martes, 16 de diciembre de 2025

Tensiones abiertas entre el Instituto Cervantes y la Real Academia española (RAE)

La noticia, sin firma, apareció en todas partes. También en InfoBAE que, el pasado 9 de diciembre, dio cuenta de la creciente tensión entre Santiago Múñoz Machado, actual director de la RAE, y Luis García Montero (foto), director del Instituto Cervantes. En la ocasión el problema se plantea por el avance de uno sobre la jurisdicción del otro. Según la bajada, "La designación de Panamá 2028 en el reciente encuentro de Arequipa fue cuestionada por Luis García Montero, ya que eso 'corresponde al Instituto hace 37 años', afirmó y disparó en contra".

La polémica entre el Instituto Cervantes y la RAE se agrava por la sede del próximo Congreso de la Lengua

El director del Instituto CervantesLuis García Montero, ha denunciado la supuesta imposición de Panamá como sede del próximo Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), una decisión que, según él, corresponde exclusivamente a su institución desde hace treinta y siete años. Esta controversia se produce en un contexto de tensiones abiertas entre el Instituto Cervantes y la Real Academia Española (RAE), y en vísperas de la reunión del Patronato del Cervantes, presidida por los Reyes en el Palacio de Aranjuez, donde se presentaron los “notables resultados” del curso 2024-2025, con 170.102 matrículas, lo que representa un incremento del 6,67% respecto al año anterior, según informó García Montero.

En el marco de este conflicto institucional, García Montero subrayó que el Instituto Cervantes se enfrenta a dos desafíos principales: por un lado, la sorpresa ante la noticia de la designación de Panamá, que conoció a través de otras academias y no por canales oficiales; por otro, la necesidad de proteger la imagen del Cervantes como institución de Estado frente a lo que considera ofensas reiteradas del director de la RAE, Santiago Muñoz Machado. “No permitir las ofensas a una institución de Estado como el Instituto Cervantes, a las que nos tiene acostumbrado el director de la Real Academia Española”, afirmó García Montero.

Desde la RAE, según fuentes citadas por el diario El País, han desmentido que la elección de Panamá haya sido una decisión unilateral de su director. Según estas fuentes, la propuesta fue adoptada “por unanimidad” por la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), que agrupa a veintitrés academias, durante la última edición del CILE en Arequipa (Perú). “No se comunicó entonces por decisión de las Academias, entre otros motivos porque aún quedan tres años para el próximo Congreso y porque la situación de tensión y desencuentro que Luis García Montero provocó en Arequipa hizo que no fuese el mejor momento para el anuncio. Sin embargo, el director de la RAE se lo comunicó personalmente al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, el mismo día en que se regresó de Arequipa”.

La fractura institucional se evidenció en la reunión del Patronato del Instituto Cervantes, a la que, por primera vez, no asistieron ni el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, ni el secretario general de la ASALE, Francisco Javier Pérez, ni el académico Luis Mateo Díez. Según las fuentes de la RAE citadas por El País, esta ausencia buscó “resaltar el malestar de la RAE y de la ASALE con la conducta inexplicable del señor García Montero”, y fue comunicada con antelación.

Durante su comparecencia ante la prensa, García Montero también abordó la situación presupuestaria del Instituto Cervantes. Destacó que, tras años de recortes que obligaron a la venta de inmuebles, la institución ha revertido su situación financiera: “Que ahora podamos comprar edificios en vez de venderlos, habla de la buena situación en la que estamos”. El presupuesto actual del Cervantes asciende a 143 millones de euros, de los cuales el 43,5% proviene de la autofinanciación y el resto de transferencias estatales.

El director del Cervantes advirtió sobre las dificultades que implica la falta de aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, lo que, según él, “dificulta la expansión del Cervantes y la creación de nuevos centros”. La red del Instituto se extiende actualmente a 103 ciudades de 52 países. García Montero señaló la importancia de fortalecer la presencia en Toronto (Canadá) y de ampliar la actividad en Estados Unidos, especialmente en Miami. Además, mencionó que “la actitud de la presidencia de Estados Unidos y sus declaraciones tan agresivas contra la Unión Europea complican las cosas”.

