viernes, 30 de mayo de 2025

"La decisión de mantener ciertos términos en español responde a una estrategia de traducción que busca un equilibrio entre dos enfoques: la domesticación y la extranjerización"


El pasado 26 de mayo, Gonzalo J. García publicó en Rosario 12 una entrevista con 
María Julia Francés, coordinadora de la Diplomatura de Técnicas Aplicadas a la Traducción Audiovisual, quien, según la bajada del artículo, "Reflexionó sobre el rol de los traductores en la escena mediática actual y los desafíos que enfrentan ante la irrupción de nuevas tecnologías".

Toda traducción es una decisión

La adaptación de la emblemática historieta nacional El Eternauta, creada por el guionista Héctor Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López, ha dado mucho de qué hablar tras su estreno en Netflix. Uno de los aspectos que más llamó la atención fue su traducción, especialmente por la cantidad de modismos y connotaciones culturales presentes en la obra. María Julia Francés, coordinadora de la Diplomatura de Estudios Avanzados en Herramientas Teóricas y Técnicas Aplicadas a la Traducción Audiovisual de la Universidad Nacional de Rosario, reflexionó sobre el rol de los traductores en la escena mediática actual y los desafíos que enfrentan ante la irrupción de nuevas tecnologías.

“La traducción audiovisual tiene muchísimas aristas vinculadas a la cultura, por supuesto. Usualmente se recurre al inglés como lengua pivote: no se traduce directamente de una lengua a otra, sino que suele interponerse una lengua intermedia, y actualmente, predominantemente, es el inglés, porque es una lengua de poder. En su momento lo fue el francés, en otros momentos fueron otras. Entonces, ahí aparece la necesidad de reponer todo ese contenido cultural que el traductor de la segunda parte del proceso ya no puede poseer”, explicó.

Francés remarcó que, a diferencia de otras palabras, Malvinas no tiene una simple equivalencia lingüística, sino que encierra una carga política. “Malvinas-Falklands es una distinción en términos políticos. En los documentos internacionales en inglés, como las declaraciones de la ONU, se dice Malvinas-Falklands, incluso aunque esté en inglés. No es que directamente pongan Falklands porque está en inglés”, explicó.

Para ella, la opción de traducirlo sólo como Falklands implica ignorar la dimensión política del lenguaje. “Eso me parece un error directamente”, sostuvo, y recordó que incluso en contextos institucionales locales ha observado esa omisión: “Hace diez años fui con unas amigas de Estados Unidos a una recorrida por la Casa Rosada, y en los folletos decía Falklands. Ahí hay una cuestión de no ver el aspecto político del lenguaje”.

Según la traductora, la decisión de mantener ciertos términos en español responde a una estrategia de traducción que busca un equilibrio entre dos enfoques: la domesticación y la extranjerización. “En traducción hablamos de una gama de estrategias que tienen dos extremos. Por un lado, la domesticación: uno podría querer que El Eternauta parezca hecho en inglés, poner expresiones idiomáticas propias de ese lenguaje, sacar las referencias territoriales, para hacer todo más natural para el público angloparlante. Sin embargo, esa estrategia, si bien facilita la recepción, también oculta los valores de la cultura argentina como si fueran propios de la cultura anglosajona. En el caso de esta serie me parece fundamental el contraste entre este valor de 'nadie se salva solo' con los valores individualistas de las producciones anglosajonas”.

Por el contrario, Francés resaltó el camino por el que se optó. “Pone algunas palabras en español, incluye cuestiones muy argentinas, que el espectador puede googlear”, relató. Desde su perspectiva, este gesto invita al público a una participación activa sin que él mismo se sienta fuera: “Esa decisión puede llevar al extremo la otra estrategia, la extranjerización, que puede tener un efecto exotizante, en el que resulte todo raro y con valores mucho más difícil de asimilar. Pero la traductora hace algo intermedio: la traducción es bastante natural, pero con algunas cositas para que vos vayas a googlear, sin resultar tampoco totalmente ajeno”.

Para Francés, esta elección resulta especialmente significativa en un contexto donde proliferan las tecnologías de doblaje automático que buscan disimular el origen extranjero de los contenidos. “Me parece súper interesante en un contexto en el que se está hablando de doblaje con inteligencia artificial, donde no te vas a dar cuenta que el producto viene de otro país”, planteó. Al respecto, opinó que las grandes plataformas tienden cada vez más a un consumo pasivo. “Se busca que el público sea menos activo, aunque pueda participar en redes sociales. Sin embargo, El Eternauta te dice: ‘Andá a googlearlo’”.

Destacó que la estrategia de traducción dialoga directamente con la propuesta narrativa de la propia serie. “Se elige una estrategia que coincide con la de los creadores, la cual no es una serie absolutamente costumbrista e incomprensible para alguien que no sea argentino, sino que tiene elementos internacionales, incluso medio hollywoodenses, pero también con elementos y valores argentinos. Me parece que está siguiendo esa línea, no solo por la palabra Malvinas, sino por una estrategia general en su producción”.

La IA y sus desafíos
La Inteligencia Artificial ha ido evolucionando a pasos agigantados durante los últimos años, al punto que pone en jaque el papel activo del ser humano en muchos procesos que hasta hace poco eran impensables. Doblajes automáticos y subtítulos creados con IA al instante, son solo algunos de los desafíos que enfrentan las y los traductores en la actualidad.

“Yo creo que más que nunca tenemos que pensar críticamente en nuestra profesión, tenemos que no tener miedo a decir que esta profesión es política, y nuestras decisiones también”, planteó Francés. “Cuando yo estudiaba nos decían todo el tiempo que teníamos que ser neutrales, pero la verdad es que no existe la neutralidad en el lenguaje, y en la comunicación mucho menos. La inteligencia artificial hace lo que todo el mundo pensaba que era lo neutral, que en realidad tiene una raíz probabilística. Acá lo importante es que el ser humano pueda decidir entre las opciones y pensar cuáles son los efectos de esas opciones”, señaló.

La profesional remarcó que las traducciones actuales por IA son muy verosímiles, y que usualmente no se observan errores lingüisticos, y si se detectan es porque probablemente haya sido realizada por traducción automática y no inteligencia artificial generativa. “Los traductores automáticos, como los traductores de Google que son los sistemas NMT, son más literales, y muchas veces se pueden detectar con más facilidad. En cambio, en la traducción con IA no te das cuenta porque es bastante natural, lo que representa también un peligro porque te pueden estar diciendo cualquier cosa y vos no te enteraste”.

Ciclo de formación
La Diplomatura de Estudios Avanzados en Herramientas Teóricas y Técnicas Aplicadas a la Traducción Audiovisual es un trayecto de formación de posgrado que está radicado en el Centro de Estudios Interdisciplinarios (CEI) de la UNR. En agosto, comienza su cursada y está abierto a traductores de todos los idiomas.

“A diferencia de otros casos que existen en el país de posgrados, esta diplomatura tiene un enfoque bien interdisciplinario. Lo pensamos así porque justamente la traducción está en un punto de inflexión con la introducción fuerte de la inteligencia artificial y el surgimiento nuevas. Entonces nos preguntamos, ¿Por qué no darle un contexto más amplio? ¿Por qué no, desde la comunicación social, ver qué rol estamos cumpliendo como traductores audiovisuales? Buscamos poder analizar el producto completo, no solo pensar en la parte lingüística, sino también poder tener herramientas técnicas para hacer sugerencias, para hacer asesoría, y para otros nuevos caminos hacia dónde va la traducción en la actualidad”, puntualizó María Julia Francés.

La idea de la diplomatura es aportar herramientas complementarias a la formación tradicional en traducción, incorporando saberes de la comunicación social, las neurociencias, la música, el sonido y otras disciplinas. “Buscamos que quienes se formen en esta propuesta adquieran una visión más amplia, que vaya más allá de saber contar caracteres en un subtítulo o sincronizar un audio en el doblaje. Queremos brindarles herramientas que consideramos esenciales para el futuro y que, en realidad, siempre lo fueron, aunque hoy las percibimos como aún más necesarias. Y la idea es también invitar a personas que trabajan con accesibilidad, sobre todo de la comunidad misma, de los colectivos de personas sordas y personas ciegas, para que nos puedan aportar también, algo que nos parece fundamental.”.

