martes, 19 de agosto de 2025

Importante novedad editorial: Milena sin Kafka


"Los traductores Jorge Lucero y Florencia Ferre acaban de trasladar, por primera vez al español, y sin intermediarios, El camino a la simplicidad de Milena Jesenská. A 129 años de su nacimiento, sus reflexiones despliegan una mirada aguda, crítica y profundamente humana, que invita a descubrirla más allá de las sombras proyectadas por las famosas cartas de Franz Kafka." Tal es la bajada con la que Radio Prague dio a conocer la publicación, por parte de la editorial Vilnius, en Córdoba, Argentina, de una obra singular debida a una escritora checa que merece mayor visibilidad.

El largo y sinuoso camino a Milena Jesenská

El bohemista argentino Jorge Lucero aún no sale de su asombro. Al comentar que, junto a la traductora y poeta Florencia Ferre, estaban finalizando la traducción al español de un libro de Milena Jesenská, incluso personas que él consideraba profundamente cultas quedaban inmersas en un silencio absoluto. Solo salían de ese trance al escuchar que aquella Milena no era otra que la destinataria de las célebres cartas de Franz Kafka. Publicado originalmente en checo en 1926, El camino a la simplicidad (Cesta k jednoduchosti), editado ahora por la editorial cordobesa Vilnius, se convierte en el primer libro escrito por Jesenská que se traduce al español. Como señala Lucero, también es uno de los pocos que la autora logró publicar en vida: una obra breve pero luminosa, que revela su mirada crítica y profundamente humana sobre distintos aspectos de la existencia: “Este texto en particular es muy importante porque es uno de los pocos libros que Milena logra editar, más allá de sus artículos periodísticos, y es quizás el más resonante de las compilaciones que hace Milena, asímismo es un libro que nos permite observar cómo Milena ya estaba consagrada como una intelectual checa importante”.

Tanto Jorge Lucero como Florencia Ferre destacan la diversidad de temas que aparecen en estas breves pero intensas páginas que, hasta el momento, solo habían sido llevadas al serbio, versión que ambos traductores consultaron ante pasajes cuya dificultad gramatical ponía en algún punto en entredicho ese elogio a la simpleza que aborda desde el propio título Milena, de cuyo nacimiento se cumplieron, el domingo pasado, 129 años.

Matrimonios y algo más
En todo caso, es interesante que la lectura directa de esas reflexiones todoterreno de Milena pueden deparar algunas sorpresas, teniendo en cuenta ciertas ideas que, al menos, desde la óptica de hoy, podrían resultar no tan feministas como algunas frases del jugoso capítulo en el que intenta responder la pregunta de qué debe hacer una mujer cuyo hombre le es infiel. No obstante, esa elasticidad es algo que, en opinión de Florencia Ferre, podría significar un verdadero aporte para el feminismo: “El feminismo ha atravesado, por supuesto, muchas etapas y tiene una historia ya muy larga, y Milena es de las primeras feministas. Creo que casi le haría bien al feminismo volver a estos textos donde no hay estereotipos, me parece que ese aspecto de su pensamiento que no parece tan feminista y sí contradictorio, es algo solo aparente. Por ejemplo, esta cuestión de las infidelidades masculinas y femeninas no creo que sea algo que ella defienda desde un lugar patriarcal o machista, no creo que en esa aparente contradicción ella esté proponiendo que los hombres tengan derecho a ser infieles y la mujeres no; y sí hace una reflexión muy profunda sobre lo masculino y lo femenino que, por supuesto, tiene que ver con la época también, pero sí es cierto que esas cuestiones generaron tensiones en la traducción y en la forma de traducir”.

Lucero coincide en que más allá de esas supuestas contradicciones que, al fin y al cabo, tienen que ver también con la propia evolución del feminismo, hay algo muy valioso en el pensamiento de Milena e incluso en su feminismo que él asocia a lo que hoy llamaríamos la economía del cuidado: “Porque Milena advierte, justamente, que la condición femenina no puede ser equiparable a la condición masculina ya que su posibilidad de maternar y cuidar no la hace solo parte de la esfera privada, sino que la hace parte de la esfera pública porque sin ese rol que tiene la mujer, la sociedad no estaría estructurada y la sociedad productiva no se desarrolla. Entonces, ahí hay algo en el pensamiento de Milena que es muy valioso y no pasa por establecer una igualdad abstracta o vacía de contenido, sino por buscar un feminismo donde esté presente esa diferencia de la condición femenina: la mujer materna. ¿La mujer puede trabajar a la par que el hombre? Sí, pero también tiene una función que es tanto o más relevante que la del hombre en la esfera productiva y en la esfera social”.