En relación con la situación del español en Estados Unidos, García Montero recordó que en ese país residen más de 60 millones de ciudadanos de origen hispano y más de 40 millones tienen el español como primera lengua. Subrayó que “los agravios de Donald Trump hacia la lengua afectan a una parte muy relevante de su propia población”. Desde el Observatorio Global del Español, dependiente del Cervantes, se denuncia que “estas actitudes alimentan políticas que legitiman la burla a estudiantes o trabajadoras que usan el español en su vida diaria”. Esta presión social lleva a que muchas familias hispanas “intenten que sus hijos abandonen su lengua”. Ante este reto, el Instituto Cervantes trabaja para “analizar el español como lengua de herencia y ver de qué modo se puede mantener y potenciar en las familias que se ven envueltas en el vértigo de acallar su idioma”, concluyó García Montero.

lunes, 15 de diciembre de 2025

Todo aquello con lo que se puede escribir un libro

El escritor y periodista uruguayo Martín Bentacor (en la viñeta) reseñó el pasado 12 de diciembre La madre de Beckett tenía un burro, de Matías Battistón, para el semanario uruguayo Brecha. Lo hizo con la inteligencia que lo destaca de muchos de sus colegas.


Fiebre y manchas de sol

Pocas tareas intelectuales alcanzan la complejidad que produce una traducción literaria. Enfrentado a un texto en otro idioma, el traductor no solo debe escanciar en el odre de su lengua la sustancia estrictamente léxica del original, sino que, además, con los recursos de su propia escritura, debe mantener la cadencia que sustenta el estilo del autor que traduce. Permítaseme citar acá al maestro Vladimir Nabokov, que, al describir en un pasaje de su novela Barra siniestra la labor de un traductor de Shakespeare, dice (en traducción de J. Ferrer Aleu): «Era como si alguien que hubiese visto cierto roble (llamado en adelante A individual) que crecía en cierto país y proyectaba su propia sombra única sobre el suelo verde y pardo, hubiese procedido a levantar en su jardín una máquina prodigiosamente complicada que, en sí misma, fuese tan distinta de aquel o de cualquier otro árbol como lo son la inspiración y el lenguaje del traductor de los del autor del original, pero que, gracias a ingeniosas combinaciones de piezas, efectos de luz y motores creadores de brisa, proyectaría una vez terminada, una sombra exactamente parecida a la de A Individual: la misma silueta que cambia de la misma manera, con las mismas dobles y sencillas manchas de sol que ondulan en la misma posición, a la misma hora del día».

Esa labor prodigiosa, que enfrenta a un hombre con un texto y con las reglas de dos idiomas diferentes durante un lapso de tiempo variable, muchas veces ignorada por lectores, críticos literarios y hasta por los propios editores (a esta altura del partido es un gesto de deslealtad intelectual omitir el nombre del traductor en la portada de un libro traducido), se encuentra en el centro del libro La madre de Beckett tenía un burro, del escritor y traductor bonaerense Matías Battistón (1986), un poliédrico diario de traducción que dinamita los diques de las estructuras literarias, canibaliza la materia ensayística y se lee como una novela.

Battistón, traductor de autores tan diversos como Roland Barthes, Virginia Woolf, John Cage, Fernando Pessoa y Gertrude Stein, arranca su diario en una habitación sin calefaccionar de una Dublín nocturna y congelada. Abrigado hasta las orejas, se enfrenta a la tarea de traducir Molloy, Malone muere y El innombrable, la inmortal trilogía de Samuel Beckett, además de otros libros para los que había sido contratado. Fatigador de bibliotecas y de la deep web, frecuentador de biografías, artículos, reseñas, memorias y demás paratextos que rodean las obras que traduce, Battistón ha encontrado un dato tan irrefutable como inútil: «La madre de Beckett tenía un burro».

Además de los eventuales hallazgos, dubitaciones, revelaciones y puntos muertos a los que arriba un traductor durante su tarea, también se despliega ante él una masa de información variopinta, que puede ser utilizada para alumbrar cierto pasaje en una eventual nota al pie o quedar boyando sin más entre las carpetas y apuntes de trabajo. «Con lo que queda afuera al traducir, con lo que anoto en cuadernos y archivos que después no abro nunca más, con lo que me sigue rondando en la cabeza un tiempo hasta apagarse, se podría armar un libro», escribe Battistón en las páginas iniciales, a modo de tesis y de justificación del propio texto que el lector tiene entre manos.

* * *

Así, en las 200 páginas que siguen, el traductor exhibe un repertorio de historias, personajes, situaciones, anécdotas y conexiones múltiples que, lejos de dispersarse en una galaxia de pura miscelánea acumulativa, se ensambla de cuidadosa forma hasta llegar a la entrada final del diario, auténtico cenit de La madre de Beckett tenía un burro.