El cursado comienza en el segundo semestre de este año, y durante el primer trimestre del 2026 se va a realizar una práctica profesionalizante y materias optativas con distintos docentes invitados. Se puede solicitar más información al mail intaudiovisual@unr.edu.ar

jueves, 29 de mayo de 2025

Chile invitado a la Feria de Frankfurt

"La española Marifé Boix García se apresta para viajar a Chile, donde formará parte de la segunda edición del Contec, un encuentro profesional que forma parte del camino para Frankfurt 2027, donde Chile será el país invitado de honor. Acá habla sobre cómo ha sido la preparación del país, las expectativas, los desafíos de la industria del libro y los efectos de la Inteligencia Artificial en el mundo editorial." Esto dice la bajada del artículo publicado por Pablo Retamal L., en el diario La Tercera, de Chile, el pasado 24 de mayo.

Vicepresidenta de la Feria del Libro de Frankfurt: “Chile ha ganado tiempo y eso será positivo para su participación”

Por estos días, la agenda de la española Marifé Boix García está a tope. Como Vicepresidenta para el Sur de Europa y América Latina de la Feria del Libro de Frankfurt, se apresta a viajar a nuestro país, donde formará parte de la segunda edición del Contec Chile, un encuentro profesional coorganizado entre la entidad germana y el Ministerio de las culturas. Este evento se realizará entre el 28 y 30 de mayo, en el marco de la próxima Furia del Libro de invierno.

La instancia reunirá a los principales agentes literarios y gremios editoriales nacionales con sus pares de Alemania, Reino Unido, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Brasil, México, India, Egipto y América Latina, quienes vendrán a conocer y establecer lazos con la industria local, con la finalidad de difundirla en el extranjero. Es parte de las actividades programadas con miras a la participación de Chile como país invitado de honor en la Feria del Libro de Frankfurt 2027. En ese contexto, Boix se dio tiempo para atender a Culto vía Zoom.

Usted viene al Contec, encuentro con editores de Chile y el mundo, ¿qué es lo que se busca generar en esta actividad?
Por un lado, tenemos la parte de la conferencia del encuentro Contec, que ahí lo que se trata es de llevar temas relacionados con el mundo editorial, como la profesionalización de la industria editorial, la distribución y el marketing digital o temas relacionados con la inteligencia de datos, etcétera. Y luego, lo que ya son los editores, eso ya viene vinculado realmente a lo que es el invitado de honor, porque este año es el más importante de todos: hay que vender derechos de libros chilenos ahora. La idea es que luego esos libros sean traducidos. Los contratos de derechos de traducción siempre incluyen una cláusula que generalmente habla de 18 meses hasta el momento de publicación. La idea es que el 2027 ya tengamos libros chilenos traducidos a otras lenguas, entonces hay que trabajar desde antes en eso. Ese es uno de los objetivos importantes en el contexto de este viaje de editores, que está organizado por el MINCAP y también por Dirac y nosotros obviamente apoyamos con alguno que otro contacto si es necesario.

¿Qué factores principales influyeron en la decisión de seleccionar a Chile como País Invitado de Honor para la Feria del Libro de Frankfurt 2027?
Por un lado, desde lo que podíamos observar en la Feria de Frankfurt, vimos que la parte gubernamental en Chile funciona muy bien. Hay un diálogo muy bueno y también un gran apoyo de cara al sector editorial. Por otro lado, hay un factor importante para la feria que siempre intentamos focalizar hacia ciertos mercados, regiones, lenguas, etcétera. Entonces, intentamos que cada tantos años haya algún país latinoamericano, asiático, europeo, etcétera. Entonces, que haya ahí un círculo que no sea demasiado centrado en una sola región. Como sabrás, Chile estaba previsto primero para el 2025, antes de eso habíamos tenido tres países europeos seguidos, entonces para nosotros era importante decir nos vamos a otra región un poco más alejada, para de esa manera también tener ahí otra biodiversidad interesante para los editores que participan en la feria de Frankfurt. Y bueno, Chile dijo que no en esa ocasión y por eso nos fuimos al otro extremo e invitamos a Filipinas. Después, invitamos a un país que estuviera un poco más céntrico desde el punto de vista europeo, como es la República Checa para el año que viene y, después volvimos a Chile. Con ello, volvimos a América Latina.

Cuando se realizó ese cambio de fecha para la participación de Chile, ¿les generó algún tipo de problema?
La verdad que en el momento sí, porque le tuvimos que dar mucha prisa a Filipinas, que llevaba mucho tiempo esperando que le dijéramos que sí, pero nos estábamos manteniendo a la espera porque teníamos la expectativa de que fuera Chile quien participara. En el momento que Chile se retiró, a Filipinas le quedaba poco tiempo. Ahora, pensado desde el punto de vista de hoy, Chile ha ganado tiempo y supongo que eso será positivo para el resultado posterior. Lo único que cambia en este panorama es que será otro gobierno el que estará a cargo del proyecto cuando se efectúe la Feria del 2027. No será el mismo que está ahora en el poder. Eso sí que cambia, pero lo demás, yo creo que si nos centramos en lo que es la industria editorial, no debería ser problema, porque eso es independiente del gobierno de turno. Y tampoco creo que cambien tanto las cosas porque los editores y los buenos autores seguirán siendo los mismos, independiente de algún otro contenido que quiera presentar un gobierno o no.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos que han enfrentado en la coordinación de un evento de esta magnitud con un país tan distante geográficamente?
Sí, la verdad es que eso es un poco complicado, porque cuando se trata de viajar a ciertos países, de nuestro lado o de esos países a Frankfurt, Alemania, se complican un poco las cosas. No se tiene la continuidad que, por ejemplo, tenemos con el director del proyecto de la República Checa, que cada par de semanas está en Frankfurt y vuelve a hablar con todo el mundo directa y presencialmente. Pero yo creo que lo más importante es tener claros los objetivos y tener las reuniones que se deben organizar a tiempo. A nivel de trabajo, yo creo que lo más importante es estar bien alienados y entenderse bien. O sea, no hay problema. El desafío más bien, es entre las personas que quizás no se conozcan todavía. Ahí el desplazamiento es más complejo porque un viaje a Chile no son un par de horas, sino ya se tienen que planificar los tiempos de otra forma, y eso va a requerir alguno que otro esfuerzo.

¿Qué expectativas tienen en la Feria respecto al impacto que la presencia de Chile generará en el público y la industria editorial internacional?
La expectativa que tenemos es que se den a conocer otros escritores y escritoras que, de momento, no son tan conocidos y conocidas aún. Siempre que un país, una región, se presenta con su literatura y cultura, también da frutos en los otros países cercanos. Yo creo que si se presenta a Chile como invitado de honor, seguro que también habrá una buena repercusión para sus vecinos latinoamericanos que estarán en la feria, y eso automáticamente genera otro interés por parte del público, sobre todo de los profesionales.

¿Se conoce la literatura chilena en Europa?, ¿qué se está leyendo?
Pues algunos escritores sí se conocen, como Nona Fernández, Alejandro Zambra, María José Ferrada, hay muchos libros que sí se leen y están traducidos al alemán. Tampoco es que empiecen a trabajar ahora. O sea, la Dirac ha hecho mucho trabajo en los últimos años y todos los años ha traído también alguno que otro escritor a la feria, no solo a la de Frankfurt, sino también a festivales literarios, donde han estado presentes diferentes escritores chilenos.

En otro aspecto, ¿Le teme a la Inteligencia Artificial y sus efectos en la industria de Libro?
Yo creo que la Inteligencia Artificial es un tema que está cambiando tan rápido, que lo que dice un día, dos días más tarde puede cambiar. Pienso que es algo que hay que aprender a manejar. Hay que aprender a usar conscientemente esas herramientas que a lo mejor nos pueden ayudar y agilizar algunos procesos, pero yo personalmente soy muy cuidadosa en su uso. Para traducir alguna cosa, uso la herramienta, pero corrijo. Me pongo a ver lo que he traducido, y lo que traduzco lo hago a una lengua que más o menos domino, para poder ver si realmente es lo que yo he querido traducir o no. Entonces, es como una ayuda pero no para tomarlo tal cual y usarlo sin alguna reflexión adicional o sin un criterio original. Y hay cosas que, desde mi punto de vista, no se pueden dejar solo en manos de la Inteligencia Artificial. Por ejemplo, la traducción literaria yo no la pasaría por Inteligencia Artificial, tampoco el diseño de una cubierta. Para eso estimo demasiado a los ilustradores y el trabajo que hacen ahí las personas. Eso es algo que hay que cuidar, y por mucho que se aprenda, que se meta esa información en una máquina, el resultado no puede ser igual.

