos consignados a particulares, así como en el caso de los impresos llevados a mano por viajeros, se tendrán en cuenta estas normas.

a)     Publicaciones de carácter político o social: serán detenidas en la frontera, elevándose a consulta sobre su admisión a la Sección de Censura del Servicio Nacional de Propaganda.

b)     Circunstancialmente se autorizarán los libros, folletos y publicaciones periódicas doctrinales, impresos en alemán, italiano o portugués, desde los años 1932, 1923 y 1926 en sus países respectivos, recusándose los impresos en estos mismos idiomas fuera de Alemania, Italia o Portugal. Asimismo se consideran sospechosas las obras escritas en español y editadas fuera de España.

c)      Solamente se podrá autorizar, sin necesidad de previa consulta, la introducción de obras técnicas, litúrgicas o profesionales que por su procedencia o consignación no susciten la menor suspicacia. En todo caso, los particulares que deseen introducir obras extranjeras pueden obtener una autorización del Servicio Nacional de Propaganda, que les facilitará su gestión.

.Burgos, 22 de junio de 1938.- II Año Triunfal.


Rajoy actualizará pensiones, quitará puentes
y frenará el uso abusivo del paro

MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) (…) Asimismo, el futuro presidente del Gobierno ha anunciado que pretende acometer una "profunda reforma" del Servicio Exterior de España, que, entre otras cosas, buscará reforzar su papel en la promoción comercial de las empresas españolas en el mundo y en sus proyectos de internacionalización y ha ofrecido consenso al resto de grupos en materia de política exterior y de defensa.

Rajoy también ha apostado en su discurso por la "necesidad de reforzar el vínculo iberoamericano y del papel de la lengua española como nexo de unión e instrumento económico de primer orden".

A este respecto, Rajoy ha apuntado al Bicentenario de la Constitución de Cádiz como "el mejor marco para estrechar estos lazos, trasladando al mismo tiempo el mensaje del valor de la cultura en español y la calidad de nuestra democracia".

lunes, 19 de diciembre de 2011

Brigadistas argentinos fueron traductores durante la Guerra Civil española y sólo los franquistas se quejaban de las traducciones sudamericanas

"Numerosos voluntarios argentinos, inmigrantes o nativos, hablaban o entendían lenguas europeas y eso motivó también en muchos casos la dispersión de ellos entre las Brigadas Internacionales como combatientes, traductores o auxiliares técnicos. El mayor número fue enrolado en la Brigada XV Abraham Lincoln, donde poseemos registros con más de 50 argentinos que participaron como soldados, cabos, comisarios políticos, médicos o choferes de unidades de transportes. Gran parte de ellos estaba enrolado en el Spanish Batallion Nª 24, dentro de la Brigada XV, y junto a innumerables compatriotas cubanos que también participaron en dicha Brigada combatiendo junto a norteamericanos, ingleses, irlandeses y canadienses."

De esto trata un fascinante trabajo publicado en el blog The Volunteer, fundado por los veteranos de la Abraham Lincoln Brigade, que con firma de Jerónimo E. Boragina puede leerse enteramente aquí.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Para fanáticos de Tolkien

Marietta Gargatagli, siempre incansable, nos envía este link a propósito de las traducciones de The Hobbit, de J.R.R. Tolkien. Allí podrá leerse una lectura comparada entre la versión publicada por la editorial Minotauro en la década de 1980 y otra anterior, que publicó Fabril Editoral, de Buenos Aires.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Madriz nos harta

Un pormenorizado ensayo del profesor Manuel Muñoz Navarrete, publicado en la revista digital http://www.rebelion.org/ Se transcribe un brevísimo resumen de su contenido, como para entusiasmar a los lectores. Véase, por favor, el magnífico fragmento de Julio Cortázar usado como primer epígrafe.

El supremacis​mo lingüístic​o

“No es infrecuente escuchar en la calle o en los medios de comunicación ideas como que los andaluces hablan peor que los madrileños, que hay lenguas (como las indígenas) menos desarrolladas que la nuestra o que las lenguas minoritarias deberían desaparecer en beneficio, también, de la nuestra (que se concibe como la única posible y razonable, de modo que quien defienda la coexistencia de cualquier otra será o bien un inculto, o bien un nacionalista radical).

Y es que existen –siguen existiendo– una serie de prejuicios lingüísticos bastante arraigados en el ambiente cultural de nuestras sociedades. Estos prejuicios supremacistas están tan refutados por la lingüística (y desde hace tantos años) como el mito de Adán y Eva por la arqueología o la supremacía racial por la genética. Sin embargo, ciertas ideas insostenibles pueden resistirse a morir,
si se ven debidamente fomentadas.

