Que la Argentina es un país
apasionadamente dividido por la política no es un ninguna novedad. Lo curioso
es que esto puede comprobarse en los más diversos ámbitos. Y, a diferencia de
lo que sucede en otras latitudes, las diferencias continúan dirimiéndose
electoralmente y por la vía del derecho. La bajada del artículo publicado hoy
en el diario Clarín, con firma de la periodista Patricia Kolesnikov dice: “Por
primera vez desde 2002 hay una lista opositora. Tienen diferencias de políticas
hacia el sector.”
El clima de división alcanza a los editores
Para
presentación de una lista que quiere dirigir la Cámara Argentina
del Libro, el texto es sorprendente: “Los integrantes de la fórmula y sus
colegas que los apoyan no fueron colaboradores de Gutenberg cuando inventó la
imprenta”. Así termina un largo documento que circula entre los editores y que
da cuenta de que, por primera vez desde 2002, en las elecciones -el jueves 24-
habrá dos listas para dirigir una de las entidades de quienes hacen libros en
el país.
Una
lista es la de quienes dirigen hoy esa cámara, que agrupa a editoriales chicas
y medianas, de capitales nacionales. La otra lista, la opositora, presenta el
respaldo de cinco ex presidentes de la entidad y cuatro de la Fundación El Libro,
que organiza la Feria
del Libro.
En
off, los “retadores” hablan de un clima donde se excluye a “quienes piensan
distinto”. Hablan también de deficiencia en asuntos de política editorial, como
haber abandonado la iniciativa hacia el exterior y haberse convertido en “un apéndice
de la acción del Estado”. Dicen que quieren una Feria más internacional, Y que
se desatendió el mercado por las “compras institucionales”. Esto es, en
criollo, depender de la -necesaria- compra del Estado. Para cualquier editorial
mediana una compra estatal, que pide unos 12.000 ejemplares por título, es muy
significativa y esto supo suavizar críticas al gobierno nacional en temas
claves, como la restricción de importaciones. Sin embargo, en la apertura de la Feria del Libro de este año
el actual presidente Martín Gremmelspacher habló de estancamiento de las
ventas, problemas impositivos y falta de competitividad en el extranjero.
"No queremos ser oficialistas ni antioficialistas", dicen en off.
La
humorada del texto de presentación muestra el clima tenso en el mundo del
libro. La lista opositora lleva como presidente a Jaime Rodrigué -treinta años
gerente de Sudamericana, hoy titular de Edhasa, dos veces presidente de la Cámara-, a Gustavo
Canevaro -que presidió la
Cámara y la
Fundación y renunció cuando, por malos tratos, se fue la
directora de la Feria ,
Gabriela Adamo- y a Carlos Gazzera, presidente de la Red de Editoriales
Universitarias. La lista “oficialista” la componen Graciela Rosenberg, actual
vicepresidenta 2ª, Martín Gremmelspacher (actual vicepresidente 1°) y Luis
Quevedo (ahora, prosecretario). Clarín no pudo hablar con ellos.
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