¿Cuáles cree que son los desafíos para llegar a nuevas audiencias, encantar a nuevos lectores considerando la competencia en relación al tiempo que dedican las personas a las series y el streaming?
Bueno, al final siempre se trata de compartir historias. Y lo importante, sobre todo pensando en los diferentes públicos y en las diferentes edades de esos públicos, es pensar dónde están los lectores, o los oyentes, o los que prefieran novela gráfica, por ejemplo. Si yo puedo transmitir un libro de Juan Rulfo en novela gráfica, pues que bien sea. A lo mejor en otro momento la misma persona lee algún libro de ese mismo escritor. O ahora, por ejemplo, el gran éxito que está teniendo El eternauta, pues ya tuvo su éxito como novela gráfica, pero si ahora a través de otro medio vuelve a ganar terreno, se vuelve a ganar público. Mucha gente tomará el libro después de ver la serie. Yo creo que hay un entrelazado entre los diferentes formatos, y es interesante trabajar en ello. De lo que estoy convencida es que hay que ir a donde está el público, y hay que producir en ese formato y ofrecerlo en la plataforma donde se encuentre el público. Y, obviamente, mantener las librerías es súper importante, eso también es algo que hay que cuidar porque ser librero es una profesión.

¿Cómo ve el futuro de la Feria del Libro de Frankfurt y su rol en el panorama editorial mundial?
Yo lo veo positivo. La Feria del Libro de Frankfurt es enorme y todos los años decimos que hay que volver a inventarla. O sea, ya estamos pensando en la feria del 2026. Es posible que la feria vaya evolucionando en dirección hacia un festival en paralelo, pero nunca dejando de lado la parte profesional que sigue siendo la más importante a nivel histórico de la feria. Y eso es algo que lo tenemos muy claro y que lo seguimos cuidando: tenemos el centro de agentes literarios más grande del mundo. Es el corazón de la feria, el que mueve todo ese tema de derechos literarios y de traducción. Entonces, yo la veo muy diversa, es una feria de ferias, de muchas ferias distintas, de contenidos distintos, de comunidades distintas que todas se encuentran alrededor de una fecha, en un lugar, pero que hay que cuidarla, desarrollarla, etcétera.


miércoles, 28 de mayo de 2025

La "Poesía completa" de Cesare Pavese, en estupenda versión de Jorge Aulicino

El 25 de mayo, Ricardo Ruiz publicó la siguiente reseña en el diario Perfil, donde se ocupa de la flamante versión de la poesía completa de Cesare Pavese. En la bajada, se lee: "La editorial Barnacle publica en nuestro país una exquisita edición bilingüe (español - italiano) de la Poesía completa de Cesare Pavese. El volumen, con traducción de Jorge Aulicino, fue organizado atendiendo al escrúpulo cronológico: en primer lugar se incluyeron los poemas juveniles, escritos durante la tercera década del siglo pasado, y luego el compendio que realizara Italo Calvino de los poemas éditos e inéditos al momento de la muerte del autor, el 27 de agosto de 1950. A modo de adelanto, reproducimos pasajes del libro".

El significado de una obra

Celebrar y agradecer con profundo regocijo la traducción y edición bilingüe de la poesía completa de Cesare Pavese es la primera reacción ante un libro que completa un hueco cultural sobre la obra de uno de los poetas italianos de mayor relevancia, en la influyente tradición de lectura de poesía italiana en nuestro país.

El autor publicó en vida un solo libro de poesía: Trabajar cansa que tuvo una primera edición en 1936, Solaria, bajo la censura fascista y una segunda ampliada, en 1943, Einaudi. Luego de su muerte en 1950 Italo Calvino que lo había sucedido como editor en la editorial Einaudi publicó, con poemas hallados entre los papeles y cartas que había dejado Pavese, un segundo libro Vendrá la muerte y tendrá tus ojos en 1951. Su obra poética fue compilada por Italo Calvino, en tanto albacea y difusor de su obra, bajo el nombre de Poemas éditos e inéditos completando Trabajar cansa con originales no incluidos junto a La tierra y la muerte y Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Con posterioridad la editorial Einaudi publicaría su obra completa bajo el título de Le Poesie en 2014. Este libro reúne la totalidad de la obra poética incluyendo su poesía juvenil, inédita, de los años 1923 a 1930.

En nuestro país la primera publicación de Pavese fue la novela El diablo en las colinas en 1956 por Juan Goyanarte Editor con traducción de Herman Mario Cueva y Dardo Cúneo. A lo largo de los años se fueron sumando ediciones que abarcan la totalidad de su narrativa, leída en clave política con particular interés en los años setenta. Arte narrativa que influiría grandemente en Ricardo Piglia, Juan José Saer, Haroldo Conti y Antonio Di Benedetto y a través de ellos a generaciones posteriores. Carlos Fuentes consideraba su literatura como una profunda influencia sobre los autores de la llamada “generación del boom” y modelo del intelectual comprometido.

Como ensayista a partir de la edición en el año 1957 de El oficio de poeta por Ediciones Nueva Visión, dirigida por Edgar Bayley. Una antología de ensayos con selección y traducción de Rodolfo Alonso y Hugo Gola que reunía escritos que el autor había publicado en distintos medios gráficos sobre libros, autores y movimientos estéticos, básicamente La literatura norteamericana y dos ensayos incluidos en Trabajar cansa: El oficio de poeta y A propósito de ciertos poemas no escritos todavía que tuvo tal repercusión que debieron realizar varias reediciones. El oficio de vivir - Diario 1935/1950, fundamental en tanto expresión de su pensar y proceder y Diálogos con Leucó donde ahonda de manera magistral en los mitos griegos modernizándolos y dándoles nueva vida, fueron publicados póstumamente.

A partir de la edición por Ediciones Lautaro de Trabajar cansa / Vendrá la muerte y tendrá tus ojos de 1961 con traducción y notas de Rodolfo Alonso, será leído también como poeta con creciente entusiasmo –y notable permanencia– por varias generaciones de lectores. Recepción propicia para una poética que por fuera de toda clave romántica o de materialismo burdo trascendía las miradas dicotómicas entre realismo y mito o entre realidad histórica y ficción. Pavese nacido en 1908 en Santo Stefano Belbo un pequeño pueblo del Piamonte donde vivió su infancia en un paisaje rural campesino y atávico se encargaría en Trabajar cansa, abandonando el yo lírico inicial de sus poemas juveniles, de narrar en sus poemas-relato los paisajes escenas y personajes de su lugar natal, el rostro mítico de la tierra de origen. Poesía resuelta en imágenes, tono coloquial y largos versos de amplia cadencia, trazos de vida en la memoria heredada de otros, sosteniendo la necesidad de “reducir a claridad los mitos”, tarea central de su literatura. Un poema resume de manera brillante esas aristas de su “arte de narrar”, Los mares del sur. En el podemos ver la relación entre el mito vivo de la tierra y sus personajes con los mitos literarios de Ulises o Moby Dick, la relación abierta entre la palabra dicha, lo callado o u oculto en segundo plano, el choque entre lo mundano y la tradición en un poema-cuento que en sus cortes permite respirar a lo narrado, abriendo innumerables capas de sentido en su depurada estructura formal donde incorpora su lectura de los escritores de habla inglesa que traducía.

Pavese se licencia en letras inglesas con una tesis sobre Walt Whitman y traduce a Robert Louis Stevenson, Herman Melville, Ernest Hemingway, Sinclair Lewis, Joseph Conrad, John Dos Passos, Gertrude Stein y William Faulkner, entre otros. De los narradores norteamericanos se apropiará de sus técnicas narrativas para establecer un tono despojado y monocorde utilizado a conciencia, “Todo gran escritor es espléndidamente monótono” afirmaba. Un tono “viril” que significaba para él la fuerza y la determinación que hay en la naturaleza y la vida rural o urbana de los trabajadores como forma de resistencia y lucha contra las adversidades. Suma de recursos y profunda sensibilidad que desarrolla en Trabajar cansa y permiten que esas historias sean en sí mismas iluminaciones que permiten hallar un significado en la vida más allá de la alienación de la vida moderna y formulan una crítica profunda al sistema que la produce. Un nuevo realismo, opuesto a todo lirismo tradicional o hermético, que le permite abrirse al mundo mítico e histórico y abrazarlo con el lenguaje.

En los poemas posteriores a Trabajar cansa su poesía retoma cierto lirismo y abrevia sus versos, poemas que serán organizados por Italo Calvino y publicados de forma póstuma: La tierra y la muerte, Dos poesías a T. y Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, agrupados bajo este último título, donde los temas centrales serán el amor y la muerte desde una perspectiva en lucha por el sentido de la vida. A la vez nostálgico, esperanzado aún, y valiente al exponer –y exponerse– dando cuenta del costado trágico de toda vida humana sus poemas llevan el “oficio de poeta” a ser uno con el “oficio de vivir”. “Entre nosotros nada / de trampas, nada / de cosas inútiles / combatiremos siempre”. En los poemas los mitos originarios de la tierra y el paisaje remiten a un origen no individual sino colectivo asociados a la mujer, al amor, a su pérdida y a la muerte como destino y regreso a la tierra de la que vinimos.