Atraviesan las páginas de este novedoso libro de Battistón situaciones y personajes, como el crítico y galerista Jean Frémon, autor del pequeño libro A Beckett le aprietan sus zapatos; los sistemas de traducción contrapuestos de Erri de Luca y César Aira; la increíble historia de Gilles Chahine y su sufrida traducción de Ada o el ardor, de Nabokov; la labor de José Bianco como traductor de la editorial Sur; los hallazgos que depara Malone morre, la traducción al portugués que el poeta Paulo Leminski publicó en 1986; la labor de Giorgio Manganelli como evaluador de pruebas de traducción al italiano; las consideraciones del poeta paraguayo Elvio Romero sobre la labor como traductor del poeta Alberto Girri («Girri destruyó la poesía argentina. Nadie recuerda sus versos. Con sus traducciones destruyó el lenguaje español»); la pléyade reunida alrededor de la revista literaria Merlin, publicada en París entre 1952 y 1954; el oscuro final de Rudolf Klement, traductor al alemán de Trotski; el vínculo entre Beckett y el poeta Patrick Bowles y el de Jorge Luis Borges con su traductor al inglés, Norman Thomas Di Giovanni; la correspondencia entre Rosa Chacel y Ana María Moix; la presunta traducción emprendida por Juan José Saer de un texto de Beckett en inglés, y la traducción al inglés que el escritor William Carlos Williams emprendió junto con su madre octogenaria y casi ciega de El perro y la calentura, de don Francisco de Quevedo.

Con una cualidad notable para ensamblar historias y datos diversos y una prosa precisa, no exenta de bienvenidos giros sardónicos, Matías Battistón escribió un libro personalísimo, que por ciertas derivas del oficio dialoga muy bien con Se vive y se traduce, de la poeta y también traductora argentina Laura Wittner, y que tiene como modelos lejanos a Nuevo museo del chisme, de Edgardo Cozarinsky, y Palacio de olvido, de Alberto Tabbia, pero que constituye en sí mismo un particular objeto editorial que le permite al lector, entre otras cosas, contemplar la extrañeza y el desafío que a todo traductor le provoca aquel nabokoviano A Individual.

viernes, 12 de diciembre de 2025

"No es un problema de sentidos, de gramática, de sintagmas y sintaxis"

El pasado 9 de diciembre, el poeta y narrador Miguel Gaya (foto) publicó en el diario Clarín, de Buenos Aires, una contratapa donde señala la importancia de la traducción literaria. Se reproduce a continuación.

Elogio de la traducción

A la memoria de Jorge Aulicino

La mayoría de los distraídos lectores nos hemos sobresaltado con un artilugio que viene injertado en casi todos los teléfonos. Confiamos en él, en su sensatez pedestre, y de buenas a primeras leemos espantados algo incompresible. Me refiero a los traductores mecánicos hoy presentes en cualquier artefacto digital. Ponemos una frase para que el buen aparato la traduzca del modo más sencillo posible y el resultado es incomprensible. Mal redactado, palabras torpes, mala sintaxis, sentido incierto, cuando no desopilante.

Recuerdo que hubo una época en que nos reíamos de los manuales de uso de los artefactos orientales. Ahora que ya ni siquiera vienen manuales de uso traducidos (todos los aparatos son “intuitivos”, no necesitan explicación alguna) caemos en la cuenta de que contemplábamos la avanzada de la literalidad mecánica. Hoy nos ha alcanzado, o mejor dicho, la llevamos a todas partes.

Lo que hace ridículo el traductor mecánico es justamente su función literal: traduce las palabras, tropieza en el sentido. Recientemente, con la masividad de los recursos de la IA, estas traducciones locas van siendo corregidas. Todos los días mejora, todos los días incorpora recursos aplicables para refinar el traspaso correcto de un idioma a otro. Al punto de que, alegremente, se ha dado por muertos y sepultados los traductores humanos. No habría que apresurarse.

El lenguaje humano es, justamente, eso. Humano hasta el punto de no haber algo más humano en nosotros que nuestro lenguaje. Con lenguaje traducimos el mundo a nuestra medida, y operamos sobre él hablándonos los unos a los otros. En ese entramado, en cualquier frase y casi cualquier palabra, la miríada de relaciones, resonancias, ambigüedades y precisiones no tienen fin ni medida. Si hay algo que nos acerca a la creación, a secas, es esa capacidad. Que está presente de un modo único en cada lengua.

