jueves, 30 de noviembre de 2017

Estos son los presupuestos de cultura para el 2018

El 22 de noviembre pasado, Daniel Gigena publicó en el diario La Nación, de Buenos Aires, el siguiente artículo a propósito de los presupuestos de cultura para la Argentina en 2018. Según la bajada, “Nación, provincia y ciudad planean el 2018 sin reducción de actividades; no obstante, las ‘actualizaciones’ previstas no alcanzan para ganarle a la inflación del año que se va”. 

Los presupuestos que vienen: números 
para arriba en una tendencia a la baja

Los ministerios de Cultura de la nación, la provincia de Buenos Aires y la ciudad de Buenos Aires dieron a conocer en los últimos días sus respectivos presupuestos para 2018. Como se sabe, las tres jurisdicciones están administradas por la alianza Cambiemos, que en Ciudad es Vamos Juntos.

En atención al pedido presidencial de austeridad, los ministerios nacionales aumentarán en general sus partidas en un 16%, pero el presupuesto del Ministerio de Cultura de la Nación es uno de los que crecerán el año próximo. Desde la cartera que dirige Pablo Avelluto informaron que en su caso será del 17%. Además, aclararon que para 2018 el gobierno nacional tuvo en cuenta una inflación del 10%, según la meta del Banco Central. Mientras que el presupuesto asignado para 2017 fue de 3827 millones de pesos, el de 2018 alcanzará la suma de 4481 millones de pesos.

En términos reales, el "aumento" es una actualización, dado que la inflación hasta octubre de 2017 alcanzó, según datos del Indec, el 19,4%. El aumento del presupuesto, entonces, queda rezagado respecto del ajuste por inflación de este año. Por otro lado, el porcentaje del presupuesto nacional asignado a Cultura está muy por debajo del estándar del 1% que recomienda la Unesco: alcanza apenas el 0,2%.

En Cancillería, que estima números similares, hablan con preocupación de una "reducción" presupuestaria que necesariamente impactará en su Dirección de Cultura, limitando el alcance de sus actividades.

Varios eventos serán promovidos por el Ministerio de Cultura el año próximo. Entre otros, se pueden destacar la participación argentina en la Feria del Libro de Bogotá, donde el país será invitado de honor; "Ideas 2018", la segunda edición del encuentro internacional de pensadores para abordar temas claves del presente; la presencia argentina en el Micsur 2018, el mercado de industrias culturales del sur, que se hará en San Pablo, y el impulso del programa "Pueblos auténticos", que pondrá en valor el patrimonio cultural de distintas comunidades.

Variaciones del ajuste
La Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM), que depende del Ministerio de Cultura de la Nación, en 2017 contó con un presupuesto de 553 millones de pesos. Para 2018, se contemplan 650 millones de pesos (lo que también representa un 17% más respecto de este año). Las cifras ya fueron publicadas en la ley de presupuesto.

Durante este año, en la BNMM circularon versiones de nuevos despidos y ajustes. "En 2018 se seguirá analizando el desempeño del personal mediante las evaluaciones pertinentes -respondieron las autoridades de la biblioteca a la pregunta de La Nación sobre la veracidad de esos rumores-. Al mismo tiempo, ya se implementó un sistema biométrico de control de presentismo por medio de la instalación de molinetes".

Desde la institución que conduce Alberto Manguel, anticiparon que habrá una muestra homenaje a Landrú, una dedicada a las revoluciones de 1968 y otra a Frankenstein y los monstruos de la literatura. Además, proseguirán los avances en el plan de catalogación y digitalización.

En tierras bonaerenses
En el gobierno de la provincia de Buenos Aires, cuyo Ministerio de Gestión Cultural está a cargo de Alejandro Gómez, han previsto un incremento del presupuesto "equivalente a la estimación de la inflación". Ese cálculo, en las tierras de María Eugenia Vidal, oscila entre el 10 y el 15% más que en 2017, una cifra otra vez alejada de la inflación de 2017 y que incluso queda por debajo de la estimada para 2018. Desde ese ministerio, aseguraron a La Nación que no habrá reajustes ni despidos de personal.

Sobre los planes culturales que la provincia lleva adelante, en 2018 seguirán, entre otros, "Leer hace bien", el plan de promoción de la lectura, y comenzará "Arte en barrios", programa diseñado para llegar a las zonas menos favorecidas del conurbano a través de talleres de capacitación, artísticos y de reciclado. "AcercArte" es otra de las propuestas que tendrá continuidad. Tiene como objetivo llevar actividades artísticas y espectáculos a localidades bonaerenses, gratis y para toda la familia. Desde mayo de 2016, recorrió 89 municipios, con más de 800 artistas en 11 disciplinas. En 2018 aspiran a llegar a los 135 municipios de la provincia.

El Festival Provincia Emergente, que se realiza en La Plata, o el Festival Cultura Campo (en Junín), tendrán nuevas ediciones. Debido a la última etapa de la obra de infraestructura que se realiza en el Teatro Argentino de La Plata, y que obligará a mantener la sala cerrada, los cuerpos estables tendrán una temporada en gira, con producciones propias del teatro.

En la ciudad
El ministro de cultura porteño, Ángel Mahler, solicitó al Ejecutivo 4265 millones de pesos para 2018. En su defensa del presupuesto ante el Poder Legislativo, la semana pasada Mahler recibió cuestionamientos de diputados de la oposición porque, en términos reales, el presupuesto se redujo poco más de un 3%. Desde el ministerio, estimaron que el aumento rondaría el 10% respecto de 2017. En el marco del presupuesto total propuesto por el gobierno de ciudad, Cultura decrecerá al 1,9 por ciento.

Mahler adelantó a La Nación hitos del año cultural que vendrá, como la muestra (y visita) de Vasco Szinetar, fotógrafo venezolano que retrató a los más importantes escritores de los últimos treinta años; los ciclos de homenaje a las obras de Alfonsina Storni y Leopoldo Lugones; un ciclo interdisciplinario de actividades con eje en el género de ciencia ficción, debido a que, hace cincuenta años, se publicaron varias obras importantes de ese género, como 2001. Odisea del espacio y Un mago de Terramar, ambos de 1968.