Destino que consumaría de propia mano. En un cuarto de hotel de Turín pondría fin a su vida con una sobredosis de somníferos en 1950 poco antes de cumplir 42 años. Su diario concluye “Basta de palabras, un gesto, no escribiré más” y entre los papeles hallados en aquella habitación escritas sobre su libro más querido Diálogos con Leucó sus últimas palabras “Perdono a todos y a todos pido perdón ¿Está bien? No chusmeen demasiado”. Tal vez, el dolor por un desengaño amoroso que continuaba pérdidas que nunca dejaron de hacerse presente: la muerte de su padre siendo muy pequeño, sus camaradas muertos, antiguos desamores, las injusticias a las que combatió cultural y políticamente en una época hostil a su honda sensibilidad y un vacío existencial que la vida y sus frustraciones no permitieron colmar. “Alguien ha muerto / hace mucho tiempo– / alguien que intentó / y no supo.”, nos dice en su último poema “Último blues”, para ser leído algún día.

Su poesía, directa o indirectamente, ha tenido una recepción y una influencia marcada en la poesía argentina contemporánea. No solo Juan José Saer, su libro de poesía El arte de narrar tiene una deuda insoslayable y su título un homenaje directo, o Hugo Gola, como dijimos traductor de Pavese, sino también compañeros generacionales. Influencia que, mérito de las ediciones argentinas donde pudieron leerlo por primera vez, se trasladó también a la generación española del 50 y sus continuadores.

En nuestro país el impacto de su lectura y su huella se mantienen en el tiempo y es posible de rastrearla en un buen número de poetas que comenzaron a publicar a partir desde de los años sesenta y, directa o indirectamente, hasta la actualidad. No necesariamente en la forma o en su técnica deslumbrante, tal vez irrepetible, todos los que lo han leído en profundidad mantienen algo de su espíritu.

Esta notable y muy cuidada edición por primera vez en castellano y en edición bilingüe de la poesía completa por la editorial Barnacle, que ya nos había dado a conocer otras obras inéditas del autor ahora incluidas en este libro, está organizada en orden cronológico tomando como base la edición, entendemos definitiva, por la editorial Einaudi de 2014 titulada Le Poesie.

La traducción de Jorge Aulicino, poeta, Premio Nacional de Poesía 2015, periodista y traductor de amplia y reconocida trayectoria, especialmente de poesía italiana: La Divina Comedia de Dante Alighieri, Pier Paolo Pasolini, Franco Fortini, Eugenio Montale y un largo etcétera; capta las sonoridades íntimas de la poesía de Pavese: el tono coloquial y austero que permite apreciar el modo dialógico de los poemas respetando las repeticiones y los giros que estructuran el carácter visual de los mismos subrayando sus principales elementos como ecos que se repiten en la memoria de lectura. Si Pavese confronta con el lenguaje y crea un italiano único integrando la palabra de su tierra, esta exquisita traducción, con fluidez y belleza, nos habla en lengua propia.

En nuestro país Cesare Pavese no solo es un clásico sino también un mito que debemos “reducir a claridad”: volver a sus textos dejando de lado aquellas lecturas que pretenden circunscribirlo a su decisión última y limitan una obra llena de vida y responsabilidad con la palabra. Recuperar para estos tiempos su condición de escritor comprometido con una estética renovadora, su ética como trabajador de la cultura, su crítico vínculo político y su maravillosa poesía.

martes, 27 de mayo de 2025

1984: la historia de una traducción

"La nueva edición de la obra de George Orwell, publicada en Argentina por la editorial chilena La Pollera, rescata una traducción realizada de forma clandestina durante la dictadura de Pinochet." Esto dice la bajada de la nota publicada por Juan Pablo Cinelli, el pasado 24 de mayo, en el diario Tiempo Argentino.

La traducción de «1984» cuya historia es tan apasionante como la propia novela

Hace unos días en el Festival de Cannes se estrenó el documental Orwell: 2+2=5, del cineasta haitiano Raoul Peck. Exministro de cultura de su país, Peck utiliza la figura del escritor George Orwell y su obra más famosa, la novela distópica 1984, para hablar de un presente en crisis que a veces se parece mucho a su ficción. Habrá que esperar al estreno en nuestro país para evaluar la pertinencia del paralelismo, pero si algo deja claro su participación en Cannes es la gran vigencia simbólica que aún tiene 1984, a casi 80 años de su primera edición.

Por eso mismo la reedición de la novela impulsada por la editorial chilena La Pollera, de amplia distribución en Argentina, parece oportuna. No solo por el carácter especular que el texto de Orwell pudiera tener respecto del panorama político contemporáneo, sino porque no se trata de una versión cualquiera de este texto emblemático. Esta edición carga con una plusvalía simbólica que la vuelve única en el mundo y para conocerla hay que remontarse a su origen.

Traducir 1984 en la clandestinidad
Era diciembre de 1983 en Santiago, la capital chilena. El régimen encabezado por el general Pinochet acababa de cumplir una década usurpando el poder institucional de la nación, convirtiéndose en una de las dictaduras más longevas y crueles de las que entonces infestaban América latina. Las libertades habían sido recortadas y las expresiones políticas reprimidas. Los opositores, entre los que no solo se incluía a figuras política sino también a obreros, artistas, estudiantes o cualquiera que no aceptara el discurso oficial, eran detenidos, secuestrados, torturados, encarcelados y en muchos casos, desaparecidos. Además, gran cantidad de libros y obras artísticas se encontraban prohibidas: 1984 era una de ellas.

No es que el libro no se consiguiera: algunas bibliotecas disponían de una edición española, traducida durante la dictadura franquista, censurada y recortada. Pero en Chile no había editoriales dispuestas a financiar una nueva traducción que respetara el original. Ante eso, tres periodistas se propusieron algo que hoy parece nimio, pero que entonces era un gesto político de riesgo: traducir 1984 para editarla en un contexto político muy similar al que se describe en la novela y durante el mismo año que le da nombre.

Eran los chilenos Samuel Silva y Fernando Bendt y la estadounidense Lezak Shallat, quienes durante seis meses se juntaron varias noches por semana, desafiando el toque de queda vigente. “Creíamos -y creemos que Orwell habría estado de acuerdo- que cada traducción debe provocar en los lectores una comparación con su propia realidad”, dijo alguna vez Silva para expresar qué los guió en la tarea de traducir 1984. Cuando la novela al fin se publicó, la campaña de prensa fue igual de clandestina: grafitear toda la ciudad con el título del libro y el nombre del autor. Como en todo el mundo en aquel año 1984, esa edición que los traductores pagaron de su bolsillo fue un éxito.

Durante décadas se insistió en leer la novela de Orwell como un retrato del comunismo soviético, en particular de la dictadura stalinista. Sin embargo, la Unión Soviética implotó hace más de 30 años y la alegoría de la obra sigue siendo un espejo de estructuras políticas que se ubican en las antípodas ideológicas de aquel régimen.

Desde el prólogo, Ignacio Álvarez recuerda que “el primer y fundamental esfuerzo que pide la lectura de 1984 es evitar una actitud infantil y maniquea, incluso aunque la novela parezca, a veces, entender el mundo como si estuviera dividido entre buenos y malos”. Desde la nota preliminar a esta nueva edición, los traductores también hacen una declaración de principios. “Tratamos de alertar a una generación de chilenos acerca de un mundo distópico que esperábamos la literatura podría ayudar a prevenir. Cuarenta años más tarde esperamos que no sea tarde”.



lunes, 26 de mayo de 2025

La industria editorial local sigue sin recuperarse

La siguiente nota fue publicada por Daniel Gigena en el diario La Nación, de Buenos Aires, el pasado 24 de mayo. En ella se da cuenta, de acuerdo con su bajada, de que "
Según el nuevo informe de la CAL, en 2024 se publicó un 7% menos de novedades que en 2023 y se redujeron aún más las tiradas, ante un mercado en retracción y el ingreso de libros importados".

