Daniel Samoilovich nació en Buenos Aires en 1949. Ha publicado once libros de poemas; los más recientes son Las Encantadas, (Tusquets, Barcelona, 2003), Driven by the wind and drenched to the bone (edición bilingüe, con traducciones de Andrew Graham-Yooll, Shoestring, Londres, 2007) y Molestando a los demonios (Pre-textos, Madrid-Valencia, 2009; segunda edición, bilingüe, con traducción al italiano por Francesco Tarquini, Molestando i demoni, L’Aquilone, Roma, 2011). Es también traductor de inglés, italiano y latín. Ha traducido al castellano al poeta latino Horacio (XX Odas del Libro III, Hiperión, Madrid, 1998) y, en colaboración con Mirta Rosenberg, a Shakespeare (Henry IV, Norma, Bogotá, 2003). Ha dado conferencias y dirigido seminarios sobre poesía y poética en diversas instituciones y universidades, entre ellas el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, la Residencia de Estudiantes de Madrid y las universidades de Rosario y Comahue (Argentina), Valencia y Mérida (Venezuela) y Princeton (Estados Unidos). Desde su fundación en 1986 dirige el periódico cuatrimestral Diario de Poesía.
Fotos: Mercedes Álvarez
no tanto por alusiones (que se agradecen, aunque ni montezanti ni yo tenemos -todavía- a nuestras espaldas la poesía completa de chéspir sino apenas sus sonetos y alguna cosita más) como por la apacible emoción y la morriña que me produjeron la charla de daniel en el club, quiero agradecer una vez más la posibilidad de que exista un foro a la vez distentido y riguroso donde se puedan debatir abiertamente y sin chicanas o argumentos baratos cuestiones tan urgentes y necesarias como el uso del voseo en las traducciones argentinas de contemporáneos o clásicos. especialmente entrañable resultó la manera en que iban cayendo del lado del vos o el tú horacio, catulo, virgilio. pero daniel dijo algunas cosas tan sensatas como inteligentes, y de gran utilidad práctica para quienes traducimos como tarea remunerada diaria, sobre todo en relación al frágil equilibrio entre lo natural y lo naturalizado, y en cómo esa tensión se puede (se debe) usar a favor del texto. también me gustó la extensión del territorio de la lengua del traductor a la lengua propia del autor, a la lengua creada: que suenen en ella ecos de traducciones. muy apropiada, por cierto, al final, la figura en claroscuro de aulicino.
ResponderEliminarpara cuándo la fiesta?