Todo lengua tiende, por definición y vocación, a la completud. No tiene fallas en describir el mundo, y si encuentra una parte de mundo sin palabra, se la inventa y la incorpora a su decir. Pero ninguna lengua, ay, Babel! es intercambiable. Es única y suficiente. Cada lengua totaliza el mundo, que es decir excluye a las otras lenguas. No las necesita. A lo sumo, se apropia de palabras para sus propios fines.

Por eso, cuando un hombre dice una frase en un idioma diferente al de la frase original, no cambia unas palabras por otras que valen lo mismo. Trasvasa un mundo completo. El mundo que habita en ese idioma, con todas sus inflexiones, sus conexiones y derivaciones. Solo así la frase tiene su sentido. Solo así vive.

No es un problema de sentidos, de gramática, de sintagmas y sintaxis. Es, sobre todo, un problema de almas de la lengua. Cuando la frase dicha en otro idioma del que fue pensada es inteligible en su plenitud, es que en ese traspaso viajó su alma, lo inefable completo y complejo que comunica. Ese es el misterio y la maravilla de la de los traductores humanos. La poesía del lenguaje.

jueves, 11 de diciembre de 2025

"Capacidad de transmitir tono, ritmo y contexto cultural entre idiomas"


El pasado 14 de octubre, Naoko Tochibayashi publicó en World Economic Forum el siguiente artículo, centrado en la traducción de literatura japonesa y los déficits que existen cuando se emplea la Inteligencia Artificial.

La literatura japonesa muestra por qué la traducción humana es importante en la era de la IA

La literatura japonesa ha ganado una visibilidad notable en el escenario global en los últimos años. Las obras de autores japoneses se están traduciendo a múltiples idiomas, inspirando nuevos valores culturales.


Un ejemplo destacado es Butter (2017) de Asako Yuzuki. Tras la publicación de la traducción al inglés a cargo de Polly Barton en febrero de 2024, se vendieron 280.000 copias en el Reino Unido en solo un año, superando las ventas domésticas acumuladas de 260.000 ejemplares desde 2017. Hasta julio de 2025, la novela ha vendido más de un millón de copias en todo el mundo y está programada para su publicación en 37 países y regiones. Solo en el Reino Unido, las ventas han alcanzado 450.000 copias, lo que subraya su creciente popularidad.


Más allá de Butter, el interés internacional por la literatura japonesa sigue creciendo. En 2024, las obras japonesas representaron el 43 % de los 40 títulos de literatura traducida más vendidos en el Reino Unido. En 2025, The Night of the Baba Yaga de Akira Otani (traducido por Sam Bett) se convirtió en la primera novela japonesa en ganar el Dagger Award de la International Crime Writers’ Association en la categoría de ficción traducida. Mientras tanto, Under the Eye of the Big Bird de Hiromi Kawakami (traducido por Asa Yoneda) fue preseleccionado en la categoría de ficción traducida del International Booker Prize. Estos logros destacan el reconocimiento global cada vez mayor de la literatura japonesa.


Innovación tecnológica y desafíos en la traducción

La traducción es indispensable para llevar obras literarias a lectores internacionales. Los avances en tecnología de traducción, incluida la IA, han reducido significativamente las barreras para la comunicación global. Herramientas que antes se consideraban especializadas ahora se usan en negocios y viajes. Se estima que el mercado global de traducción inteligente, valuado en 1.280 millones de dólares en 2023, alcanzará los 2.740 millones para 2032.


En Japón, el mercado de traducción e interpretación alcanzó los 296.000 millones de yenes en 2023. El uso de DeepL, un servicio de traducción basado en IA de origen alemán, es el segundo más alto del mundo, después de Alemania. En octubre de 2024, Vector Inc., una empresa de relaciones públicas y comunicación, lanzó un servicio que traduce automáticamente videos a 50 idiomas mediante IA, y declaró un ahorro de costos de hasta un 90 % en comparación con los servicios de traducción humana convencionales.


Estos desarrollos están cambiando el rol de los traductores hacia la post-edición de los textos generados por IA. Sin embargo, en ámbitos que requieren conocimiento especializado, sensibilidad cultural y matices, los traductores humanos siguen siendo indispensables, especialmente en la literatura.