Seguirá en la ciudad el plan de puesta en valor de varias bibliotecas, como la Evaristo Carriego (ubicada en el barrio de Palermo), la Biblioteca Leopoldo Lugones (Belgrano) y la Biblioteca Antonio Devoto (en Villa Devoto). Además, se creará una nueva biblioteca en uno de los barrios más jóvenes: la número 31 de la Red de Bibliotecas Públicas se inaugurará en la villa 31.B

Varios eventos serán promovidos por el Ministerio de Cultura el año próximo. Entre otros, se pueden destacar la participación argentina en la Feria del Libro de Bogotá, donde el país será invitado de honor; "Ideas 2018", la segunda edición del encuentro internacional de pensadores para abordar temas claves del presente; la presencia argentina en el Micsur 2018, el mercado de industrias culturales del sur, que se hará en San Pablo, y el impulso del programa "Pueblos auténticos", que pondrá en valor el patrimonio cultural de distintas comunidades.



miércoles, 29 de noviembre de 2017

La malicia como una de las bellas artes

El 18 de noviembre pasado, en su columna del diario Perfil, de Buenos Aires, Damián Tabarovsky  toma como excusa el último libro de Sylvia Molloy y reflexiona sobre “la malicia”, aparentemente una de las destrezas argentinas.

Citas maliciosas

Los mejores momentos de Citas de lectura, de Sylvia Molloy, recientemente editado por Ampersand en la colección Lectores, son los que pone en juego una cierta malicia. Lo hace con elegancia, evidentemente con humor, pero también con una leve maldad cariñosa, que logra pasajes notables. Por ejemplo, en la página 41, en la que describe su primer encuentro con José Bianco –de quien se haría gran amiga– en la redacción de Sur, situación que implicó también su primer encuentro con Victoria Ocampo. Molloy estaba siendo recibida por Bianco, en el momento justo en que irrumpió Ocampo (“como valkiria malhumorada”) en el escritorio del propio Bianco, acusándolo, a los gritos, por la desaparición de un libro de Jean Giono que se había hecho enviar desde París y que hacía tiempo debía haber llegado. Ocampo le dijo a Bianco: “Usted me lo ha robado y se lo voy a contar a su madre”, ante lo cual, irónico, Bianco respondió: “A quién se le ocurre leer a  Giono”. Luego Bianco le señaló que estaba atendiendo a Molloy, y entonces Ocampo agregó: “Me importa un carajo la señorita” y salió dando un portazo. El encuentro con Bianco prosiguió como si nada, y Molloy termina rematando con un pensamiento: “No me atreví a decirle que a mí tampoco se me había ocurrido leer a Giono”.

O en la página 56, un recuerdo con la otra Ocampo, con Silvina, a quien describe con admiración. Molloy le cuenta que acaba de escribir su primera novela, y Ocampo le pregunta por el título: “En breve cárcel, le dije (…) ‘No me gusta’, fue el dictamen. Molesta le contesté que a mí sí me gustaba (…) era una cita de Quevedo”. Entonces Ocampo empieza a retroceder, y le pregunta nuevamente por el título. Molloy se lo repite secamente, y Ocampo exclama: (“como aliviada”) “Ay, yo había entendido En breve cán cer”. Y luego Molloy remata con otra situación en la que tampoco se animó a hablar: “Tampoco me atreví a preguntarle cómo se imaginaba una novela que se titulara En breve cáncer (¿Acaso como un anuncio de un acontecimiento, como se anuncia un espectáculo, por ejemplo: ‘En breve: cáncer’)?”. Hay otros pasajes con igual tono, pero dejo aquí para no glosar todo el libro, que además es breve.

La malicia forma parte de una gran tradición literaria argentina (y seguramente de otras partes), que incluye maravillosos momentos, en un arco que va de los textos de Mansilla al Borges de Bioy Casares. Malicia doble este último: la de Bioy al escribir el diario, la de Borges al actuarla. Borges encarna en sí mismo la malicia literaria toda entera. Todavía no entiendo por qué a nadie se le ocurrió compilar un libro con todas las ironías maliciosas de Borges (aunque lo intuyo: implicaría exponerse a María Kodama y a su ejército de abogados).

Volviendo a Molloy, Citas... incluye también una muy bella lectura de la relación amorosa (o no) entre Madame Arnoux y Frédéric Moreau, en La educación sentimental, de Flaubert. Flaubert hizo de la malicia una parte central de su proyecto literario. Su Dictionnaire des idées reçues es majestuoso en ese sentido. A mí me gustan especialmente sus entradas breves, de no más de una oración cargada de ironía, como “Almirante: siempre valiente”, o “Padres: (…) ocultarlos cuando no son ricos”, o “Fusilar: más noble que guillotinar”, o “Wagner: cuando se escucha hablar de él hay que hacer bromas sobre la música del futuro.”

martes, 28 de noviembre de 2017

Con todas las palabras y de manera clara y expresiva, no hay poronga que nos venga bien


Está claro que todos somos hijos del rigor. Y al cabo de tantas quejas (de las que este blog no ha sido ajeno), parece que algo empieza a moverse en la política editorial de las empresas multinacionales, acaso afectadas en sus ventas en este lado del mundo. 

Lo que el lector puede ver en la séptima línea de la foto que ilustra esta página, es una serie de créditos presentes en Según venga el juego (Play It As It Lays es su título original), de la escritora Joan Didion, bien traducida por traductora española Cruz Rodríguez Juiz, y recientemente publicada localmente por Penguin Random House. Allí, en la séptima línea, se lee que la traducción ha sido "revisada para el Cono Sur" (vale decir para Argentina, Chile y Uruguay), por lo que los lectores locales, por una vez, se salvan del refranero español y su gracejo. 

Ahora falta que en los créditos figure el nombre de quien estuvo a cargo de la revisión porque, más allá de que la traducción original nos guste o no, resulta importante saber quién llevó a cabo las correcciones y, eventualmente, quien pudo haber introducido algún error no presente en la labor de Rodríguez Juiz. No se trata de ser quisquilloso, sino justos, y para eso nada mejor que cuidar el detalle. 


lunes, 27 de noviembre de 2017

Reacciones unánimes contra una ley

“Fuerte rechazo de la comunidad editorial a la llamada ‘Ley Pinedo’”, dice la volanta del artículo publicado el pasado 23 de noviembre en Página 12 por la periodista Silvina Friera. Allí se da cuenta de las muchas reacciones despertadas por una ley a punto de ser sancionada en la Cámara de Diputados del Congreso nacional argentino. Según la bajada, “Distintas entidades denuncian que el proyecto está hecho a medida para las grandes plataformas de la red. ‘El sector del libro y la cultura toda esperan ser defendidos y no condenados por ustedes’, plantearon desde la Fundación El Libro, en una solicitada.