Por segundo año consecutivo, cayó la producción de libros

La industria editorial local sigue sin recuperarse, detalla el informe de producción de la Cámara Argentina del Libro (CAL) hecho en conjunto con el Núcleo de Innovación Social (NIS). Revela una caída del 8% en la producción general de novedades en 2024 (luego de caer en 2023 respecto de 2022) que incluye las del sector editorial comercial (SEC), libros para quioscos, autoediciones y títulos institucionales.

La tendencia a la baja en la producción de libros del SEC -la cantidad de ejemplares publicados fue de 11.1 millones, un 14% menos que en 2023- se explica en parte por la reducción de la tirada promedio por novedad, que pasó de 1891 ejemplares en 2023 a 1646 en 2024. Muchas editoriales independientes, por el aumento en los costos y la retracción del mercado, salen con tiradas de seiscientos o setecientos ejemplares, lo que impide que esas novedades lleguen a todas las librerías del país. En el informe no se registran las reediciones.

“Está bajando la tirada promedio, y lo que vemos en el mercado es que los grandes grupos son cada vez más grandes, y los chicos, más chicos -sintetiza Juan Manuel Pampín, presidente de la CAL, en diálogo con La Nación-. La impresión por demanda ha permitido que puedan hacerse tiradas de prueba más reducidas. El libro digital, de a poco, va creciendo”.

En simultáneo, aunque el informe de producción no lo consigna, aumentó la importación de libros para quioscos y librerías, que compite por un público “achicado” por el precio de los ejemplares. El formato digital se mantiene estable desde los años pandémicos, en un 28%.

La cantidad total de libros impresos en 2024 fue de 52.635.858 ejemplares, casi un 10% por encima de 2023, aunque por debajo de los valores alcanzados en 2022. Esto se explica porque diferentes entidades públicas (principalmente el Ministerio de Educación de la Nación) editaron títulos con fines educativos; la comercialización de esos libros está prohibida. El 57% de estas publicaciones se registraron en la ciudad de Buenos Aires, seguido por un 18% de la provincia de Buenos Aires, un 8% de Córdoba y el 4% de Santa Fe. Solo el 32% de esos 52 millones de ejemplares corresponde al sector comercial (que publica los libros que se comercializan en librerías).

Las novedades publicadas por el SEC registraron una caída respecto de 2023 (cuando había sido menor que en 2022): en 2024, hubo un total de 10.104 publicaciones, lo que representa una disminución del 7% con respecto al año anterior. La mayoría de los libros del SEC se imprimen en el país (87%) en edición rústica (88%).

Respecto de las temáticas, por primera vez en siete años la categoría infantil y juvenil encabeza el listado del total de publicaciones con un 17% (en el SEC alcanzó un 27%), seguida por biografía, literatura y estudios literarios que, igual que ficción, alcanzaron un 16%, obras de sociedad y ciencias sociales (11%) y derecho, y filosofía y religión, con un 6%.

De un total de 2076 traducciones registradas, 1465 fueron realizadas por editoriales comerciales. El inglés (66%) continúa siendo el idioma de origen más elegido por los editores, seguido por el francés (11%) y el japonés que, por segundo año consecutivo, alcanza el 6% de los registros de obras traducidas (en parte debido a la repercusión del manga, observa Pampín). Las cuatro temáticas más traducidas fueron ficción (34%), libros infantiles y juveniles (21%), libros de salud, relaciones y desarrollo personal (9%) y novela gráfica, libros de cómics, dibujos animados, con un 8%.

En 2024, curiosamente, se registraron menos audiolibros que en 2023. Las editoriales locales apuestan más por los originales que por libros en idiomas extranjeros (acaso por el costo que representan las traducciones), con un 86% contra un 7% (y otro 7% de adaptaciones o compilaciones).

Las publicaciones destinadas a los quioscos realizadas tanto por empresas editoriales como por empresas comerciales, cuya principal actividad no es necesariamente la edición de libros (los diarios, por ejemplo), concentraron el 8% de los ejemplares registrados en la Agencia Argentina de ISBN en 2024, con tiradas en torno a los 4000 ejemplares. Respecto del lugar de impresión, China asoma como el principal proveedor de impresiones a partir de los diez mil ejemplares.

El 76% de las novedades producidas por el sector comercial dependió de editoriales medianas y pequeñas, y el 24%, de los grandes grupos editoriales. Sin embargo, los grandes grupos concentraron el 42% de los ejemplares producidos con una tirada promedio de 3100 ejemplares.

viernes, 23 de mayo de 2025

Otra pavada de la Academia Argentina de Letras

El pasado 21 de mayo, Daniel Gigena publicó en La Nación, de Buenos Aires, un artículo en el que señala que, por decisión de la Academia Argentina de Letras, el actual director de la Real Academia de España va a ser miembro correspondiente de la institución argentina. La decisión, además de ramplona es cuestionable, pero, considerando que lo que diga la AAL no le importa a casi nadie, la información es apenas una apostilla más a una larga cadena de dislates.

El director de la RAE ingresa como miembro correspondiente en la Academia Argentina de Letras

La Academia Argentina de Letras (AAL) designó miembro correspondiente de la institución al jurista, escritor e historiador español Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco, 1949), actual director de la Real Academia Española (RAE) y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) de la que la AAL forma parte.

Muñoz Machado es el trigésimo primer director de la RAE: fue elegido el 20 de diciembre de 2018 y reelegido el 1° de diciembre de 2022. Como tal, preside la Asale y es además vicepresidente de la Fundación pro Real Academia Española y consejero nato de Estado. En la RAE había sido elegido académico de número en diciembre de 2012; ingresó en mayo de 2013 con el discurso “Los itinerarios de la libertad de palabra” (que dio origen a su libro homónimo). También es académico correspondiente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires. Es uno de los impulsores del “lenguaje claro” en la administración pública, la prensa y otras esferas sociales.

El flamante presidente de la AAL, el jurista y escritor Rafael Felipe Oteriño, contó a LA NACION que Muñoz Machado aceptó “gustoso” el nombramiento. De acuerdo con el estatuto de la AAL, la entidad tiene veinticuatro miembros de número, que ocupan un sillón con el nombre de un relevante escritor argentino (como Juan Bautista Alberdi, José Hernández y Domingo F. Sarmiento), y miembros correspondientes de las provincias y otros países.

“Todos son miembros por igual, la única diferencia es que los correspondientes son de las provincias o el extranjero y no necesariamente deben tener nacionalidad argentina”, explica Oteriño. Los correspondientes, que no votan en las elecciones de miembros de número, “colaboran en todo lo que hace al lenguaje, a la literatura, a las voces de sus regiones, para tener un escenario completo; esto se extiende al extranjero: tenemos representantes o extensiones de la Academia en todos los países con los cuales hemos establecido vínculos”, agrega.

Muñoz Machado se suma a un equipo de académicos españoles de la AAL, entre los que figuran Víctor García de la Concha, Darío Villanueva Prieto y Luis González Tosar. Hay miembros correspondientes de Estados Unidos, Bélgica, Francia, Australia y Alemania, entre otros países. “Todos se han interesado en las letras y la lengua de la Argentina”, dice el presidente de la AAL, y colaboran en la actualización del Diccionario de la lengua española (que ya no se llama Diccionario de la Real Academia Española).

“Muñoz Machado ha hecho un trabajo excepcional como director en la RAE -dice Oteriño-. Tengo una amistad personal con él, a partir de la colaboración en el Diccionario panhispánico del español jurídico, como académico y abogado. Ahí están todas las voces y lemas del mundo jurídico, analizados desde las academias de la lengua. Además, fuimos secretarios académicos, él de la RAE y yo de la AAL, lo que nos dio una proximidad de labor que luego se transformó en una amistad".

Oteriño revela que copió la idea de su amigo español respecto de ofrecer visitas guiadas al público por los “tesoros” de la Academia Argentina de Letras. “No solo bibliográficos, sino también objetos, documentos, cartas; quiero que el visitante vea la letra de Leopoldo Lugones, por ejemplo; las academias deben abrirse a la comunidad”, afirma. Hasta el 29 de junio, en la sede de la RAE, en Madrid, se puede visitar la muestra Los Machado. Retrato de familia.

Para el 16 de julio, a las 18, las academias de Letras, de Ciencias Morales y de Derecho y Ciencias Sociales invitan al acto de presentación, en la Facultad de Derecho, de De la democracia en Hispanoamérica, magno ensayo de Muñoz Machado (la editorial Taurus lo distribuirá en la Argentina próximamente), que dialogará con el doctor José Claudio Escribano, integrante del directorio de SA LA NACION. En su trabajo, el autor español se interroga sobre el destino de las democracias latinoamericanas.