Formando a traductores literarios

La traducción literaria requiere más que dominio lingüístico. Implica la capacidad de transmitir tono, ritmo y contexto cultural entre idiomas. El número de obras japonesas que llegan a lectores internacionales depende, en última instancia, de traductores con habilidades avanzadas, lo que hace que la formación y el apoyo sean esenciales.


Entre 2010 y 2013, la Nippon Foundation organizó talleres de traducción de literatura japonesa en el British Centre for Literary Translation (BCLT), parte de la University of East Anglia. Durante sesiones de una semana, autores y traductores experimentados trabajaban con los participantes para traducir una sola obra al inglés. El programa contribuyó a formar una generación de traductores destacados en la actualidad, incluyendo a Polly Barton (Butter) y Asa Yoneda (Under the Eye of the Big Bird).


Esta iniciativa también fomentó redes de traductores, creando una especie de infraestructura que facilita el proceso de encontrar traductores literarios adecuados para libros potenciales. Cada vez más, los traductores proponen obras por las que sienten pasión, contribuyendo al aumento constante de la publicación en el extranjero de literatura japonesa, incluidos títulos de autoras mujeres que anteriormente recibían menos atención.


Desde 2002, la Agencia de Asuntos Culturales ha llevado adelante el Japanese Literature Publishing Project (JLPP), traduciendo y publicando aproximadamente 180 títulos hasta 2015. Desde 2011, la agencia ha organizado concursos de traducción para identificar y desarrollar nuevos talentos, con convocatorias abiertas tan recientemente como en junio de 2025.


Estos esfuerzos de los sectores público y privado han sentado las bases del reconocimiento global actual de la literatura japonesa. Aunque la traducción automática sigue avanzando rápidamente, la popularidad sostenida de las obras traducidas subraya la importancia de cultivar traductores humanos altamente capacitados.


La traducción fomenta la empatía entre idiomas y culturas

El Día Internacional de la Traducción de la ONU se celebra el 30 de septiembre. La innovación tecnológica está ampliando el acceso y conectando a las personas a una escala antes inimaginable, un impacto que se percibe en los campos de la literatura y la traducción.


Combinada con el talento humano, la traducción está evolucionando no solo para mejorar la eficiencia, sino también para fomentar la empatía necesaria para tender puentes entre culturas. El creciente número de lectores internacionales de literatura japonesa es un poderoso testimonio de ello. Demuestra cómo los traductores capacitados pueden llevar historias más allá de las fronteras, inspirar nuevas perspectivas y profundizar la comprensión cultural. En conjunto, esta convergencia está moldeando un futuro basado en un mayor entendimiento mutuo, colaboración reforzada y progreso compartido entre culturas.


miércoles, 10 de diciembre de 2025

Editoriales de Jalisco en la Feria de Guadalajara


El pasado 3 de diciembre, Josefina Ruiz firmó la siguiente nota publicada por el diario Milenio, de México. En su bajada se lee: "La Feria Internacional del Libro de Guadalajara ha permitido que sellos locales encuentran espacios para generar conexiones más allá de las fronteras y fortalecer al sector".

FIL Guadalajara gran puerta que se abre para pequeñas editoriales

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) no solo funciona como el encuentro editorial más grande del mundo hispanohablante, también es una plataforma para que las editoriales independientes de Jalisco crezcan, se conecten con otras casas del libro a nivel internacional y fortalezcan su catálogo. 

Un claro ejemplo es Mantis Editores, sello jalisciense especializado en poesía que este año cumple casi tres décadas de trayectoria y que ha encontrado en la FIL un espacio para internacionalizar autores, generar coediciones y abrir puertas que, sin la feria, difícilmente existirían.

Fundada en 1996 y ubicada en Río Atotonilco 1038, en la colonia Atlas de Guadalajara, Mantis Editores nació como un proyecto que buscaba dar voz a la poesía local y a autores que no encontraban lugar en los grandes sellos del país. Su director, Luis Armenta Malpica, recuerda que los primeros años fueron un acto de resistencia cultural frente al centralismo editorial. 

Y aunque Jalisco cuenta con alrededor de 21 editoriales, pocas se han concentrado únicamente en este género. 

Mantis ayudó a la descentralización de la literatura

Desde su creación, la intención de Mantis fue romper la lógica de que sólo lo publicado en Ciudad de México existe para el resto del país. Armenta recuerda que, en los noventa, editar desde Jalisco era un desafío, “lo que no se hace en Ciudad de México no existe para el resto del país”.