A continuación del artículo mencionado, puede leerse el texto de la carta enviada por CADRA (Centro de Administración de Derechos Reprográficos de Argentina) a la Cámara de Diputados de la Nación.

“Una violación al derecho de autor”

La cultura está unida contra un aspecto del proyecto de ley “Regulación a los proveedores de servicios de enlace y búsqueda de contenidos alojados en Internet”, hecha a medida para las grandes plataformas de la red, que podría sancionarse esta semana en la cámara de Diputados. “El Libro Argentino le dice No a la Ley Pinedo. ¿Sabés que si se aprueba esta Ley tu creación intelectual puede piratearse y venderse impunemente?”, plantean desde la Fundación El Libro, que ayer publicó una solicitada en este diario en la que se dirige a los diputados de la Nación: “El sector del libro y la cultura toda esperan ser defendidos y no condenados por ustedes”. El actor Luis Brandoni, presidente de Inter Artis Argentina, asociación de artistas audiovisuales argentinos –que incluye a actores, actores de rodaje y bailarines–, en una carta dirigida a Mario Negri, jefe del bloque de diputados de la UCR y jefe del Interbloque de Cambiemos, cuestionó que los titulares de derecho deban interponer una acción judicial por cada infracción que sufran. “Esto no solo equivale a poner a los artistas en el lugar de gendarmes de nuestros propios derechos, sino también a aumentar –de forma exorbitante– el costo y la litigiosidad para poder distribuir nuestras obras de forma lícita”. También CADRA, entidad que protege los derechos de autor, presidida por Federico Polak, manifestó su preocupación porque la acción judicial “impide garantizar una eficaz protección a los titulares del derecho”.

En la solicitada de la Fundación El libro se afirma que de aprobarse el proyecto se estará consagrando “la más flagrante” violación al derecho de autor. “Esta ley, hecha a medida para las más importantes plataformas de la red, impedirá que autores y editores defiendan sus derechos, por los que invirtieron creación, tiempo y esfuerzo”, señalan desde la fundación y agregan que es una “ley en favor de los más poderosos y en contra de uno de los sectores más importantes y necesarios de la cultura: el de la creación intelectual y artística”. Hay razones suficientes para encender las alarmas. “La edición y comercialización de contenidos piratas digitales que esta ley favorecería, además de pulverizar económicamente al sector del libro todo y a sus legítimos actores, vulnera el principio de completitud y confianza frente a contenidos genuinos, cuidados por autores y editores. Se recorta, se omite, se falsea y se impostan identidades. La ilegalidad como estrategia comercial de empresas de ‘primera línea’–se lee en esta parte de la solicitada donde el tono de preocupación deviene ironía-. Un negocio ilegal de venta de copias piratas no puede ser puesto a resguardo por una ley, que exime a las plataformas de toda responsabilidad”.

Martín Gremmelspacher, presidente de la Fundación El Libro, advierte que es una ley para las grandes plataformas. “(Federico) Pinedo dijo que Google no es el comisario del mundo de la cultura. Pero para proteger sus contenidos, nos exigen a nosotros, los poseedores de los derechos de autor, los editores, los autores, los músicos, los artistas y demás, iniciarles una demanda legal por cada uno de los artículos que veamos que están mal puestos en su plataforma. Esta es una ley hecha claramente a favor de Google, Facebook, Taringa, Twitter o cualquier otro portal. Es loco que por un libro de 300 pesos tenga que hacer un juicio que me sale 20.000 pesos. Nadie haría un juicio con lo cual ellos quedan libres de hacer lo que quieren”, explica Gremmelspacher a Página 12. “No estamos en contra de la libre circulación ni demás –aclara el presidente de la Fundación El Libro–. Ante una flagrancia, uno puede hacer una denuncia como está estipulado en Estados Unidos, en Brasil, en un montón de lugares. El mecanismo es muy simple: el titular del derecho comunica que tal libro en Mercado Libre no posee los derechos y no puede estar ahí. Y lo tienen que levantar. Hacer un juicio por cada libro pirata sería imposible”.

Ecequiel Leder Kremer, dueño de la librería Hernández, objeta el mismo asunto de la llamada “Ley Pinedo”. “En los últimos años la comercialización de contenidos piratas digitales ha aumentado exponencialmente al abono de las nuevas tecnologías. Redes sociales, plataformas y sitios de comercio electrónico constituyen el territorio virtual de la piratería. No se trata de espacios improvisados, contienen sofisticados mecanismos de pago, acciones de marketing y elaboradas construcciones de identidades digitales, para saber qué cosa ofrecer a quién”, describe el librero. “La edición pirata que en ese ámbito florece y se comercializa no reconoce un solo céntimo a toda la cadena del libro. Autor, traductor, corrector, diseñador, compositor, arte de tapa, en fin todo el proceso que organiza un editor se ignora tranquilamente al amparo de un pseudo anonimato digital. Sin embargo los sitios  donde esto pasa se llevan una parte de lo pagado. Plataformas legales, conocidas por todos, cobran una comisión por alojar y vender contenidos truchos, libros piratas.  Así las cosas los damnificados, a través de las cámaras del sector, han elaborado mecanismos para solicitar a las plataformas en su calidad de distribuidores y almacenadores  responsables, la baja de estos archivos ilegales. La plataforma debe entonces actuar inmediatamente en consecuencia, haciéndose cargo de esto”.

Leder Kremer, también vicepresidente de la Cámara Argentina de Librerías (Capla), critica que la llamada “ley Pinedo” intenta colocar a las plataformas más allá de toda responsabilidad y cita un fragmento de los fundamentos del proyecto: “Internet tendería a desaparecer, porque es imposible para cualquier prestador de servicios hacerse responsable por todas las cosas dañosas que se digan en la red y por sus eventuales consecuencias económicas”. El librero concluye con una reflexión. “La protección del trabajo generado por el universo de la ciencia, la literatura, en fin la cultura, debe ser concreta. El trabajo de miles de personas del sector de la cultura no puede ser ofrecido como prenda de sacrificio para el beneplácito de los grandes jugadores de Internet que facturan miles de millones en todo el mundo. Este proyecto de ley no es para la gente, no es para mejor educación, no es para mayor bienestar del pueblo argentino ni mayor libertad. Sus destinatarios tienen nombre y apellido y  es su poder de lobby el que ha marcado su letra y su espíritu”.