Al día siguiente, el premiado autor de ensayos literarios y jurídicos, estudios políticos y sociales y de historia (como Hablamos la misma lengua, Sepúlveda, cronista del emperador y Cervantes) recibirá el diploma y los atributos de miembro correspondiente de la AAL.


jueves, 22 de mayo de 2025

Selma Ancira habla de su traducción de las cartas de la poeta Marina Tsvietáieva

El pasado 5 de mayo, Reyna Paz Avendaño publicó en El Universal, de México, el siguiente artículo. En su bajada se lee: "La traductora Selma Ancira habla sobre su reciente trabajo, la traducción al español de 138 cartas de la poeta Marina Tsvietáieva".


Cartas desde el destierro: una entrevista a Selma Ancira, traductora de Marina Tsvietáieva

"Quítenme la escritura – y no viviré, así de sencillo, no querré, no podré. En la Rusia soviética sobreviví solo gracias a la escritura. Y todos estos años, en el extranjero, mi cuaderno es quien me ha mantenido viva”, escribió la poeta Marina Tsvietáieva desde Francia, el 24 de septiembre en 1926, a su amiga, la traductora Anna Tesková, quien a pesar de la distancia fue su gran apoyo para sobrellevar 17 años de exilio a causa de la Revolución rusa.

En esas cartas, fechadas entre 1922 y 1939, Tsvietáieva muestra sus carencias, sus miedos, sus alegrías, sus deseos y, sobre todo, su capacidad de convertir cualquier narración, por más dolorosa que fuera, en poesía. Esa correspondencia, que consta de 138 misivas, fue trabajada por Selma Ancira, quien la tradujo por primera vez al español y hoy llega a las librerías con una edición a cargo de la Universidad Veracruzana, con el título Cartas a Anna Tesková (Novela epistolar).

Marina Tsvietáieva nació en Moscú en 1892, su padre fue el creador del Museo de Bellas Artes de Moscú y su madre era pianista. Ella tuvo que salir del país en 1922, se exilió primero en Bohemia y luego en Francia. En 1939 volvió a la Unión Soviética, donde dos años después se suicidó.

Sus obras traducidas al español —todas por Selma Ancira—, son: El poeta y el tiempo (2006), Mi Pushkin (2009), Mi madre y la música (2012), Diarios de la Revolución de 1917 (2015), Mi padre y su museo (2021) y El diablo (2025). Sin embargo, aún existen materiales desconocidos en nuestra lengua: sus relatos, ensayos y su poesía.

Anna Tesková nació en Praga en 1872, pero al año de su nacimiento, junto con su familia, migró a Moscú y, trece años después, regresó a Praga donde se desempeñó como maestra. Con el tiempo, se convirtió en una reconocida literata que trabajó dos literaturas que amaba: la rusa y la checa. Escribía, traducía, organizaba conferencias y veladas literarias.

Selma Ancira narra, en entrevista, que Anna conservó a lo largo de su vida las 138 cartas que recibió de Tsvietáieva. Marina también guardó las cartas de Tesková, pero cuando tuvo que preparar su regreso a la Unión Soviética, solo se llevó aquello de lo que no pudo desprenderse: sus libretas, sus cuadernos de trabajo, las cartas de tres poetas —Rilke, Pasternak y Gronski—, dibujos de sus hijos, algunas fotografías, pocos libros y un sobre con la leyenda “Cartas y postales de Bohemia. Fotografías de la tragedia checa (15-20 de marzo de 1939)” que contenía, entre otras cosas, once cartas de Tesková (de 1938-1939).

Marina entregó, en 1939, dos maletas con buena parte de su archivo a otra amiga: Margarita Lébedeva (esposa del periodista ruso Vladímir Ivánovich), en las que había manuscritos y cartas de Tesková. “Un año más tarde, cuando los alemanes ocuparon París, Lébedeva, con la idea de proteger mejor el archivo que le había sido encomendado, llevó las maletas al sótano de su casa. Meses después, años quizás, hubo algún problema con el agua del edificio y el sótano se inundó. Los archivos de Tsvietáieva se perdieron”, detalla Selma Ancira.

Desde la primera carta, Marina Tsvietáieva habla de su difícil situación económica. El 10 de febrero de 1925, cuando vivía en Všenory, Praga, y con los dolores de haber dado a luz a su hijo Gueorgui (al que también llamó Mur), le escribió a Anna para pedirle un favor “poco atrevido”: el envío de un vestido.

“¿Alguna de las personas que están a su alrededor tendrá un vestido sencillo y que se pueda lavar? Viví todo el invierno en uno solo, de lana, que se está cayendo a pedazos. No hace falta que sea bueno, –de todas formas, no voy a ningún lado– algo sencillo. Ahora ni pensar en comprar tela y coser: ayer cien coronas a la comadrona por tres visitas, en estos días entre ciento veinte y ciento treinta coronas a la carbonera por diez días, la fianza por la báscula infantil (cien coronas), ¡y los medicamentos, y la sanidad! – ni pensar en un vestido. Pero me gustaría mucho tener algo limpio para cargar al bebé”, escribió la poeta.

En las cartas, Tsvietáieva también nos entera del crecimiento de su hija Ariadna (también llamada Alia) y de la fidelidad y confianza hacia su marido, Serguéi Efrón. Él, Efrón, fue sospechoso de complicidad en el asesinato del tránsfuga soviético Ignati Reiss, en septiembre de 1937, en Suiza. Fue convocado por la policía francesa ya que encontraron pruebas de que se había ocupado de la logística, como también lo había hecho con la vigilancia del hijo de Trotsky en 1936. Ese hecho lo condenó a muerte.

¿Las cartas te dieron otra lectura de Marina Tsvietáieva?
He conocido a Marina de otra manera, he podido entrar en su exilio que para mí era importante porque había leído mucho, pero estas cartas son muy explícitas. Además de que Marina es mi gran amor, lo importante de estas cartas es que nos dan una idea del exilio ruso, no nada más de Tsvietáieva. Las carencias, las angustias, todo lo que vive, todo lo que narra, lo podría narrar cualquiera, no con esa genialidad, pero sí podría contarlo cualquiera de los otros escritores, poetas e intelectuales que se vieron obligados a emigrar.

A través de Tsvietáieva conectamos con una cantidad increíble de autores, fueron muchísimo los que emigraron y que de una manera u otra todos vivieron esas dificultades y esa sensación de destierro, de no pertenencia.

Se exilia en París con su hijo recién nacido, pero antes ya había estado ahí, de más joven.

Desde luego son dos momentos distintos, cuando ella va de joven, va a estudiar a la Sorbona, quiere conocer a la actriz Sarah Bernhardt, está viviendo el París que vivían los rusos antes de la revolución cuando podían salir. Años después regresa, ya desterrada, sin pertenencias, con dos hijos pequeños, sin trabajo, es un París muy distinto.

No creo recordar que ella se lamente o añore el París de su juventud. Marina es una persona que se enfrenta a las situaciones que le pone la vida delante con una valentía y un estoicismo dignos de ser imitados. Es una lección de vida porque no solo vemos crecer a Mur, vemos crecer a Ariadna, la niña de sus ojos a la que Marina le entregó su juventud y que llegada su adolescencia la relación de ambas cambió. Todo lo que narra es dolorosísimo. Realmente sufrí traduciendo el libro, pero sin duda, fue una manera indiscutible de conocer mejor a la poeta.

En una de las notas que incluye el libro, Selma Ancira narra que Tsvietáieva estuvo en París durante el verano de 1909, realizó un curso de francés, en la Alliance Française, y en una carta a Vera Búnina escrita en 1934, recuerda: “… tenía dieciséis años cuando por primera vez estuve sola en París. No volví con ningún sombrero, pero volví con un autógrafo auténtico de Napoleón (durante la Revolución – unos conocidos me lo robaron) y un busto auténtico del rey de Roma en porcelana de Sèvres”

Marina siempre amó Praga
Amaba Praga. En una carta, si recuerdo bien, ella dice que ama Bohemia por encima de Rusia. Para ella fue un periodo muy interesante de su vida, muy importante, incluso te podría decir que fue un periodo luminoso que no los hay en abundancia en la vida de Tsvietáieva.

Su salvación era su cuaderno.
Cuando llegan a Francia, ella suplicaba tres horas al día para poder estar a sola con su cuaderno. Marina vivió en una pobreza absolutamente increíble y la escritura, más que salvación económica, diría que fue una salvación para su alma, para su espíritu. Era su refugio. Esos cuadernos son los que me faltan traducir.

¿Sí se conservan?
Sí están. Ojalá me alcance la vida, ojalá me dé tiempo, me gustaría mucho dejarlos traducidos.

