martes, 31 de agosto de 2021
Los gráficos argentinos tiran manteca al techo
lunes, 30 de agosto de 2021
Roll over Shakespeare, Ehrenhaus dixit
viernes, 27 de agosto de 2021
El SPET recibe la primavera por anticipado
jueves, 26 de agosto de 2021
Trampas que Roberto Arlt depara a los traductores
Una vieja nota de Fernando Sorrentino, encontrada al azar de Internet y luego oficialmente solicitada, sin “trompiezos” ni “disgresiones”, donde se demuestra la sagacidad de una traductora para sortear los peligros del DRAE.
Así como el parecido morfológico o fonético entre dos o más palabras de diferente significado en distintas lenguas (los llamados falsos amigos) puede inducir a error al traductor, me parece que también existen falsos amigos dentro de una misma lengua. Veamos unos pocos ejemplos.
Recuerdo que, en algún momento de mi escuela primaria, yo, en lugar de decir redundante y redundancia, decía rebundante y rebundancia, pues imaginaba que el pleonasmo se relacionaba con la idea de sobreabundancia. En el habla argentina muy tosca, no falta quien diga trompezar por tropezar, pues parece vincular el tropiezo con el hecho de caer de trompa (es decir, boca abajo). Y, en el habla presuntamente culta, no pocas personas con estudios universitarios incurren en imaginarias disgresiones y eluden las razonables digresiones, pensando acaso que el vocablo provendrá de disgregar.
En fin, nadie está libre de ser engañado por el sonido o la forma de una palabra y de atribuirle un significado que no le corresponde. Creo que inconsútil es un vocablo diabólicamente simulador, y que preboste —aunque se ignore qué quiere decir— tiene que ser algo desagradable o malvado.
Pues bien, yo no diré que el lenguaje de Roberto Arlt es correcto ni incorrecto, ya que estos términos encierran juicios de valor, pero me atrevo a decir, sin hipérbole y sin metáfora, que es extravagante.
Realizada por la profesora estadounidense Michele McKay Aynesworth, y con el título de Mad Toy, acaba de aparecer (Durham/Londres, Duke University Press, 2002) la versión inglesa de El juguete rabioso (1926), de Roberto Arlt.
Desde luego, me movió el interés de saber cómo diablos se arreglaría la traductora para poner en inglés una narración que le interpondría toda clase de trampas, laberintos y galimatías sintácticos, morfológicos y léxicos.
El cotejo entre el texto español y la versión inglesa me resultó tan divertido como sorprendente, y me sirvió para descubrir muchísimas curiosidades. De entre tantas y tantas, ahora me limitaré a mostrar cómo procede la traductora en un preciso caso en que se topa con una inexactitud léxica en el original español.
El primer capítulo de El juguete rabioso se titula «Los ladrones». En cierto pasaje, Arlt escribe:
Un agente de policía cruzó el herbero de la plaza hacia nosotros.
De acuerdo con el drae, herbero (del lat. herbarius) no es otra cosa que el «esófago o tragadero del animal rumiante». Siendo esto así, será difícil imaginar un esófago de vaca que descanse en una plaza y que, además, sea cruzado por un agente de policía.
Sin
duda, Arlt relacionó el sonido de herbero con la hierba de la
plaza, y obró en consecuencia, utilizando aquel vocablo en lugar de, por ejemplo,
césped.
*«Although I felt it necessary to correct Arlt’s use
of herbero (esophagus) to mean hierba (grass)…», pág. 13.
miércoles, 25 de agosto de 2021
Una interpretación del lenguaje inclusivo
martes, 24 de agosto de 2021
"Es precisamente un error típico del hombre occidental pensar que el dios griego estaba más cercano, más accesible"
lunes, 23 de agosto de 2021
Un texto interesante para los que rompen las pelotas con la necesidad de invisibilidad del traductor
El siguiente artículo, originalmente publicado en The Conversation y más tarde reproducido por Público, de España, en septiembre de 2020, fue escrito por Patricia Álvarez Sánchez, profesora de Traducción e Interpretación, de la Universidad de Málaga.