Por ello, la editorial surgió para dar salida a autores que, de otra manera, no habrían encontrado espacio. “Cuando surge Mantis, nos propusimos sumarnos a esta mínima cantidad de editores de Jalisco… para proponer estas voces que de otra manera difícilmente llegarían”.

La creación de la FIL fue clave para consolidar esa misión: “Si tenemos un espacio tan importante… aprovecharlo para hacer nuestros contactos y la promoción de nuestros materiales. Y así ha sido”.

Gracias a la feria, Mantis comenzó en el año 2000 a establecer coediciones internacionales con sellos de Canadá, y posteriormente con editores de lengua inglesa, noruega, italiana, alemana y árabe. Hoy, esos vínculos siguen activos.

A casi 30 años de trabajo, la editorial suma casi 500 títulos publicados, todos de poesía, “pareciera que en 30 años no es tan significativo, pero si consideramos que solamente es poesía… siempre sí nos representan una parte significativa”, señala Armenta.

Su catálogo reúne autores de Grecia, Portugal, Cataluña, Francia, Luxemburgo, Italia y América Latina. A la par, la editorial ha logrado llevar poesía mexicana a otros países mediante traducciones y colaboraciones internacionales. Festivales en Colombia, Ecuador, Reino Unido, Rusia, Venezuela y Rumania han acogido su trabajo.

FIL un centro de conexión nacional e internacional

Mantis Editores participa nuevamente en la FIL Guadalajara desde el stand C30, donde comparten espacio con el Gremio de Editores de Guadalajara y la Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes. Armenta afirma que la FIL es un punto importante para establecer relaciones profesionales que se traducen en beneficios para editores, autores y lectores. 

Además, muchos de los autores invitados viajan también al Festival Internacional de Poesía de Zacatecas, donde Mantis participa con la curaduría del programa, fortaleciendo el intercambio cultural y ampliando el impacto de la visita de estos escritores.

Armenta describe los beneficios para las editoriales independientes: ampliar catálogos personales como lectores, promover obra propia como autores y consolidar redes profesionales como editores: “Yo creo que es una red que funciona bastante bien, tanto para quien va como lector, como por supuesto para los profesionales del libro”.

El intercambio con países como Canadá, Noruega, Francia o Inglaterra que comenzó a partir de encuentros en la FIL ha permitido llevar poesía mexicana al mundo y traer voces extranjeras al público local. Sobre su presencia en la FIL 2025, Armenta invita al público a conocer el trabajo de la editorial. 

Contra las adversidades, crece la industria editorial

En un contexto en el que el uso de dispositivos electrónicos y plataformas digitales se ha incrementado, la industria editorial en México se reconfigura con una mirada alentadora hacia al futuro; pues a pesar de los retos actuales, el sector ha reportado un crecimiento en sus ingresos, así como un gremio fortalecido.

De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), que presentó el pulso del sector en el marco del encuentro literario en la Expo Guadalajara, la facturación alcanzó más de 11 mil 290 millones de pesos durante el año pasado, lo que representa un crecimiento nominal de 4.8 por ciento con relación al año anterior.

Sin embargo, para la industria editorial uno de los principales retos es la ausencia de compras institucionales que ha impactado en la producción y venta de ejemplares. Aun así, segmentos como educación básica, inglés e infantil-juvenil continúan liderando el mercado nacional.

La Caniem también ha tenido un crecimiento en cuanto agremiados, con más de 220 editoriales afiliadas activas.

Uno de los logros más relevantes es el salto en visibilidad digital: México cerró con un crecimiento del 88 por ciento en títulos con metadatos óptimos, lo que significa más orden y una mejor conexión entre los libros y sus lectores.

El mensaje final es positivo: Los hábitos lectores se mantienen firmes, con un 41.8 por ciento de adultos leyendo al menos un libro en el último año y que 26 por ciento lo hace forma regular. Una industria que avanza con cifras de crecimiento y la esperanza puesta en el lector.

¿Cuántas editoriales son originarias de Jalisco?