¿Poemario después de Rusia no es el último libro que escribe Marina?
Los últimos versos son los dedicados a Bohemia, los que aparecen hacia el final del libro, en las últimas cartas. Ahí sí que puso el alma, el corazón y todo el todo el sufrimiento, toda la indignación, todo lo que se vivió cuando la invasión a Checoslovaquia. Todo lo que escribió después de Rusia tiene un denominador común: la angustia vital que dominó su vida a partir de que deja Bohemia, cuando deja Praga, Checoslovaquia, y va a París, ahí comienza un periplo angustioso y difícil.

¿Cuál fue el trato que le dieron los franceses a la obra de Marina?
Eso no aparece en este libro, pero cuando ella llega a Francia y le organizan una lectura de sus poemas, comete lo que en ese momento era imperdonable: habla con el mismo cariño y la misma admiración de los escritores que se han quedado en Rusia y de los escritores que han salido de Rusia. Entonces los escritores que salieron de Rusia no se lo perdonan y comienzan a condenarla a un ostracismo cada vez mayor.

Pero Marina lo sabía, ella decía lo que creía, hablaba con la verdad, defendía sus ideas. Aun así, eso le cerraría las puertas. No obstante, tradujo textos al francés, ella era bilingüe, por ejemplo, tradujo los poemas de Aleksandr Pushkin y su libro Mi padre y su museo.

En las cartas, Marina transforma su dolor en palabras
Es un dolor sublime porque ella es una poeta y de lo mínimo crea versos, incluso si lees las cartas con atención, de algunas podríamos sacar versos completos. Ella decía que en su infancia, en su casa se respiraba aire caballeresco y eso ella lo sigue repitiendo hasta el final de su vida.

También existieron varias publicaciones rusas, por ejemplo, la revista literaria La voluntad de Rusia.
Había muchas revistas y periódicos de los inmigrantes rusos. Fue un movimiento grandísimo. Hay incluso una enciclopedia de la emigración rusa. La mayoría de los intelectuales —poetas, escritores, pintores— estaban en París, por ejemplo, Natalia Goncharova y Mijaíl Larionov, ambos pintores. Entonces, había una pequeña Rusia metida en Francia.

¿Esa enciclopedia que menciona está traducida al español?
A mí ya no me va a dar la vida ni tampoco es un tema al que quiero dedicarle lo que me queda. Es brutal el trabajo que se ha hecho tratando de rescatar toda la vida de los emigrantes, quiénes fueron, las revistas que salieron, los periódicos que se imprimieron, las publicaciones, los círculos, las asociaciones….

En 1937, Mariana le avisa a Anna que se mudará a París y hay un objeto que le preocupa y que aparece en varias cartas: una cesta con cosas personales. Le pregunta la poeta “¿podría guardarnos por un tiempo en su casa una cesta con nuestras cosas? Solo un tiempo, porque: o bien en tres meses – volveré, o bien, si me instalo en París (lo que dudo mucho) – Serguéi Yákovlevich me la enviará en petite vitesse. Es una cesta grande, se lo advierto, – pero ¿podría encontrar un espacio en el recibidor? Es imposible llevárselo todo”.

La partida está prevista para después del 20 de junio, continúa narrando Marina. “No sé cómo haré el viaje – soy terriblemente poco práctica. Alguno de sus conocidos, por casualidad, ¿no tendrá previsto viajar? No sé qué hacer, por ejemplo, con las comidas de Gueorgui. Come cuatro veces al día, y todo hay que calentarlo. ¿Cómo se hace eso? Seguro que no se podrá encender una cocinilla de alcohol”.

Más adelante, Tsvietáieva cuenta esa cesta se guardó en la villa Bozhenka, en Všenory, casa de Andréieva) y que adentro está el ajuar de Mur, cartas, cuadernos y “una gruesa mitología en alemán, color marrón, en pasta dura, con ilustraciones. Gustav Schwab – Die schönsten Sagen des klassischen Altertums (Las más bellas leyendas de la Antigüedad clásica)”.

Ese libro, escribió la poeta, pide que se le envíe por separado, por correo y no con el equipaje. “Tendré absoluta necesidad de él probablemente en poco tiempo para la segunda parte del Teseo que estoy escribiendo ahora. Es un libro grueso, tirando a marrón, que se cae de viejo. Tiene mi nombre y una nota: ‘un libro para toda la vida’”.

“Las cartas nos van dando pistas de cuáles son sus lecturas, sí. He descubierto autores, por ejemplo, Hildur Dixelius (1879-1969) quien escribió La hija del sacerdote, novela alemana, son tres volúmenes, los compré y los leí todos, muy obediente porque es una manera que tengo de conocer más a mis autores”, comenta Selma Ancira.

Marina habla del poeta Rilke.
Sí, por supuesto. Con Cartas del verano de 1926, con ese libro nació Tsvietáieva en español, lo publicó Siglo XXI en su momento (1984). Entonces, ahora a mí me hace mucha ilusión que nuevamente este volumen de cartas que es tan importante salga en México. Es decir, Marina nació en español en Siglo XXI y ahora 40 y tantos años después vuelve con un volumen de cartas en donde además se mencionan aquellas misivas.

En esta correspondencia, podemos imaginar a Anna Tesková.

Con todo lo que le agradece, con todo lo que sabemos que ella hizo, te das cuenta de la calidad humana de esta mujer, de la capacidad que tenía para trabajar, de su cultura, del amor por el ruso, porque estuvo en Rusia durante su adolescencia.

Marina no le está diciendo en las cartas: "Mándame, por favor, un Chanel." Le está diciendo: "Mándame un vestido que yo pueda utilizar en todas las estaciones, que lo pueda cortar, que lo pueda lavar a mano”. Ella no tiene dinero para pagar una lavandería. Entonces, habla de las dos. Este libro es una lección. Se puede vivir con lo mínimo siendo, además de todo, una persona genial que tendría que haber tenido todo porque de ser así, nos hubiera dado muchas más cosas, hubiera tenido la posibilidad de escribir más. Tenemos mucho que aprender del estoicismo, de la simplicidad, del poco vanagloriarse o enrojecerse de su ser como poeta. Marina se presenta a sí misma como una persona y la poeta se escapa porque lo lleva dentro.

¿Marina se aferra a la amistad de Anna porque era su otro soporte en el exilio?
Es la promesa de que regresará a Bohemia y por eso le dice: "organizo una lectura y viviré en su casa." Marina se monta toda la película de cómo podría ser. La última carta, la del 12 de junio de 1939, es absolutamente dramática, ella habla de su partida, de tomar el barco sin regreso, aunque no lo dice, uno lo intuye entre líneas, está el miedo del suicidio, que llega dos años después.

Por los lugares de Francia que pasó, ¿es conocido que estuvo ahí?
Sí, últimamente se han puesto plaquitas que dicen: "En esta casa vivió Marina". He recorrido esos lugares y los de Praga, también los alrededores de Praga.

¿Sigues traduciendo obra de Marina Tsvietáieva?
En este momento estoy con Tolstoi, después trabajaré Kazantzakis y regresaré con Marina.

¿Hoy existe alguna cancelación o censura en la traducción de autores rusos?
Creo que el lector inteligente, el editor inteligente y el impresor inteligente saben separar la política de la literatura y lo intentaron al principio de la guerra, pero la literatura nos puede acercar en vez de alejarnos. Y de eso se trata este momento, de encontrar un punto de encuentro, un punto de acercamiento.

¿Has vivido alguna cuestión personal por trabajar con autores rusos?
Lo que no hago es ir a Rusia y no iré hasta que no termine la guerra. Y me cuesta porque que hay teatro, literatura, las cosas que me alimentan, pero no visitaré Rusia mientras no termine la guerra.

miércoles, 21 de mayo de 2025

El SPET en mayo con Iván Villanueva-Jordán

En el próximo encuentro del SPET, nuestro invitado Iván Villanueva-Jordán expondrá sobre "Non sono / una señora: representaciones de género y relacionalidad cuir en la traducción musical"

La sesión se llevará a cabo el miércoles 28 de mayo a las 18.30 de manera exclusivamente virtual en el siguiente link: https://meet.google.com/xwx-qidp-wvg. Les agradecemos que confirmen asistencia.

Villanueva-Jordán es profesor investigador a tiempo completo del Departamento de Traducción e Interpretación Profesional de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Es doctor en traducción audiovisual por la Universitat Jaume I (España) y autor del libro Traducción audiovisual y teleficción queer: teoría y metodología. Sus líneas de investigación surgen de la intersección entre el género, la cultura popular y la traducción.
 Más información en https://trujamancia.com.