--.--

El texto que sigue fue dirigido por CADRA a los integrantes de la Cámara de Diputados de la Nación.

CADRA pide a la Cámara de Diputados de la Nación
no aprobar una nueva forma de notificar 
a proveedores de Internet

Mediante una nota de nuestro presidente Federico Polak, CADRA hizo llegar su preocupación a cada uno de los integrantes de la Cámara de Diputados de la Nación, a raíz de un proyecto de ley que será tratado el próximo miércoles 29 de noviembre, en el que hay un artículo que beneficia a los grandes servidores, buscadores y plataformas de Internet, en detrimento del derecho de autor.

Dicho artículo plantea la necesidad de interponer una acción judicial, como forma de notificación, para que los proveedores de servicios de Internet tengan conocimiento efectivo al infringir la ley de Propiedad Intelectual.

CADRA, junto con otras cámaras, sociedades de gestión, investigadores y trabajadores de la cultura, advierte que la necesidad de interponer esta acción judicial, cada vez que -en forma ilegal- se suban contenidos o se pongan en circulación obras protegidas por el derecho de autor, impide amparar de manera eficaz a los titulares del derecho, ya que dificultará y encarecerá el procedimiento, imposibilitando eliminar los contenidos ilegales con la misma velocidad con la que se agregan.

La mayoría de los países exigen que los sitios web incluyan un mecanismo de notificación para la inmediata baja de contenidos en infracción, o bien establecen mecanismos administrativos rápidos, efectivos y económicos.

De aprobarse el mencionado proyecto, los autores y editores de libros argentinos,  se verán perjudicados por no contar con un sistema adecuado para evitar la piratería en Internet. Por esto, se solicita a los diputados de la Nación, que no aprueben esta norma en trámite “express” y consideren la eliminación de la notificación mediante orden judicial, a fin de garantizar una adecuada protección de los derechos de los creadores, y la conveniente subsistencia de la industria cultural argentina.

Se trata del Dictamen de Comisión Conjunto por el Proyecto de Ley “Regulación a los proveedores de servicios de enlace y búsqueda de contenidos alojados en Internet” (Número de Expediente 0112-S-2016).


viernes, 24 de noviembre de 2017

Pedro Serrano y su crónica sobre un encuentro de traducción que tuvo lugar en el sur de Chile

De izquierda a derecha, Carlos López Beltrán, Pedro Serrano, Marina Serrano
Jorge Fondebrider, Jorge Aulicino, Richard Gwyn y Andrés Ehrenhaus



El poeta y traductor mexicano Pedro Serrano tiene sus tiempos. Por eso, a dos meses y medio de terminado el coloquio sobre traducción que tuvo lugar el 6 y 7 de septiembre pasados en la ciudad de Valdivia (Chile), publicó su crónica de esas jornadas en las páginas del Periódico de Poesía n°103, correspondiente a octubre de este año, que, como se publica en México, salió en noviembre.

La troupe y los escolares: el Tercer Coloquio de Traducción
y Literatura en la Universidad Austral de Chile

Podría haber titulado esta crónica o acertijo “The academy & els comediants” y el efecto descriptivo sería el mismo, el de un tránsito virtuoso entre quienes se dedican a la práctica de la traducción, quienes la inquieren desde la trinchera de sus conocimientos de lenguas y aquellas avocadas a su reflexión teórica. Este enroque de posiciones entre la institución y los personajes está señalando una serie de dicotomías, de los agentes y su performancia por un lado, los troperos y el teatro por el otro, y el archivo y sus custodios por otro más, que está empezando a cambiar, saliendo todos de sus trincheras a participar en un carnaval festivo y rico.

Pero esto no ha sido siempre así, porque la traducción también produce sus descontentos. En un texto hilarante en el que desarrolla distintas viñetas de traductores fallidos, Mark Strand narra un diálogo con un profesor de portugués al que no le interesa la poesía en su propia lengua pero que se siente plenamente calificado para traducir al mejor poeta en portugués. “Ustedes los profesores de idiomas son todos iguales”, le contesta Strand personaje. “Conocen la lengua original y quizá un poco la suya, pero eso es todo. Lo más probable es que sus traducciones sean interpretaciones literales, palabra por palabra, sin el carácter ni el sentimiento de la poesía. Ustedes son los primeros que proclaman la imposibilidad de la traducción, pero no le dedican ni un pensamiento a como minimizar su dificultad.”

A pesar de parecer a la vez un balancín y un desbalance, un ajuste de cuentas y un estiramiento de posiciones y actitudes, en una aparentemente irreconciliable distancia entre aquellos que se empeñan por estudiar el fenómeno de la traducción y aquellos que se dedican a representarla, en realidad la traducción es algo en lo que todos los que la practican son a la vez creadores, críticos, teóricos y enseñantes. Y eso es algo que se vio en este coloquio. No todo, por supuesto, fue fluido y suave y comedido, porque si no qué chiste, pero sí estimulante y enriquecedor. 

Amalia Ortiz de Zárate
Y no solo eso, sino que, me parece, muestra por dónde no solo deben ir, sino que ya van enrumbados, los caminos de convergencia entre estas actividades antes exclusivas y excluyentes y ahora destinadas a conversar. Porque a diferencia de otros espacios en los que todo chirría y rechina, durante el tercer coloquio de traducción y literatura organizado por la traductora, escritora y directora de la carrera de lengua inglesa en la Universidad Austral de Chile Amalia Ortiz de Zárate, lo que aconteció allí fue la triple expansión y urdimbre de esas actividades. 