En Jalisco hay 21 editoriales: 

Acento Editores 

Amate Editorial

Casa Editorial Siempre Libres

Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) de la UdeG

Ediciones Arlequín

Editorial Conexión Gráfica 

Editorial Edhalca

Editorial Geu México

Editorial del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana

Editorial Pollo Blanco

Editorial UdeG

Impronta Casa Editora

Jamer Editores

Libros Invisibles

Literalia Editores

Ser Editorial

Mantis Editores

Taller de Ediciones Económicas

Typotaller Ediciones

Umbral Editores

Universidad de Guadalajara 

La presencia de editoriales en el estado revela la importancia de Jalisco como referente en la industria literaria del país, y los 39 años de la FIL ha fortalecido su presencia en un sector que evoluciona y se mantiene.

Con información de: Gloria Reza


martes, 9 de diciembre de 2025

Hanna Nordenhök, escritora y traductora sueca

El pasado 1er. de diciembre, Darío Alemán publicó en El País, de Madrid, una extensa entrevista con la escritora y traductora sueca Hanna Nordenhök. De esa entrevista, se reproduce a continuación la parte más pertinente para los lectores de este blog.

"No puedo escribir y traducir a la vez"

Además de narradora y poeta, Hanna Nordenhök es traductora del castellano al sueco (nada menos que la lengua del Nobel). Entre los autores que ha traducido están Fernanda Melchor, Emiliano Monge (ambos de México), Andrea Abreu (España), Alia Trabucco (Chile) y Samanta Schweblin (Argentina). Para ella, la traducción es una suerte de procedimiento alquímico, sobre todo cuando se enfrenta a obras cargadas de localismos, como podrían ser Temporada de huracanes de Melchor, o Panza de Burro de Abreu.

“En cuanto a la traducción, pienso ahora en la palabrota”, dice Nordenhök. “En sueco hay jerga y palabrotas, pero no son tan comunes en el habla cotidiano como pueden serlo, por ejemplo, en Veracruz. Entonces, el reto está en lograr que el lector sueco sienta el ambiente de la obra. Hay que inventar palabras y recrear un equivalente al espíritu del libro original. Por supuesto, se investiga mucho para eso. Sin embargo, hay matices del lenguaje que inevitablemente se pierden un poco, y esto es algo que debe aceptarse cuando se traduce. Pero también se ganan cosas. Se trata, al final, de una negociación con el lenguaje”.

–¿Y cómo llevas tu oficio de poeta y narradora con tu trabajo de traductora?
–Me pasa que no puedo escribir y traducir a la vez. Cuando entro en el universo de un libro, ya sea mío o de otra persona, necesito hacerlo totalmente y dejarme llevar. Tengo amigos y colegas que llevan ambas cosas al mismo tiempo, pero yo no podría.

–¿Crees que ambos trabajos se relacionan? ¿Influye la traducción en tu escritura?
–Traducir te permite explorar tu propio idioma. Cuando traduzco, exploro rincones de mi idioma que tal vez no visitaría por mí misma. Esa es una herramienta que me sirve como autora, por supuesto.

–Tanto la traducción como la escritura de ficción te permiten conocer el panorama de la literatura hispanoamericana y la sueca. ¿Cuáles dirías que son los elementos que los distinguen hoy en día?
–No hay dudas sobre el hecho de que existe un componente más social y político en la literatura en castellano, sobre todo en América Latina, donde hay sociedades cargadas de conflictos. En Suecia, sin embargo, abundan los escritores que escriben sobre la vida de la clase media desde la clase media, y ese tema a mí no me interesa mucho. Literariamente, me atrae lo real, lo complejo del ser humano y los problemas del mundo actual, a los que, por cierto, mi país no escapa. En Suecia, hoy tenemos a la extrema derecha en el gobierno y es enorme el poder que ha alcanzado el crimen organizado. El mundo sigue teniendo la idea de una Suecia que es un modelo idílico, un paradigma de la socialdemocracia, pero ahora esa es una imagen rota.

lunes, 8 de diciembre de 2025

"No sería extraño que el próximo paso sea que comiencen a cerrar bibliotecas”


El pasado 5 de diciembre, Daniel Gigena publicó en La Nación, de Buenos Aires, un artículo donde da cuenta del cierre de la principal distribuidora de libros en castellano de los Estados Unidos. En la bajada se lee: "La empresa proveía ejemplares a escuelas y bibliotecas estadounidenses de localidades con gran población hispana; las ventas cayeron más de un 30% en los últimos dos años."

