Thomas Rabe, consejero delegado de Bertelsmann, / Efe |
Lo dicho en la entrada del lunes pasado ya es una realidad. Así lo demuestra el siguiente artículo de Paula Corroto, publicado el 19 de abril pasado en el diario.es. Según la bajada, “Las negociaciones para la compra de los sellos literarios de Santillana por parte de Random House reflejan el intento del gigante alemán Bertelsmann por dominar el mercado editorial mundial y competir con Amazon, Apple y Google en el ámbito del libro electrónico”. Da gracia el enfurecido comentario del lector Milkhouse (es un seudónimo, claro), al pie de la nota: “Pues los alemanes conmigo lo llevan claro... soy capaz de dejar de leer si hace falta”. Y también el comentario del comentario, realizado por otro lector: “Como dice #4 no consumir productos alemanes, libros o cualquier otro, sería un objetivo deseable. Es lo único que puede hacer el consumidor español para luchar contra el IV Reich. Y no tengo nada contra el pueblo alemán, pero sí contra el poder político y económico que están llevando Europa a la miseria, aunque con el beneplácito de los gobiernos respectivos". Qué preocupados habrán quedado los alemanes, ¿no? Y cuánta razón tiene este último lector...
Dos gigantes del libro
tratan de repartirse el mercado español
tratan de repartirse el mercado español
Bertelsmann quiere comerse el pastel mundial del libro. El conglomerado alemán, propietario de la editorial Random House, el canal de televisión RTL, el grupo G+J y la discográfica BMG, y con unos ingresos anuales en torno a los 18.000 millones de euros, ha emprendido en los últimos meses toda una cruzada por hacerse con el mercado del libro a escala mundial, incluyendo los nuevos frentes abiertos con el ebook. Su más reciente batalla: las negociaciones que se han establecido entre Random House y Santillana para la compra de Alfaguara, Suma, Taurus y Aguilar, los sellos literarios de la editorial del grupo Prisa. Una operación que ha removido todo el espectro español del libro. Según algunas informaciones, se habrían puesto sobre la mesa 120 millones de euros.
Esta maniobra empresarial se suma a las realizadas en octubre, cuando el grupo alemán compró el 53% de las acciones de la editorial británica Penguin, del Grupo Pearson, que pasó a quedarse con el 47%, una operación a la que la Unión Europea dio el visto bueno el pasado viernes; y en noviembre, mes en el que se hizo con el 100% del accionariado de Random House Mondadori, editorial de la que desde el año 2001 poseía el 50%, a medias con el sello italiano de Silvio Berlusconi. Por otra parte, hay que recordar que Bertelsmann ya estaba asentada en España con Círculo de Lectores, fundada en 1962 y en que la actualidad comparte al 50% con el grupo Planeta.
El resultado de estas operaciones refleja que Bertelsmann, erigido ya en el gran gigante editorial (sólo le hacen competencia Simon & Schuster, HarperCollins y MacMillan), está dispuesto a poner su pica tanto en los países emergentes de Asia como en América Latina. Así, mientras que la fusión con Penguin le garantiza un volumen de negocio de unos 3.000 millones de euros y la expansión por países como China y India, la compra de los sellos de Santillana le situaría en una posición inmejorable en países de habla hispana como México, Argentina y Perú, donde Alfaguara se halla bastante consolidada.
La estrategia, además, no tiene sólo como punto de mira el libro impreso, sino también el ebook. Si bien en España la facturación de los títulos en formato digital aún es escasa y apenas supone el 1,6% del total, tal y como apunta el reciente Informe sobre la situación de la industria y el comercio del libro de la Federación del Gremio de Editores (FGEE), el volumen de negocio en el resto del mundo no deja de ascender. En EEUU llega ya al 8% y en el Reino Unido al 5,8%, según los últimos datos de la OECD Digital Economics Papers.
En esta carrera, por supuesto, están batallando las multinacionales online Amazon, Google y Apple, las cuales paso a paso están copando todo el mercado. Amazon, la tienda digital que sólo con las ventas en todo el mundo de libros, música y películas consiguió el año pasado unos ingresos de 20.000 millones de euros, es la favorita por los consumidores españoles de ebooks. Y esta circunstancia es contra la que los alemanes están dispuestos a competir.
Estrategia expansiva
Si finalmente se cierra la operación de venta de los sellos de Santillana a Random House, el mapa editorial español quedaría concentrado en dos grandes grupos: Random House Mondadori y Planeta. A finales de esta semana, fuentes de Prisa consultadas por eldiario.es aseguraban que a pesar de no haberse cerrado ningún acuerdo “sí ha habido contactos y en foros se ha comentado la posibilidad de vender algún activo”, lo que pone de manifiesto el avance de las negociaciones entre Santillana y Random House. La estrategia expansiva de Bertelsmann y las necesidades del grupo de los Polanco, en manos del fondo de inversiones Liberty, y cuya deuda ronda los 3.000 millones de euros, posibilitarían que la maniobra se consumase con celeridad.
Este ejercicio de compra-venta, que podrá dar lugar a un inmenso y muy sugestivo catálogo en el que estarían autores como J. M. Coetzee, Cormac McCarthy, Arturo Pérez-Reverte y Javier Marías, pone de manifiesto a su vez los movimientos de la industria editorial española por capear la crisis de consumo de libros de los últimos años. Así, en abril de 2012, Planeta, el grupo de José Manuel Lara que ya posee sellos como Seix Barral, entró en el accionariado de Tusquets, la prestigiosa editorial que dirige Beatriz de Moura, y en diciembre de 2010, Anagrama, el sello independiente de Jorge Herralde, entró en la órbita de la italiana Feltrinelli, dueña, por otra parte, de la cadena de librerías La Central.
Compras, concentraciones y fusiones que se enmarcan en un contexto darwinista y que arrojan un tablero en el que sólo dos parecen tener las cartas más fuertes.
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