Jorge Fondebrider, Jorge Aulicino
y Verónica Zondek
Por supuesto, estas cosas no las logra una persona sola. Al estrambótico entusiasmo y capacidad organizativa de Amalia se aunó la mesurada puntuación de la poeta y traductora radicada en Valdivia Verónica Zondek, que vio bien cómo debían irse dando las cosas y a quién podían ir poniendo en qué lugar. Zondek, quien acaba de publicar su traducción de Red Doc de Anne Carson para la editorial Trilce de México, fue acompañada también por las recomendaciones e imposiciones de Jorge Fondebrider, el tropero mayor, quien fue responsable de congregar una troupe no solo variopinta sino también impresionante, casi una selección Resto del Mundo, diría yo, si no fuera porque al incluirme estaría pecando no tanto de inmodestia sino de presunción, que es cosa fea. 

Carlos López Beltrán durmiendo
durante el "tejido de actividades"
El tejido de actividades elaborado por estos tres organizadores mágicos logró que de verdad fuera, más que un coloquio, un encuentro. Su virtud radicó en la composición del encuentro, que no fue ni extenuante ni enciclopédico pero sí puntual e ilustrativo, en donde coincidieron académicos de la propia universidad, estudiantes de la universidad, traductores venidos de varios lados y escritores in situ, no todos dedicados a las tres disciplinas pero todos abiertos a las proposiciones de las otras. 

El Tercer Coloquio de Traducción y Literatura fue una joya, de la que no solo se beneficiaron los estudiantes de la Universidad Austral de Chile, sino también los que en él participamos, y no solo ellos y nosotros, sino todos los que se atrevieron a cruzar el continuo chipi chipi que caía en Valdivia para llegar a la Isla Teja, donde está el campus de la Universidad Austral, quienes tuvieron la oportunidad de escuchar conversaciones y exposiciones que casi fueron fuegos artificiales. 

Díganme si no es impresionante que en una sola reunión de tan solo dos días coincidieran los autores en español de La divina comedia, de Madame Bovary, y de los Sonetos de Shakespeare (y de paso de toda su poesía lírica), todo esto acompañado de una impresionante antología de poesía latinoamericana en inglés titulada The Other Tiger, con todo y poetas incluidos. Nada más con esto está servido un banquete de degustación ejemplar.

Amalia Ortiz de Zárate y
Andrés Ehrenhaus
Pero no solo eso, porque al pairo iban, para comentar y discutir, profesores de la Universidad Austral de Chile, tales como Roberto Matamala, investigador en teatro y profesor de letras clásicas, quien habló con Jorge Aulicino de los recovecos políticos de Dante, y Luis Bocaz, quien fuera diplomático en París durante el gobierno de Salvador Allende y posteriormente, allí mismo y durante el exilio, editor de la revista La Araucaria, quien instigó a Jorge Fondebrider, tropero mayor ya dije pero también palafranero de la Catedral de Reims, a explicar por qué había eliminado ciertos términos en su traducción, y a la anfitriona Amalia Ortiz de Zárate que hizo sacar astillas a Andrés Ehrenhaus de donde él solo se planteaba bailar un vals que le salió tango. 

Estas tres digamos conferencias magistrales, no por así tituladas sino porque en verdad fueron magistrales, pautaron las actividades de dos días intensos de trabajo, mañana y tarde, los días jueves y viernes, 7 y 8 de septiembre pasados. Pero para que tal festín resulte redondo se necesita un postre digno, y como la triple corona de los más importantes hándicaps del mundo, fue un acierto incorporar a este diálogo de traducciones la antología de Richard Gwyn.

Richard Gwyn y Marina Serrano presentando The Other Tiger
Ello hizo por un lado que los estudiantes de la Escuela de Pedagogía en Inglés participaran activamente en el Coloquio (además de ya estar activísimos en su organización) leyendo los poemas en inglés, en lo que podemos llamar un diálogo de ida y vuelta, y por el otro, que se invitara a participar a varios de los poetas incluidos en este Otro tigre, tales como los ya mencionados como traductores Jorge Aulicino y Jorge Fondebrider, pero también Carlos López Beltrán de México, Damaris Calderón de Cuba (que, bueno, no llegó, pero invitada estaba), Marina Serrano de Argentina y Damsi Figueroa y Jaime Pino de Chile.

Andrés Ehrenhaus, Pedro Serrano, Marina Serrano,
 J. Fondebrider, Damsi Figueroa, J. Aulicino
y, sentados, Verónica Zondek y Richard Gwyn
Reflexiono un poco sobre lo que sucedió en Valdivia y me digo que quizás más bien lo que está pasando ahora es que ese doble filo de traductores y académicos se está convirtiendo en una punta de lanza, en la que las acciones de traducir, investigar y hacer crítica convergen en una sola figura tripartita. La traducción es cada vez más central en las conversaciones literarias y en los debates sobre literatura en todo el mundo, debido a una convergencia de la idea del traductor como escritor (Amazon lo sabe: siempre que hay un libro en la traducción, que siempre el nombre de sus traductores como "autores" de los libros que venden), su creciente visibilidad y una mayor conciencia de su relevancia en la acción de un texto en una lengua distinta.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Sacrebleu! Estas cosas con De Gaulle no pasaban

El 19 de noviembre pasado, Guillermo Piro publicó en el diario Perfil la siguiente columna a propósito de la concordancia de sustantivos y adjetivos, que hará las delicias de todos y todas, o de todas y todos, lo que no es lo mismo, pero es igual.

Manteles y sillas blancas

Desde hace semanas se está discutiendo en Francia sobre la “escritura inclusiva” y una regla gramatical que muchas personas proponen superar y otras defienden. La regla, válida también en español, está resumida en la frase le masculin l’emporte sur le féminin, es decir, “el masculino prevalece sobre el femenino”. En nuestra lengua, la gramática también prevé que cuando en una frase un adjetivo se aplica a dos o más sustantivos se deben seguir dos reglas: si los sustantivos son todos masculinos o todos femeninos, el adjetivo mantiene el mismo género y se declina al plural, y si los sustantivos son de distinto género, el adjetivo se declina al masculino plural.

La edición francesa de Slate publicó un divertido artículo de Titiou Lecoq en el que cuenta que cuando cursaba la escuela primaria y le fue explicada la regla de la prevalencia del masculino, todas las niñas protestaron, mientras que los niños aplaudían: “Habían entendido perfectamente lo que estaba en juego y que la ilustración del libro decía claramente. Las chicas habíamos perdido”. La ilustración a la que se refiere Lecoq era, efectivamente, elocuente: un niño tirando de la soga con la sola ayuda de un perrito vencía a tres niñas que tiraban del extremo opuesto. El maestro trató de calmarlos diciendo que se trataba de una mera regla gramatical, pero los chicos comenzaron a canturrear algo así como “nosotros somos más fuertes”. “Pero nosotras –sigue Lecoq– veíamos que la regla nos estaba diciendo otra cosa: que los chicos habían ganado. Y los chicos habían entendido exactamente lo mismo”.

