Una noticia del todo prescindible y para colmo vieja, publicada por La República, de Perú, sin firma, el 9 de diciembre de 2010 y que, sin embargo, nos permite publicar la foto que la acompaña, donde Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa se ven como dos fascinerosos salidos de una película de época. En ese entonces, cabe aclararlo, eran amigos.
"Es más difícil traducir a Vargas Llosa
que a García Márquez"
La singladura literaria de Mario Vargas Llosa, que mañana, viernes, recogerá el Premio Nobel de Literatura en Estocolmo, trae a la memoria de los escandinavos la figura de su otrora amigo y ahora rival Gabriel García Márquez.
Y es que sus carreras confluyen una y otra vez como es en el caso de Suecia, donde además de obtener ambos el más preciado galardón del mundo literario, sus obras han sido traducidas por el mismo especialista.
Se trata de Peter Landelius, un ex diplomático sueco, casado con una ciudadana cubana desde hace 35 años y quien ahora dedica todo su tiempo a "leer, escribir y traducir", como explica, antes de desvelar sus experiencias con uno y otro autor.
"Son muy diferentes", asegura, a la vez que recuerda lo que le dijo tiempo atrás al escritor colombiano: "es muy fácil traducirte y él se preocupó muchísimo, porque suponía lo contrario".
Al explicar las razones apunta que la prosa del autor de Cien años de soledad es "rítmica" y añade: "incluso su pensamiento tiene cierto ritmo en el que uno flota encima como traductor".
Este experto en narrativa y lírica latinoamericana, que también ha traducido a Pablo Neruda, reitera que encontró "muy agradable" y "fácil" de traducir los renglones de García Márquez.
Por el contrario, cree que Vargas Llosa es "mucho más complejo" al tener una "sintaxis más sofisticada" y una técnica de contar, con flashback (retrotrae la narración temporal a un acontecimiento pasado), que crean problemas a los idiomas germánicos.
Considera que el autor de La casa verde representa "más problemas de traducción, pero también sus textos tienen secretos" que se van descubriendo poco a poco y que invitan a leerlos varias veces.
Y ese es el reto que propone a los lectores ante el discurso pronunciado por el Nobel de Literatura el pasado martes enla Academia sueca, porque, indica, que pese a conocerlo con "lujo de detalles" le emocionó como "fresco y nuevo", al tiempo que considera que en el texto se halla una explicación "rotunda" de lo que es "la vida, literatura, la moral y la familia" para Vargas LLosa.
Landelius trabaja en la actualidad en la traducción de la última novela del autor peruano, El sueño del celta, de la que dice le faltan poco más de cien páginas, pero ya tiene en proyecto trabajar en una nueva versión de La ciudad y los perros, una de las novelas más emblemáticas del literato.
Y cuando estas dos obras lleguen a los anaqueles de las librerías suecas se encontrarán con Travesuras de la niña mala,La Fiesta del chivo o La casa verde, todas ellas demandadas por los lectores, explica Jan-Erick Svensson, propietario de la librería St. Pauls.
Se trata de un antiguo establecimiento ubicado en el popular barrio de Södermalm de Estocolmo, también muy conocido por desarrollarse en él parte de la acción de la famosa trilogía Millenium, de Stieg Larsson.
Svensson considera que a Vargas Llosa le tenía que haber reconocidola Academia sueca "veinte años atrás", pero subraya, que en general los académicos han premiado más a los escritores con un ideario de izquierdas.
Y cita a García Márquez como ejemplo, y sin soslayar la alta conciencia social del pueblo sueco, cree que ahora la tendencia de los académicos "está cambiando".
El librero confiesa haber leído en dos ocasiones Cien años de soledad y conocer el incidente que hizo que las dos figuras más emblemáticas de la actual literatura latinoamericana se separaran en su momento por una discrepancia nunca esclarecida y que terminó en un famoso puñetazo. (Estocolmo, EFE)
Se trata de Peter Landelius, un ex diplomático sueco, casado con una ciudadana cubana desde hace 35 años y quien ahora dedica todo su tiempo a "leer, escribir y traducir", como explica, antes de desvelar sus experiencias con uno y otro autor.
"Son muy diferentes", asegura, a la vez que recuerda lo que le dijo tiempo atrás al escritor colombiano: "es muy fácil traducirte y él se preocupó muchísimo, porque suponía lo contrario".
Al explicar las razones apunta que la prosa del autor de Cien años de soledad es "rítmica" y añade: "incluso su pensamiento tiene cierto ritmo en el que uno flota encima como traductor".
Este experto en narrativa y lírica latinoamericana, que también ha traducido a Pablo Neruda, reitera que encontró "muy agradable" y "fácil" de traducir los renglones de García Márquez.
Por el contrario, cree que Vargas Llosa es "mucho más complejo" al tener una "sintaxis más sofisticada" y una técnica de contar, con flashback (retrotrae la narración temporal a un acontecimiento pasado), que crean problemas a los idiomas germánicos.
Considera que el autor de La casa verde representa "más problemas de traducción, pero también sus textos tienen secretos" que se van descubriendo poco a poco y que invitan a leerlos varias veces.
Y ese es el reto que propone a los lectores ante el discurso pronunciado por el Nobel de Literatura el pasado martes en
Landelius trabaja en la actualidad en la traducción de la última novela del autor peruano, El sueño del celta, de la que dice le faltan poco más de cien páginas, pero ya tiene en proyecto trabajar en una nueva versión de La ciudad y los perros, una de las novelas más emblemáticas del literato.
Y cuando estas dos obras lleguen a los anaqueles de las librerías suecas se encontrarán con Travesuras de la niña mala,
Se trata de un antiguo establecimiento ubicado en el popular barrio de Södermalm de Estocolmo, también muy conocido por desarrollarse en él parte de la acción de la famosa trilogía Millenium, de Stieg Larsson.
Svensson considera que a Vargas Llosa le tenía que haber reconocido
Y cita a García Márquez como ejemplo, y sin soslayar la alta conciencia social del pueblo sueco, cree que ahora la tendencia de los académicos "está cambiando".
El librero confiesa haber leído en dos ocasiones Cien años de soledad y conocer el incidente que hizo que las dos figuras más emblemáticas de la actual literatura latinoamericana se separaran en su momento por una discrepancia nunca esclarecida y que terminó en un famoso puñetazo. (Estocolmo, EFE)
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