El pasado 7 de mayo, Omar Genovese publicó la siguiente nota en el diario Perfil, de Buenos Aires, donde se dan a conocer los datos proporcionados por la Cámara Argentina del Libro (CAL) sobre la edición en la Argentina durante 2021.
Cómo es la producción
editorial argentina
Esta semana la Cámara Argentina del Libro dio a conocer los datos de producción editorial en su Informe Anual del Libro 2021. Martín Gremmelspacher, presidente de la CAL y su vicepresidente, Juan Manuel Pampín, difundieron las estadísticas surgidas del registro de ISBN, ese número único y código de barras que todo libro lleva en su contratapa.
La cantidad global de novedades ascienden a 34.256 publicaciones, un crecimiento del 24% respecto del año anterior. La producción de libros físicos fue de 23.149 novedades, mientras que en formato digital 11.107, mil más que en 2020 y casi el doble que en 2019. Esta presencia del libro en forma digital es secuela de la comercialización y circulación de bienes por las restricciones a raíz de la pandemia de covid, ya sea por la digitalización de los catálogos existentes o por la dualidad física y digital de los nuevos lanzamientos. Las 23.149 novedades en formato físico implican un total de 43.602.175 ejemplares, la mitad de los ejemplares producidos en 2015, pero 69% más que en 2020. Esto no incluye las publicaciones realizadas por el Ministerio de Educación de la Nación.
Aquí se diferencian el tipo de editores. El Sector Editorial Comercial (SEC), del que más adelante veremos una ampliación estadística, conformado por empresas editoriales que venden a través de librerías, distribuidoras, venta directa y venta a crédito; Circuito Editorial en Kioscos (CEK), empresas editoriales y comerciales que venden en kioscos; Empresas de Servicios Editoriales (ESE), quienes ofrecen servicios de edición para autores: y un último grupo conformado por Microemprendimientos, Autoedición, y Otros, que incluyen empresas editoriales para distribución gratuita, entidades públicas, Universidades, Instituciones educativas, Asociaciones, Fundaciones, ONG, y demás.
Así, el SEC y CEK, producen el 43% de los casi 44 millones de ejemplares. En esta cifra aparece que SEC participa con 6.696 publicaciones y 10,4 millones de ejemplares para primera edición; CEK con 1.089 publicaciones que corresponden a 8,4 millones; el primero con tiradas de mil y el segundo con 5 mil ejemplares por título. Pero aquí la venta institucional de empresas comerciales a Ministerios de Educación figura con 9,6 millones de ejemplares; así como la edición institucional realizada por los Ministerios con 3,6 millones, la venta institucional al sector religioso con 5,3 millones, y 3,4 millones para “otros”: prácticamente la mitad de los 44 millones de ejemplares provienen de estos últimos sectores.
Analizamos ahora la estadística del Sector Editorial Comercial (SEC),
quien produce la mayoría de los libros que comentamos en estas páginas así como
en el Suplemento Cultural de PERFIL Diario, aquellos que el lector encuentra en
librerías. En 2021se lanzaron 11.603 novedades a través de 347 editoriales,
3.024 más que en 2020 y con un incremento de 74 sellos nuevos, pero este
volumen implica apenas 6.066 novedades en papel, que siguen con tiradas de mil
ejemplares promedio. Entonces, los libros físicos por habitante del país, para
2021 es 0,31; algo superior al 2020 con 0,24 y menos de la mitad del año 2016,
con 0,63. Esto es lapidario: la reducción de tiradas y la crisis económica deja
al libro más lejos del comprador potencial.
Pero la multiplicación de novedades también se acompaña de un fenómeno que es la edición en tiradas mínimas, por debajo de los mil ejemplares. De hecho, 1.201 novedades implican tiradas de entre veinte y 299 ejemplares cada una, otras 1.110 tiradas de trescientos a 599; esto es que el 38% de las tiradas en papel no superan los seiscientos ejemplares. Una reducción de presencia de libros, su diversidad concreta que es abundante, en librerías. O una edición reducida, casi invisible para la extensión territorial y comercial argentina. ¿Cuántos autores, cuántos estilos e ideas quedan sin difusión por este fenómeno? Tal vez la respuesta es cruda, pero es así, la dispersión también diluye las oportunidades del lector.
Si diferenciamos entre las Pymes Independientes y los Grandes Grupos Editoriales, tanto en ejemplares producidos como en presencia en el canal librero, al primero corresponde el 60% y al segundo el 40%. Sin embargo, la concentración de novedades, efecto de la dispersión señalada, las Pymes tienen el 78% y las Grandes Grupos el 22%.
Por último, en cuanto a temática, Infantiles, juveniles y didácticos 24%; Ficción y afines 13%; Derecho 10 %; Sociedad y Ciencias Sociales 10%; Biografías, literatura y estudios literarios 7%; en total esto abarca el 64% de las novedades. Y atención, que casi la mitad de las mismas apunten a niños y jóvenes también sugiere una renovación generacional de los lectores que son futuros e inmediatos votantes, así como consumidores.
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