Se trata de una regla que no siempre existió en la lengua francesa. Hasta el siglo XVII prevalecía la concordancia por proximidad: el adjetivo asume el género del sustantivo más cercano. Fue después que se la reemplazó por la regla de la superioridad del masculino.

Algunos días atrás, más de trescientos docentes apoyados por un centenar de intelectuales firmaron un manifiesto en el que declaran que de ahora en adelante enseñarán ignorando la regla de la prevalencia del masculino. Los motivos son tres: 1) la regla de prevalencia es reciente en la historia de la lengua y no tiene utilidad alguna; 2) el objetivo de los promotores de la regla de prevalencia no era lingüístico sino político: la nueva fórmula fue usada para afirmar el orden de los valores que debían fundar la República francesa, un orden que “les negó a las mujeres los derechos políticos hasta 1944”; 3) la repetición de esta fórmula a niños y niñas induce a que ambos realicen representaciones mentales que llevan a aceptar el dominio de un sexo sobre otro.

La Academia Francesa –fundada en 1635 por el cardenal Richelieu, que dicta las reglas sobre cuestiones lingüísticas y que admitió por primera vez a una mujer entre sus miembros en 1980– reaccionó enfáticamente con una declaración firmada unánimemente por sus cuarenta miembros: la propuesta inclusiva de la lengua francesa es una “aberración” y pone “en peligro de muerte a la lengua francesa”.

Muchas personas hacen notar que la regla de proximidad es mucho más simple, más lógica y más fácil de enseñar. La ventaja de esta regla es además que quien la entiende como un duro golpe a la identidad nacional siempre podrá escribir, en vez de “los manteles y las sillas son blancas”, “las sillas y los manteles son blancos”.

Nota bene: esta columna fue escrita según las reglas de la escritura inclusiva. Si nadie se dio cuenta, tanto mejor. Significa que es posible no excluir a nadie sin provocar por eso un desbaratamiento lingüístico que ponga en peligro de muerte a la lengua española.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Cambios en Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM

El 4 de octubre pasado, Virginia Bautista publicó en Excelsior, de México, la siguiente entrevista con Joaquín Díez-Canedo, editor y traductor, ex director editorial del Fondo de Cultura Económica, ahora al frente de Publicaciones y Fomento Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México. Según la bajada de la nota: “El timón de Publicaciones y Fomento Editorial de la máxima casa de estudios asume un “compromiso radical”, que implica acrecentar la venta de libros”

Joaquín Díez-Canedo fija meta ambiciosa


CIUDAD DE MÉXICO.
El editor Joaquín Díez-Canedo Flores (1955) acepta “el compromiso radical”, “la meta ambiciosa”, de duplicar en dos años las ventas de los libros que publica la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al frente de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM desde el pasado 23 de febrero, el también traductor busca que “la gran productora de conocimiento del país” plasme esta labor en sus libros y que éstos lleguen verdaderamente al público en general, además del universitario.

Quiero tomar el compromiso de vender bastante más, el doble de lo que vendemos. Esto es posible, porque realmente los libros de la UNAM se distribuyen y se venden muy poco. Se puede vender más porque los contenidos son muy pertinentes. Aquí está la gente más preparada y talentosa”, comenta.

En entrevista con Excélsior, el director general de la dependencia detalla que actualmente venden más o menos 20 millones de pesos al año, cuando deberían vender cien millones. “Vendemos 150 mil ejemplares al año, cuando deberían ser medio millón de ejemplares sin mucho problema”, afirma sin dudar.

Quien realizó  estudios de Física en la UNAM y de traducción en El Colegio de México explica que la meta de distribución para el año que entra “es por lo menos crecer un 25 por ciento, vender unos 30 mil ejemplares más, incluso un 50 por ciento. Y en el 2019, en dos años, duplicar el volumen de ventas”.

Admite que la máxima casa de estudios del país, que publica unos dos mil títulos al año, entre novedades y reimpresiones, “que representan 10 por ciento de la producción total de la industria editorial mexicana”, nunca ha distribuido sus títulos lo suficientemente bien.

Creo que hay una fama de que los libros de la universidad no son fáciles de encontrar, más allá de las librerías universitarias y de las ferias. La distribución es el mayor reto, pues se debe mover la producción que realizan 120 dependencias universitarias”, agrega.

El exdirector de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos de la SEP destaca que, con un catálogo histórico de unos 21 mil títulos, de los cuales 6 mil son acervo vivo, la UNAM es “una especie de federación de editoriales, porque cada facultad, cada instituto, tiene su propio programa de publicaciones”.

Dice que las dependencias que publican el 80 por ciento de lo que venden son Fomento Editorial, la Coordinación de Humanidades, la Dirección de Literatura, los institutos de investigaciones Jurídicas, Estéticas, Históricas, Antropológicas y Filológicas; así como las facultades de Economía, Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Sociales.

Con una planta laboral de 174 personas, esta dependencia es el producto de la fusión de dos organismos ocurrida el 6 de febrero de 1997: de la Dirección General de Publicaciones, que nació en 1955, y la Dirección General de Fomento Editorial, que se creó en 1986.

DISTINTOS FRENTES

Quien dirigió el sello paraestatal Fondo de Cultura Económica encabeza ahora una dirección que trabaja en varios frentes: publica, promueve y distribuye los libros que producen 120 dependencias, capacita al personal de éstas relacionado con la edición, coordina seis librerías, representa a la UNAM en las ferias del libro del país, digitaliza el acervo y procura dar mayor movilidad al almacén.

Lo que le corresponde a Publicaciones y Fomento Editorial es organizar y coordinar toda la producción de la UNAM. Cada instituto o facultad es totalmente autónomo de publicar lo que le convenga. Lo que sí se les pide es que haya comités editoriales y que las obras estén dictaminadas, que tengan ISBN”, explica.