Como trataremos de demostrar, los prejuicios e ideas supremacistas no surgen de la nada, sino que ven su terreno abonado por intereses políticos o económicos.

Este ensayo pretende refutar científicamente determinadas ideas erróneas que, salvo que
pretendamos olvidar siglo y medio de desarrollo de la lingüística, hoy en día ya no es posible siquiera enunciar; de hacerlo, nos estaremos exponiendo a provocar el sonrojo de hasta el último estudiante de primero de carrera.”

Sigue aquí


viernes, 16 de diciembre de 2011

Sin arrepentimiento

Una columna de Ricardo Bada, publicada en El Trujamán, del 12 de diciembre último.

Traducir contra natura

En una invitación al Augsburg Brecht Connected aparecía la siguiente cita de Brecht: Wenn der Sinn für Literatur in einem Menschen sich erschöpft, ist er verloren, traducida de una manera tan genéricamente correcta como odiosa: If a person does no longer see any sense in literatur, he or she is lost.

En español puede optarse por «si a un ser humano se le agota la afición a la literatura, está perdido» o bien «si a una persona se le acaba el interés por la literatura, está perdida». Otras posibles variaciones para traducir Sinn für serían «gusto por» o «inclinación hacia». Y erschöpft también podría traducirse como «acaba», pero en cualquier caso el verbo final siempre con un solo sujeto, como en el original alemán.

La cuestión no es baladí porque incide en uno de los temas más vidriosos del mundo de la traducción: el de la traducción rehén de una Weltanschauung, de una ideología, de una censura.

Pienso por ejemplo en Las armas miran atrás, del húngaro Lajos Zilahy, una novela bastante gárrula en ocasiones, confusa algunas veces. Ahora bien, lo que más llama la atención es que su acción se inicia en 1935 y discurre hasta por lo menos 1938, y casi toda ella en escenarios europeos: Budapest, Praga, Viena, Berlín, Lucerna, Londres, París… mas en ningún momento aparece la palabra «nazismo» (todo lo más, en algún pasaje, se habla muy en general de los nacionalismos), y además el protagonista es un gran financiero cuya fortuna se basa en la fabricación de armas, y sin embargo tampoco hay una sola mención de la Guerra Civil española, ni del rearme alemán bajo Hitler, ni del problema de los sudetes, ni del Anschluss.

Ignoro si podré conseguir un ejemplar de esta novela en otro idioma asequible para mí, pues  tengo la impresión de que a Zilahy ya no lo reeditan, pero estoy seguro de que la censura franquista le metió mano a Las armas miran atrás como a muy pocos otros libros de esa época, y la traducción lo evidencia inapelablemente.

Distinto es el caso cuando un traductor decide afrontar la versión de una obra con la que está íntimamente en total desacuerdo, pero emprende la tarea justamente para obtener un efecto contrario al deseado por el autor del original, y eso sin necesidad de manipulación ninguna.

Cierta vez en Buenos Aires, allá por marzo del 67, en la Editorial Kraft buscaban a alguien para traducir un libro del alemán. Un amigo mío recomendó mi nombre, y me ofrecieron la traducción. Por mi gusto, y después de ver de qué se trataba, hubiese dicho que no, pero no podía hacerle ese feo a mi amigo, y acepté el contrato, que tampoco era nada malo, no. Sin bromas, no era nada malo.

Lo malo, era el libro. Se trataba de un mamotreto de unas 500 páginas, titulado Hinduismus und Christentum (Hinduismo y cristiandad), elaborado por un equipo de jesuitas que habían vivido décadas en la India, estudiando a fondo aquella religión y terminando por elaborar el siguiente tour de force del casuismo:

Cuarenta páginas de explicación del admirable modo en que  los hindúes entienden el fenómeno de la creación del mundo, y a continuación diez páginas contundentes decretando que el Génesis contiene la verdad absoluta acerca de cómo se fizo este mundo en que habitamos.

Cuarenta páginas aclarándonos qué maravilla es la fe en la transmigración de las almas, y a continuación diez páginas lapidarias aclarando que todo eso es una elucubración mental y que hay que creer a ciegas en la resurrección de la carne y en el día del Juicio Final a las 5 p.m.

Cuarenta páginas de deslumbrante cal, y diez páginas de opaca arena.

Y así una y otra vez sucesivamente, con una regularidad no ya exasperante sino mucho peor, ¡predecible!, hasta llenar aquellas 500 páginas. Después de las cuales cualquier lector inteligente, aunque hubiese sido cristiano a machamartillo al comenzar la lectura, promediando la misma habría mandado a freír espárragos al cristianismo… ¡y justo esa reflexión fue la que a fin de cuentas me hizo firmar el contrato! 

Se lo confieso aquí a mis lectores cristianos de la manera más contrita posible. Pero sin el más mínimo arrepentimiento.