viernes, 20 de agosto de 2021
Con la pandemia, en Córdoba creció el interés por la lectura o al menos eso dicen los libreros de allá
En Córdoba, las librerías se recuperan y avizoran un crecimiento a corto
plazo
La pandemia frenó todo en muchos rubros, pero no las ganas de leer, al menos así lo consideran diferentes consultados vinculados a la venta de libros en la ciudad de Córdoba, centro neurálgico de la industria editorial por fuera de la concentración que ofrece Buenos Aires y uno de los focos donde la lectura se mantiene vigente y resiste al avance de la tecnología, según coinciden distintos libreros de la región.
Los responsables de librerías consultados en diferentes sectores de la ciudad hablan de una caída en las ventas en los primeros meses de pandemia, por el mismo cierre de locales, aunque afirman que vienen reputando la demanda y sostienen que se está alcanzado el volumen de comercialización de la pre-pandemia.
"Tuvimos cerrados dos meses y eso nos afectó bastante, y luego retomamos. Las ventas cayeron entre un 30 y 40%", cuenta Matías Ramírez, encargado de Uni Libros, en pleno centro cordobés. El librero destaca también que los hábitos de consumo no se modificaron demasiado en el sector por el avance de la tecnología, y aclara: "La gente elige más lo físico antes que lo digital, por eso se mantienen las ventas".
"La gente que quiere el libro quiere el
objeto. Aunque sea pesado, ocupe espacio, sea caro, la gente quiere el
libro", resalta en diálogo con Télam, Luz Bulacio, encargada de librería Yenny
del Patio Olmos Shopping. En ese sentido coincide Luz Giménez, encargada de
librería Rincón Cultural de barrio Alto Verde, para quien "los lectores
siguen prefiriendo el libro: leer en papel es otra cosa".
En la ciudad de Córdoba existen aproximadamente unas 75 librerías, explica Paula Tumas, directora de Industrias Culturales y Creativas de la subsecretaría de Cultura municipal, quien asevera que "la pandemia afectó a librerías y a la industria del libro en general pero no de manera muy distinta a la que ha afectado a otros ámbitos de la cultura que fue uno de los más afectados".
Acerca de las formas de venta, la directora de Industrias Culturales y Creativas indica que en el último tiempo se reactivó la actividad del sector pero "con un modelo que es más e-commerce, que tiene más pregnancia de la que ya venía teniendo" y señala que "la baja de libros escolares también sufrió un fuerte impacto, que con la vuelta a la presencialidad ese sector se reactivará".
Entre los factores que plantea Tumas como centrales en el mediano plazo está la realización de la Feria del Libro de Córdoba, que se concretará del 1 al 11 de octubre bajo una modalidad mixta: con presentaciones de libros en centros culturales y librerías y stands de editoriales, librerías o bibliotecas en el Cabildo y de manera virtual se podrán seguir charlas, conferencias, entrevistas.
Para la funcionaria, "será la posibilidad de generar impacto en la circulación de libros estimulando el vínculo con librerías y editoriales, fomentando la lectura".
En tanto, Pablo Kaplun, presidente de la Cámara de Librerías, Papelerías y Afines del Centro de la República, que nuclea a unas 25 librerías de la ciudad advierte que hubo una sola librería que cerró, "una especializada en arquitectura".
Propietario de dos locales de librería, Kaplun muestra una visión diferente a la de los otros
entrevistados, al considerar que la tecnología sí afecta a la cantidad de
lectores de libros, y por defecto a las ventas: el tema no es que la gente
"lea libros a través de dispositivos electrónicos, sino que hay nuevas
maneras de entretenerse, como por ejemplo la plataforma Netflix o las
aplicaciones de los celulares, que le quitan tiempo a muchos lectores",
sostiene.