El nieto del poeta Enrique Díez-Canedo e hijo del reconocido editor Joaquín Díez-Canedo Manteca —fundador de la editorial Joaquín Mortiz—, narra que siempre ha existido un intento pormenorizado de ordenar la actividad editorial en la universidad. “Se elaboraron unas normas editoriales a seguir, que son obligatorias, aunque no hay sanciones si no se cumplen”.

Destaca que esto se complementa con una tarea de capacitación sobre temas como derechos de autor, producción editorial y libros electrónicos. “Tenemos además centralizada la plataforma donde están en línea todas las revistas de la UNAM, que son 140. Y también aquí damos capacitación en el uso de una plataforma para producir estas publicaciones”.

Para agilizar la distribución, Díez-Canedo planea, dependiendo del tipo de título, utilizar las librerías físicas y la electrónica para los libros de papel; las plataformas en línea y la edición de libros electrónicos, así como la publicación a pequeña escala.

Tenemos canales para distribuir libros bajo demanda, pero existen pocos títulos. Básicamente por una cuestión de formatos; pero, sobre todo, de derechos de autor. Es decir, no tenemos la certeza de que todos esos títulos tengan autorización para reimprimirse en pequeña cantidad bajo demanda, o para publicarse de manera electrónica”, detalla.

Entonces, también procuramos ayudar a las dependencias a ponerse al corriente en esto. Les solicitamos que escojan los cinco libros de más amplio interés para convertirlos en electrónicos, sólo que tienen que resolver el tema de los derechos”, agrega.
Afirma que actualmente sólo tienen 90 libros electrónicos a la venta y que él quisiera que este acervo sume rápidamente 500 o mil títulos.

 

LIBRERÍAS Y FERIAS

El exdirector editorial de la Universidad Veracruzana admite que, a pesar de que la UNAM tiene acuerdos de distribución con la mayoría de las librerías del país, sus libros no poseen una buena presencia en ellas.

Tal vez porque es un catálogo muy amplio. Además, nuestro almacén no es tan ágil para mover las novedades. Ese es otro reto, tener un almacén con un mejor servicio, que recoja con celeridad las devoluciones, que las procese, que haya alguien que muestre a los compradores de estas grandes cadenas los libros nuevos, que los persuada”, asegura.

En este sentido, prosigue el editor, la comunidad universitaria está bien atendida, pues tienen seis librerías, tres dentro de la UNAM y otras tres en zonas clave de la ciudad; pero “debemos reforzar nuestra presencia en las librerías para llegar al público en general”.

Las librerías de CU, detalla, se localizan en la Tienda de la UNAM, la Enrique González Casanova a un costado de Rectoría, y la Jaime García Terrés, a la entrada del campus. Y las externas se ubican en la Casa del Libro, en la colonia Roma, en el Pasaje Zócalo-Pino Suárez y en el Palacio de Minería.

Está además la Julio Torri, en el Centro Cultural Universitario, que depende aún de la Coordinación de Difusión Cultural”, apunta.

Joaquín Díez-Canedo confiesa que desea cambiar la dinámica de participación de la UNAM en las 46 ferias del libro en las que participa, incluidas las propias. “Representamos a la universidad en las ferias del libro del país. Debemos tener la capacidad de dar un buen servicio de promoción y difusión y también de comercialización y distribución a las 120 dependencias que publican”.

Señala que evaluarán a qué ferias irán todos los años y en cuáles alternarán su presencia un año si y otro no. “Nos interesa apoyar a las ferias, pues algunas son organizadas por universidades, pero a veces no salen los costos. No queremos perder la presencia en ninguna y llevaremos más libros a las más importantes”.

Adelanta que en la FIL de Guadalajara la UNAM exhibirá este año unos 50 mil ejemplares, más las 140 revistas, “que al menos una vez al año tengan visibilidad en su conjunto”. Y agrega que en la distribución de los libros en el stand se verá la estructura de publicaciones que tiene la universidad, para que los lectores se familiaricen con las dependencias editoras.


martes, 21 de noviembre de 2017

Norte, una de las principales librerías porteñas, cumple seis décadas y desde aquí la felicitamos

El pasado 15 de noviembre, Daniel Gigena publicó en La Nación, de Buenos Aires, un artículo por los sesenta años de la Librería Norte, una de las tres mejores librerías de una ciudad famosa en el mundo entero por la cantidad y la calidad de sus librerías. “Es una de las librerías preferidas por los poetas, aunque su amplia oferta trasciende ampliamente los límites de la poesía y busca atender las necesidades de todo tipo de lectores”, dice la bajada de la nota, en la que hablan Débora Yánover, propietaria de la librería, y Sandro Barella, poeta y encargado.

Librería Norte: sesenta años con libros

Breve historia
Es una de las librerías más prestigiosas de la ciudad de Buenos Aires, el "norte" al que se dirigen bibliófilos porteños, de las provincias argentinas y de países extranjeros con los que se comparte la lengua española. Desde 1967, está ubicada en la avenida Las Heras 2225, frente a una de las sedes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires y de la plaza Emilio Mitre. Antes, se encontraba en un local de la avenida Pueyrredón y Santa Fe.

Débora Yánover
"Ya desde entonces se llamaba Librería Norte cuenta Debora Yánover, una de las pocas libreras porteñas. Siempre tuvo un equipo de libreros con mucha experiencia." La lista de visitantes ilustres de Norte no para de crecer: de Quino a Julio Cortázar, pasando por Adolfo Bioy Casares, Gonzalo Rojas, Fabio Morábito y el impar poeta santafesino Hugo Gola.

Norte es una de las librerías preferidas por los poetas. Su sección de libros de poesía, situado al fondo a la derecha del local, es uno de las más completas de cualquier librería de América latina. "Las jóvenes generaciones de poetas acuden también a la librería", agrega Yánover, hija de Héctor Yánover (Alta Gracia, 1929-Buenos Aires, 2003), librero–poeta y autor de la célebre autobiografía Memorias de un librero, publicada en 1994 por Ediciones De la Flor y reeditada en 2014 por Trama Editorial. Yánover publicó también varios libros de poemas.

En Norte, ocasionalmente, se presentan libros, como ocurrió con la exhaustiva edición de Obra completa del poeta Francisco Madariaga, publicada por Eduner. Participaron del encuentro Diana Bellessi, poeta del río y de la naturaleza como Madariaga, Reynaldo Jiménez y Liliana Ponce.