Cerró Lectorum, la mayor y más antigua distribuidora de libros en español de Estados Unidos

Actualmente en Estados Unidos, hablar y leer en español resulta complicado. Por recortes de fondos en programas de escuelas y bibliotecas estadounidenses que adquirían libros en español y bilingües (español-inglés), cerró la distribuidora de libros Lectorum, con sede en Nueva Jersey. Comunicaron que a finales de diciembre cesarán sus operaciones. Tenía más de sesenta años de actividad y, para varias editoriales hispanoamericanas, que se verán afectadas, era una puerta de entrada al mercado estadounidense.

El jueves pasado, Lectorum hizo una gran subasta de liquidación de unos 700.000 ejemplares, en español y bilingües. El principal motivo del cierre han sido los cambios en la financiación federal de las compras de libros en español para las escuelas estadounidenses de localidades con gran población hispana, lo que provocó una enorme caída en las ventas de Lectorum.

Según declaró el presidente y director ejecutivo de Lectorum, Álex Correa, a Publishers Weeklylas ventas cayeron un 30% este año, “en una industria que ya trabaja con márgenes reducidos”, acotó. Por décadas, Lectorum fue un proveedor clave de las escuelas de Estados Unidos, llegando a alcanzar el 60% del negocio de los libros escolares y el 70% de los libros infantiles. Después de la pandemia, los ingresos de la empresa se estabilizaron en unos doce millones de dólares anuales, pero el cambio de política educativa en Estados Unidos (que provocó una caída en las compras) agravó la situación de la empresa.

Correa atribuyó el cierre de la empresa al recorte presupuestario y a otros motivos, como la depreciación del dólar, que aumentó el valor de los libros importados (que Lectorum traía de otros mercados, entre otros, el argentino), la mayor competencia de editoriales estadounidenses que venden libros en español a precios más bajos y la reducción de los márgenes de los distribuidores, esto último, dijo, debido a que los grandes grupos editoriales ofrecen menos descuentos a sus competidores.

Lectorum, que también se había convertido en una editorial, publicaba libros infantiles bilingües y en español (como la serie protagonizada por la cerdita Mercy Watson) y funcionaba como agente de ventas de MakeMake, la distribuidora de libros electrónicos con sede en Colombia que trabaja con bibliotecas y escuelas. Correa dijo que esperaba que este servicio continuara “sin interrupción”. El catálogo de Lectorum contaba con doscientos títulos.

Antes de convertirse en distribuidora y editorial, había sido una librería ubicada en la calle 14 de Manhattan. En 1996, Scholastic la compró, y en 2009, la adquirieron los hermanos Álex y Fernando Correa. Lectorum tenía como “socios estratégicos” a editoriales españolas como Anaya, Juventud, Salamandra, Siruela, Jaguar y Planeta; Ekare de Venezuela, Progreso y Fondo de Cultura Económica de México, Panamericana de Colombia y Adriana Hidalgo, Kalandraka, Edelvives y V&R de la Argentina, entre muchas otras.

En su cuenta de Facebook, el exeditor y exagente literario argentino residente en España, Guillermo Schavelzon, que visitará en 2026 la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, escribió: “Las políticas del gobierno de Donald Trump pretenden ignorar que en ese país viven 68 millones de ciudadanos de origen ‘hispano’, muchos de ellos no solo nacionalizados, sino con varias generaciones allí. Durante décadas, diversos programas federales de educación compraban libros en español para los colegios de alta presencia de inmigrantes o castellano hablantes. Que tuvieran materiales de enseñanza y lectura en español era -en contra de lo que se está diciendo ahora- algo que los educadores consideraban esencial para su integración. Si semejante inmigración fue posible (en un país donde toda la población tiene origen inmigrante), es porque Estados Unidos los necesitaba para crecer. Lo curioso es que los sigue necesitando, como indica la tasa de desempleo entre ciudadanos de origen hispano, que es muy baja”.

Para Schavelzon, la política de Trump, de “América (solo) para los americanos” (MAGA), impulsó la cancelación de esos programas en las escuelas a las que asisten hispanohablantes y ocasionó el cierre de Lectorum.

Con un pronóstico sombrío, Schavelzon concluye: “Pero no es solo una cuestión del idioma español: hace poco quebró la bicentenaria Baker & Taylor, la principal abastecedora de libros en inglés a bibliotecas de todo el país, que cierra este fin de año por, dejando 580 empleados sin trabajo ni indemnización, y sin poder pagar a sus proveedores, entre los que estaba Lectorum. No sería extraño que el próximo paso sea que comiencen a cerrar bibliotecas”.