Además de las diferentes maneras en que se puede
leer un libro, también cambió, como en la mayoría de las industrias, la forma
de comercializar los productos. La venta por internet creció a pasos
agigantados durante el último año y medio, y los textos no están ajenos a esa
realidad.
"Por el momento no tenemos ventas por internet pero se está gestionando el tema. Sabemos que está funcionando muy bien por eso queremos anexarlo a las ventas diarias", resalta Ramírez, el encargado de Uni Libros.
Por su parte, Bulacio, de la filial Córdoba de librería Yenny, puntualiza: "La venta por internet se maneja por un canal independiente. Sé que crecieron mucho pero no tengo números concretos".
Mientras que Giménez, de
Rincón Cultural, añade: "Las ventas cayeron bastante, pero
con las ventas online se recuperó mucho, y se empezó a notar que lo que más se
vendía era la parte juvenil e infantil. Estamos hablando desde los 6 años hasta
los 16, 17 y eso nos encantó".
"Nosotros también tenemos que aprender mucho de la nueva forma de vender", coinciden los entrevistados.
Otra librería ubicada en una esquina neurálgica en el centro cordobés es El Mundo del Libro, donde su encargado, Carlos Lallana, cuenta: "En un primer momento cerramos un mes, después se vendió mucho a puertas cerradas, y por internet, después se fue abriendo de a poco".
"El libro es algo que se vende bastante. Para
el colegio y hay muchos chicos que leen cuentos infantiles, también gente
grande, profesionales que les hace falta el libro", detalla el librero.
En cuanto al formato que elige el lector, Lallana coincide en que predomina la elección por el libro
tradicional: "Creo que igual o más se vendió porque la mayoría que le
gusta leer le gusta el libro, tenerlo en papel, marcarlo".
En cuanto a la modalidad de venta, precisa: "Hay menos cantidad de gente, tienen que entrar de a menos, no pueden mirar tanto, pero el resto es igual".
Tanto El Mundo del Libro como Uni Libros se encuentran en pleno centro, y ambos encargados de esos lugares admitieron que el movimiento de gente no volvió a ser el mismo, ya que en calles cercanas se modificaron sectores donde pasaban muchos colectivos, además cerró el edificio de la Legislatura, a pocos metros donde se generaba una importante afluencia de gente.
Otra realidad que marcan aquellos comerciantes de la zona céntrica es que hay muchas personas que trabajan en oficinas que ya no utilizan, porque por la pandemia lo hacen de manera remota desde sus casas. "La gente ya no es la misma que circula por cortes de calles por ejemplo, la 27 de abril que ya no pasan más colectivos, no está más la Legislatura, el flujo de gente ya no es el mismo, bajó alrededor de un 45% el flujo de gente que andaba antes de la pandemia", dice Ramírez.
Los vendedores aceptan que hubo una caída en las ventas en 2020, pero se recuperaron mucho este año, haciendo hincapié en las últimas semanas, a las que se animan a definir como muy buenas con las ventas en vacaciones invernales. Todos coinciden en que se vienen mejores meses por delante.
"Creo que vamos a seguir creciendo, con el avance de la vacunación la gente ya está viniendo mucho más, las vacaciones fueron muy buenas", destaca Bulacio, a la vez que señala que en el shopping Patio Olmos se siente la falta de turistas: "El público de acá es mucha gente que viene del exterior o de otras provincias de vacaciones, hay muchos cordobeses pero sí mucho público de afuera. Cuesta ahí la recuperación pero estamos mucho mejor", sostiene.
Ante la consulta sobre si la pandemia y los
cambios de hábitos en general el público eligió otros géneros literarios, los
entrevistados aclaran que no, aunque sí notan que creció el interés por la
lectura. "Los padres están dando un poco más de incentivo para que los
niños dejen un poco la computadora, el tele o el celular. Incentivan a tener
libros y es un puntito más que nos ayuda", celebra Giménez, quien ve con
optimismo estos días de venta en el marco del Día de las Infancias.