Lecturas sugeridas


Villanueva-Jordán, Iván / César Sangay Torres (2025). “Textualidades sónicas y traducción: trayectos interlingüísticos y transmodales del musical de teatro La cage aux folles”. En: Bassnett, Susan / Catalina Iliescu-Gheorghiu (eds.). MonTI, 17: Theatre translation. Performability and reception from intercultural perspectives / La traducción del teatro. Representabilidad y recepción desde perspectivas interculturales, pp. 1-29.

Cisneros, Sandra (1991). “Woman hollering creek”. En: Woman hollering creek and other stories. Nueva York: Random House, pp. 43-56.

Nogues, Sylvie (2005). “‘El arroyo de la llorona’ de Sandra Cisneros: Recuperación y transformación chicanas de una leyenda mexicana”. En: Actas del XXXV Congreso Internacional de la Asociación Europea de Profesores de Español, pp. 63-72. Asociación Europea de Profesores de Español.
Fossati, Ivano (1982). Non sono una signora. En: Traslocando. Milan: Compagnia Generale del Disco. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=c-9JdPX61A0

Fossati, Ivano / Honorio Herrero (1984). Ella es una señora. En: Solo una mujer. New York: RCA Ariola. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=8mTIRV5Nz7M

Pueden solicitarnos por mail las lecturas que no están disponibles en internet.

martes, 20 de mayo de 2025

"Los de Ediciones Camelot son editores sin vergüenza, negligentes, oportunistas y estafadores internacionales”

La noticia apareció, sin firma, en el diario La Jornada, de México, el pasado 12 de mayo. Allí se da cuenta de las estafas llevadas a cabo por la muy española Ediciones Camelot, editorial dirigida por un tal Pablo Solares. El catálogo de la editorial puede ser consultado aquí: https://edicionescamelot.com/

Autores señalan al sello español Ediciones Camelot por varias presuntas estafas

Un grupo de escritores denunció que fue estafado por la editorial española Ediciones Camelot, sello a cargo del editor Pablo Solares, quien solicitó a los autores el pago por servicios como edición, distribución, venta de libros y participación en ferias literarias tanto de España como en América Latina. Sin embargo, Solares supuestamente incumplió los acuerdos establecidos en sus contratos sin rembolsar los pagos.

Diana Ramírez Luna, Julio Bravo, Dán Lee, Patricia Yanelli Guerrero, Rocío Moya, Daniel Losán, Marco Tulio Aguilera Garramuño y Luis Haime Levy son los autores afectados.

Moya, originaria de Madrid, narró que Solares la hizo asistir a dos ferias internacionales sin un propósito real, quedándose con unos mil 300 dólares. Le propuso presentar su libro, Desgraciada: ¿Mala suerte o violencia estructural?, en la Feria del Libro en Español y el Festival Literario de Los Ángeles (LéaLA 2023), asegurándole que la feria quería que ella fuera "embajadora de España". Aceptó pagar 730 dólares, creyendo que era razonable, ya que se sentía desconocida en el mundo editorial y confiaba en Solares.

Luego, éste le ofreció participar en la Feria del Libro de Miami por otros 600 dólares, "lo que resultó ser otra mentira". Rocío narra que preguntó repetidamente a Solares sobre los detalles de ambas ferias, pero sólo recibió evasivas. Finalmente, se enteró de que Solares nunca había gestionado su participación, ya que, al comunicarse con Mónica Gamiño, coordinadora de LéaLA 2023, le informó que las inscripciones habían cerrado tres meses antes. La escritora interpuso dos demandas contra Pablo Solares, sin que ninguna hayan prosperado.

Otro de los casos es el de la mexicana Patricia Yanelli Guerrero, quien viajó a Madrid a solicitud de Solares para presentar su libro de cuentos Bajo las huellas de la ceiba en la Feria del Libro de Madrid 2024. El editor le solicitó el pago de poco más de 700 dólares con la finalidad de gestionar el día, la hora y las firmas. En febrero del mismo año, (previo a la feria) Patricia Yanelli preguntó por los pormenores, pero Solares “no contestaba mis mensajes y, cuando se dignaba a responder, me decía que lo estaba ‘gestionando’”.

La autora contactó a la feria, su nombre no estaba registrado en la página oficial, ni en la de Camelot. Solares "no gestionó nada, nunca dio la cara en Madrid, ni me rembolsó el dinero que le envié, a pesar de que se lo exigí. Todo fue un engaño", narra la escritora, también en proceso de demandar al editor.

A Daniel Losán (Ciudad de México, 1992), el referido editor lo contactó para ofrecerle, por 450 euros, un espacio en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Tras realizar el depósito, Daniel le solicitó la información sobre la presentación, pero Pablo le dijo que ya no había lugar y tampoco le regresó el dinero.

Camelot, “oportunista y estafadora internacional”
Los de Ediciones Camelot “son editores sin vergüenza, negligentes, oportunistas y estafadores internacionales”, relata Marco Tulio Aguilera (Bogotá, 1949), quien publicó con el sello dos libros: Cuentos ligeramente perversos (2021) y Nostalgia del paraíso (2021). “Los problemas con la editorial comenzaron cuando pregunté a Camelot por el informe de “liquidación” de las ventas de mis libros en su portal, ya que, por contrato, la editorial debe proporcionar ese informe mensualmente. A pesar de las numerosas cartas que envié, nunca obtuve respuesta. Yo di los libros por perdidos y decidí terminar mi relación con ellos. Por otro lado, es una editorial que tiene dinero porque publica libros biográficos de actrices y cantantes internacionales por los que tienen que pagar mucho dinero, y eso comprueba que sí tienen para publicar, pero no pagan porque no les interesa y no quieren pagar a los escritores”.

Caso parecido es el de Diana Ramírez Luna (Ciudad de México, 1992). Ella denunció en redes sociales la falta de pago de las regalías por su libro El Jardín de las certezas el cual fue distribuido en el portal de la editorial pero nunca le reportaron las ventas. Si bien solicitó rescindir su contrato por incumplimiento, los daños colaterales persisten ya que su libro quedó en el olvido.

Otro escritor es Dán Lee quien jamás vio su libro publicado a pesar de haber realizado un pago por el proceso de edición y la futuro publicación con la editorial.

"Ediciones Camelot no sabe lo que es la industria editorial. No pagan regalías, son abusivos, no quieren el negocio como tal y se aprovechan de los escritores que quieren publicar. Es una defraudación moral, un engaño brutal a los jóvenes escritores que tienen la ilusión de ver publicado su trabajo", añade Luis Haime, quien señala que su libro nunca estuvo disponible en las librerías prometidas como Gandhi y El Sótano a pesar de que se indicaba en su contrato.

Urgen mecanismo de defensa en el ámbito literario
El abogado especialista en derechos de autor, Luis Javier Mondragón, señala que el gremio cultural, es un grupo vulnerable. En el caso de las agencias literarias, aunque representan otro tipo de intermediarios, no fortalecen la situación. Su casi total ausencia en el panorama mexicano es un indicativo preocupante, ya que deberían de cumplir con la función de defender ciertas negociaciones contractuales entre escritores y editoriales, lo que resulta en abusos por parte de las segundas, debido a que no tienen ningún contrapeso ni de sociedades de gestión colectiva, ni de los propios autores, es decir, “trabajan como se les da gana”.

Mondragón enfatiza la necesidad de que los escritores se agremien y levanten la voz contra las injusticias en el sector. Propone que se reimaginen las leyes y se fomente una conciencia cultural que proteja los derechos de los autores. La unión y la defensa son esenciales para evitar futuros abusos y fortalecer la creación literaria.

La situación de estos escritores muestra la urgencia de establecer mecanismos de protección y defensa en el ámbito literario, así como la importancia de la unión entre autores para enfrentar las irregularidades y estafas en el sector editorial.

Ante las denuncias señaladas, Pablo Solares justificó sus acciones y dijo que "la logística, y más transatlántica, puede tener defectos, y sobrecostos, como los causados por la inflación, entre otros. En Ediciones Camelot buscamos opciones innovadoras que no repercutan en un alto costo para nuestros autores. Es un sistema que por supuesto estamos mejorando tomando nota de los errores cometidos. En cuanto a los encuentros que no resultaron ser, somos los primeros que, estando de acuerdo con nuestros autores y autoras, no estamos contentos con cómo se han realizado. Hemos tomado cartas en el asunto para que no vuelva a ocurrir y alentamos a los autores a escribirnos" al correo del portal de Camelot "para buscar una solución".