La noticia, publicada ayer por Ñ, nos llena de melancolía. Confesamos no haber leído jamás a Lucía Etxebarría, por lo que no sabemos si la historia de la literatura debe o no estar de luto, pero no deja de sorprender que alguien que escribe ponga por delante de la propia pasión el negocio que, al confesar que tiene agente, debió haber hecho. Tal vez, la escritora hubiera tenido que decir que iba a seguir escribiendo, aunque ya no publicara. Pero no, dice que va a dejar de escribir. Trataremos de soportar su ausencia lo mejor posible. Chau, Lucía. Como se dice aquí, que te garúe finito.
La escritora española Lucía Etxebarría se hartó. De las descargas ilegales de sus libros, que ahora la obligan a buscar un trabajo que le permita mantener su casa y a su hija. Así que el lunes plantó bandera y anunció en su cuenta de Facebook que dejará de escribir novelas “por unos años”. Y agregó que decidió “no volver a publicar por una temporada larga”. Según Etxebarría, las descargas no autorizadas hicieron que las ventas de sus libros bajaran estrepitosamente. “Comprobé que se han descargado más copias ilegales de mi novela El contenido del silencio que las que se compraron”.
La decisión de Etxebarría generó una enorme polémica y miles de mensajes, tanto en Twitter como en Facebook, que van desde respuestas comprensivas hasta el insulto. A favor de la descarga ilegal de libros por Internet. En contra del protagonismo que consiguió la escritora con su anuncio.
Etxebarría (1966), autora también de Beatriz y los cuerpos celestes, escribió en Facebook: “Así que si queréis comprar El contenido del silencio en papel, me haréis un favor enorme. Recibiré alrededor de un euro y medio por copia vendida (deberían ser dos euros pero hay que descontar comisiones de agente, gestor, hacienda y demás). Si la queréis descargar y encima dejar mensajes en mi muro jactándoos de haberlo hecho, me haréis la putada del siglo”.
Una escritora dejará de escribir
por las descargas ilegales de sus libros
La escritora española Lucía Etxebarría se hartó. De las descargas ilegales de sus libros, que ahora la obligan a buscar un trabajo que le permita mantener su casa y a su hija. Así que el lunes plantó bandera y anunció en su cuenta de Facebook que dejará de escribir novelas “por unos años”. Y agregó que decidió “no volver a publicar por una temporada larga”. Según Etxebarría, las descargas no autorizadas hicieron que las ventas de sus libros bajaran estrepitosamente. “Comprobé que se han descargado más copias ilegales de mi novela El contenido del silencio que las que se compraron”.
La decisión de Etxebarría generó una enorme polémica y miles de mensajes, tanto en Twitter como en Facebook, que van desde respuestas comprensivas hasta el insulto. A favor de la descarga ilegal de libros por Internet. En contra del protagonismo que consiguió la escritora con su anuncio.
Etxebarría (1966), autora también de Beatriz y los cuerpos celestes, escribió en Facebook: “Así que si queréis comprar El contenido del silencio en papel, me haréis un favor enorme. Recibiré alrededor de un euro y medio por copia vendida (deberían ser dos euros pero hay que descontar comisiones de agente, gestor, hacienda y demás). Si la queréis descargar y encima dejar mensajes en mi muro jactándoos de haberlo hecho, me haréis la putada del siglo”.
Nadie deja de escribir por eso. Dejar de publicar es otra cosa pero ¿avisar en facebook que se va a dejar de escribir? Eso es una decisión tan íntima como un bidet, si de aclarar o limpiar se trata. Así lo creo yo, dijo el que lo dijo; Irene
ResponderEliminarQué postura más extraña de la autora... Recuerdo haber leído "Beatriz y los cuerpos celestes" hace años y me gustó mucho, pero buscando información de ella me topé con polémicas de pésimo gusto, varias relacionadas con el tema digital, así que esta noticia no pilla tan de sorpesa.
ResponderEliminarMe parece un poco snob quejarse por tener que buscar un trabajo normal para vivir; es lo que hace la mayoría de las personas, y varias de ellas tienen que trabajar y escribir a la vez porque saben que sólo la lógica del best seller podría asegurar una estabilidad económica de la escritura.
Estoy de acuerdo con que lo natural hubiera sido esperar que dijera que ya no publicaría, no que dejaría de escribir. Una persona no deja de escribir por niñerías como esa. A menos que la escritura sea un medio y no un fin. Al menos eso creo yo.
Saludos.
El problema de Lucía Etxevarría como dicen en el anterior comment no viene de ahora, sino que desde hace mucho tiempo va soltando declaraciones desatinadas y ganándose cada vez más enemigos. Es normal que al final cuando suelta una declaración así, la critiquen por todos lados.
ResponderEliminarSus libros han bajado de ventas por estos asuntos, y porque seguramente aunque ganara algún premio fue más escritora encumbrada que de talento, y al final ha acabado cansando a los lectores.
Si sus libros fueran buenos se seguirían vendiendo en la misma cantidad que en sus principios.
Creo que en realidad ni siquiera ella debe tener ni idea si su libro se ha pirateado más o menos. Sencillamente se ha posicionado, y lo ha exagerado y por ello le han caido palos por todos lados de la comunidad internauta.
Lo mismo que le pasó a González Sinde (anterior ministra de Cultura de España), que al final terminó en su ministerio casi como una "apestada".
Hay otras soluciones, pero pretender luchar contra el intercambio de archivos en internet es intentar poner puertas al campo. Y a la mayoría de internautas encima les molesta muchísimo.
Un saludo Buenos Aires. Siempre es para mí un placer pasarme por un blog argentino relacionado con la literatura.
El saludo se corresponde, Vigo, muchas gracias y muchas felicidades.
ResponderEliminarEn realidad, debo decir que desde Buenos Aires (y me animo a sumar a casi toda Latinoamérica) nos sorprende no sólo la actitud de esta chica, sino también que en España la lean. De hecho, nos sorprende más lo segundo que lo primero, ya que este leve ataque hormonal que tuvo bien podría considerarse como una estrategia de marketing. En fin, supongo que la Exchevarría froma parte del problema vasco.