Hugo Salas visitó
el Club de Traductores Literarios de
Buenos Aires para hablar de “La
tarea del traductor frente al texto académico y científico”. Lo hizo con una
elocuencia ejemplar y se refirió, entre otras cosas, al curioso papel de los
revisores técnicos académicos, que en su celo no se limitan a controlar la parte
conceptual y muchas veces terminan interviniendo (y arruinando) la tarea del
traductor. Asimismo, también habló del los muchos avatares que sufren las
traducciones en manos de los editores cuando falla la planificación y el pobre papel
que se le asigna a los traductores en toda la cadena de producción, etc.
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Para traductores de textos académicos y científicos (y también para los otros traductores)
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Existe una profunda equivocación cuando traducimos textos del fr o del inglés a nuestro idioma. El o.d en francés no se pone después del verbo pero en castellano logra una frase más clara.
ResponderEliminarNo necesitamos nombrar el sujeto todo el tiempo pues nuestros verbos articulan. El francés por otras razones, las desconozco lo utiliza también. Los pronombres lo, la, le, les es suficiente para no repetir al final de una frase de ello, con ello etc.
Cada lengua articula de un modo diferentes. Es importante que nos atengamos a sus reglas para volver el texto menos tedioso y más acorde a nuestra gramática. TEnemos además un léxico amplio que no necesita repetir a cada momento un vocablo. Es una cuestión de posibilidades que no se dan en el inglés, por ejemplo.
El "esto" no es necesario. El it no representa nada, no aporta nada a la frase y molesta.
Ojalá muchos traductores se tomaran la molestia de pensar en cada lengua y hacer estas posible correcciones que se vienen sucediendo cada vez más. Ya no hay correctores en las imprentas;,como decía Borges. Escribir es corregir borradores.
Traduje el Tao de la espléndida versión de Gia- Fu -Feng y ha tenido muchísimo éxito. Hubo poco de talento y mucho de esfuerzo; tarde seis meses en terminarlo.
He corregido el cuento magnífico Patriotismo de Mishima sin las repeticiones nefastas antes citadas. Quedó impecable porque nuestro idioma no lo permite, sin repeticiones vanas y reiterativas. Y así algunas otras obras. Ayer vi la traducción de Invictus y casi caigo desmayada. Es una perversión llamarla traducción; más bien sería una traición, un golpe macabro a nuestra lengua castellana. Por qué cambiar el sentido de cada verso que es un poema en sí. Por qué dejar fluir la imaginación para empeorar o lograr un non sense a ese poema que en sí es una obra de arte. Y así in aeternum.
Cristbosch@gmail.com
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