Sandro Barella
Las perlas del catálogo 
Hay para todos los gustos. "Solamente no vendemos libros de ideología nazi", señala Sandro Barrella, también librero y poeta, autor de Los pájaros, entre otros títulos.

"En general, son libros que van más allá de lo estandarizado, aunque también tenemos ese material –agrega Yánover–. Ya sea por tratarse de libros que importamos, en general de poesía, ensayos, algo de narrativa y filosofía que no tienen distribución en Buenos Aires, o de editores independientes de nuestro país, cuyos materiales no siempre encuentran lugar en las 'grandes superficies' de las cadenas de librerías. Esas editoriales, en los últimos años, dinamizaron el mercado editorial argentino."

En Norte se puede encontrar la poesía de Elizabeth Bishop; la poesía reunida de Williams Carlos Willimas, iluminada de nuevo por Jim Jarmusch en el film PatersonLa práctica de lo salvaje, un libro de ensayos de Gary Sneider; El pulso de la luz, poesía escogida de Lawrence Ferlinghetti; Los hijos de Atenea, de la erudita Nicole Loraux y los Cuentos completos de Amy Hempel.

Cómo conseguir clientes
Norte tiene la marca del fundador, el sello que Héctor Yánover le imprimió a la librería. "Se mantiene la idea de un lugar con la más amplia oferta en libros, para las posibilidades de una librería independiente, donde estén a disposición libros sobre los temas más diversos que puedan interesar a diferentes lectores –dicen a coro Yánover y Barella–. Desde la novela de entretenimiento hasta libros de jardinería, de cocina, infantiles, de actualidad, mitología, psicoanálisis, literatura, historia... Para poder cubrir las necesidades de un lector sofisticado, sin desatender a un lector que a primera vista puede parecer menos exigente, pero que sin embargo encarna también un ideal de lector."En Norte la atención es personalizada y, con el tiempo, se conformaron planteles de libreros con oficio. "Es común escuchar de boca de nuestros clientes el agradecimiento por la atención recibida", confiesa Yánover.

Un diagnóstico sobre el sector de las librerías 
"Te respondo con el título de un libro de Hannah Arendt –arriesga la librera en la primavera de 2017–: Hombres en tiempos de oscuridad, un título acaso sexista para nuestra época... Pero no perdemos la esperanza." Ese libro de Arendt reúne ensayos sobre distintos intelectuales, de Karl Jasspers a Isak Dinesen y de Walter Benjamin a Hermann Broch, que padecieron condiciones extremas, tanto sociales como morales, y sin embargo desarrollaron obras formidables.

¿Cuál es el perfil de los clientes de Norte? 
“Desde el lector universitario, el ligado a las artes, poetas y narradores, hasta el lector más llano, que no por eso es menos lector. Hay un tipo de lectores que está representado por esas personas que, casi literalmente 'devoran' los libros. Que no leen con otro afán que no sea la lectura, y eso, por supuesto, es muy valioso."

Adaptados a la cultura digital que se impone por las buenas y por las malas, Norte tiene su propia página web: www.librerianorte.com.ar. "Vendemos mucho por ese medio –cuentan los libreros–. Incorporamos hace tiempo Facebook, con posteos y reseñas que son muy interesantes y tienen mucha llegada a los usuarios." Recientemente, además, sumaron Instagram como otro modo de tener presencias en las redes. Démosle like a Norte.

lunes, 20 de noviembre de 2017

El SPET revisa el 68 con Lydia Schmuck

En el próximo encuentro, que tendrá lugar el martes 28 de noviembre a las 18:00 en el Aula 400 del IES en Lenguas Vivas (Carlos Pellegrini 1515, edificio nuevo), nuestra invitada Lydia Schmuck (Deutsches Literaturarchiv, Marbach) quien disertará en alemán, sin traducción, sobre Transatlantische Übersetzungen der Idee von “1968” (Traducciones transatlánticas de la idea de “1968”)

Conferencia del SPET en el marco del XVI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Estudios Germanísticos (ALEG): Germanística en Latinoamérica: nuevas orientaciones – nuevas perspectivas (Más información...), y, a su vez, cuarta y última exposición en el marco del Ciclo II/2017 del SPET: “Programa Sur, carnaval, políticas editoriales y 1968: Cuatro investigaciones en torno al objeto traducción”.

Sobre el proyecto de investigación
Las revueltas trasnacionales de fines de los años 60 fueron acompañadas de una trasnacionalización de la lectura, no sólo en el ámbito de la teoría sino también de la literatura. En América latina se produjo la recepción de los textos de Sartre, Barthes y Camus, pero también de las obras de Habermas y Marcuse. Europa, a su vez, vivió el famoso “boom latinoamericano”; entre 1966 y 1980 se publicaron por primera vez en alemán numerosas obras de autoras y autores de Latinoamérica y el Caribe. De modo que no sólo los intelectuales y los escritores, sino además las editoriales tienen un papel clave en la historia de las ideas de 1968 desde una perspectiva latinoamericana y caribeña.

Un análisis del entramado global de acontecimientos políticos, historia de las ideas y producción literaria proporcionará conocimientos sobre las vías de comunicación entre América Latina, el Caribe y Europa, y permitirá a la vez adoptar una posición crítica respecto de la global intellectual history, pensada con tanta frecuencia desde una perspectiva eurocéntrica.


Lydia Schmuck trabajó de 2005 a 2009 en el Instituto de Ibero-romanística de la Universidad de Basilea, donde se doctoró en el marco del proyecto “Contacto cultural, conflicto cultural. Construcción y puesta en escena literaria de las relaciones luso-españolas”. Entre 2012 y 2016 trabajó en el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Hamburgo, donde desarrolló un proyecto de investigación propio, financiado por la DFG (Deutsche Forschungsgemeinschaft), sobre la idea de Europa en el ensayo español y portugués. Desde junio de 2016 se desempeña en la sección Investigaciones del Archivo Alemán de Literatura (DLA Marbach), con un proyecto de investigación sobre “1968” en el contexto latinoamericano y caribeño desde la perspectiva de la historia literaria y la historia de las ideas. Sus áreas de investigación son la historia literaria y la historia de las ideas entre América Latina y Europa, los círculos intelectuales internacionales, las plasmaciones literarias de las ideas políticas, las concepciones poscoloniales del espacio, la memoria y la identidad.