En otras palabras, lo que afirma Lucero es que Milena fue una de las primeras en advertir esa idea que, en la actualidad, circula con frecuencia en estudios y teorías feministas. Arrestada por la Gestapo, en el campo de concentración de Ravensbrück Milena Jesenská trabajó como enfermera y ayudó a otras prisioneras. En las inhóspitas condiciones de ese lugar contrajo una infección renal que el 17 de mayo de 1944 acabó con su vida. Según Florencia Ferre, otro punto clave de estos textos que permiten percibir la voz de Milena luego de tantas décadas de silencio tiene que ver con el modo en que, a partir de temas supuestamente llanos, ella logra postular ideas y opiniones muy profundas: "Yo creo que estos textos en particular recrean, reviven una época llena de contradicciones, pero también del primer feminismo, y la frescura del pensamiento de Milena, la forma en que ella aprovecha textos que podrían ser meramente sobre moda o consejos a las señoras, desde ese lugar relegado casi por definición, ella se lanza a hablar de temas muy profundos con una gran originalidad y con un pensamiento y un espíritu siempre desprejuiciado y renovado”.

A pesar de haber sido una destacada periodista, traductora y activista, aún hoy su figura suele reducirse a su condición de destinataria de las cartas de Franz Kafka. Y a pesar de la falta de reacción que sorprendió a Lucero al nombrar a Milena Jesenská sin esa muleta que significa el reparador nombre de Franz Kafka, ambos destacan también algunas propuestas interesantes que, dentro del mundo hispano, abordaron su figura como La Jesenská de la autora argentina Ana Arzoumanian y también la novela de una autora checa radicada en Barcelona, que ha tenido muy buena repercusión.

“Una gran difusora de la figura de Milena creo que es Monika Zgustová, su novela sobre Milena, Soy Milena de Praga, creo que da una apertura a quién fue Milena, independientemente de Kafka; por supuesto es ineludible la biografía de su pareja en el campo de concentración, y no creo que todavía haya un lugar que ocupe Milena como el que debería, como el que se merece”.

También postula Florencia Ferre su deseo de seguir adelante con ese tipo de traducciones que puedan ir más allá a la hora de difundir la voz de Milena. Por su parte, Jorge Lucero hace hincapié en que tanto ellos como la editorial Vilnius intentaron mostrar que la voz de Milena merece liberarse de la sombra de Kafka, aún cuando entiende que eso es un poco inevitable, incluso porque, tal como propone en el epílogo del libro, Milena fue una de las primeras en creer en esa figura que, con el tiempo, se terminó volviendo tan inmensa: “Efectivamente, nuestra idea es que se puede pensar a Milena por fuera de Kafka porque, justamente, gran parte de su obra pasó y se constituyó mucho tiempo después. Aunque no parezca, Kafka es solo un momento, aunque importante, dentro de su biografía, un momento que después se configura con otras historias, con otras relaciones sentimentales, con otras realaciones laborales, con otros diarios, con un cambio en su visión de la realidad. Su visión más política, sus reflexiones más nacionalistas también surgen luego de todo esto, y su personalidad verdaderamente termina de construirse, como una mujer autónoma, como una intelectual fuerte, se termina de edificar ya después de Kafka”.

No obstante, más allá de haber sido confidente y traductora de Kafka, hay otro vínculo que une profundamente a Milena Jesenská con el autor de El castillo: sus huellas en la ciudad de Praga. Al igual que él, Milena no solo frecuentaba la emblemática cafetería Arco, donde se reunían jóvenes intelectuales judíos de Bohemia que escribían en alemán, sino que también vivió en distintos rincones de la ciudad. Nació en el actual barrio de Žižkov, cuando aún no formaba parte de Praga, y más tarde residió, por ejemplo, en la calle Spálená, donde hoy hay una tienda vietnamita. Su última dirección conocida antes de ser arrestada por los nazis fue en la calle Kouřimská, donde se colocó una Stolperstein en su memoria (pequeño bloque de cemento con una placa en recuerdo de las víctimas del nazismo) y se bautizó con su nombre la plaza de esa misma calle.

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